Según informa el diario El Mundo, y tras el cierre de la importante Feria Inmobiliaria Sima 2012 (ya les vale también con el nombre, a los pobres, joer…) resulta que el perfil de los demandantes de vivienda actuales es el de un joven entre 25 y 35 años, en busca de una casa, para vivir en ella. Los pisos más demandados son viviendas de dos o tres habitaciones y el precio máximo que se maneja, en Madrid (ojo a este dato), es de 200.000 Euros.
Según este mismo informe el 66% de los posibles compradores de de vivienda son empleados por cuenta ajena, un 17% autónomos y otro 17 % funcionarios. De todos los encuestados, el 16 % no necesitaba financiación, mientras que el resto iba a pedir una hipoteca. Entre los deseosos de hipotecarse, la mitad pedía menos del 80 % del valor de tasación. La otra mitad estaba por encima de esta cifra.
Me gustaría terminar con un apunte: para un gasto semejante, me parece a mí que al gente no se lo ha pensado lo suficiente, porque hay un montón de ciudades donde se podrían encontrar por realmente magníficos por 200.000 euros o menos. En algunas profesiones, la necesidad de residir en grandes ciudades tipo Madrid está muy clara, pero mucho me temo, y no me fusiléis por ello, que hay quien prefiere ser pobre toda la vida en Madrid a trasladarse a otra ciudad menos “guay”.
Mientras la elección del lugar de residencia no sea una variable económica que entre en la ecuación económica de los ciudadanos, seguiremos concentrándonos todos en el mismo punto, de manera que se paguen precios abusivos mientras le resto del país se vacía sin remedio. Y luego, claro, los pisos son caros, los bancos atornillan, etc., etc…
Pero de pensar en mudarse a una ciudad más barata, de eso, no se habla ni por asomo.
A veces pienso que abunda una nueva especie del hidalgo del Lazarillo. Aquel era pobre porque lo de trabajar ni se lo planteaba. Los de ahora son pobres, porque de Madrid, Barcelona, Sevilla o Valencia ni se menean. Pues buena suerte, chavales…