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El gobierno anima a comprar piso

virusYo ya no me quiero meter en si el Gobierno tiene credibilidad o influencia para convencer a nadie de que compre un botijo, así que menos una cosa de tanto valor y tan importante como una vivienda.

No me quiero meter tampoco a las vueltas que da la vida, cuando la izquierda española criminalizó a los constructores llamándoles especuladores y alimañas sociales, y tenemos ahora que hay que ayudar a este pilar básico de la economía española, y bla, bla, bla…

No me quiero meter tampoco a calificar aquellas genialidades del genio Rodrigo Rato, cuando afirmaba que si los pisos subían era porque se vendían, y si se vendían era porque la gente sabía que la vivienda nunca baja y es una reserva segura de ahorro y capital.

Lo que sí tengo la obligación de ver, y de comentar con vosotros, es que llevamos años intentando incentivar la compra de vivienda con cualquier pretexto. Veo que se suprimió la desgravación por compra de primera vivienda el año pasado con esa doble intención: recaudar más impuestos y, de paso, meterle prisa a la gente para que comprase.

Y ahora, la gran pregunta: ¿Y por qué  esas prisas? Porque el plazo para dar cuentas a Europa del estado de nuestros bancos empieza a agotarse, y cuantos más pisos hayan sacado bancos y cajas de ahorros de su balance, menos tendrá que poner el Estado para rescatarlos o para garantizar su inmenso, descomunal agujeros.

O sea que no penséis que cuando un ministro aconseja comprar piso ahora lo dice porque piense que van a subir en un futuro cercano: lo dice porque todos los pisos que los bancos y las cajas no vendan, formarán parte de ese patrimonio dudoso que el Estado terminará soportando de una u otra manera.

Así que, por mi parte, un consejo: si ellos dicen que que hay que respirar, casi mejor elijo ahogarme. Hasta ahí llegan mi confianza…

Se acaba la desgravación por vivienda

Búscate una buena cobertura...

Búscate una buena cobertura...

Muchos teníamos en mente que la supresión de la desgravación por vivienda era un intento desesperado del Gobierno por meter prisa a los compradores potenciales para que comprasen este año e insuflasen un poco de aire fresco al deprimido sector inmobiliario.

Algunos pensaban incluso, y podría incluirme, que lo más probable era que al final el Gobierno diese marcha atrás, como tantas y tantas veces, y la desgravación se prolongase un poco más en el tiempo, pero parece ser que la cosa va en serio, aunque se ha moderado un poco.

Finalmente, las desgravaciones por hipoteca se terminarán con las campanadas de Nochevieja, pero no para todos. Así quedará la cosa, más o menos:

Quienes declaren una base imponible inferior a 17.725 euros seguirán como hasta ahora y podrán disfrutar de la misma desgravación que en estos momentos aunque compren la vivienda una vez finalizado 2010.

—Los que declaren una imponible superior a los 24.100 € se quedará sin desgravación, porque parece ser que a partir de ese nivel de renta eres rico y ya no te tiene que ayudar nadie.

—Los que se queden a medio camino entre las dos cantidades mencionadas en los puntos anteriores, tendrán derecho a la deducción pero no al 100%, sino a una parte de ella solamente que se calculará con una de esas maravillosas fórmulas que podemos ver en los impresos de Hacienda. ¿Os la pongo? Venga: 9.040 euros – (1,4125 x (base imponible – 17.707,20 euros)

La pregunta que muchos se hacen, y yo me sumo, es qué pasará con la venta de pisos el año que viene, si este, último de la desgravación, ya ha sido malo.

 

Grandes bajadas en el precio de la vivienda de segunda mano

Burbuja especulativa

Burbuja especulativa

La fabulosa idea del Gobierno de eliminar las ventajas fiscales de la compra de vivienda a partir de enero de 2011 está teniendo un efecto devastador sobre el mercado de vivienda de segunda mano. A muchos de nosotros puede parecernos estupendo que la vivienda baje de precio, pero las consecuencias de este desplome, tratándose de vivienda usada, pueden ser muy complejas, ya que para muchas familias la vivienda vieja es la única acumulación de capital y el único soporte para un posible traslado de busca de empleo.

Durante el mes de octubre, y según datos del portal de vivienda Idealista.com, los pisos de segunda mano bajaron una media del 7, 8 %. Estos descuentos, expresados en dinero, suponían una rebaja media de veinticinco mil euros, lo que representa el mayor desplome en el precio de la vivienda de los que se han vivido hasta ahora en España.

Según los expertos, esto se debe a que muchas operaciones de compraventa se están adelantando a este año, y al miedo a una grave caída de las operaciones a partir de enero.

En cuanto a distribución geográfica, las provincias donde se han producido mayores descensos en los precios de la vivienda de segunda mano han sido Ceuta y Melilla, Lugo, Gerona, Lérida y Orense, todas ellas con reducciones de precios superiores al 10 %.

Aún así, el mayor escollo para que las operaciones lleguen a buen término sigue siendo la financiación bancaria, muy por debajo todavía (y veremos por cuanto tiempo) de los niveles habituales.

Y es que cuando no llega el agua, no importa el sistema de regadío que utilices.

Sabiduría agraria, vaya.,

 

Adiós, Ministerio de Vivienda, adiós

Adiós, Beatriz, adiós

Adiós, Beatriz, adiós

Zapatero anunció ayer la eliminación del Ministerio de Vivienda, uno de los Ministerios menos útiles de la democracia, y mira que tenía mucha competencia, en la crisis de Gobierno que generó Celestino Corbacho al anunciar su marcha y que ha aprovechado el Presidente para hacer un lavado de cara radical al Ejecutivo español.

Ya hacía mucho tiempo que se venía hablando de la inutilidad de esta cartera, que duplicaba, claramente, las funciones de las Comunidades Autónomas, que son las que tienen las competencias en materia de vivienda, y que no ha aportado nada durante sus años de existencia.

Beatriz Corredor, la Ministra más desconocida del mundo mundial, no ha aportado ningún beneficio político a Zapatero, y lejos de aprovechar los recursos que le ofrecía una cartera ministerial se ha dedicado a pasar por la política con más pena que gloria y sin dejar ninguna huella.

La creación de este Ministerio prometía la lucha contra la burbuja inmobiliaria, antes de que estallara, y el cambio de modelo productivo. Pero al final, nada de nada, la burbuja estalló y nos salpicó a todos, y el modelo productivo se ha quedado para mejor ocasión ante la priorización absoluta de la austeridad pública en una lucha desaforada contra el déficit público.

Ahora, el Ministerio de Vivienda pasa a manos de José Blanco, o mejor dicho, queda adscrito al Ministerio de Fomento, con el objetivo de que la capacidad negociadora con las Comunidades Autónomas que ha demostrado ‘Pepiño’ Blanco durante su etapa al frente de Fomento pueda servir para llegar a acuerdos realmente útiles para los ciudadanos.

Sin embargo, todas estas maniobras políticas no resuelven las dos grandes cuestiones que preocupan a los ciudadanos hoy en día en materia de vivienda. Por un lado, es necesaria una ley que establezca la “dación por pago” como método de ejecución hipotecaria, para mantener un estado de equidad entre los ciudadanos y las entidades financieras.

Y, por otra, se necesita, de manera urgente, que el Parlamento apruebe una Ley que prohíba, de raíz, las cláusulas suelo y cualquier otro punto contractual que las entidades financieras añadan a los préstamos hipotecarios con el objetivo de aprovechar su posición de poder negociador.

¿Veremos algo así antes del fin de la legislatura?

Se termina la crisis inmobiliaria, a tenor del crecimiento de las ventas

¿Será que se está terminando la crisis?

¿Será que se está terminando la crisis?

Así culmina un crecimiento continuo en todos los meses de este año 2010, en comparación con los datos de los mismos meses del año 2009, lo que, en principio, debería de certificar que el mercado inmobiliario se está recuperando y la crisis está llegando a su fin.

Es más, este crecimiento del 30% es el mayor que se produce en un dato interanual desde que comenzara la crisis (¿te acuerdas de que antes vivíamos sin crisis?), con lo que podemos empezar a lanzar las campanas al vuelo sobre la recuperación, ¿o no?

Está claro que este dato es alentador y ofrece una perspectiva que ya creíamos olvidada como es la de más operaciones de compraventa de viviendas cerradas. Sin embargo, en este año 2010 todo debe de ser relativizado porque las condiciones están cambiando de manera importante.

Si en el primer semestre del año se produjo un efecto anticipación de la compra ante la subida del IVA que se produjo a partir del mes de julio, ahora en este segundo semestre tenemos que tener en cuenta un nuevo efecto distorsionador del que no se está hablando todavía en los medios de comunicación.

Se trata de la eliminación de la deducción fiscal por compra de vivienda que se va a producir a partir del 1 de enero de 2011 para todas las rentas superiores a 24.000 euros, es decir, la inmensa mayoría de las familias españolas que no podrán beneficiarse de esta deducción que lleva tantos años operando.

Por ello, todos los núcleos familiares con intención de adquirir una vivienda en el corto plazo están haciendo esfuerzos para hacerlo dentro de este año 2010 y beneficiarse así de esta deducción importante a la hora de presentar la declaración por el IRPF.

Es evidente, que aquellos que no se pueden permitir el comprar una vivienda no están generando este efecto anticipación, pero sí todos aquellos que, por ejemplo, poseían una cuenta vivienda o cualquier tipo de ahorro adicional y que los estaban guardando para la compra de un inmueble.

Por tanto, no es de extrañar que de aquí a que finalice el año sigamos viendo cifras de crecimiento importante que serán utilizadas por algún político para hablar del fin de la crisis y del comienzo de la recuperación. Pero más vale que no nos engañemos a nosotros mismos y comprendamos que todo está distorsionado.

¡Mal haríamos en otro caso!

Reconquistar los centros urbanos

 

Casco histórico...

Casco histórico...

Y ahora van y dicen que las rehabilitaciones de viviendas en los centros urbanos es la salida más viable a la crisis de la construcción, motor y corazón de esta economía de yeso, cemento, lápiz tras la oreja y tagarnina entre los labios.

Razón no les falta en que los cascos históricos de casi todas nuestras ciudades están hechos una verdadera porquería, pero pensar que ahí puede estar el remedio al parón inmobiliario es como decir que lo mejor para luchar contra la enfermedad es una oleada de salud.

La pregunta real, por supuesto, es otra: ¿Por qué se iban a rehabilitar ahora esos barrios cuando no se hizo antes? A eso ya no responden. Y puedo preguntar otra pregunta aún peor: ¿Por qué se cayeron los barrios históricos en el abandono que ahora vemos? Para eso tengo algunas respuestas que me gustaría comentar con vosotros:

-Por los alquileres antiguos y una ley que protegía al inquilino ninguneando al propietario, de modo que en los cascos antiguos se enquistaron las rentas bajas, la población envejecida y los pequeños trapicheos de las subrogaciones, convirtiendo las zonas céntricas en marginales.

-Por la rapacidad de los ayuntamientos, que han concedido licencias de hostelería sin control, haciendo que estos barrios sean ruidosos, incómodos e inhabitables para el trabajador común.

-Por la sobreprotección de algunas zonas, que ha alejado a la economía viva de ellas a fuerza de peatonalizaciones, restricciones y demás, muy buenas para los paseantes jubilados, pero muy malas para la actividad económica.

Por todo esto y por más. Y mientras no desaparezcan las causas no habrá razones para esperar que estas zonas se rehabiliten. Quizás sea más fácil reciclar el sector que los centros de las ciudades.

He terminado el artículo y he conseguido no mencionar la palabra ghetto. Soy la leche 🙂

 

Las hipotecas de mal en peor

¿Te acuerdas cuando los bancos te entregaban las casas en la palma de tu mano?

¿Te acuerdas cuando los bancos te entregaban las casas en la palma de tu mano?

Está claro que nos pueden vender tantas motos como quieran, pero los datos estadísticos nos acaban dando la razón a nosotros, al pueblo llano, a los que seguimos viendo que las cosas están todavía mal, muy mal, a los que seguimos viendo como nuestros amigos se quedan en paro y las tiendas de nuestro barrio siguen cerrando.

Aunque los últimos datos macroeconómicos nos habían hecho creer que la recuperación económica era inminente, ahora ha llegado “Paco con las rebajas” y el Instituto Nacional de Estadística ha hecho público los datos de hipotecas firmadas del mes de julio.

Y los datos son más que esclarecedores. Por tercer mes consecutivo, el número de hipotecas firmadas ha descendido. En concreto, durante el mes de julio de 2010 ser firmaron un 6,8% menos de hipotecas, en comparación con el mismo mes del año anterior.

Este dato es más que relevante, si se tiene en cuenta que en julio de 2009 estábamos en un punto álgido de la crisis inmobiliaria y financiera y apenas se firmaban contratos de compra-venta, ni, claro está, hipotecas.

Bien es cierto, por otro lado, que sí que parece que hemos superado lo peor. Si nos atenemos a los datos de junio, observamos que el número de hipotecas firmadas crece en julio un 0,8%, con respecto al mes anterior, que no es gran cosa, pero tal como estamos es suficiente.

Otro indicador que nos puede marcar el comienzo del fin de las vacas flacas es el valor de las hipotecas. Se firman menos hipotecas, pero el volumen global de éstas es mayor, concretamente un 6%, lo que viene a demostrar que el precio de la vivienda ha llegado, en términos generales, a su nivel más bajo y que ahora se encuentra en progresión alcista.

De todas formas, no se pueden sacar conclusiones concluyentes al amparo de estos datos de julio publicados ayer por el INE, porque se trata de valores coyunturales y en situación de inestabilidad.

Habrá que seguir analizando estos valores en lo que queda del año para poder llegar a afirmar si nos encontramos en recuperación, o si, como da la impresión en la calle, todo es un cuento chino, y seguimos en las catacumbas de la crisis.

La estadística contradice los estudios económicos

El precio de la vivienda comienza a despegar

El precio de la vivienda comienza a despegar

Este lunes, 13 de septiembre, mi compañero Ladríllez se hacía eco de un estudio publicado por Bankinter en el que se afirmaba que el precio de la vivienda seguiría a la baja, al menos, hasta 2011, y, claro, todos nos lo creímos porque suponíamos que los investigadores de Bankinter serían serios, ¡craso error, amigo, craso error!

No digo que no sean serios, que lo serán, supongo, pero resulta que el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha hecho públicos los resultados sobre el precio de la vivienda en el segundo trimestre de este año 2010 y ¿a qué no adivinas qué ha sucedido? Pues que, comparados con el primer trimestre, el precio de la vivienda se ha incrementado un 1.6%, la primera vez que se produce un incremento desde el tercer trimestre del 2007, vamos, desde el génesis de la crisis.

Bien es cierto, sin embargo, que en tasas interanuales, es decir, comparado con el segundo trimestre de 2009, la tendencia sigue siendo a la baja ya que los precios, comparados estos dos períodos, se han reducido en un 0.9%, con lo que la tendencia es a la baja, aunque cada vez menos.

No obstante, yo me quedo con la comparación trimestral, porque es la que más se ajusta a la realidad al estar medida en momentos muy cercanos en el tiempo y, por tanto, con casi las mismas circunstancias, esas que todo lo pueden, de por medio.

Estamos, entonces, en un panorama de repunte del precio de la vivienda, aunque habrá que esperar para comprobar si este repunte es provisional o definitivo, porque no hay que menospreciar el efecto que haya podido tener el incremento del IVA.

Si nos atenemos a las leyes económicas el incremento del IVA desde julio hizo que se elevara la demanda de viviendas para el primer semestre del año, y ya se sabe que cuanto mayor es la demanda más se eleva el precio del bien demandado, con lo que está claro que el precio de la vivienda puede haber disfrutado de una desviación de la realidad con motivo de la modificación impositiva.

Como nos está sucediendo con casi todas las variables económicas a analizar durante este año 2010, no podemos afirmar nada hasta que no hayamos comprobado el comportamiento de las mismas una vez que el efecto IVA se haya difuminado.

El pico del petróleo (y la pala que lo acompaña)

Tendremos que adoptar extrañas formas económicas, me temo.

Tendremos que adoptar extrañas formas económicas, me temo.

Para que no digáis que no regresamos con ideas nuevas, voy a hablar hoy de un tema que aparentemente se aleja de la temática de este blog pero que, en realidad, tiene mucho que ver con la futura evolución del precio de la vivienda y las hipotecas.

Se trata de la posibilidad, cada vez más cierta, de que hayamos llegado a lo que se llama el pico de la producción de petróleo.

No voy a ser uno más de los que, cada cierto tiempo y desde los años del rey Sigifredo, dicen que el petróleo se va a acabar en breve. El petróleo se acabará, cierto, pero no será esta semana ni tampoco de repente.

Lo que sí ha sucedido, y vamos a analizar juntos su impacto, es que la producción mundial de petróleo ha dejado de crecer desde 2005. Los datos son de la Organización Internacional de la Energía y vienen a significar que, aunque la demanda ha seguido creciendo a buen ritmo, sobre todo por la incorporación de las economías emergentes, la producción no ha crecido al mismo ritmo, lo que explica el encarecimiento del barril, que se ha estabilizado alrededor de los 80 $, un precio que antes considerábamos insostenible.

Por tanto, si no se produce una reducción de la demanda, el precio seguirá aumentando, y de manera mucho más rápida que hasta el momento, porque lo cierto es que existe un problema añadido: el petróleo hay que sacarlo cada vez de capas más profundas o extraerlo de yacimientos más pobres, y aunque todos pensemos que el petróleo se mide en barriles, no es cierto: se mide en la energía que produce, una energía que ha descendido en casi un 20 % desde los años setenta pro la menor calidad del crudo.

¿Os parece raro? No lo es. La alcoholemia no se mide en vinos, cubatas y cañas, sino en tasa de alcohol en sangre. Con el petróleo pasa igual: si antes se extraían 100 litros de gasolina de un barril, por ejemplo, hoy sólo se extraen 75.

Ese es el camino por el que nos movemos hacia una terrible crisis energética que encarecerá todo el desplazamiento.

Las consecuencias son variadas y las iremos analizando poco a poco, pero pensad en dos: intenresa menos deslocalizar la producción e interesa menos residir lejos del puesto de trabajo. Las implicaciones de ambos temas son enormes.

Os dejo incluso un enlace a un artículo en el que se habla de la modificación teórica del radio de la Tierra: http://www.quintopino.org/economia/el-radio-de-la-tierra-es-variable/

¿Cómo lo veis?

 

 

 

 

Lo que sufren los niños (y los hipotecados)

 

Cuidado con los efectos secundarios

Cuidado con los efectos secundarios

Hoy os quiero hablar de ingeniería social, y de la clase de idiotas que somos cuando jaleamos ciertas campañas. Puedo contarlo con la criminalización de los constructores, con la campaña en que se llamó especulador a todo el que moviese un ladrillo, pero en lugar de eso, me apetece hacerlo con otro tema más morboso, ya que es el último artículo de este verano.

 

 

             Me parece muy bien que se lancen campañas en los medios contra ciertos delitos particularmente asquerosos como la violencia de género o la pederastia, porque son delitos alevosos en los que el culpable trata de explotar la indefensión de la víctima.

 

           Con el tema de los niños, está sucediendo algo muy grave: como la condena social es anterior y muy superior a la condena penal, el acusado está completamente indefenso. No existe presunción de inocencia alguna y basta con que alguien, quien sea, presente una denuncia para que al denunciado le caiga encima el peso del estigma social. Es una condena sin juicio. Un procedimiento totalitario o inquisitorial en el que el denunciante permanece anónimo y el denunciado no tiene posibilidad de defensa. En esto influye también mucho la cobardía de los jueces, que no se atreven a ser tan rigurosos con las pruebas como en otros casos, pero los jueces son intocables y es mejor no hablar de ellos, ¿verdad?

          Además, curiosamente, los denunciados son casi siempre personas con mucho dinero o pertenecientes a colectivos que pueden pagar abultadas indemnizaciones. Eso, por sí solo, bastaría para desconfiar, pero es que creo que hay algo peor:

            Desde que está en marcha esta especie de campaña, nadie se arriesga a tratar con niños. Conozco centro de acogida infantiles, conozco campamentos de verano, y hasta simples abueletes que ya no se tratan con ellos como antes.

            La realidad más puñetera nos enseña que hay muchos niños, muchísimos, que no cuentan con el afecto y la atención necesarias. En ocasiones se trata de niños con problemas económicos o de integración, otras veces son niños sin familia y otras, las más, niños con padres que trabajan demasiadas horas. Antes estos niños se quedaban con los vecinos, o estaban al cargo de los viejos.

            Ahora, a nivel particular, nadie quiere arriesgarse a ser afectuoso con un niño por miedo a meterse en problemas. Y nivel institucional, menos aún. Hablen con asistentes sociales, o con parroquias, o con encargados de campamentos y se lo confirmarán: por la presión que se ejerce, y por el modo en que esta se ejerce, creo que de manera interesada, los niños están afectivamente abandonados, y lo sufren sobre todo los que no tienen un entorno familiar. Lo sufren los más débiles. Otra vez la alevosía.

            Un párroco de cada mil puede ser pederasta, pero los otros 999 no se atreven ya a tratar con afecto a los menores. Un monitor de campamento de cada mil, puede ser pederasta, pero los otros 999 prefieren mostrarse fríos y distantes con los chavales. Un abuelo de cada mil, puede tener malas intenciones con los niños, pero los otros 999 tienen miedo de que los señalen si juegan con los hijos del vecino.

            Y el caso es que creo que se trata todo de una campaña política, bien orquestada, para perjudicar a ciertos colectivos y personas, sobre todo a la Iglesia. Pero la pagan los niños, que las pasan negras, más abandonados, más trtistes, más solos que nunca.

            Así es la mierda de la ingeniería social, y si cambiáis pederastas por constructores, caéis en la cuenta de que lso abusos de unos pocos se han cconvertido en desempleo para muchos y en un recorte brutal de la oferta, que la pagamos todos.

Pero el caso es aplaudir sin pensar. ¿no?

 

 

Los precios de la vivienda aún podrían bajar hasta el 40 %

Quiero y no puedo

Quiero y no puedo

Y no lo dice un agorero cualquiera, sino las industrias cementeras, que algo sabrán de eso.

Según la Asociación de Empresas Fabricantes de Cemento de España (Oficemen) el ajuste podría variar mucho según las zonas, pues mientras en los lugares con más demanda, como las grandes ciudades, el descenso de precios sería sólo del cinco o el seis por ciento, en otras zonas como la costa, donde la mayoría de lo construido son viviendas de recreo, el descenso llegaría casi hasta dejar los precios en la mitad o incluso más en los casos en los que se sobrediomensionó más gravemente la oferta.

Así las cosas, no puedo menos que incidir, una vez más, en mi vieja idea de que el abusivo precio de la vivienda procede en buena parte de esa manía nuestra de convertirnos en masa y dar pro bueno aquello que hacen los demás. Si pensamos que el libro más leído es el mejor, que el disco más escuchado es el de mayor calidad y que la opinión mayoritaria es la correcta, lo lógico es que al final nos acaben sangrando como a gorrinos generando bolsas de lo que se suele llamar sobredemanda.

Por lo visto, antes era un peligro tener opiniones propias, pero ahora, con la crisis, empieza a ser una necesidad. Ir a donde todos van, querer lo que todos quieren y hacer lo que hacen todos, es muy caro.

Lo sabemos, pero no lo aplicamos. Ni los particulares, ni las empresas. Y esa es parte de la raíz de nuestra baja competitividad. Lo hablamos otro día en más profundidad, si os parece.

Diferencias entre invertir y especular

A veces nos puede el cachondeo con las etiquetas...

A veces nos puede el cachondeo con las etiquetas...

Siguiendo con esta línea de artículos en los que trato de aclarar ideas, vamos hoy a hablar de dos conceptos que nos cuesta diferenciar, y cuya confusión tiene toda clase de efectos perniciosos, desde los económicos a los sociales, porque cuando a un inversor se le llama especulador se esta desincentivando a cualquiera a crear riqueza.

Ya hemos hablado muchas veces de que el hecho de que la empresa esté mal vista en España puede ser una de las raíces de nuestro paro crónico, pero hoy no abundaré en eso, ni me meteré en si hay muchos o pocos especuladores. Hoy vamos a la raíz de la idea:

Especular es comprar un bien con la idea de obtener un beneficio por el simple aumento de precio de ese bien derivado de su escasez, del aumento de la demanda o de otras condiciones del mercado. El especulador no tiene intención de producir nada con ese bien, sino simplemente de conservarlo durante un tiempo para volver a venderlo a un precio superior al que pagó para adquirirlo.

Inversor es el que compra un bien o sufraga su montaje, con la intención de obtener un beneficio de su explotación, o aporta un dinero a una sociedad para que esta lo explote y le pague un rendimiento.

La diferencia es clara: si el capital se integra en la producción, es inversión. Si lo único que hace el bien adquirido es dejar pasar el tiempo, es especulación.

Por tanto, el tío que compra una casa para vivir en ella, vive en ella, o la alquila, y la vende después de unos años no es un especulador. Es un inversor. Si tiene la casa vacía y espera unos años para venderla a un precio superior al que la compró, es un especulador.

Lo mismo sucede en la Bolsa. El que compra acciones para recibir un dividendo o un rendimiento de la empresa de la que se hace accionista, es inversor, y ayuda a la empresa a financiar sus proyectos. El que compra hoy para vender la semana que viene pensando que la acción subirá pro una u otra razón, es un especulador.

Y no juzgo ni a unos ni a otros, porque los especuladores también crean empleo y mueven el mercado, pero es importante distinguirlos. Y más importante aún sería que nuestro sistema impositivo los distinguiera. Me parece a mí, vaya.