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¡La hipoteca: el matrimonio eterno con el banco y el euríbor!

La hipoteca: ese pacto con el diablo conocido como banco

¿Estás pensando en comprar una casa? ¡Felicidades! Ahora comienza la emocionante aventura de lidiar con tu nueva mejor amiga, la hipoteca. Esa amiga que te acompañará por décadas, recordándote la generosidad del banco y el encanto cambiante del euríbor.

El banco, ese novio que nunca se va

El banco te sonríe con sus intereses tentadores y sus cláusulas escondidas. Te promete estabilidad, pero a la mínima desviación del euríbor, ¡zas! Ahí tienes la letra de tu hipoteca subiendo como la espuma, como si de repente hubieras adoptado un hijo con necesidades infinitas.

El euríbor, el invitado inoportuno

Y hablando del euríbor, ese invitado que nadie quiere en su fiesta. Un día está de buen humor y al siguiente decide subir sin avisar, como un caprichoso que arruina tus planes financieros. ¡Gracias, euríbor, por hacer de nuestra relación con el banco un juego de azar constante!

El préstamo, el tercero en discordia

Y entre el banco y el euríbor, está el préstamo, ese intermediario que te recuerda que la felicidad de tener una casa no es gratis. Te endeudas hasta las cejas y te conviertes en esclavo de tu propio sueño de propiedad.

Conclusión

Así que, querido lector, si estás pensando en hipotecarte, recuerda que estás firmando un contrato de por vida con el banco y el euríbor. ¡Que la fuerza te acompañe en este matrimonio eterno!

Los bancos y sus hipotecas: una relación de amor-odio con los euríbor

¡Hipotecas, casas y préstamos: el trío amoroso del euríbor y los bancos! En la actualidad, las hipotecas se han convertido en una especie de pacto con el diablo en el que los bancos son los grandes beneficiados. Te prometen la casa de tus sueños a cambio de una deuda que te acompañará hasta la jubilación. Pero no te preocupes, ¡siempre puedes confiar en la fluctuación del euríbor para mantenerte en vilo! Este índice mágico que parece tener vida propia y que los bancos utilizan a su antojo para subirte la cuota cuando menos te lo esperas. ¿Y qué decir de los préstamos? Esa maravillosa herramienta que te permite endeudarte aún más con el banco para salir de un apuro temporal. ¡Qué genios! En resumen, el mundo de las hipotecas, las casas, los préstamos, los bancos y el euríbor es un circo donde tú eres el payaso principal. ¡Bravo por los artistas financieros que nos roban a plena luz del día!

¡Hipotecas, casas y préstamos: el trío amoroso del euríbor y los bancos!

¡Bienvenidos, queridos lectores, a este divertido y sarcástico artículo sobre el apasionante mundo de las hipotecas, casas, préstamos, euríbor y bancos! ¿Alguna vez has sentido que estás atrapado en un triángulo amoroso con tu hipoteca, tu casa y el banco? ¡No estás solo! La mayoría de las personas se sienten así cuando se embarcan en la aventura de adquirir una vivienda. El euríbor, ese misterioso índice que parece tener vida propia, también juega un papel crucial en esta historia. ¿Será tu mejor amigo o tu peor enemigo? Los bancos, por supuesto, son los villanos de la película, siempre buscando la manera de sacar más dinero de tus bolsillos. Pero no te preocupes, aquí encontrarás consejos ingeniosos para navegar por este complicado mundo y salir victorioso. Desde cómo negociar una mejor tasa de interés hasta cómo evitar caer en la trampa de los préstamos abusivos, te revelaré todos los secretos que los bancos no quieren que sepas. Así que prepárate para reír, llorar y aprender en esta emocionante montaña rusa financiera. ¡Tu hipoteca nunca volverá a ser la misma después de leer este artículo!

La hipoteca tras la morosidad. Hipoteca y ASNEF

Pozo para morosos

Pozo para morosos

Ahora que el mercado hipotecario repunta en algunos sitios, una de las preguntas más habituales es qué hacer para comprar una vivienda cuando quedan todavía secuelas de los malos tiempos, es decir, cuando por alguna deuda nos han incluido en alguna lista de morosos como  ASNEF.

De todos modos, y como hay muchas preguntas al respecto y quedó pendiente de algún artículo anterior, vamos a echar un ojo a lo que son estos registros de morosos.

1. ¿Cómo saber si nos han metido  en ASNEF?
Si una empresa con la que tienes una deuda te ha inscrito en ASNEF, tiene que informarte por correo certificado con un plazo mínimo de 30 días desde que te dio de alta en la lista. Es una obligación que a veces se salta, pero aún así conviene saber que existe, para ayudar en la posible reclamación.
Además, siempre es posible contactar con ASNEF-Equifax por correo electrónico (sac@equifax.es), correo postal (c/ Albasanz, 16, 28037 Madrid), fax (917 687 753) o teléfono (917 687 600 o 915 562 011) y preguntar qué ha sucedido.
2. ¿Cuánto cuesta saberlo?
Nada. Consultar la propia situación es gratis, aunque hay que acreditar la identidad del que consulta, aportando los datos que te vayan pidiendo. Todo bastante normal.
3. ¿Y quien puede consultar esa lista?

En general solo empresas, y sólo las que pagan una cuota para ello y cumplen algunas reglas. Los particulares no pueden consultar el estado de otras personas, al menos en teoría…
4. ¿Cual es la deuda mínima para que aparezcas?
No existe una deuda mínima. Puedes estar por diez mil euros, o pro quince euros, si el que te incluyó tuvo la voluntad de hacerlo pro ese importe.

5. ¿En qué puede perjudicarme estar en una lista de morosos?

Tendrás muchos más problemas para obtener un crédito, ya que el departamento de riesgo de las entidades prestamistas asumirá que concederte el préstamo conlleva un gran riesgo de impago. Además, ciertos bancos no permitirán, ni siquiera, el que abras una cuenta en ninguna de sus sucursales.

6. ¿Entonces ya nadie me concederá otro préstamo?
Ningún banco te concederá un préstamo hasta que tu nombre no sea borrado de ASNEF, pero todavía puedes pedir dinero a prestamistas privados. Lo primero, por supuesto, es tratar de salir del esas listas, y si no, buscar alguna de esas empresas que conceden préstamos con asnef, pero tendiendo en cuenta que va a salir más caro y va a suponer muchos límites y dificultades que de otro modo podríamos evitar. O sea, que lo más barato suele ser pagar.

7. Una vez pague, ¿cuánto tardarán en borrarme?

Deberían hacerlo el mismo día que pagues, pero con la cosa de los trámites y demás pueden tardar hasta un mes.. No obstante, recibirás una respuesta obligatoriamente en menos de 10 días.

8. ¿Y puedo seguir en la lista después de pagar?

Pues sí: a veces se mantiene una lista de antiguos morosos, y pueden tenerte en ella hasta seis años, pero no tiene los mismos efectos que la otra y no es normal.
pero tenlo claro: si estás en la lista de morosos, no hay hipoteca que valga…

 

Lo que cuesta el tiempo.

Poltergeist de la lógica

Poltergeist de la lógica

Todos los que tenemos una hipoteca lo sabemos: el tiempo cuesta dinero, y cuanto más tiempo pedimos, más dinero nos cuesta, y mayores son los avales que nos piden, y más estricitas las condiciones impuestas por el que da el préstamo.

Y si lo sabemos todos, ¡oh cielos!, ¿cómo es posible que nuestro Gobierno no se haya enterado y siga jugando aún al escondite con el rescate?

En Junio se aprobó el rescate de la banca española, luego la cosa se pospuso un poco por aquello de que había que hacer una auditoría externa, ya que los datos presentados por el Tribunal de Cuentas, el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores no se lo creía ni la esposa de Jonás. ¿Y luego?

Luego vino Rajoy a decir que había sido un gran triunfo de España, que no había condiciones que cumplir y que era mejor esperar. Esperar a las elecciones gallegas. Esperar a las elecciones vascas. Esperar ahora posiblemente a las catalanas mientras el que presta el dinero, Alemania sobre todo, empieza a convencerse de que a gente así es mejor no prestarle ni el patinete, así que mucho menos la archimillonada de euros que vamos a necesitar.

La prudencia es siempre buena consejera, pero el diletantismo no es prudencia, sino desidia, pro más que todos conozcamos a gente que lo deja todo para mañana con la excusa de que lo va a pensar mejor.

Quizás sea bueno dejar las cosas claras: tenemos que pedir prestado, porque no tenemos dinero. El que presta, pone sus condiciones, que se toman o se dejan. Tratar de imponer los plazos nos va acostar un pico, como nación, igual que nos costaría como particulares si hiciésemos esta chorrada al pedir una hipoteca.

Lo entiendo todo el mundo, pero el Gobierno, no.  ¡Hay que jorobarse!

¿Alquiler social o una tía soltera?

Según cómo lo mires...

Según cómo lo mires...

La mayor parte de las reivindicaciones sociales que escuchamos en los últimos tiempos son totalmente justas, pero me parece que nacen viciadas de una absoluta falta de capacidad para explicarlas, lo que las descalifica desde el punto de salida, con el consiguiente perjuicio para quienes realmente necesitan la ayuda de todos.

En los ilusionantes comienzos del movimiento 15M participé en alguna asamblea y aún recuerdo que algunas de las principales reivindicaciones que se planteaban eran la creación de una banca pública y la implantación de alquileres sociales que sustituyesen a las draconianas hipotecas. Se trataba, en suma, de crear una especie de mutualidad en la que todos nos hiciésemos un poco responsables de la suerte del vecino y no hubiese sonado mal del todo de no ser por un detalle contradictorio: por una parte se pedía que se restase poder a los políticos y por otra se querían poner aún más entidades dinero y poder en manos de los políticos, que son los que gestionan lo público.

Al final, como el tiempo tiene estas cosas, la banca pública, amigos, resultó ser Bankia, que es lo obtenido por la fusión de varias cajas de ahorros, públicas todas, con la fabulosa idea desde que varias cajas en quiebra sumarían un banco sano. La banca pública resultó un agujero de miles de millones impulsado por Zapatero, no fiscalizado por Fernández Ordóñez y dirigido por Rodrigo Rato. O dicho de otro modo: que el problema no estaba en el color de quién moviese el invento, sino en la propia naturaleza del invento en sí.

Luego hemos tenido que seguir escuchando que eso no es una banca pública, porque la banca pública, como los alquileres sociales, deben ser un mecanismo de solidaridad que da dinero al que lo necesita, ayuda a las familias a llegar a fin de mes y no promueve desahucios. ¿Un banco que presta dinero pero no lo exige? ¿Un casero que se espera tranquilamente a que tengas dinero, o ganas, para pagar el alquiler?

Esos tíos, por supuesto, ni quieren alquileres sociales ni banca pública. Lo que quieren es una tía soltera y multimillonaria a al que baste llorarle un poco para que afloje la cartera.

Pero resulta que la cartera es la mía, y me opongo.