En cosa de tres semanas tendremos nuevo gobierno y vuelven a sonar rumores de que una de sus primeras medidas será la creación de un banco malo, que absorba todos los activos dudosos que hasta este momento esconden las entidades financieras.
Igual que en el resto de los temas, de momento el Partido Popular no ha concretado gran cosa, pero parece ser que la idea es que el riesgo de ese banco lo lleven a medias el sector privado y el público, y la idea última, por supuesto, es que de una santa vez deje de haber desconfianza en el mercado interbancario y pueda fluir el crédito.
¿Y qué son esos activos dudosos? Pues fundamentalmente hipotecas. La vuestra, la mía, y muchas otras que por alguna razón se han convertido en un riesgo y nadie quiere reconocer como tal para no tener que aumentar provisiones y reservas.
Ya hemos discutido en alguna otra ocasión la utilidad de un invento de este tipo, y ya sabéis que a mí, en principio me parece bien: la desconfianza puede ser tan cara o más que la insolvencia, y últimamente hemos tenido ocasión de comprobarlo a través de la famosa prima de riesgo que pagamos por lo que pedimos en el exterior. Por tanto, y en principio, parece buena idea hacer cualquier cosa que haga aflorar toda la porquería que hay debajo de las alfombras para que, acto seguido, vuelvan a concederse hipotecas y vuelvan concederse créditos a las empresas.
Lo que ya no me parece bien, y eso tenemos que vigilar con atención, es que eso salga gratis a los bancos y lo ponga el contribuyente: los bancos tienen que pagar por su porquería escondida debajo de la alfombra, y tienen que pagar con parte de sus acciones o con lo que sea, como sucedió en Estados Unidos.
En todo caso, lo que no me parece de recibo, y eso vamos a ver a mansalva en cuanto se hable del tema, es responder a razonamientos económicos con argumentos éticos, del tipo “es injusto”, “es insolidario” o cualquier golpe de catecismo semejante. Si es bueno para la gente, hay que hacerlo. Y si es malo, no hay que hacerlo.
¿Cómo lo veis vosotros?, ¿saldríamos ganando o perdiendo?
Si los bancos aceptan un banco malo sera para vender sus activos inmobiliarios por encima del precio del mercado. ¿Que utilidad puede tener impedir que, definitivamente, el mercado vuelva a su ser?
LLevamos 4 años retrasando el momento de hacer balance y reconocer perdidas. ¿Seguimos un poco mas? ¿no hemos destruido suficientemente el entramado productivo del pais? ¿No se siguen empleando demasiados recursos en mantener precios extratosfericos a un stock invendible de viviendas?
Si el banco malo sirviera para obligar a los bancos a desprenderse de esos activos toxicos al precio que el mercado les pagase bien estaria pero, entonces, ¿por que no obligarles por ley simplemente a que los pusieran en venta antes de un año? ¿por que quebrarian? Pues entonces se recapitalizan y el estado entra en el accionariado.
Si no se hace de esta manera seguiremos destinando el escaso dinero que nos queda a mantener ficciones de precios sustrayendosela al tejido productivo.
Un banco malo no es imprescindible, una buena legislacion que impidiera la politica suicida de los bancos es lo unico esencial.