El Gobierno nos dirá que todo va como dios, pero al echar un ojo a la nueva ley de IRPF resulta que nos encontramos con una norma propia de países bolivarianos o kirchneristas y que va a traer mucha cola, así que os lo contamos aquí, para que cada cual saque sus propias conclusiones o tome sus decisiones. Echadle un ojo a la página 36 de este enlace. Ya sé que el lenguaje técnico es tela marinera, pero un caso como este no se puede comentar de oídas ni tirando por aproximación.
¿Y qué es eso? Pues es lo que en inglés se llama exit tax, o impuesto de salida, y significa que le van a meter un palo a todo el que se quiera marchar de España.
Resulta que quien haya sido contributyente en España en diez de los últimos quince años, con un patrimonio económico total superior a cuatro millones de euros o más de un 25% en una empresa con un capital de más de un millón de euros, deberá integrar en su declaración, como renta del ahorro, las plusvalías latentes de ese capital. Es decir: tendrá que declarar como ya ganado lo que no ha ganado todavía, porque aún lo ha vendido y sólo por el hecho de pensar trasladarse a otro país.
En la ley se prevé también que, dependiendo del país de destino no haga falta que lo pagues, sino que constituyas un aval (los bancos aplauden con las orejas) a tu coste, para que el Gobierno pueda echar mano de él si un día decides vender.
La cuestión, al fin y al cabo, es que se pone una traba a la circulación de capitales y una traba también a la circulación de personas, porque si alguien se quiere ir a trabajar a otro lado, le meten el clavo de antemano, no va ya a ser que quiera pagar en otro lado.
En principio puede sonar bien, por aquello de que el dinero no se escape, ¿pero quién demonios va a traer el dinero a un país del que luego no te lo puedes llevar? Este va a ser el último clavo en la ya muy depauperada inversión externa. Los inversores exteriores, además de los dos riesgos que ya aparecen en los informes (inestabilidad política por la llegada de Podemos y el lío catalán) se van a largar de aquí en estampida por la incertidumbre que esta medida genera.
De momento, y nada más aprobarse esta locura, algunas empresas han anunciado ya que se marchan antes de que sea demasiado tarde. En este caso, la hipoteca puede ser una buena medida defensiva, por cierto: dejar aquí lo que sea, pero dejarlo hipotecado. Y si le quieren echar mano, que les cunda.
Lo que no está claro es de qué puñetas va el Gobierno con semejante idea. Si lo que pretende es que pensemos que no hay más remedio que pagar y aguantarse, mucho me temo que se han equivocado de país.
25% de paro. ¿Sólo? Con medidas así aun nos queda llegar mucho más alto. Venga chicos que “PODEMOS” llegar al 50%.
Vale, doblamos el paro,50% pero tenemos sanidad como antes, educación como antes, i+D como antes, y prestaciones sociales de verdad para ese 50% de parados; nadie se queda sin techo y se les asegura una prestación digna para poder vivir. Y que pasa? NADA
Ó, reducimos el paro a la mitad? el 25% , venga, me arriesgo, el 12%! ; bajamos el paro hasta un 12% pero los sueldos han caído en picado, los servicios prácticamente desaparecen, y las coberturas sociales a los desfavorecidos las quitamos también. Se les paga más deuda a los bancos y se invierte en grandes empresas para hacer infraestructuras que benefician al 5% de la población; (AVES, AEROPUERTOS, AUTOPISTAS) ; nos empobrecemos todos a la mitad (todo el país se empobrece menos ese 5%) y tiramos de cáritas y de una economía sumergida total y que pasa? NADA
SÓLO HAY QUE ESCOGER EL MODELO