Uno de los términos que puede generar más confusión a las personas que se van adentrando en la economía personal es la hipoteca. Este término se refiere a un derecho que grava inmuebles para garantizar que una obligación o el pago de una deuda sea cumplida, es decir, es un derecho en el que se ofrece una casa,apartamento, terreno o algún otro inmueble a cambio en caso de no cumplir con un pago o una obligación financiera.
Derivado de este concepto viene el préstamo hipotecario. En este caso, una entidad bancaria le presta a una persona el dinero que necesita para comprar o reformar una vivienda u otro inmueble, poniendo como garantía de pago el propio inmueble comprado. Este tipo de contratos es bastante común ya que al tener una garantía establecida, la entidad bancaria corre poco riesgo de perder su dinero. Para los compradores también ofrece ventajas, ya que esta garantía cuenta con tasas de interés muy inferiores a las de préstamos personales.
La forma en que se realizan los pagos es por medio de una cuenta corriente operativa en la cual se realizará un depósito mensual previamente acordado y establecido por ambas partes. También se establecerán las fechas de pago y las cuotas e intereses mensuales. Similar a otros instrumentos financieros, las entidades bancarias pueden ofrecer intereses fijos, variables o mixtos. Debemos tomar en cuenta que los préstamos hipotecarios suelen cubrir aproximadamente el 80% del valor total del inmueble, por lo que aún con un préstamo hipotecario debemos de tener cierta capital ahorrada para poder adquirir el inmueble que deseamos.