Tenía y tengo un amigo que optó en cierta ocasión a un puesto de diseñador gráfico en una importante empresa nacional. Los requisitos eran contar con la licenciatura en Bellas Artes, manejo de varios programas profesionales de diseño gráfico, retoque fotográfico y maquetación, y al menos cinco años de experiencia en un puesto similar.
Este es seguramente el momento de decir que mi amigo era y es ingeniero de montes, y ya que el monte es una de las bellas artes, como todo el mundo sabe, envió su currículum para aquel puesto, acompañado de un certificado falso que acreditaba la experiencia requerida y de un título igual de falso (o más) de haber cursado la carrera de Bellas Artes en una importante Universidad española.
Llegado el momento de la selección entre los aspirantes, la empresa propuso una serie de pruebas prácticas en su sede, y como resultó que lo único auténtico de mi amigo era su destreza para manejar aquellos programas y su talento para el diseño gráfico, le ofrecieron a él uno de los tres puestos que debían cubrirse.
En el momento de la firma del contrato, se reunieron los tres nuevos trabajadores y el gerente. Después de las presentaciones de rigor, el gerente, con amplia sonrisa, los felicitó ¡a los tres! por su destreza a la hora de “maquillar” su propia documentación.
Y es que, según dijo, un diseñador gráfico tiene que saber diseñar, en primer lugar, un producto que parezca creíble a su cliente.
La preguntas del día son, por tanto:
-Si sabes hacer el trabajo, ¿para qué te van a pedir el título?
-Si no sabes hacer el trabajo, ¿para qué te van a pedir el título?
-En todo caso, ¿para qué le sirve a una empresa privada tu título a no ser que te quieran emplear de pringado firmador de proyectos ajenos?
¿Creees que los títulos académicos se ha convertido en “ombligos”, porque todo el mundo tiene uno?, ¿se han devaluado en cierta medida los títulos oo ha sucedido al contrario?
Como siempre, todo es muy relativo. Es cierto que hay gente que hace una carrera porque parece que la sociedad te impone que hay que tenerla por narices, para contentar a tus padres y a tu novia, y ser una persona de provecho. No es menos cierto que algunas carreras universitarias se basan únicamente en hacer que te empolles unos tochos importantes, aprobar unos exámenes y lanzarte al mercado laboral sin tener ni idea de lo que tienes que hacer. Pero también hay carreras que realmente son importantes (visto lo visto, no vamos a decir necesarias) para aprender fundamentos sobre ciertas cosas; por ejemplo, es cierto que una persona que haya estudiado BBAA (yo soy profesor de historia del Arte en la universidad) probablemente tenga más habilidad y talento para manejar algunos (que no todos) los programas de diseño gráfico que existen, sobre todo los que sirven exclusivamente para dibujar (Illustrator o Freehand, por ejemplo).
De todas formas, lo que no acabo de entender es por qué en ese puesto de trabajo pedían a alguien con formación en Bellas Artes, cuando con una persona con la titulación de Grafista-Maquetista o incluso Auxiliar de Diseño Gráfico iban sobrados. Lo único necesario, al parecer, era saber manejar programas de diseño y retoque de imágenes digitalizadas; supongo que lo que querían era comprobar la habilidad de los demandantes para falsificar un título universitario.
Para ser cajero de banco te piden licenciatura en económicas. ¿De qué te extrañas?
Si antes de ponerte a estudiar una carrera necesraia para opisitar te pones directamnente a opositar en la escala inferior, le sacas luego 8 cuerpos de ventaja al que hizola carrera.
Conozco casos de ese tipo, y así va.
Cierto, pero para un futuro juez con multitud de jueces, abogados o fiscales en la familia, no queda nada bien empezar con una oposición a oficial de juzgado. Si en tu familia hay solera en la carrera (judicial o en la que sea), lo que tienes que hacer es tirarte cinco años para sacar el título y otros seis o siete para opositar, todo ello viviendo no se sabe si de la familia o de qué.
Cierto, pero no todo el mundo oposita por tradición familiar.
Lo queme temo yo es que hay mucha gente que no quiere trabajar aún y que aprovecha la universidad como una especie de larga buena vidsa a la que no hay que renunciar.
Y me parece bien, pero luego no nos quejemos…
Pues sí, porque, tal y como está el pampaneo en España, mejor disfrutar durante al menos cinco años y luego darse de bruces con la dura realidad, pero ya con otra cara. La universidad te enseña a vivir, te da amigos, te permitir discutir sobre las cosas que importan. Creo que os podéis dar cuenta de que tengo un buen recuerdo de esta etapa.
También existe el orgullo propio, el afán de superación. Somos muchos los que ejercemos nuestra profesión mientras estudiamos la carrera por gusto. Para mí es un orgullo el poder decir que he superado todas las dificultades que ello implica y he salido victorioso.
Totalmente de acuerdo, Ximo. A mi parecer, las universidades son viveros de cultura y saber a los que no debemos renunciar nunca si no queremos acabar siendo robots autómatas que realizan un trabajo sin plantearse la razón. No sólo se aprende un oficio en la carrera, también se aprende a pensar.
Ése es un concepto que no cabe en la Universidad actual, no al menos el único. Probablemente del cien por cien de los estudiantes, un escaso cinco por ciento serán los que estén en la carrera recibiendo algo más allá de una formación técnica, como puede ser una formación humanística o ese aprender a pensar.
Cuando la Universidad se convierte en un vivero de futuros parados o trabajadores sin cualificación (en el sentido de que el trabajo que desarrollan no la necesita, lo cual no quiere decir que ellos no la tengan) es que algo funciona mal, tanto en la propia Universidad como en el sistema educativo al completo. Y en la sociedad ya no te digo
La universidad es la peor de todas las institucione sppúblicas, y con diferencia.
Propongo a Ldrríllez que hable un día de ello.
Si se atreve.
🙂
Eso, Ximo, es estudiar como el que hace footing. No lo veo mal, tampoco.
En mi trabajo se ha dado un caso curioso que tiene que ver con este tema. Yo trabajo en una editorial de revistas mensuales. En una de ellas tengo una amiga con un puesto de redactora, que entró a trabajar habiendo cursado la carrera de Psicología y mientras terminaba la de Periodismo. En una ocasión pidió un (merecido) aumento de sueldo, alegando que a algunas de sus compañeras se lo habían concedido. ¿Cuál fue la respuesta? Pues que como no era periodista, no se lo podían dar. Con lo cual, parece que lo del título sí que sirve para algo, aunque sólo sea como excusa para no pagar un sueldo decente… He de decir que mi amiga terminó por fin la carrera y siguieron negándole el aumento, cada vez con razones mas peregrinas.
En ese caso lo del título no era una necesidad, sino una excusa. Me pregunto cuántos de los ejecutivos de esa empresa tenían carrera adecuada, y cuantos directores de revista la de Periodismo.
No nos engañemos: el título sirve para algo, sin duda, pero no para aquello que está pensado. Por un lado garantizar al empresario que el trabajador reúne unos conocimientos y por otro garantizar al trabajador que el empresario va a reconocer ese título. Y eso no se hace.
Y lo primero, tampoco.
No me hagáis hablar…
Yo soy también periodista y coincido con Los Carlos en que eso fue una excusa para no subirle el sueldo. El mundo del periodismo está lleno de intrusismo como todo el mundo sabe. Hay gente que viene de Derecho, ingenieros, psicólogos… Hay de todo y muchas veces el hecho de que consigan un puesto sólo depende de los contactos.
Yo no recuerdo ninguna entrevista de trabajo en la que haya tenido que enseñar mi título, con lo cual mentir es muy fácil en estos casos. En mi caso, empiezo mi curriculum por la experiencia profesional, y sólo al final, en un apartado, pongo dónde estudié mi licenciatura y en qué universidad.
Yo tampoco recuerdo que me hayan pedido jamás el título.En eso coincido contigo, Lasal. Pero discrepo en que habría sido fácil engañar o mentir. En cuanto hiciera el trabajo se sabría si sé redactar o no para un periódico. Soy periodista. Respecto a lo que plantea el autor sobre si han devaluado o no los títulos, rotundamente opino que sí. Y es una lástima. Un título de licenciatura, por ejemplo, cuesta esfuerzo y dinero, además de aportar conocimientos que deberían compensarse en el plano laboral. Pero estamos en España, un país de chorizos.
Lo normal en un proceso de selección empresarial es que se dé por cierto lo que se dice en el CV. Luego, salvado el paso del CV, cuando llega la entrevista es cuando hay que defenderlo, tanto en el apartado de experiencia laboral como en el de formación. Sería un problema gordo que pusieras una licenciatura que no posees y no fueras capaz de documentarla adecuadamente.
Claro que tengo entendido que en México DF hay un sitio donde te falsifican cualquier título de cualquier universidad del mundo.
Te podrán falsificar un título académico pero no se puede falsificar la experiencia universitaria ni la pericia profesional. Por ejemplo, en el mundo de la Medicina es imposible trabajar con un título falso, además de una irresponsabilidad. No tiene sentido aparentar lo que no se es cuando te ocupas de una labor social y relevante.
En España siempre se ha dado prioridad a la Universidad en detrimento de la Formación Profesional. Ahora parece que, con la profunda reforma que el Gobierno pretende hacer de la FP, las cosas van a cambiar. Falta hace que nos demos cuenta de que las aulas universitarias no son la panacea.
Nadie dice que sean la panacea pero estoy con Barry en que el baño de cultura, educación y saber estar que te da la Universidad no se consigue en los Ciclos Formativos ni en las calles del barrio.
No quiero parecer clasista, pero entre las compañeras que tengo, que han terminado la ESO a trompicones, y yo hay mucha diferencia.
Debe haber personas que vayan a la Universidad y personas que estudien FP porque de nada sirve que las facultades sean fábricas de parados, pero es innegable que un titulado puede bajar de nivel y trabajar de otra cosa, pero una persona con menor preparación no podrá subir nunca al nivel del titulado.
Ni ombligo ni no ombligo. El que tiene padrino se bautiza, así que el tiene un título tiene más opciones de encontrar trabajo sí o sí.
Estoy de acuerdo en muchas cosas de las que dices, aunque no necesariamente el que tiene un título encuentra trabajo antes que quien no lo tiene.
Como he dicho en alguna ocasión, trabajo como técnico de selección en una empresa, por eso creo que la clave está en la empleabilidad.
Basta con hacerse estas dos preguntas. ¿De qué puedo trabajar con la formación, la experiencia y las habilidades que tengo? ¿Qué sectores ofrecen ahora mismo mayores posibilidades de encontrar trabajo?
No se trata de buscar empleo como tal sino de buscar un área que demande trabajadores, que te encaje y para la que puedas ser válido.
Este año en Almería no se contratarán inmigrantes para la recolección de las cosechas. Se empleará a los trabajadores de la construcción que quieran reciclarse.
Empleabilidad, señores, empleabilidad (con títulos o sin ellos).
¿Y para los mayores de 50 años? Esta gente por mucha empleabilidad que tenga no tiene nada que hacer. La gente mira la fecha de nacimiento y descarta el CV. Yo les animo a que falsifiquen el DNI en aquel lugar de México del que hablaban más arriba. Yo conozco un caso, el marido de una compañera de trabajo, ingeniero de telecomunicaciones, 48 años, con experiencia en las multinacionales más importantes de la electrónica, experto en redes y… SIN TRABAJO.
No será en Informática, perdona pero discrepo totalmente con lo que planteas. Las grandes empresas cárnicas de personal humano lo unico de lo que se preocupan es de lo que quieras cobrar para tener más margen en el cliente final con el cual están comerciando contigo.
Desgraciadamente creo que somos la ingeniería más arrastrada en el que cualquier con un cursillo de 2 semanas ya vale para cualquier puesto. Luego se caen las aplicaciones y la gente “no cree” en la informatica
Un título siempre es un título y lo cierto es que abre puertas profesionales, por no hablar de la cultura general que aporta el hecho de haber pasado de tres a cinco años en una universidad. Quizá el hecho de ser licenciado no sea lo más determinante a la hora de encontrar el trabajo de tu vida, pero sí condición necesaria sin la cual no podrías haber accedido al él en la mayoría de los empleos cualificados.
O sea que el título es ahora lo que antes era la mili
🙂
Jajaja, Heathcliff, ¡qué buena comparación! Antes te decían que la mili te hacía un hombre y que cuando salieras estarías preparado para afrontar la vida. Eso sí, hay diferencias, porque hace años para muchos la mili representaba la única oportunidad de salir de su pueblo y buscarse, después, la vida en otra parte, además de que se aprendía un oficio allí.
En cambio, más adelante la mili se convirtió para otros muchos en un hándicap que cortaba por la mitad la formación, y para ésos representaba un año perdido.
Es decir, cada cosa tuvo su momento y su “target” ideal, como dicen ahora.
No nos engañemos, lo que mejor funciona en este país no es el título, ni los años que hayas desempeñado tu labor previamente, sino la manita externa que te pueda echar alguien en un momento dado. Un buen enchufe puede más que cualquier diploma.
No niego que eso sea cierto, pero yo personalmente he de decir que siempre he trabajado en las cosas que me han gustado, y sin embargo nunca me ha hecho falta ningúna manita que me ayudase. Supongo que el que consigue un enchufe lo tiene mucho más fácil, pero a base de iniciativa y curro también se puede progresar en la vida.
Siempre he tenido la filosofía a la aludes: conseguir todo con mi trabajo y mi esfuerzo, porque pensaba que a base de estas dos cosas seguro que conseguía lo que me propusiese.
Craso error porque la sociedad no está montada como nos la vendieron en el colegio. Los parias con labia se colocan mejor que los listos sin gracia.
Ésa es la base de la democracia, creo
Esto me suena a La importancia de llamarse Ernesto. Recientemente he tenido la suerte de desternillarme de risa con esta obra de teatro y la conclusión que saco en la titulitis es la misma.
O todos quieren llamarse Ernesto o nadie quiere llamarse así. Es decir, o el título parece imprescindible o irónicamente deleznable.
Tal vez cuando te lo piden quieren que no lo tengas y viceversa: cuando no te lo piden les gusta que tengas un título. ¿Alguien me lo aclara?
Irónicamente, como tú dices, conozco experiencias de este tipo. Soy periodista y en un trabajo me pidieron el título. ¡El título! Y eso que es una de las profesiones con mayor intrusismo del mundo y en la que da igual que sólo tengas el graduado en Educación Infantil con tal de que tengas contactos, un apellido conocido o el máster.
En cambio tengo una amiga que ha dejado la profesión para dedicarse a otra cosa y al final le dieron el puesto porque ella era licenciada en Periodismo y podía aportar un valor añadido que otras personas no daban. Como tú dices: ¿alguien me lo aclara?
La cuestión que no planeta el autor , y me parece la más importante, es si el título vale lo que cuesta o no.
Yo creo que a día de hoy, no, pero es una opinión personal.
Me gusta que abordes este tema y me parece muy curioso el enfoque. Los títulos siempre son importantes, aunque a veces sólo sirvan para justificar la contratación de alguien.
Mi tío, que ha sido funcionario, tuvo que ver cómo después de años de haber ganado su plaza por oposición, sacaban ofertas de empleo con unas características (incluidos títulos) que él no tenía.
Evidentemente seguía siendo idóneo para el puesto, pero las ofertas se publicaban a medida de las personas a las que se quería contratar. No nos engañemos, a veces no es que no demos el nivel, es que no han puesto ahí el listón para nosotros.
El título es algo que se amortiza a lo largo de los años. También depende de si te refieres a un título universitario, al título de mecanografía, el de ESO o el de Bachillerato.
Los universitarios se amortizan siempre, sobre todo si has estudiado en la Universidad pública. Lo que no tengo tan claro es que se amortice con la misma facilidad y rapidez un máster.
Estoy convencido de que hay personas con un máster que están cobrando igual que si no lo tuvieran. Más que de titulitis, yo empezaría a hablar de masteritis.
Desgraciadamente premia más un buen “enchufe” que una titulación. Sin embargo, los que no tenemos ningún padrino, si queremos tener la mínima posibilidad de encontrar el trabajo de nuestros sueños debemos conseguir un título. Con él es muy difícil, pero sin él es imposible.
Coincido contigo, Rubio, en que puede premiar más un “enchufe” que una titulación. Pero hasta ahí. Si no demuestras que vales de nada importa el “enchufe”. O eso he visto yo en varias empresas. Mi hermano mismo, que es jefe en un área comercial, me comentaba una vez todo indignado que habían “colocado” a la hija de no sé quién. Le fui preguntando cada vez que estaba con él en reuniones familiares y al final resultó que la chica no había por dónde cogerla. La formaron en mil cursos, pero nada. La chica no estaba motivada además. No le gustaba el trabajo. Y se acabó yendo ella solita. Con un “enchufe” puedes entrar en un trabajo, pero si no vales no te quedas.
Tan sencillo como que el título, o al menos en mi caso así ha sido, sirve para abrirte la puerta al trabajo.
El resto lo he ido aprendiendo en el día a día y sacando las mejores enseñanzas de mis compañeros con mas experiencia. Los conocimientos que un día tuve cuando aprobé las asignaturas…las he usado unas 3 veces en 10 años. Yo mismo he enseñado a gente con el título de Derecho a desenvolverse en la economia práctica del día a día y ahora son auténticas hachas en su trabajo, pero para optar a tenerlo han tenido que sacarse un título universitario superior.
Saludos
A mí me parecen fundamentales. Los pidan o no en los trabajos, el que no tiene una determinada formación no puede suplantar al que sí la tiene, por mucha experiencia que haya acumulado.
Yo tengo dos carreras (INEF y Magisterio) y he estado tres años sin trabajar porque no encontraba nada donde se me valorara lo suficiente.
Una vez fui a una entrevista de trabajo en la que me pidieron el TAFAD (Técnico en Actividades Físicas y Animación Deportiva) y, literalmente, les dije que era una mierda, que yo tenía mucho más y que contrataran a otro.
¡Vaya si da juego el tema de hoy! Pues yo soy técnico informático, tengo unos cursos muy estupendos que me han ido pagando en las diferentes empresas por las que he pasado y ahora gano un pastón.
Cobro mucho más que mis primos, que han ido los dos a la Universidad, he dado en los morros a toda la familia y en esos tres años que tú has estado esperando el trabajo ideal, yo me he formado mientras trabajaba.
Yo tengo un título universitario y un máster que no me han servido para nada. Es decir, ninguno de los puestos de trabajo que he desempeñado han tenido que ver con ese título o, teniendo que ver, no era determinante para acceder al puesto.
Para lo único, prácticamente, que valen los títulos es para, por un lado, obtener puntos en los concursos de la Administración y, por otro, hacer selección previa entre los posibles candidatos. El problema en el segundo caso es que esa selección previa no siempre permite continuar en la selección a los mejores candidatos.
Otra cosa para la que valen, o deberían valer, los títulos es para determinar la categoría laboral (y el sueldo, por supuesto) según el convenio de tu sector o empresa. Pero lo realmente triste es que uno puede ser licenciado, doctor, máster o lo que sea y a la hora de determinar tu categoría da igual, porque te van a poner en la más baja que puedan.
Yo, con mi título universitario, he estado con categorías laborales en las que el requisito era el bachiller o el FPII, así que… ¿para qué los queremos realmente? Para nada, me temo.
Bastante que no nospìdan que devolvamos el dinero si trabajamos por debajo de nuestro título…
Lo de Bolonbia tiene algo que ver con eso, enel fondo…
Yo también he estado en categorías laborales por debajo de mi formación, Herce. De hecho, jamás he tenido el sueldo que me corresponde por mi formación. El empresario va a intentar pagar lo mínimo posible, como me confesó mi último jefe, que además esperaba que yo pensara igual que él. Lo puedo entender, claro, pero de ahí a compartirlo y animarlo hay un gran trecho. Empresarios…
Para saber redactar no hace falta serperiodista. De hecho, este blog lo redactan diarimente dos tíso que son economistas, no periodistas, y parece muy dignamente escrito. Más que muchos periódicos.
Por eso, si no te piden el título al entrar, luego tampoco, proque si sabes escribir, sabes, y si no sabes, no sabes.
Digo yo, ¿eh?
Mi querido Barato-barato, el que sabe redactar no nace, se hace. Eso de “si sabes escribir, sabes, y si no sabes, no sabes” no vale.
Por supuesto que no para saber redactar no hace falta ser periodista, pero para ser periodista sí hace falta saber redactar. Y no sólo para eso: para cualquier oficio es necesario un mínimo rigor en la escritura. Incluso para hacer estos comentarios a los posts de nuestros colegas.
¿Ves lo que ocurre, Barato-barato? Me he releído después de responderte y me he encontrado un error. Donde dije “Por supuesto que no para saber redactar no hace falta ser periodista”, debe decir “Por supuesto que para saber redactar no hace falta ser periodista”. Me sobra el primer “no”.
Me he dejado llevar por la pasión de defender que a redactar hay que aprender, y mira, os ha salido oportunidad de echarme una buena puyita. ¡Aprovechad!
Yo hice hace años un curso de redacción como reciclaje laboral. Lo hacía por obligación, y pensaba al comenzar que lo de redactar estaba tirado. El primer día salí hecha un trapo. El profesor hizo una prueba de nivel y no os quiero contar cómo estaba de sucio mi texto. Lo de menos eran las faltas de ortografía (pocas), pero los errores gramaticales me dejaron tirada.
El curso fue corto, unas quince horas, pero salí con otra visión. Desde entonces, con las cosas que aprendí allí, la verdad es que me preocupo más de cómo escribo las cosas y ya no me lanzo a la arena sin haber pensado antes y releído después hasta el más mínimo correo electrónico.
Redacto informes para una empresa y tengo claro que nunca acabas de aprender a escribir. Además, doy clase de Lengua y Literatura y me quedo sorprendida de los fallos que veo en los chavales, pero también me sorprendo cuando me releo y veo errores, que también ocurre. Agradezco muchísimo cuando alguien me corrige, la verdad, aunque en principio “dañe” a mi orgullo. Pienso que para escribir hay que tener una gran humildad porque, desde luego, no es tan fácil.
Eso nos pasa a todos, Herce, pero el “mal de muchos” no es excusa. Por mi trabajo, entre otras tareas, imparto talleres de redacción a profesionales y estudiantes. En uno de los últimos que impartí, los alumnos eran futuros responsables de departamentos de comunicación.
Se me cayó el alma a los pies. El nivel ortográfico y gramatical era bajísimo, pero –para todos los alumnos– lo único importante del oficio era el glamour, las fiestas, los eventos, etc. Redactar bien una nota de prensa o un pie de foto no tenía importancia para ellos. Y se supone que su oficio iba a depender fundamentalmente de saber poner una letra detrás de otra.
No sabían, por supuesto.
Nos olvidamos de que los títulos universitarios no son sólo un instrumento para conseguir un trabajo sino que son la forma de conseguir una formación en un área específica. Uno no estudia Historia, Bellas Artes o Filología para conseguir un puestazo en una multinacional. Las carreras deben servir para otras cosas.
Opino igual, Flori. Las carreras universitarias no son sólo un instrumento para conseguir un puesto. Cuando cursamos una carrera de letras como Filología, Bellas Artes o Historia sabemos perfectamente que lo tenemos muy difícil en el mercado laboral. A mí me lo avisaron bien el primer día en la Universidad. Pero nos gusta lo que estudiamos, nos gusta esa formación. Al fin y al cabo, si después el trabajo es muchas veces cuestión de suerte…
yo tengo una carrera pero no tengo ni idea de nada ni experiencia profesional ni nada y mi novio que no tiene estudios sabe de todo y tiene una experiencia laboral increible, lo mismo te habla de guerras, que de política, que es un máqy así veo a muchos amig@s que sí que se han sacado su carrera han estudiado mucho para sus exámenes pero verdaderamente no saben nada, es como cuando estudiabas en el insti para aprobar pero ahora quien carajo hace una raíz cuadrada sin calculadora. abogo por la experiencia, siempre.
los hospitales están llenos de enfermeras de 50 tacos para arriba sin estudios de enfermería…los títulos son pura burocracia.