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Lo que sufren los niños (y los hipotecados)

 

Cuidado con los efectos secundarios

Cuidado con los efectos secundarios

Hoy os quiero hablar de ingeniería social, y de la clase de idiotas que somos cuando jaleamos ciertas campañas. Puedo contarlo con la criminalización de los constructores, con la campaña en que se llamó especulador a todo el que moviese un ladrillo, pero en lugar de eso, me apetece hacerlo con otro tema más morboso, ya que es el último artículo de este verano.

 

 

             Me parece muy bien que se lancen campañas en los medios contra ciertos delitos particularmente asquerosos como la violencia de género o la pederastia, porque son delitos alevosos en los que el culpable trata de explotar la indefensión de la víctima.

 

           Con el tema de los niños, está sucediendo algo muy grave: como la condena social es anterior y muy superior a la condena penal, el acusado está completamente indefenso. No existe presunción de inocencia alguna y basta con que alguien, quien sea, presente una denuncia para que al denunciado le caiga encima el peso del estigma social. Es una condena sin juicio. Un procedimiento totalitario o inquisitorial en el que el denunciante permanece anónimo y el denunciado no tiene posibilidad de defensa. En esto influye también mucho la cobardía de los jueces, que no se atreven a ser tan rigurosos con las pruebas como en otros casos, pero los jueces son intocables y es mejor no hablar de ellos, ¿verdad?

          Además, curiosamente, los denunciados son casi siempre personas con mucho dinero o pertenecientes a colectivos que pueden pagar abultadas indemnizaciones. Eso, por sí solo, bastaría para desconfiar, pero es que creo que hay algo peor:

            Desde que está en marcha esta especie de campaña, nadie se arriesga a tratar con niños. Conozco centro de acogida infantiles, conozco campamentos de verano, y hasta simples abueletes que ya no se tratan con ellos como antes.

            La realidad más puñetera nos enseña que hay muchos niños, muchísimos, que no cuentan con el afecto y la atención necesarias. En ocasiones se trata de niños con problemas económicos o de integración, otras veces son niños sin familia y otras, las más, niños con padres que trabajan demasiadas horas. Antes estos niños se quedaban con los vecinos, o estaban al cargo de los viejos.

            Ahora, a nivel particular, nadie quiere arriesgarse a ser afectuoso con un niño por miedo a meterse en problemas. Y nivel institucional, menos aún. Hablen con asistentes sociales, o con parroquias, o con encargados de campamentos y se lo confirmarán: por la presión que se ejerce, y por el modo en que esta se ejerce, creo que de manera interesada, los niños están afectivamente abandonados, y lo sufren sobre todo los que no tienen un entorno familiar. Lo sufren los más débiles. Otra vez la alevosía.

            Un párroco de cada mil puede ser pederasta, pero los otros 999 no se atreven ya a tratar con afecto a los menores. Un monitor de campamento de cada mil, puede ser pederasta, pero los otros 999 prefieren mostrarse fríos y distantes con los chavales. Un abuelo de cada mil, puede tener malas intenciones con los niños, pero los otros 999 tienen miedo de que los señalen si juegan con los hijos del vecino.

            Y el caso es que creo que se trata todo de una campaña política, bien orquestada, para perjudicar a ciertos colectivos y personas, sobre todo a la Iglesia. Pero la pagan los niños, que las pasan negras, más abandonados, más trtistes, más solos que nunca.

            Así es la mierda de la ingeniería social, y si cambiáis pederastas por constructores, caéis en la cuenta de que lso abusos de unos pocos se han cconvertido en desempleo para muchos y en un recorte brutal de la oferta, que la pagamos todos.

Pero el caso es aplaudir sin pensar. ¿no?

 

 

Los precios de la vivienda aún podrían bajar hasta el 40 %

Quiero y no puedo

Quiero y no puedo

Y no lo dice un agorero cualquiera, sino las industrias cementeras, que algo sabrán de eso.

Según la Asociación de Empresas Fabricantes de Cemento de España (Oficemen) el ajuste podría variar mucho según las zonas, pues mientras en los lugares con más demanda, como las grandes ciudades, el descenso de precios sería sólo del cinco o el seis por ciento, en otras zonas como la costa, donde la mayoría de lo construido son viviendas de recreo, el descenso llegaría casi hasta dejar los precios en la mitad o incluso más en los casos en los que se sobrediomensionó más gravemente la oferta.

Así las cosas, no puedo menos que incidir, una vez más, en mi vieja idea de que el abusivo precio de la vivienda procede en buena parte de esa manía nuestra de convertirnos en masa y dar pro bueno aquello que hacen los demás. Si pensamos que el libro más leído es el mejor, que el disco más escuchado es el de mayor calidad y que la opinión mayoritaria es la correcta, lo lógico es que al final nos acaben sangrando como a gorrinos generando bolsas de lo que se suele llamar sobredemanda.

Por lo visto, antes era un peligro tener opiniones propias, pero ahora, con la crisis, empieza a ser una necesidad. Ir a donde todos van, querer lo que todos quieren y hacer lo que hacen todos, es muy caro.

Lo sabemos, pero no lo aplicamos. Ni los particulares, ni las empresas. Y esa es parte de la raíz de nuestra baja competitividad. Lo hablamos otro día en más profundidad, si os parece.

Diferencias entre invertir y especular

A veces nos puede el cachondeo con las etiquetas...

A veces nos puede el cachondeo con las etiquetas...

Siguiendo con esta línea de artículos en los que trato de aclarar ideas, vamos hoy a hablar de dos conceptos que nos cuesta diferenciar, y cuya confusión tiene toda clase de efectos perniciosos, desde los económicos a los sociales, porque cuando a un inversor se le llama especulador se esta desincentivando a cualquiera a crear riqueza.

Ya hemos hablado muchas veces de que el hecho de que la empresa esté mal vista en España puede ser una de las raíces de nuestro paro crónico, pero hoy no abundaré en eso, ni me meteré en si hay muchos o pocos especuladores. Hoy vamos a la raíz de la idea:

Especular es comprar un bien con la idea de obtener un beneficio por el simple aumento de precio de ese bien derivado de su escasez, del aumento de la demanda o de otras condiciones del mercado. El especulador no tiene intención de producir nada con ese bien, sino simplemente de conservarlo durante un tiempo para volver a venderlo a un precio superior al que pagó para adquirirlo.

Inversor es el que compra un bien o sufraga su montaje, con la intención de obtener un beneficio de su explotación, o aporta un dinero a una sociedad para que esta lo explote y le pague un rendimiento.

La diferencia es clara: si el capital se integra en la producción, es inversión. Si lo único que hace el bien adquirido es dejar pasar el tiempo, es especulación.

Por tanto, el tío que compra una casa para vivir en ella, vive en ella, o la alquila, y la vende después de unos años no es un especulador. Es un inversor. Si tiene la casa vacía y espera unos años para venderla a un precio superior al que la compró, es un especulador.

Lo mismo sucede en la Bolsa. El que compra acciones para recibir un dividendo o un rendimiento de la empresa de la que se hace accionista, es inversor, y ayuda a la empresa a financiar sus proyectos. El que compra hoy para vender la semana que viene pensando que la acción subirá pro una u otra razón, es un especulador.

Y no juzgo ni a unos ni a otros, porque los especuladores también crean empleo y mueven el mercado, pero es importante distinguirlos. Y más importante aún sería que nuestro sistema impositivo los distinguiera. Me parece a mí, vaya.

 

Sigue el margen de caída del precio de la vivienda

Tanto buscar, y al final la solución la tenían estos tipos

Tanto buscar, y al final la solución la tenían estos tipos

Vaya, vaya, aquí no hay quien se aclare, unos días nos cuentan la moto de que el precio de la vivienda ya ha alcanzado su punto más bajo, y al día siguiente nos vienen con la milonga de que el precio seguirá cayendo, y además de manera importante, concretamente hasta el 30%, tomando como referencia los precios de 2008, momento más álgido de la burbuja inmobiliaria.

Y no es que lo diga cualquiera, lo dice Fitch, una de las firmas de rating y de elaboración de informes de más prestigio, así que si ellos lo dicen habrá que creerlos, sobre todo porque sostienen que las estadísticas que está arrojando el Ministerio de Vivienda no son rigurosas.

No lo son porque no están teniendo en cuenta la falta de liquidez del sector inmobiliario, que está provocando la escasez de demanda, y por tanto, la consecuente bajada de precios para ajustar la oferta, lo que es un duro golpe para uno de los ministerios más castigados por la opinión pública.

Fitch argumenta su previsión de disminución de precios sobre una referencia muy concluyente. En 2008 una familia media tenía que destinar sus ingresos de 7,7 años para poder pagar una vivienda (antes de que comenzara la burbuja esa misma medida se situaba en 3,9 años), mientras que la agencia calcula que lo ideal es que una familia destine 5,5 años.

De ahí saca el porcentaje del 30% con respecto a los precios de 2008. Imagínate 5,5 años de todos los ingresos de tu familia para poder pagar un piso. Ya está la solución a la crisis, basta con no comer, no vestirse y no cubrir las necesidades básicas durante cinco años y medio y tendrás pagado el piso.

Bromas aparte, estoy en parte de acuerdo con Fitch y en parte en desacuerdo. Es cierto que las estadísticas del Ministerio de Vivienda están puestas en tela de juicio demasiado a menudo, porque carecen de la rigurosidad que se debería exigir a este tipo de estadísticas, pero por otro lado, también es cierto, que las estadísticas que maneja la agencia también pecan de parcialidad.

Porque no valoran las diferentes circunstancias de cada contexto geográfico y social. No es lo mismo comprarse un piso en Madrid capital, que en un pueblo de Madrid. No es lo mismo comprarse un piso en primera línea de playa que a 5 kilómetros.

Lo que está claro es que todavía nos queda un largo trecho que recorrer para comenzar a tener estadísticas rigurosas, de verdad, que tengan en cuenta todas las variables que afectan al funcionamiento del sector inmobiliario. Y hasta que eso ocurra seguiremos viviendo de puras especulaciones.

Embargo

Un instante antes del comienzo del embargo.

Un instante antes del comienzo del embargo.

Lo primero, decir de qué hablamos: el embargo es el conjunto de actividades cuya principal finalidad es afectar bienes concretos del patrimonio del deudor a una concreta ejecución procesal frente a él dirigida.

O dicho en cristiano: el embargo es quitarle a una persona sus bienes para que estos sirvan de pago de una deuda.

Para que exista embargo, es necesario que antes se haya decretado una acción judicial contra el deudor y que sea por una cantidad concreta y determinada de dinero. Por tanto, lo primero es concretar el monto de la deuda e iniciar el procedimiento judicial. Pero OJO: si la deuda es con una entidad pública, el proceso judicial no es necesario porque las entidades públicas pueden embargar por sí mismas sin participación de la justicia, lo que acelera todo el proceso.

Para que el embargo sea efectivo, el deudor debe ser fehacientemente informado de su deuda y de que se abre el proceso de embargo. A esta información se le llama apremio, y muchos tratan de retrasar la notificación todo lo que pueden, a sabiendas de que el embargo es imposible hasta que no se haya notificado convenientemente.

Antes de la ejecución pública de los bienes embargados, el deudor puede detener el proceso pagando la deuda, pero esto suele ser muy complicado, sobre todo porque una vez que se inicia el proceso nos meten en esas gloriosas listas de apestados que nos alejan de cualquier fuente de financiación.

Por último, ya que el tema daría para semanas enteras de artículos, decir que no todos los bienes son embargables: entre las excepciones están los muebles y utensilios del hogar, la ropa del deudor y su familia, libros, herramientas e instrumentos necesarios para la labor profesional, objetos sacros y dedicados al culto, y cualquier otro bien que se demuestre imprescindible para que el embargado pueda mantener un medio de subsistencia.

Un apunte: las administraciones públicas son inembargables. O sea que si el ayuntamiento no te paga, pues te jodes.

Por si acaso pensabais que éramos todos iguales…

 

 

A falta de pan, buenas son tortas, a falta de propiedad, bueno es el alquiler

Los que no podemos comprar pan, nos conformamos con las tortas

Los que no podemos comprar pan, nos conformamos con las tortas

A falta de pan, buenas son tortas, y a falta de poder comprar una vivienda en propiedad, bueno es el alquilarla, o al menos eso se adivina de las estadísticas que ayer hizo público el Ministerio de Vivienda, según las cuales, durante el primer trimestre de 2010 se habían cerrado 1.779 contratos de alquiler a través de la Sociedad Pública de Alquiler, más del doble de los cerrados en el primer trimestre de 2009.

Es evidente que en épocas de crisis, en las que la inseguridad es la norma, pocos se atreven a lanzarse a la compra de una vivienda, con compromisos financieros durante más de 20 años, y prefieren decantarse por el alquiler, una opción denostada en nuestro país, pero esencial en otros.

Muchos expertos coinciden que el alquiler es una opción más eficiente económicamente hablando, ya que es más económico que una cuota hipotecaria y permite utilizar el excedente de dinero entre ambas obligaciones en el mercado financiero libre donde se puede obtener un tipo de interés que compensaría el no estar adquiriendo la vivienda.

Sin embargo, en España no nos paramos a pensar en la eficiencia económica y vivimos más de la cultura heredada según la cuál la propiedad es la clave, y todos preferimos tener una vivienda en propiedad, aunque en realidad pertenezca al banco, que pagar cada mes nuestro alquiler de manera religiosa. Por ello, los datos del Ministerio de Vivienda son más esclarecedores.

Porque nos dan una radiografía exacta de la situación de crisis en la que estamos viviendo en estos momentos, una situación que lleva a los ciudadanos a ir contra sus propias ideas y alquilar una vivienda cuando en realidad quisieran comprarla. En ese aspecto, la Sociedad Pública de Alquiler está haciendo una gran labor, y digno es reconocerlo, al ofrecer alquileres más baratos que los del mercado, en concreto un 12%, según los datos hechos públicos por el propio Ministerio.

Además, este organismo está permitiendo que se ocupen los pisos que antes estaban vacíos, ya que los propietarios se deciden a alquilarlos ante la seguridad que se les ofrece, ya que ellos cobrarán bajo cualquier circunstancia y siempre recibirán el piso en las mismas condiciones que lo entregaron.

Por otro lado, el aumento de viviendas que se alquilan también tiene su origen en la cantidad de personas embargadas durante la crisis, las cuáles no pueden pagar la cuota de la hipoteca, pero tienen que vivir en algún lugar, por lo que se acomodan al alquiler que se les ofrece.

En definitiva, cuando la propiedad no es posible, bueno es el alquiler.

Más vale tarde que nunca, por fin baja el tipo de interés de las VPO

VPO

Con el tipo de interés a cuestas

La rapidez de movimientos nunca ha sido el fuerte de los políticos, que siempre van por detrás de la realidad, por detrás de la sociedad, por detrás de los acontecimientos, por detrás de lo que la sociedad requiere, y, claro, el tema del tipo de interés de las VPO no iba a ser una excepción.

Este viernes, tras meses y meses de injusticia, el Consejo de Ministros, a petición del Ministerio de Vivienda, decidió rebajar el tipo de interés de las VPO para adecuarlo a los tipos de interés de mercado, porque la comparación entre ambos índices resultaba dañina a los ojos. Mientras el tipo de interés de mercado de cualquier hipoteca rondaba el 2,25%, el tipo de interés de las VPO se situaba por encima del 4%.

Hay que recordar que este tipo de interés fijo sólo afecta a las viviendas VPO de programas anteriores a la nueva ley firmada el año pasado, que fijaba el tipo de interés como Euribor más una horquilla que oscilaba entre el 0,25% y el 1,25%, lo cuál acerca el mercado libre y el mercado protegido.

Particularmente, considero que el manejar un tipo de interés variable para VPO es un error, porque acaba por convertir la vivienda protegida en vivienda libre camuflada. Lo ideal sería mantener el modelo antiguo, con tipos de interés fijos, pero, eso sí, revisables con mayor periodicidad para ir siempre acorde con lo que se está pagando en el mercado y conseguir ofrecer siempre una mayor ventaja a los beneficiarios de este tipo de vivienda.

Otro error que se suele cometer a la hora de otorgar las VPO se refiere al filtro de las personas que pueden optar a una de ellas. Los filtros requieren demasiada burocracia y en demasiadas ocasiones cometen graves injusticias, concediendo una vivienda a personas que han sabido burlar los criterios legales para poder optar a ellas.

Parece como si a la Administración le gustara la burocracia, como si le sirviera para sentirse más importante, como si con ella le demostrara al pueblo llano que se encuentra por encima de todos ellos, por encima del bien y del mal, y que todos nosotros, los pobres ciudadanos anónimos, tenemos que comer de su mano cuando ellos quieran.

La clave para que las VPO funcionen adecuadamente radica en aligerar la burocracia y facilitar el acceso al crédito de los beneficiarios de las viviendas.

Ampliación de hipoteca

Cuando las cosas nos quedan pequeñas, hay que hacer algo...

Cuando las cosas nos quedan pequeñas, hay que hacer algo...

Esta operación, que no era tan común en otros tiempos, se está convirtiendo poco a poco en la estrella del mercado hipotecario a medida que las familias ven estrecharse su margen de maniobra.

La modificación de hipoteca es el cambio de las condiciones firmadas, ya sea para ampliar el número de años, el diferencial de interés que se paga, o incluso aumentar la cantidad que se debe.

Esto último puede pareceros una locura o un imposible en las condiciones actuales, pero no es tal. Si el banco tiene razones de peso para creer que en unos años el cliente volverá a ser solvente, puede prestarle algo más de dinero y ampliarle el plazo de devolución, con unas consecuencias muy interesantes: la cantidad que el banco presta puede servir para pagar las cuotas durante treinta o cuarenta meses, de modo que pasado este tiempo y aliviada la situación del momento, el hipotecado pueda devolver más dinero y en más años, con el consiguiente aumento de la cantidad percibida por el banco en concepto de intereses. Por eso lo normal es que en el caso de aprovechar esta opción se planetee un trato equilibrado: te doy cuarenta mil euros más para que aguantes esta temporada, subimos diez años más la hipoteca, y subimos medio punto el diferencial respecto al Euribor. O sea que es una solución, pero cara.

En todo caso, la modificación de hipoteca, al ser con el mismo banco, es una alternativa a la subrogación con otra entidad. En esencia son lo mismo: un cambio en las condiciones de la hipoteca, pero en la modificación se hace con el mismo banco y en la subrogación el banco es diferente.

Y desde el punto de vista de los gastos, hay que tener en cuenta que la modificación de la hipoteca suele ir acompañada de una nueva escritura pública, con todo lo que eso supone de impuestos, gastos, y demás sangrías para el ya de por sí depauperado bolsillo del hipotecado.

Pero por exponer opciones que no quede.

 


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Embargos, subastas y morosos: nos embarga la emoción (y el piso)

Si el cocinero tuviese que comer de nuestro mismo rancho, quizás trabajase de otro modo...

Si el cocinero tuviese que comer de nuestro mismo rancho, quizás trabajase de otro modo...

Agarraos bien los machos, porque la noticia se las trae: los embargos de viviendas se han multiplicado por cuatro en el último trimestre de 2009, alcanzándose la muy dolorosa cifra de 17.200 viviendas embargadas, lo que suponen otros tantos dramas. Cada cual imagine lo que supondría para él que el banco se quedara con su casa, y con eso será suficiente para darse cuenta de que ya no estamos hablando de distintas opiniones, sino de algo mucho más serio.

Para que os hagáis una idea de la magnitud del desastre, os ofrezco algunos datos más: en todo el año  2006 se embargaron 17.635 viviendas, lo que viebe a ser unas 4100 viviendas por trimestre.

Bien, pues sólo en el segundo trimestre de 2009, de marzo a junio, se embargaron 23.704 viviendas. Más del quíntuple. O sea, que en tres meses del 2009 se superó en un 50 % todo lo que se había embargado en un año entero.

Por si esto fuera poco, las previsiones para 2010 son aún peores. Los bancos, que están sufriendo en sus cuentas un porcentaje de morosos de alrededor del 4,5 % esperan que esta cifra llegue al 7 o al 9 % a lo largo de este año. Dicen que van a hacer cuanto puedan para renegociar las deudas y no llegar al embargo, y esta vez es para creerles, por lo mucho que les perjudica a ellos quedarse con las casas, pero nadie sabe si eso será suficiente, ni hasta dónde podrán llegar si el mercado sigue sin liquidez.

O sea, que no es que hablemos de la crisis: es que será ahora cuando verdaderamente se trasladará a la calle, y verdaderamente nos golpeará donde más nos duele.

El drama se está convirtiendo en tragedia.

La fiesta ha terminado. Toca recoger los cristales rotos y pagar al tabernero. Un tipo que dice llamarse Unión Europea y que espera a la puerta con un garrote.

Veremos que hace ZP ante sus argumentos.

Veremos…

IVA y vivienda

Cada vez inventan cosas más raras para vendernos la moto...

Cada vez inventan cosas más raras para vendernos la moto...

Con eso de que nos van a subir el IVA en julio, me parece que es buen momento para darle un repaso a lo que este impuesto supone en la compra de una vivienda.

Por lo pronto, supone un palo, que se llevará posiblemente lo que tengamos ahorrado si no contábamos con esta gracia.

Debéis tener en cuenta que el IVA es independiente del uso que se le vaya a dar a la vivienda. Se trata, pro caso, de un impuesto real, que grava la cosa en sí, y no de un impuesto subjetivo, que pueda depender de las circunstancias de uso. Un particular paga el mismo IVA por una vivienda que una empresa, y se paga el mismo IVA por la vivienda habitual que por una vivienda de vacaciones o por una que se vaya a usar como negocio para ponerla en alquiler.

Los tipos de IVA para vivienda, son los siguientes:

7 % con carácter general para las viviendas nuevas. Pasará al 8 % a partir de julio.

0% para las viviendas de segunda mano, peor no os emocionéis, porque en el caso de vivienda usada hay que pagar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, que curiosamente, es el 7 %.

4 % para las Viviendas de Protección Oficial. Este tipo, según parece, no se verá modificado de momento.

Y aunque no convenga hablar de eso, ya sabéis ahora pro qué a veces se piden algunas cantidades en negro y por qué acepta el comprador. Porque todo lo que no se declara es un 7 % más barato.

¿A que la tentación es poderosa?



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¡Pasen y vean! Pisos low cost y casitas oulet

Las Administraciones presentando sus planes y ayudas en los salones inmobiliarios

Las Administraciones presentando sus planes y ayudas en los salones inmobiliarios

¡Pasen y vean! ¡Pasen y vean, señoras y señores, los pisos low cost, el outlet residencial y las casas de segunda mano! La mujer barbuda, el forzudo y el hombre elefante no supondrían ni la mitad de atracción que las seis ferias inmobiliarias, con jerga de trapitos y vuelos baratos, que se celebrarán en Madrid entre enero y mayo.

En dicha comunidad, como en todas partes, ya no saben cómo deshacerse de los pisos en stock. Por eso, el Grupo Códice se ha lanzado a lo Indiana Jones a organizar el I Salón de Vivienda Social, Asequible y Sostenible. ¿Sostenible por quién? Ya estamos con la palabrita… Grrrr… ¿Asequible para quién? ¿Social? La sociedad, como Hacienda, somos todos pero luego qué curioso que las VPO les tocan sólo a unos pocos elegidos.

ZP estará orgulloso del copieteo del apellido de su Ley de Economía de moda pero, aunque muchos ayuntamientos de la comunidad madrileña (por llevarle la contraria al presi, seguro) han dado el sí, quiero, el organizador sigue en busca y captura del respaldo de organismos públicos y del Ministerio de Vivienda, que como todos sabemos está muy estresado tramando vete a saber qué para justificar su existencia.

Entre los objetivos de este salón, hay dos bastante llamativos:

1. Presentar de manera ordenada y conjunta las políticas, viviendas, ayudas, planes, etc. ¿Eso es posible? Si la fauna y flora de las Administraciones se ponen de acuerdo en materia de Viviendiversidad llamo a Iker Jiménez para que lo estudie.

Y digo yo también: ¿es que no se les había ocurrido antes organizar un sarao de este tipo? Qué casualidad que lo hacen ahora, tras hacer un curso de creatividad subvencionado por el INEMficaz, cuando no saben por dónde meterse los pisos.

2. Facilitar el acceso a aquellas personas y familias materialmente “expulsadas” del mercado libre. No tengo suficiente espacio para todos los comentarios que haría a esta frase de vocabulario tan poco sostenible, así que os lo dejo a vosotros.

Si os apetece daros un garbeo de gratti por el evento, será del 5 al 7 de febrero en el Pabellón de Convenciones de la Casa de Campo, en Madrid. Presiento que tendrá éxito y al año que viene se celebrará en lugar de Fitur. ¿Para qué buscar destino de vacaciones cuando aún tienes que buscar donde vivir el resto del año? Con estas iniciativas tan guays, luego dirán que el que no tiene piso es porque no quiere.

Y vuelta la burra al trigo con la bajada del precio de la vivienda

Al final sólo podremos comprarnos casa en el Monopoly

Al final sólo podremos comprarnos casa en el Monopoly

Uno ya empieza a estar un poco harto con el temita de que el precio de la vivienda va a seguir bajando, con lo de que se va a producir una corrección importante, y con aquello de que la situación actual es insostenible, porque luego la realidad echa por tierra todas estas previsiones.

La última previsión en este sentido ha sido la que publicó ayer la Escuela de Negocios ESADE, la cuál prevee un descenso del precio de la vivienda en España de un 20% en los dos próximos años, a añadir a la corrección que ellos han calculado de un 10-15% que ya se ha producido.

Si ellos lo dicen habrá que creerles, pero lo que no nos dicen, o si dicen no dejan muy claro, es que este tipo de informes siempre lleva gato encerrado y no pueden ser directamente extrapolados a la realidad del comprador de una vivienda.

Este informe, como todos, habla de precio medio, es decir, toma todas las viviendas que están en venta en España, suma su precio y luego divide por el número total (o cualquier otro método aritmético que quieran utilizar para calcular el precio medio).

¿Cuál es el problema? No están desglosando por tipo de vivienda, porque no es lo mismo una vivienda en la costa que una vivienda en la ciudad. La segunda sólo se compra como segunda residencia y en estos momentos no hay demanda para ese tipo de vivienda, por lo que su precio se desploma. Sin embargo, la primera se compra para residir en ella y la demanda sigue estando viva, por lo que el precio no caerá tanto.

De hecho, para que la media del descenso de precios en los próximos dos años sea de un 20%, la caída del precio de la vivienda destinada a residencia habitual no puede caer por encima del 10%, ya que la destinada a segunda vivienda lo hará en torno a un 30%.

En definitiva, los precios de la vivienda seguirán cayendo, pero poco, al menos en lo que se refiere a las viviendas que todos necesitamos, es decir, aquellas en las que residimos. El verdadero ajuste se producirá en los lugares de costa donde se ha producido una grave sobreoferta que ahora no tiene salida.