Está claro que la crisis agudiza el ingenio y a medida que seguimos avanzando en la caída libre que nos está llevando a lo más profundo de nuestra propia existencia económica, aparecen nuevas modalidades de fraude y estrategias de obtención de dinero de cualquier forma posible.
La última que ha desvelado la Agencia Tributaria es la utilización de su logotipo en una serie de correos electrónicos enviados a un buen número de contribuyentes en los que se les informa que ha habido un error a su favor en la última declaración de impuestos y que, por tanto, recibirán un reintegro en los próximos meses.
Para poder acelerar la recepción de ese reintegro, se solicita el rellenar unas fichas con los datos personales del contribuyente, entre los cuáles se encuentran los datos de la tarjeta de crédito, que el contribuyente debe de rellenar ya que es en esa misma tarjeta de crédito donde se realizará el reintegro del exceso cobrado.
Posteriormente se utilizan estos datos para realizar compras fraudulentas a través de Internet, para después vender los artículos comprados y obtener beneficio de la venta, sin haber invertido absolutamente nada, más allá de la idea del fraude realizado.
Sin embargo, no se trata de un fraude novedoso, ya que se viene repitiendo de manera asidua en los últimos años, y ya la Agencia Tributaria ha detectado movimientos similares en diferentes ejercicios, aprovechando siempre los períodos posteriores a la declaración de la renta.
No podemos olvidar que ninguna entidad financiera, ni mucho menos ninguna Administración pública solicitarán jamás los datos de la tarjeta de crédito a través de un correo electrónico, por las inseguridades que ello genera, así que se debe de desconfiar de cualquier petición de este tipo, provenga de donde provenga.
Las autoridades policiales han solicitado colaboración al ciudadano, de manera que pongan en su conocimiento cualquier tipo de acercamiento que se produzca con este objetivo, de manera que con ello se pueda conseguir parar estas tramas y estas bandas.
Por otro lado, hay que recordar, que nadie lo olvide, que la gran mayoría de las tarjetas de crédito cuentan con un seguro asociado que cubre este tipo de situaciones.