Mañana hablo del embargo, y me refiero a lo que nos puede pasar y ya les está pasando a muchos con el piso. Hoy, para abrir boca, pensé poner el poema de Gabriel y Galán sobre el embargo, peor no me pareció serio, así que voy a contaros un pequeño secreto que nos dará un poco de esperanza.
Resulta que cuando dejamos de pagar las cuotas de la hipoteca, el banco nos amenaza y nos empieza a enviar cartas desagradables sobre lo que nos va a pasar si no hacemos frente a nuestro compromiso. Nosotros, como es natural, nos ponemos muy nerviosos y negociamos lo que sea, pero hay que saber que ellos se ponen también muy nervioso, y no sólo porque ya tengan pisos a mansalva y estén dispuesto a lo que sea por no hacerse con uno más. Hay y una razón suplementaria:
Cuando un banco ejecuta un inmueble, tiene la obligación de provisionarlo en su contabilidad, por lo que eso perjudica terriblemente a su cuenta de resultados y a su coeficiente de solvencia.
Mientras el banco se limite a enviarnos cartas, hacer que negocia con nosotros y apretarnos las clavijas, el Banco de España no se entera de nada ni exige al banco mayores garantías. Pero cuando se inscribe la ejecución de la hipoteca, entonces nosotros nos quedamos sin piso y ellos se quedan oficialmente sin el dinero, lo que les obliga a provisionar fondos para cubrir la parte que no puedan recuperar.
La conclusión es obvia: los bancos tienen más paciencia que antes, porque su situación es tal que cada piso que ejecutan se aprietan a sí mismos un poco más la soga en torno al cuello. De hecho, no es de extrañar que en algunas entidades los directores de sucursal estén recibiendo instrucciones de tener un poco más de paciencia con los deudores que hacen lo que pueden por seguir pagando aunque no sean capaces de satisfacer todo lo que deben.
De hecho, no sería de extrañar que algunas cajas de ahorros, a partir de cierto punto, prefiriesen no cobrar (y callar) a ejecutar los pisos, sobre todo si la hipoteca es reciente y la provisión es más alta que el valor al que se va a poder vender ese inmuebles.
La vida te da sorpresas…
Sorpresas te da la vida…