El número de hipotecas formalizadas en el mes de abril descendió un 11% en relación con la misma cifra del año 2009, cifra marcada por las 1004 hipotecas de este año 2010 contra las 1130 del año anterior, con lo que parece que el sector inmobiliario no acaba de recuperarse.
Este porcentaje demuestra algunas sensaciones que se venían percibiendo por parte de los consumidores y tira por tierra otros argumentos. Por un lado, demuestra que el grifo del crédito esta totalmente cerrado y que las entidades de crédito están tirando para atrás a la hora de conceder hipotecas, dificultando el acceso a las mismas de los consumidores.
Por otro lado, tira por tierra todos los argumentos de recuperación que se venían escuchando últimamente basándose en otras estadísticas, en otros datos más halagüeños que el que hemos conocido hoy. Está claro que si se formalizan menos hipotecas es porque se están vendiendo menos viviendas, por lo que el sector está todavía muy lejos de recuperarse.
Estamos en una situación muy compleja para los analistas, para los que nos dedicamos, con mayor o menor acierto, a analizar la situación económica de nuestro país y de nuestro entorno basados en las estadísticas que recibimos, porque éstas, lejos de apoyarse las unas y las otras, se están dedicando a contradecirse, con lo que uno ya no sabe con que quedarse.
Por ejemplo, el sentido común nos dice que este primer semestre de 2010 era propicio para la venta de viviendas y que fomentaba la compra antes del 30 de junio, antes de que se modificara el porcentaje de IVA, pero ahora resulta que no, resulta que la gente ha comprado menos viviendas.
Y si seguimos con esta lógica, el sentido común nos advierte ahora que el segundo semestre debe de ser peor que el primero, porque es evidente que el consumidor retraerá su consumo, al menos durante los primeros meses, situación que, combinada con la crisis provocará un parón del consumo en general, y de la compraventa inmobiliaria en particular.
Son malos tiempos para la lírica, malos tiempos para el sector inmobiliario, que no es capaz de encontrar la clave que les permita escapar del pozo sin fondo en el que se han visto envueltos a raíz de toda la crisis financiera. Sin embargo, para ser justos hay que recordar que parece que lo peor ya ha pasado y que todo lo que tiene que venir a partir de ahora debería de ser positivo para el sector. O al menos eso dice la teoría.