Menos mal que no me dedico a hacer previsiones económicas, al menos de una forma profesional, porque si no estaría de los nervios todo el día, viendo como todos los análisis profesionales y basados en la lógica económica se vienen abajo por cuestiones que nadie conoce, cuestiones a las que todavía no llega la Economía.
Con la subida del IVA que entraba en vigor el 1 de julio, todos los analistas, y yo entre ellos, coincidíamos al afirmar que se produciría una subida de compra venta de viviendas, y, por tanto, de constitución de hipotecas, pero nada, nada de nada.
Y mira que los primeros meses del año parecían darnos la razón, pero a medida que se acercaba el tan temible incremento impositivo parece como si los compradores se hubieran echado para atrás.
Si los primeros meses del año se constituyeron más hipotecas que en los cuatro primeros meses del año 2009, los dos últimos del primer semestre, es decir, mayo y junio, la tendencia cambio de rumbo y el número de hipotecas empezó a descender.
Así, en el mes de mayo la caída fue del 2,9%, comparando los datos de mayo de 2010 y mayo de 2009, mientras que en el mes de junio esa caída se ha disparado hasta el 10,73%, una cifra realmente significativa.
¿Qué significa?
Pues yo creo que nadie lo tiene claro, porque esta caída contraviene una ley económica que parecía universal, y que no es otra que ante una subida de precios los consumidores adelantan el consumo.
¿Puede haber alguna explicación?
Sin duda, la principal verdad que rige la vida de un economista es que cualquier hecho económico se puede explicar desde alguna perspectiva, todo es cuestión de encontrarla. En este caso, esta cifra de constitución de hipotecas debería de ser contrastada con el volumen de operaciones de compra-venta, para sacar un valor real.
Porque puede haberse dado la situación de que efectivamente se hayan comprado más viviendas, adelantando el consumo ante la subida del IVA, pero se hayan constituido menos hipotecas, bien debido a pagos con dinero negro o bien debido a subrogaciones, que no implican novaciones, y por tanto no entran en la contabilización para este dato.
En cualquier caso, está claro que el dato es sorprendente y debe ponernos sobre alerta ante la ralentización de la recuperación que todos parecíamos haber adivinado.