Hemos hablado ya, y mucho, del cúmulo de situaciones y de la conjunción de intereses que ha conducido a que a la banca y los hipotecados se encuentren en la situación presente.
Hemos hablado del enorme interés de los directores de sucursales y de zona por cobrar bonos a costa de unos resultados que eran artificiales, de la imprudencia de los que compraron una vivienda sin pensar que el contrat0 iba a ser para treinta años y podía, en todo ese tiempo empeorar la situación, de la imprudencia y avidez de las sociedades tasadoras, que cobraban a porcentaje, de la vista gorda de los notarios, que cobraban también a porcentaje, y de la habilidad de la administración para apagar el fuego con gasolina siendo que cobraba, que casualidad, sus impuestos a porcentaje.
Pero hay un dato del que hemos comentado muy poco todavía y que me parece sintomático: la actuación de las Cajas Rurales.
En España hay registradas setenta y tres cajas rurales, que son cooperativas de crédito muy del estilo de las cajas de ahorro, pero centradas en dar liquidez y préstamos al sector rural. ¿Y sabéis una cosa? Resulta que de las setenta y tres cajas no se ha intervenido aún ninguna. ¿Por qué?
Por una cuestión sociológica: en el campo, la gente está echa de otra pasta, para bien y para mal. En el campo se encuentra a veces gente cerrada, mal comunicada, con una cultura académica escasa y muy apegada a tradiciones y modos de pensar que hoy nos parecen con frecuencia arcaicos.
Pero en el campo no se endeudan si no es absolutamente imprescindible. En el campo no se hacen castillos en el aire, porque se sabe, desde que el mundo es mundo, que mañana puede venir un pedrisco o una helada que acabe con todo. En el campo se sigue, por el puñetero libro, el principio de prudencia, y por eso, ni clientes ni directores de sucursal ni nadie en absoluto que pertenezca a ese mundo ha caído de forma masiva en la tentación de pedir hipotecas cuando no la se puede pagar ni de darlas a quien no las va a devolver.
Puede haber y hay excepciones, por supuesto, pero se trata de eso: excepciones, y no de la norma de lo que ha sido el despelote de las cajas de ahorros y la orgía monetarista de los bancos, esa que acabaremos pagando todos.
Mirad, por tanto, si lo que ha sucedido es solamente económico o hay también una componente social y de mentalidad e la gente en el problema.
Como siempre, hay que recordar que el sistema lo hacen las personas, y sus problemas no son más que un reflejo de nuestras costumbres, nuestras virtudes y nuestros vicios. Capitalismo, deuda y banca también las hay en el medio rural, pero parece que allí significan otra cosa.
Desconozco el nivel académico y formativo de los que están al cargo de estas entidades, pero sí es escaso, algo hay en el modelo educativo de este país que no encaja.
Quizás sea necesaria una asignatura tipo “Sentido común” o algo por el estilo que inicie al personal sobre los problemas cotidianos, responsabilidades de sus actos, etc. Lástima que en este país la educación sea un instrumento político y sólo entienda el color del gobernante
Hola, buenos dias.-
Cuando te entrara en la cabeza que los bancos no somos todos, y que las cajas de ahorro – fueron los juguetes rotos de esta casta política de sinvergüenzas que nos ha tocado vivir.
Que tengas un buen dia
Gerardo
Por supuesto, claro que hay un componente cultural y social que determina nuestras conductas. Creo que esto nadie lo duda; ¿pero cuál es la realidad? La realidad es que el objetivo del sistema capitalista consiste, en cuestiones de dónde crear el escenario donde se desenvuelva la masa, es, precisamente, el de masificarse en grandes núcleos, donde la alienada masa lo tenga todo concentrado, tal y como muy bien lo describía Saramago en “La Caverna”.
Hoy, la mayoría de la gente joven, viva en grandes ciudades o lo haga en zonas rurales, está demandando los mismos bienes que lo hacen los de las capitales, me estoy refiriendo a la telefonía móvil, internet, etc. También se aspira a coche y traslado a la gran ciudad; pues debemos coincidir en el dato de que las zonas rurales se están quedando sin gente; unos por vejez…, otros porque no tienen posibilidad de trabajar, suele ser la gente joven.
Creo que el modelo de que los rurales no se hipotecan fácilmente se está acabando, por la simplísima razón apuntada más arriba. El dominio es total por parte de un sistema, que algunos odiamos y luchamos contra él, mientras que otros están haciéndole el juego, no sé si por “aceptar” sin ningún criterio la manipulación, o simplemente por no tener la más mínima voluntad en analizar si son libres o esclavos de un sistema.
Yo, como componente de esta masa, quiero rebelarme ante este sistema, no sé si acertada o erróneamente; pero si a mí alrededor veo que existen tan enormes diferencias, y tengo muy claro que esto tiene “fácil solución”, no cesaré en mi empeño de criticar este sistema tan estúpido creado, en sus líneas maestras, por todos estos golfos que nos metieron en este mundo tan injusto. ¡Nunca se han preocupado de liberar al pueblo, lo quieren a sus pies totalmente postrado y sin rechistar!