De vez en cuando, conviene ir a la fuente de los conceptos, y aunque no haya espacio aquí para grandes profundidades, ni sea el sitio oportuno para ello, no está de más aproximarse a algunas ideas, aunque sea sólo para separar a los que dicen ciertas cosas por maldad de quienes las dicen por ignorancia.
Empezaré por lo mítico: cuando todo era gratis y en cantidades ilimitadas, no había que competir por nada. Había de sobra para todos y los seres humanos vivían en armonía. Un día les gustó la misma mujer a dos hombres, y el mismo hombre a dos mujeres. Y ahí fue necesario competir por conseguir lo que cada cual quería.
Al principio, los seres humanos se organizaron en clanes. Un clan es una familia en sentido amplio, con ramas colaterales acumuladas en unos cuantos a os y generaciones. El hombre primitivo se dio cuenta pronto de que cuanto mayor fuese el clan, se podían cazar animales más grandes, se dormía más porque te tocaba menos veces de guardia y los clanes vecinos sentían menos tentaciones de atacarte para llevarse la comida o las mujeres. Así fue como varios clanes se asociaron y formaron la tribu.
Con la tribu sucedió lo mismo, pero el número de asociados que un ser humano puede manejar en su mente es limitado, por lo que se tardó mucho tiempo, aunque no demasiado, en comprender que cuanto más grande fuese la tribu, se podrían construir mayores cosas y conseguir más fácilmente las que estuviesen en disputa con otras tribus. De este modo, pro razones de lengua o de raza, las tribus se asociaron y dieron lugar a los primeros estados, que fueron los sumerios, los babilonios, los egipcios, etc.
Desde entonces han cambiado muchas cosas, pero algunas permanecen iguales: un estado sirve para construir cosas en común, defenderse en común, abaratar costes y competir de forma más eficiente con otros. En general, un clan no puede competir nunca con una tribu, ni una tribu con un Estado.
Un ser humano tiene individualmente los mismos derechos, ya pertenezca a un clan, a una tribu o a un estado, pero el mundo no comienza con cada nacimiento ni se incendia con cada muerte, y por eso cada familia, cada clan, cada tribu y cada estado dejan en herencia a los suyos los logros y las deudas que hayan ido acumulando en el pasado.
Cuando un grupo, del tamaño que sea, hace caja común y acuerda normas comunes, decide compartir su destino. Esa es la famosa idea de la unidad de destino en lo universal (que no la inventó Franco, sino los redactores de la constitución norteamericana, u otros anteriores, aunque en España se atribuya al franquismo porque somos así de chulos).
Los Estados compiten entre sí, ya sea por recursos o por mercados. Cuando las personas se mueven de un estado a otro, sin pagar por lo que encuentran en el nuevo estado, y haciéndolo suyo por el simple hecho de viajar, están haciendo lo mismo que quien se muda de una casa con la hipoteca sin pagar a una casa con la hipoteca pagada, o con menos años pendientes.
Ser ciudadano del mundo es tenerlo todo pagado en todas partes, y no conozco a nadie tan rico como para permitirse tal cosa. Conozco a algunos que dicen serlo, pero son simples mentirosos y gorrones.
La casa es de todos cuando la hipoteca es de todos. Si la hipoteca de tu casa la habéis pagado tu abuelo, tu padre y tú, desconfiad si el jefe del clan, de la tribu o del estado os quieren hacer socios de inquilinos nuevos que empiezan a pagar desde hoy. Y más aún si os quieren hacer socios de inquilinos que no pagan.
Y si con tu trabajo empobreces a tu clan, a tu tribu o a tu estado comprando lo que otros producen en condiciones peores que las tuyas, puedes pensar que ahorras, pero en realidad te estás suicidando o cavando la tumba de tus hijos. Y todo por creer que la hipoteca es de todos y el mundo es de todos, cuando en realidad la hipoteca la pagas tú y nadie es tan rico como para llamarse amo del mundo.
Simplemente fantástico.
Simplemente fantástico.
Guauu
“La casa es de todos cuando la hipoteca es de todos. Si la hipoteca de tu casa la habéis pagado tu abuelo, tu padre y tú, desconfiad si el jefe del clan, de la tribu o del estado os quieren hacer socios de inquilinos nuevos que empiezan a pagar desde hoy. Y más aún si os quieren hacer socios de inquilinos que no pagan”…. Pero que bien vendria este argumento pa soltarselo a mas de 1 suegra.
Por cierto, muy buen articulo
O a más de una pareja en divorcio y al juez que lo lleve…
Grcaiss.
Reconozco que el artículo me ha quedado un poco bestia, pero bueno…
Extraordinario
Que teoría más bonita… Pero te has olvidado de un par de cosas, entre ellas que poquito más tarde que los babilonios, egipcios y romanos llegaron los reyes feudales, y que lo que era de tus abuelos, y padres pasó “por arte de magia” a ser del rey, y además tú trabajabas para él y le dabas la mitad o más de las cosechas. Y luego vinieron los príncipes, sus familiares y conocidos, y demás sanguijuelas también a chupar del bote, así que todos juntitos celebraban fiestas en los palacios que habían construido donde tu tenías tus tierras, así que pasaste de poder comer algo cultivando tus tierras a no tener nada que llevarte a la boca. Pero ojo, según el artículo la culpa es tuya por no pagar tu parte de hipoteca (y porque no, la de todos los que viven a tu costa). Y tras esto y pasados un montón de años llegamos a la situación actual, donde son un montón de descendientes de sanguijuelas los que a día de hoy disfrutan de privilegios con los que no puedes ni soñar, pero eso sí, tu a lo tuyo y no te cuestiones nada que les pueda ofender, no vaya a ser que venga el jefe del clan y en vez de imponerte nuevos inquilinos, haga una ley para echarte de casa y se la dé a, por ejemplo, un banco para que la pueda tener vacía y no usarla. Y pases tú a ser el inquilino que necesita alojamiento…