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Franco, la hipoteca y la revolución

Version 2.0 de un viejo tema...

Version 2.0 de un viejo tema...

Tranquilos, que el título asusta un poco, pero luego trataré de explicar que la cosa no es para tanto.

Uno de los puntos que tienen en común los polítólogos, es que las revoluciones sociales se dan con mayor frecuencia y virulencia en aquellos países en los que la propiedad privada tiene poco incentivo para una masa muy amplia de la población. Ese desapego hacia la propiedad privada viene, generalmente de dos razones: o se trata de sociedades de piratas o recolectores (que las hay, aunque no voy a mencionarlas) que entienden que todo viene del aire (porque lo suyo viene del aire) o se trata de sociedades en las que un porcentaje muy elevado de la población no tiene NADA, con lo que el concepto de propiedad les es absolutamente indiferente.

Como lo común es lo segundo, algunos regímenes totalitarios, como el franquismo español, decidieron atajar las propuestas revolucionarias haciendo que la gente tuviese algo. Esa es la razón, por ejemplo, de que la inmensa burrada de pisos de protección oficial que se construyeron en España durante el franquismo se adjudicasen en régimen de propiedad y no de alquiler como en otros países.

La idea estaba clara:  si la gente era propietaria de sus viviendas sería mucho más reacia a apoyar un régimen que estableciese que todo el mundo perdía lo suyo. Y por eso la ideal alquiler es tan grata para la izquierda en general, puesto que la gente que no tiene nada suele apoyar cualquier medida o cualquier idea que convierta en suyo lo que no lo era.

A medida que pasa el tiempo, la clase media, garantía de estabilidad del Estado, se va descomponiendo y cada vez más gente se convierte en clase baja, sin garantías, sin propiedades, y sin el paraguas del Estado del Bienestar que les asegure que todo va a ir bien pase lo que pase. La hipoteca, que antes te convertía en propietario y era deseada por todos, se convierte ahora en una cadena que te convierte en esclavo, y el que puede trata de librarse de ella, y si es sin pagarla, mejor que mejor.

La jugada, como siempre, está en quién la paga. Y la respuesta, como toda la vida, es “quien sea, pero yo no”. De este mecanismo, tan viejo como los sumerios, es de donde nacen movimientos tan variopintos como la dación retroactiva, la deuda ilegítima y la castración del periquito albino: el resumen fundamental es que la hipoteca la pagas tú y el piso me lo quedo yo, ya se como alquiler social, expropiación al banco, o como quiera…

La idea básica de todos estos movimientos, sin juzgarla, es dar a entender que existe el derecho a disfrutar de una vivienda sin que este derecho dependa de pagarla. Por vueltas que le den, lo que ofrecen a la gente es una subvención generalizada, o un producto gratuito, y de ahí procede su éxito. La explicación es muy sencilla: salid mañana a a la calle a ofrecer bicicletas gratis y veréis cuantas gente os apoya y firma lo que haga falta. Así que si lo que se ofrece, en el fondo, son viviendas gratis, el éxito tiene que ser arrollador.

Detrás de esta idea, una vez más, se encuentra la lucha entre estabilidad y revolución. Los que se oponen a esto alegan que cada cual tiene que pagar lo suyo, mientras que los que lo apoyan creen, y así lo reconocen, que el daño que se haría a la banca sería tan grande que podría provocar el colapso definitivo del sistema, lo que abriría las puertas a una revolución marxista.

Por eso son los que son los que lo apoyan. Por eso son los que son los que se oponen.

Nada nuevo, vaya.

Hipoteca, Euro y devaluación

Búho germánico vigilando la ortodoxia monetaria

Búho germánico vigilando la ortodoxia monetaria

En el artículo de este viernes comentaba un lector las posibles consecuencias que acarrearía la devaluación del Euro, y lo hacía además con mucho tino.

No obstante, y llevando el debate al tema hipotecario, me gustaría incidir sobre ese asunto, pues son muchas las personas que hablan de la devaluación como posible salida.

Como primera provisión, y ya que mi obligación aquí es mojarme, yo estoy a favor de la devaluación del Euro. Y a pesar de ello estoy de acuerdo, también, con Dabeman y su comentario.

Me parece completamente cierto que tenemos un Euro de dos velocidades y que nuestro peor problema es la convivencia fiscal de naciones desarrolladas con otras que solamente lo simulan pero están más cerca de la república bananera que del estado moderno.

Estoy de acuerdo también en que en estos momentos una devaluación del Euro supondría un duro encarecimiento de todas las importaciones en general y muy en particular de la factura energética, lo que seguramente complicaría la recuperación.

Sin embargo, hay otra vertiente que es la que me convence de estar a favor:

-Por un lado, al mejorar nuestra capacidad de exportación y empeorar la de importación, pondríamos cierto remedio a la salvaje sangría de nuestra balanza de pagos.

-El problema actual es fundamentalmente un problema de liquidez, por lo que una devaluación inyectaría automáticamente liquidez en el mercado, con lo que sería un modo de que las hipotecas y los créditos a las pymes volviesen a fluir. Todos sabemos que eso tiene efectos negativos en otros aspectos, pero siempre se podría, y se debería, amortizar esa liquidez en un plazo razonable de tiempo.

-Una devaluación reduciría las necesidades de capital de los bancos y permitiría salvar el sistema financiero para, con más tiempo, ajustarlos al nuevo modelo.

-Una devaluación, con su consiguiente inflación, aliviaría las deudas  de los hipotecados, lo que podría reavivar de manera sensible el consumo interior.

Estas son mis razones pero, por supuesto, hay que entender una cosda fundamental: una devaluación es una subvención de los que tienen ahorros a los que tienen deudas. Y a Alemania, por ejemplo, le da la risa subvencionarnos. No sé decirlo más claro.

P.D: Muchas gracias a Dabeman por el pie que me da.

Un método de resistencia contra el desahucio

Una elegante gochada...

Una elegante gochada...

Por principio estamos algunos, que ya que todos no, en que las leyes se hacen para cumplirlas, las deudas se contraen para pagarlas y al matrimonio se llega por amor. Dicho esto para alimentar a los adoradores de lo obvio, esos que dicen niños y niñas en vez de niños a secas, nos enfrentamos al hecho de que en el mundo real la gente tiene necesidades, a veces muy perentorias, y que en blogs como este nos sentimos en la obligación de ayudar antes a los propietarios hipotecados que a los bancos.

Por tanto, empecemos por los hechos.

Si no puedes pagar tu hipoteca, vas a perder tu casa. Eso es así y está bien que así sea, porque de lo contrario florecerían los jetas como setas de otoño. Ahora bien: el hecho de que pierdas tu casa no impide que sigas necesitando un sitio para vivir, y si el banco se queda con tu salario, o con una parte de él, para que sigas pagando, resulta que te echan de tu vivienda y no puede coger otra, ni siquiera en alquiler, con lo que te conviertes en un sintecho, o en un defraudador que comienza a cobrar en negro todo lo que puede. Y eso no nos interesa a nadie, socialmente.

Por tanto, hay que aguzar el ingenio. Y aunque el piso hipotecado lo peirdas, tienes que buscarte la vida lo mejor posible para no quedarte en la calle. Para ello hay un sistema:

Cuando llegue el embargo del piso, hay que resistirse hasta última hora, con el papeleo que haga falta y las triquiñuelas que a acada cual se le ocurran, como dificultar la notificación, etc. Pero cuando el desahucio sea inminente e imparable, no hay que resistirse, ni llorar, ni tratar de posponerlo tres días más. Cuando el embargo está ya encima, hay que ir al juzgado, aceptar los términos del embargo, ir al banco, firmar las  escrituras, decir que se está de acuerdo en todo, firmar ante notario que se está de acuerdo en todo y despedirse del piso.

Y ahora, y aquí está la gracia, cambiar las llaves de la puerta Y SEGUIR en la casa. Porque ya no eres un propietario que no paga. Ahora eres un okupa, y eso requiere otro proceso judicial distinto de otros tres años., como poco. Si no hubiese firmado lso papeles, seguirías siendo el duñoe, pero como ya los firmaste, el dueño es el banco y tú eres un okupa, con lo que el expediente juducial anterior, pierde vigor.

¿Lo cogísteis?

Pues espero que no os haga falta.

De nada.

P.D: Gracias a los amigos del blog de Fraude Fiscal por el truco.

Sistema Mixto (II) Nazismo y China. Los fallos del sistema

El sistema mixto genera extrañas imágenes, y extraños eventos.

El sistema mixto genera extrañas imágenes, y extraños eventos.

 Hablar de los fallos del sistema mixto es casi como hablar de las virtudes de la dictadura. Todo funciona más deprisa y más coordinado, pero sin libertad, oprimiendo a la gente y creando grandes bolsas de arbitrariedad.

El sistema mixto sólo es posible en una sociedad muy cohesionada en la que todos los agentes económicos entiendan que sus fines coinciden. Al convivir dentro del sistema la planificación pública y la propiedad privada, esta coincidencia de fines sólo es posible mediante una presión extrema por parte del Estado, que se siente legitimado para aplastar cualquier resistencia individual.

Los logros económicos del nazismo nunca hubiesen sido posibles sin la amenaza implícita o explícita de una visita de la GESTAPO al que no supiera interpretar correctamente las directrices de la autoridad. El capitalismo se basa en la idea de que si cada uno defiende su interés propio, la suma de todos esos esfuerzos egoístas será el bien común; en el sistema mixto, esta idea, aún presente, se refuerza con el miedo: si haces las cosas bien te irá bien, y te harás rico, pero si haces lo que no debes no sólo puedes quebrar y arruinarte, sino que vendrán a buscarte unos tipos de uniforme (y cuando terminen contigo hasta la Muerte te apartará con la cuchara). O sea que zanahoria y palo combinados, pero en grado extremo. Como ejemplo, cabe destacar que la economía China genera tanta confianza que se  nutre de nuestro apoyo tácito, y que los nazis levantaron Alemania a base de vender deuda pública a Francia, Inglaterra, Holanda y Estados Unidos, donde apoyaron de manera entusiasta su política económica, respaldada por una seriedad y una solvencia ejemplares. El dato curioso es que ni la Alemania nazi ni China han dejado JAMÁS de pagar una deuda. Otra curiosidad: la guerra mundial empieza en 1939, pero Alemania sigue pagandos los intereses de sus bonos del Estado a franceses e ingleses hasta bien entrado 1940. Matarnos, sí. Dejar de pagar, no. Seriedad.  🙂

Pero volvemos a lo que decíamos: si la codicia es un impulso poderoso, la combinación de codicia y terror tiene una fuerza formidable. De ahí la eficacia de este tipo de sistema, y lo poco deseable que resulta.

En el caso Chino, os propongo una pregunta para que reflexionemos juntos: ¿Por qué sigue siendo tan barata la mano de obra después del crecimiento y la prosperidad de estos años?, ¿no decimos siempre que cuando la gente empieza a vivir un poco mejor exige mejores condiciones de vida?, ¿por qué no pasa en China?

La clave es su feroz dictadura: pueden producir barato porque nunca avanzarán lo suficiente para que la gente quiera trabajar un poco menos o en mejores condiciones. En esta clase de regímenes, lo que quiera la gente da igual, porque no están pensados para la gente.

En el caso China, una cultura milenaria de sumisión y silencio, ayuda al régimen. En el caso alemán, un pueblo culto, moderno y perfectamente tecnificado, el rencor por lo sufrido, la sensación de superioridad sobre sus vecinos (cabe preguntarse si ha desaparecido del todo hoy en día)  y la decidida voluntad de vengarse del mundo entero sirvieron de galvanizantes para un desarrollo y un despegue difíciles de igualar. “Acabaremos con ellos. Los haremos caer, aunque sea envenenados por el polvo de nuestros huesos” dijo una vez un líder nazi en un discurso, y esa idea, presente en el subconsciente colectivo fue suficiente para que una nación entera lo soportara y lo sufriera todo. Esa idea, y el hecho de que eran un país con 240.000 ingenieros, lo que supone una fuerza  pensante con un valor añadido difícil de cuantificar y que se mostró de nuevo en todo su vigor en la posguerra.

En cualquier caso, es imposible el sistema mixto en libertad. Genera corrupción, genera arbitrariedad y genera el nacimiento de elites económicas, técnicas y culturales que pisotean impunemente a sus semejantes, convirtiéndolos en simples herramientas desechables. En el sistema mixto, se le da TODO al que vale, y un pico y una pala, como mucho, al que tiene unas capacidades un poco inferiores.

El sistema mixto es una economía de guerra desarrollada en tiempos de paz. Una emergencia permanente. Un vivir provisional.

Para mí, no gracias.

Los sistemas Económicos (III). El sistema mixto (Nazismo y China)


Este es Hjalmar Schacht, el inventor del mecanismo. Echadle un ojo y pensad si os parece de fiar...

Este es Hjalmar Schacht, el inventor del mecanismo. Echadle un ojo a ver si os parece de fiar...

Después de hablar del capitalismo y el colectivismo (socialismo y comunismo), abandonamos el terreno de los sistemas económicos conocidos para adentrarnos en otros inventos un poco más raros, y quizás un poco más tenebrosos, pero creo que es necesario hablar de todo, aunque sólo sea para que se conozcan las otras opciones que se han seguido a lo largo de la historia.

El sistema mixto lo puso por primera vez en marcha el ministro de economía nazi Hjalmar Schacht en 1933, tras la victoria de Hitler en las elecciones generales de aquel año. Como curiosidades, os contaré de él que nunca fue miembro del partido nazi, sino del SPD (de la oposición) y que fue absuelto en Nurenberg porque no encontraron cosa seria de la que acusarle.

Quizás os parezca raro que Hitler diese la cartera de economía a un tipo que no era de su partido y que le había combatido enérgicamente en la campaña electoral, pero hay que entender la mentalidad del partido nazi, del propio Hitler y de la época, dejando a un lado los arquetipos: eligió para todos los puestos al que consideró mejor, y punto. Si alguien se negaba a aceptar el puesto, eso era una traición a la patria, a la que todos tenían el deber de servir sin pensar en ideologías. Incluso puso al mando de la GESTAPO al mismo comisario de policía que lo había enchironado a él en 1924, así que con eso está todo dicho.

Explicar en qué consiste el sistema mixto de Hjalmar Shchat es muy fácil. Lo difícil es detallar su funcionamiento, y no puedo meterme en eso en profundidad, así que espero resumirlo de manera que se entienda algo:

El sistema mixto consiste en que toda la industria, el comercio y la distribución AL POR MAYOR queda en manos del Estado o regulado férreamente por el Estado, y todo lo que sea AL POR MENOR queda en manos de la propiedad privada en absoluta libertad para hacer cada cual lo que quiera.

Tras esta premisa fundamental, el sistema mixto del nazismo se apoyaba en los siguientes pilares:

-El tipo de cambio de la moneda se fija en Boletín Oficial, y depende de la actividad. Dependiendo de lo que compres o vendas, así será el tipo de cambio. Puedes cambiar las divisas que quieras, pero declarando la operación que vas a realizar, y dependiendo de la operación así será el cambio, que no es nunca ni fijo ni libre.

La fiscalidad de las plusvalías es feroz. La del trabajo y el beneficio empresarial son muy bajas, pero si compras un bien (un piso, oro, o lo que sea) y lo vendes en menos de un año, el Estado se lleva el 90 % de la diferencia entre el precio al que compraste y el precio de venta. Si son 2 año, el 80 %, si son 3, el 70 % y así sucesivamente. Si pasan 10 años, todo lo que saques es para ti. El comercio al por menor de una lista de bienes (bienes comerciales, en general) está exento y se considera beneficio empresarial, como en nuestros días.

La producción al por mayor se regula desde el Ministerio de Economía, mediante planes trienales o quinquenales. Esto regula las materias primas y casi toda la industria de más de 30 trabajadores. Por debajo de ahí, cada cual puede invertir o no, poner una empresa de camiones o una churrería, como mejor le venga.

-La propiedad privada es intocable, pero no se admiten bienes ni recursos muertos. La tierra o se cultiva, o se arrienda. Los pisos se ocupan o se alquilan, etc.La ley decía exactamente: “la propiedad será siempre privada y siempre al servicio de los intereses nacionales”, lo que, por supuesto, trajo consigo no pocos conflictos. Cómo se resolvían esos conflictos lo imagináis de sobra: arbitrariedades, injusticias, persecuciones, etc. En todo caso, podían obligarte a alquilar tu casa o a que tu fábrica produjese cacerolas en vez de cucharas, pero no te la expropiaban.

Los extranjeros tienen los mismos derechos y deberes que un huésped en un hotel. Pagan su cuota y tiene derecho a lo que al cuota estipule. Y nada más. La letra pequeña, por supuesto, estaba en saber a quiénes consideraban extranjeros, pero eso es salirse del ámbito económico y no quiero escribir una enciclopedia.

En la actualidad, este sistema ha sido copiado de manera casi textual por el gobierno chino. Tan llamativa es la copia que en algunos textos legales chinos aparecen siglas equivocadas, correspondientes a organismos alemanes de los años treinta, como RB, AB (Ferrocarriles del Reich, Autopistas, etc.).

Como ya me alargo demasiado, sigo otro día. Ya diréis en los comentarios qué os parece este engendro híbrido.