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Y de momento, la hipoteca sigue, también como parábola

Los primeros de una larga lista

Los primeros de una larga lista

No es normal que dedique yo estas líneas a temas políticos, pero hoy voy a hacer una excepción, aprovechando que estamos en año con múltiples elecciones y que el domingo se celebraron las andaluzas, que quisieron ser primeras y lo consiguieron pro aquello de que aquí, como en la granja de Orwell, todos somos iguales, pero unos más iguales que otros..

¿Y por qué me parecen a mi tan importantes estas elecciones, al fin y al cabo? porque dicen más de nuestra sociología y de lo que hay detrás del telón de lo que muchos interpretan.

Dicen, por ejemplo, que en España se pueden gobernar treinta y siete años, y quitarle el récord a Franco, sin que a nadie le suene rara la cosa. No juzgo aquí la legitimidad de las elecciones ni la decisión de los ciudadanos, pero no me negaréis que la cosa da para pensar un rato, y más en un blog en el que siempre hablamos de que tomar una decisión a treinta años, como una hipoteca, es un riesgo demasiado elevado.

Dicen también estas elecciones que los sociólogos del PP viven en una burbuja de cristal, y que su ilusión de que a la gente se le pase el cabreo a fuerza de repartir los mismos sueldos entre más gente no se les va a arreglar ni de cachondeo. Si Rajoy esperaba que su partido aguantase el embate, ha visto que el batacazo que se ha dado cotiza por todo lo alto, y más que cotizará si lo fían todo a la economía y la recuperación y nada la política.

Dicen también que el ser catalán ya no es una cosa que suene tan desagradable en el sur, y así lo muestran los Ciudadanos de Albert Ribera, y que con tal de acabar con los de siempre hay mucha gente dispuesta a acabar también con los prejuicios de siempre.  Este punto sería esperanzados para una tierra como Andalucía si no fuese por el punto primero…

Dicen también que el fenómeno emergente de Podemos se comió al fenómeno declinante de Izquierda Unida, pero sin conseguir, ni juntos ni por separado, salir de la puñetera irrelevancia, esa a la que conduce ganarlo todo y que no te sirva de nada. La cuestión será ver si avanzan en otros lugares, pero de momento no han podido vencer a la “casta” ni de lejos.

¿Y cual es la suma de tanta sociología?

Estabilidad. O calma. O aguas estancadas.

A esos juicios ya no llego.

Propietarios, no proletarios

Para hacer lo que te da la gana, lo primero es ganar.

Para hacer lo que te da la gana, lo primero es ganar.

Para analizar con seriedad lo que es el mercado español de la vivienda hay que saber de dónde surge esta costumbre nuestra, casi manía, de ser propietarios del piso en el que vivimos.

Un 86% de los españoles vive en viviendas compradas en propiedad, respecto a porcentajes de menos del 20%, como el caso de Alemania, que es lo que suele verse en los países de nuestro entorno inmediato.

Bueno, ¿y por qué? ¿Porque somos así de chulos? ¿Porque nos excita la hipoteca?

Pues puede que también por todo eso, pero fundamentalmente porque ser propietario se inscribió sociológica y psicológicamente en la mente colectiva como el único modo válido de ahorrar y, a la postre, como el único modo válido de llegar a ser alguien en la vida.

¿Y cuándo sucedió tal cosa? En tiempos de Franco, por supuesto, un tipo que aguantó cuarenta años en el poder y que en ese tiempo construyó millones de Viviendas de Protección Oficial. Un tipo que odiaba alquilar esas viviendas, con lo que prefirió darlas en propiedad. ¿Y por qué?

La idea era doble, y muy clara:

-Que el Estado no se metiese en jaleos convirtiéndose en casero, y por tanto en cobrador de los alquileres y reparador de los desperfectos de las viviendas. Tener que desahuciar a la gente o hacerse cargo de las goteras acabaría por acarrear impopularidad, algo que no convenía al régimen.

-Que la gente fuese propietaria de algo de verdadero valor y tuviese algo que perder si apoyaba una revolución o un simple Gobierno de izquierda (de aquella izquierda de entonces) amiga de expropiaciones y colectivizaciones. Los que son propietarios nunca son proletarios, y así, de un golpe verbal, la dictadura del proletariado se convirtió en dictadura del “propietariado”. Un buen golpe….

Así se hizo la hipoteca un hueco en el corazón de los españoles, un hueco que permanece aún caliente por mucho que los sinsabores de los últimos años hayan generado algo de desamor. Un hueco y un recuerdo que llevará generaciones borrar.

 

La productividad

Crear el mundo de la nada: productividad infinita.

Crear el mundo de la nada: productividad infinita.

¿Y qué es la puñetera productividad que todo el mundo menciona? Pues una cosa muy simple: la relación entre los recursos empleados y lo que se obtiene de ellos. Matar gorriones a cañonazos es muy eficaz, pero tiene una productividad muy baja.

Para sellar dos papeles, conseguir que al gente sólo robe moderadamente y tener una seguridad jurídica consistente en que los tribunales dictan sentencia cinco años después de presentarse la denuncia, necesitamos a menudo setenta funcionarios, tres edificios, dos coches oficiales, y tres conserjes. ¿No es así? Pues eso es tener una productividad muy baja.

La productividad es el caballo de batalla de la economía española, pero no es algo que se pueda modificar de hoy para mañana, porque implica cambios en muchos, muchísimos aspectos de la vida de un país, algunos tan volátiles como la sociología y otros tan lentos como el nivel educativo.

La productividad de España tiene que mejorar, pero los discursos de los políticos sobre este tema son tan prácticos y realistas como los discursos sobre el frío que hace en León o el calor que hace en Cáceres. Poco a poco se podrá ir cambiando, pero esta variable no es modificable, al menos a gran escala, en periodos corto de tiempo.

Sin embargo, y en mi opinión, nuestra productividad es actualmente tan baja que un pequeño esfuerzo podría suponer un gran rendimiento. Como en Rusia tras la caída de los zares, como en China tras la revolución cultural.

Partir de muy abajo no es bueno, pero al menos genera optimismo.

Ayudas, fiscalidad y sociología

Político amañando las listas para un referendum.

Político amañando las listas para un referendum.

Una de las cosas que más daño ha hecho a los griegos en su camino hacia la ayuda internacional para escapar de la olímpica quiebra que los amenaza es la publicación de algunos datos sobre su economía en la prensa de los países que tendrían que rescatarlos.

En Alemania hubo ayer unas importantes elecciones regionales, y a los alemanes no les gusta para nada la idea de rescatar a Grecia con su dinero cuando los griegos, como publicó hace poco el Frankfurtet Allgemeine Zeitung, se jubilan a los 62 años mientras los alemanes tiene que esperar a los 67 para poder disfrutar de su jubilación.

¿Insolidaridad, egoísmo? Yo no me atrevo a decir tal cosa, porque cuando me enteré de que la edad de jubilación en Grecia eran los 62 años lo primero que me pasó pro la cabeza fue largarme para allá o pedirles que no fuesen tan generosos si aspiran a que todos nos rasquemos el bolsillo en su favor.

Esto viene al hilo de dos cosas, y me centro:

-Que una unión económica y monetaria siempre será un fracaso si se limita a las magnitudes macroeconómicas olvidándose de la sociología y del modo en que cada gobierno recauda sus impuestos y los gasta. Mientras los europeos tengamos la misma moneda pero no los mismos impuestos, los mismos derechos y las mismas obligaciones, estaremos en un gigantesco paripé que dará este tipo de resultados: que unos se aprietan el cinturón y otros tratan de gastar lo suyo y lo del vecino.

-Que al paso que vamos, si llega el día en que sea España la que necesite la ayuda alemana o del resto de Europa, nos vamos a echar unas risas de tres pares de narices cuando el Süddeutsche Zeitung, por ejemplo, publique que en España se trabajan 35 días y se cobra el paro todo el año. Porque a ellos no les podemos explicar que eso es sólo en dos regiones y que es una deuda histórica con la Pinito del Oro y bla, bla, bla…

O sea que, como decían otro día en otro foro, con estas mimbres, si nos llega el momento de ser nosotros los que pidamos ayuda, nos va a socorrer Rita die Sängerin.

Los que no sepan alemán, sigan el enlace. Peor bno creo que haga falta…