Para mí, uno de los mayores problemas de este país es la avalancha de papeles con que nos agobian, todos esos papeles que malgastan esfuerzo y restan energías a cualquier emprendedor. Si cuando pones una empresa acabas pasándote más tiempo haciendo papeles que preocupándote de buscar clientes y proveedores, ¿cómo demonios quieren luego que seamos competitivos?
Sin embargo, aún hay una cosa peor que esa: que todos los certificados, las valoraciones, los planes de no sé qué y no se cuanto, cuestan dinero, llevan horas, ¡pero no admiten responsabilidad alguna si luego algo sale mal!
¿Un ejemplo? La ITV. Tienes que llevar el coche, verifican los frenos, verifican si todas las piezas tienen su correspondiente certificado para que no hayas tuneado el vehículo por tu cuenta, miran los frenos, las luces, las ruedas, los gases de escape… Pero si al salir de las instalaciones de la ITV te metes el gran guantazo porque los frenos estaban en mal estado y no se dieron cuenta, no son responsables de nada. Lo mismo, como segundo ejemplo, sucede con la famosa verificación técnica de las viviendas, que los arquitectos cobran pero no avalan con responsabilidad alguna.
En el caso de las hipotecas y los desahucios, que tanto preocupan ahora, parece que todo el mundo evita ir a la raíz del problema, de manera que dé la impresión de que las hipotecas impagadas se bajaron un día de los árboles, y que no existieron unas empresas tasadoras, a menudo participadas y dirigidas desde los propios bancos, que valoraban las viviendas por un valor que nada tenía que ver con el real.
Si tenemos en cuenta que la tasación de la vivienda es un valor clave en la concesión y vida posterior de cualquier hipoteca, ¿cómo es posible que se deje de un lado la responsabilidad de los tasadores a la hora de incumplir con su principal trabajo, que es asignar un valor real y prudente al bien que va a ser objeto de la operación?
Lo que sucede aquí es que nadie piensa en los papeles como mejora ni como garantía de nada, sino como una manera simple, fácil, limpia y poco trabajosa de sacarse un buen dinero sin y hacerse cargo de nada cuando las cosas se tuercen.
Como sociedad entera tenemos mentalidad de chupatintas. Y así nos va.
Todo es muy fácil, no les interesaba por algún pensamiento oscuro y oculto, pero insisto, si la tasación es oficial y real, con responsabilidad penal del tasador, todo esto no hubiera pasado, está claro que si una vivienda bien tasada, el comprador con un 20 o un 25% del valor para la entrada y si no lo tiene, que ahorre, con ese 20 % el banco debe ya de tener suficiente garantía, con lo cual se evitan los avales de las abuelas y aceptarían perfectamente la dación en pago, la vivienda no hubiese subido porque no se habrían vendido tantas y tan mal, pero el chanchullo estaba y está, con el banco malo, que pisos se van a quedar? esas barracas llamadas viviendas sobre valoradas a los amigotes que los tienen en barrios perifericos y que no valen ni lo que dicen valer ahora, fácil de entender, tengo un cuchitril en barrio periférico, pero amigos tengo en la banca, que me lo tasen por mucho más de lo que vale y te doy un %, porque si no lo vendo se lo queda tu banco y así con promociones nuevas en parajes desérticos, eso si ese % nos lo ganamos fácil.
Conocí a un promotor que me decía yo con la hipoteca de la obra ya gano 60.000,- € por piso y si los vendo mejor y sino que se los quede el banco, 100 pisos por 60.000,- € = a 6.000.000,- un chollo no? y la responsabilidad de quien?
la responsabilidad es de quien gestiona el estado Español, que debería crear las leyes necesarias y posteriormente CONTROLAR todo lo que se genera en este país, que para eso se le vota y mantiene económicamente
Enhorabuena Ladrillez…. La has ‘clavao’.