Ahora se lleva mucho eso de echarle la culpa de la crisis de deuda al que la concede, como si el que pide prestado no fuese responsable de sus actos. Y el caso, aunque quede feo, es que no conozco a nadie a quien hayan llevado a punta de pistola a una sucursal bancaria, así que si la gente es mayor de edad para votar, que sea mayor de edad para no dejarse engañar.
Una vez puestas las cosas en su sitio, lo que había que buscar el modo de que los bancos se hiciesen responsables de sus agujeros lo mismo que se hacen responsables los deudores. La otra opción es pensar como en el caso de los prestamistas privados, que en algunos casos, no tienen interés alguno en que se le devuelva el dinero, sino que quiere quedarse directamente con el piso, el coche, o lo que se ponga de garantía de la cantidad prestada.
Por eso, aunque mi psiquiatra me lo prohíba, no puedo evitar decir que hay crisis , como la de la deuda, las hipotecas y los inmuebles, que parecen pensadas para obtener mayor control sobre la economía, sobre los ciudadanos y sobre la autonomía de sus decisiones, alejando la democracia real de nuestras manos.
El otro día afirmaba Tomás Gómez, el presidente de la federación socialista madrileña, que son los políticos los que deben gobernar a los mercados y no los mercados a los políticos, y en teoría eso está muy bien, peor mientras nos endeudemos tendremos que preguntarnos quién obliga a un banco a dar la hipoteca, quién obliga al inversor de Arabia o Singapur a invertir en España y quién obliga a los fondos de pensiones americanos a meter el dinero en España y no en Indonesia.
O sea que, resumiendo: nuestro deseo de endeudarnos, que es gastar lo que no tenemos, es la cuerda con la que nos atan. Sólo el que no debe nada es libre, y eso que tan bien entendían nuestros abuelos lo hemos olvidado nbosotros con demasiada facilidad.
En este artículo – a diferencia de la gran mayoría de los demás que publicas – te has confundido.
Cuando un particular acude a pedir una hipoteca, está realizado un sueño, un deseo o tal vez haciendo una compra muy racional para su familia, pero no está engañando a nadie si la previsión de números le sale.
Pero cuando los bancos – todos colectivamente – captan a clientes a golpe de publicidad, escondiendo cláusulas como la responsabilidad del comprador más allá de la garantía del bien; cuando son ellos los que deben cuidar dónde y cómo ponen un dinero que, al final, no les pertenece; cuando además se declaran a si mismo profesionales en la materia; cuando dejan voluntariamente aumentar los riesgos sufridos por sus propios clientes porque con esto satisfacen a su propia codicia; cuando – en el momento en que explota la burbuja – se desolidarizan totalmente de la situación, cogen el dinero aportado por el Estado en nombre de todos y, en lugar de usarlo para mantener a la economía, lo usan en beneficio exclusivo propio; entonces, desde el primer al último momento, hay engaño, timo e inmoralidad.
Nadie a obligado a un comprador a hacer una hipoteca a punto de pistola, no.
Pero nadie obliga a nadie a punto de pistola a comprar un aparato que se rompe a la semana, a ninguna chica a ir a bailar a una discoteca a la salida de la que podrá ser violada, a casarse con un marido que pasada la luna de miel la somete a violencia doméstica, a comprar sin saberlo una finca con aluminosis, a irse de paseo con el coche y ser matado por un borracho al volante, a ir por la calle y ser atropellado por un camión.
Nadie obligó a punta de pistola al que buscara trabajo aquel que resultó víctima de mobbing y acoso moral.. a nadie se les obligó a punto de pistola a encontrarse a la merced de los tiburones.
Pero nada de esto esgrima a los culpables de sus responsabilidades, y menos a los bancos que tienen la mayor parte de responsabilidad directa en la crisis económica que estamos sufriendo.
Podría estar de acuerdo en loq ue dices si porparte d elso bancos existiera un incumplimiento de contrato. Estaría de acuerdo sai la hipoteca fuese defectuosa, si te pasasen recibos superiores a lo pactado, si te engañaran en algo en las condiciones que firmaste.
La cuestión es la de siempre: si compras un aparto y se rompe a las dos semanas, usa la garantía.
Si tu marido empeiza a maltratarte a las dos semanas de casarte, divórciate y denúncialo.
Si el banco te cobra recibos susperiores a lo pactyado, denuncia el contrato.
pero si te quedas sin trabajo, si metes el gato en el micrrondas o si resulta que tu marido ronca, y ya lo sabías antes, haberlo pensado mejor.
Digo yo, vaya…
ESCRIBO Y DIGO:De las dos lecturas anteriores, la postura más fácil de adoptar es la de Ladrillez, yo tambien diria lo mismo si no fuese porque soy una afectada del poder bancario y entonces hablo con conocimiento de causa.El banco como cualquier negocio tiene que ser responsable de como vende su producto y si no lo hace con”buenas practicas “pues que se haga cargo su seguro, vamos igualito que si compras la lavadora.Decirle a Ladrillez que mí hipoteca está al día, pero el banco concedió más prestamos personales a mi exmarido a sabiendas que no le llegaba la nómina para pagar, entonces tú como le llamas a esto¿Acaso no es quererse quedar con el piso? Por tanto darle la razón a Michel y agradecerle la exposición tan completa del tema.
¿Se los concedió sin que él los pidiera?
Pues entonces estoy de acuerdo.
🙂