No nos queda otra que reírnos de aquellos que siguen prometiéndonos que la recuperación económica en general, y de la construcción en particular es un hecho, porque cada nuevo dato que recibimos hecha por tierra ese optimismo y demuestra que todo está peor de lo que pensábamos.
Durante los últimos meses ha habido voces que nos han vendido la moto de que el sector de la construcción se encontraba en clara mejoría, con indicios de recuperación en breve, si no a finales de 2010, que ya hemos dejado atrás, sí con el comienzo del nuevo año.
Sin embargo, ni una cosa ni la otra. Según los datos que conocimos ayer, hasta el mes de octubre de 2010, la construcción de viviendas cayó en un 34.9%, con respecto al mismo período del año anterior, es decir que en los diez primeros meses del año 2010 se construyeron 334.312 viviendas menos.
Como no podía ser de otra forma, por otro lado, es la vivienda privada la que un mayor decremento ha sufrido, por un doble factor. Por un lado, las administraciones públicas han intentado sostener al sector, y, por otro, como el volumen de construcción pública es menor, el decremento será, consecuentemente, también menor, como lo sería, en su caso, el incremento.
Este decremento en la construcción de nuevas viviendas hace referencia explícita a la falta de demanda que está experimentando el sector, provocado por la falta de estabilidad económica y la tremenda volatilidad en el empleo, que provoca falta de confianza en el mantenimiento del puesto de trabajo, o, en su caso, en la capacidad de encontrar uno nuevo.
Por otro lado, el año 2011 debería de ser el año de la estabilización del sector, con lo que podremos empezar a valorar, de verdad, la situación en la que se encuentra, ya que el año 2010 se ha visto afectado por los cambios en las reglas de juego que se han venido apreciando, con el incremento de la tasa de IVA y la desaparición de la desgravación fiscal.
En cualquier caso, todo apunta a que este año 2011 seguirá siendo de estancamiento generalizado, sin una recuperación real del sector hasta, por lo menos, el año 2012 o 2013, cuando el exceso de oferta comience a desaparecer.