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Hipotecas: La Montaña Rusa Financiera donde el Euríbor es el Operador del Juego

Hipotecas: La Montaña Rusa Financiera donde el Euríbor es el Operador del Juego

Cuando decidimos dar el gran paso de comprar una casa, nos sentimos como los protagonistas de una película de acción. Pero, ¿quién nos iba a decir que el verdadero villano no sería el ladrón de turno, sino el banco que nos ofrece una hipoteca? Sí, amigos, bienvenidos a la montaña rusa financiera donde el Euríbor se convierte en el operador del juego, y nosotros, los desafortunados jugadores.

El sueño de la casa propia: ¿Realidad o ficción?

Todos hemos escuchado esa frase mágica: “La casa es un patrimonio”. Lo que no nos cuentan es que ese patrimonio viene con una hipoteca que puede transformarse en una pesadilla. Claro, porque en la vida no todo puede ser tan sencillo. La casa de nuestros sueños se convierte rápidamente en una cadena que nos ata a un banco que, por cierto, tiene más vidas que un gato.

El Euríbor: ese amigo que se va de fiesta y nunca vuelve

Si pensabas que el Euríbor era un simple índice, piénsalo de nuevo. Es el amigo que te promete que va a quedar a cenar, pero termina desapareciendo. En el momento menos esperado, ¡zas! Aparece de nuevo, y con él, la cruda realidad de tus pagos mensuales. Al principio, la hipoteca se siente manejable, pero a medida que el Euríbor sube, también lo hacen tus ansias de llorar al mirar tu cuenta bancaria.

Prestamos: la trampa dulce de los bancos

Los prestamistas son como esos magos de feria que, con un toque de varita, convierten tu dinero en deudas. Te muestran una hipoteca con intereses que parecen un regalo, y tú, ilusionado, te lanzas al vacío. Sin embargo, al final del camino, la realidad es otra. La letra pequeña de esos contratos es más larga que la lista de deseos de un niño en Navidad, y adivina qué: ¡no hay vuelta atrás!

La ironía del interés: un amor que duele

Es irónico pensar que el interés es lo único que realmente nos une a nuestro banco. La hipoteca se convierte en una relación tóxica donde el amor se mide en porcentajes. ¿Te sube el Euríbor? ¡Felicidades! Eso significa que tu banco te quiere mucho más. ¿Y tus sueños? Bueno, esos quedan en el tintero, porque lo que importa es llenar los bolsillos de quienes ya tienen suficiente.

¿Y ahora qué? El camino del desesperado

Después de firmar ese contrato que parece más un pacto con el diablo que un acuerdo financiero, te enfrentas a la dura realidad. Los meses pasan y, mientras tu casa se convierte en un hogar, tú te conviertes en un esclavo moderno. Cada vez que el Euríbor sube, un pedazo de tu alma se escapa por la ventana. Es una tragedia griega en toda regla, y tú eres el protagonista que no puede dejar de actuar.

El futuro: un laberinto de incertidumbre

¿Qué nos depara el futuro? La verdad es que no lo sabemos. Pero lo que sí sabemos es que los bancos siempre encontrarán la forma de salir ganando. Con cada pequeño movimiento del Euríbor, nos recuerdan que estamos en un juego donde las reglas cambian constantemente. Y mientras tanto, nosotros seguimos soñando con un hogar que se convierte más en una prisión que en un refugio.

Conclusión: La hipoteca, el eterno regreso

Así que aquí estamos, al final de este viaje irónico y crítico. La hipoteca es una montaña rusa financiera que parece no tener fin. El Euríbor, ese amigo traicionero, siempre está ahí para recordarnos que el verdadero espectáculo es la forma en que los bancos juegan con nuestras vidas. Así que, la próxima vez que pienses en comprar una casa, recuerda: tal vez sea mejor seguir alquilando y vivir sin ataduras. Al menos, así, la montaña rusa será solo una atracción de feria.

Euríbor, Hipotecas y el Gran Circo del Dinero: La Comedia de los Prestamos

Euríbor, Hipotecas y el Gran Circo del Dinero: La Comedia de los Prestamos

¿Quién necesita un espectáculo de magia cuando tienes el mercado hipotecario? Bienvenidos al gran circo de los préstamos, donde los bancos son los magos, el euríbor es el truco y tú, querido lector, eres el pobre ilusionista que espera salir de la caja de la hipoteca sin que le corten en dos. ¡Agarra tus palomitas, porque esto se va a poner interesante!

El Gran Show de la Hipoteca

Desde el momento en que cruzas la puerta del banco, te conviertes en el protagonista de una obra maestra de la comedia del absurdo. Te reciben con una sonrisa que podría iluminar una ciudad entera y una oferta que parece demasiado buena para ser verdad. Pero, ¡oh, sorpresa! Detrás de esa sonrisa se esconde la verdadera trama: la hipoteca. Esa palabra mágica que transforma tu casa en un palacio de deudas.

¿Hipoteca Fija o Variable? La Elección del Pobre Diablo

Una de las primeras decisiones que debes tomar es si optar por una hipoteca fija o variable. La hipoteca fija es como ese amigo que siempre te dice lo que quieres oír, mientras que la variable es el amigo aventurero que te lleva a una montaña rusa de emociones. Pero, ¿quién no ama el riesgo? Al final, la elección se reduce a una simple pregunta: ¿quieres amargarte la vida ahora o más tarde?

El Euríbor: Tu Nuevo Mejor Amigo

Y aquí viene el euríbor, ese pequeño monstruo que parece estar en todas partes. Es como el primo lejano que siempre aparece en las reuniones familiares y que nadie quiere invitar. Cuando los tipos de interés suben, el euríbor se frota las manos de alegría, mientras que tú, como un verdadero héroe griego, intentas descubrir la forma de salir de este laberinto. ¿Y qué te dicen los bancos? “No te preocupes, todo está bajo control”. Claro, porque el control es precisamente lo que tienes cuando tu hipoteca comienza a devorar tus ahorros.

La Relación Amor-Odio con el Banco

La relación que estableces con el banco es digna de una telenovela. Al principio, es todo amor y pasión. Ellos te prometen el mundo, y tú sueñas con la casa de tus sueños. Pero, conforme pasa el tiempo, la realidad se impone: el banco empieza a parecerse más a un ex que no te deja en paz, reclamando cada céntimo que les debes con una insistencia que podría rivalizar con cualquier acosador. “¡Pero si solo es un préstamo!”, te dirás a ti mismo, mientras ellos te miran como si fueras un extraterrestre que ha aterrizado en su jardín.

Las Consecuencias: ¿Te Ha Afectado la Hipoteca?

Y así, la vida avanza. Con cada mensualidad pagada, te sientes un poco más atrapado, como un pez en una pecera que ha olvidado cómo nadar. La hipoteca, que en su momento fue un sueño, se convierte en una prisión dorada. Pregúntate: ¿vale la pena sacrificar tu libertad por cuatro paredes y un tejado? La respuesta, como siempre, es un rotundo “depende”, aunque la mayoría de las veces es “no”.

El Futuro: ¿Un Nuevo Circo o la Miseria de Siempre?

Al mirar hacia el futuro, no puedes evitar sentir que esto es solo el comienzo de una larga serie de malabares. ¿Las tasas de interés subirán o bajarán? ¿El euríbor será tu aliado o tu peor enemigo? La incertidumbre es la única constante en este espectáculo. Y tú, querido lector, te encuentras en la primera fila, sin un boleto de salida.

Conclusión: La Comedia de la Vida Hipotecada

Así que ahí lo tienes, el gran circo de la hipoteca. Un espectáculo donde el único que realmente se ríe es el banco, mientras tú intentas descifrar cómo salir de este lío. La próxima vez que pienses en comprar una casa, recuerda: no es solo una hipoteca, es una entrada a un mundo de locura y complicidad con el euríbor. ¡Que empiece el espectáculo!

Hipotecas: El Arte de Convertir Tu Casa en un Cuento de Terror Financiero

Hipotecas: El Arte de Convertir Tu Casa en un Cuento de Terror Financiero

Si alguna vez pensaste que comprar una casa era el sueño dorado que te prometieron en las películas, permíteme desengañarte. En la vida real, ese sueño se convierte rápidamente en una pesadilla de deudas, llantos y, por supuesto, un amor tóxico con el banco que te otorgó la hipoteca. ¡Bienvenido al mundo de las hipotecas!

Cuando el banco se convierte en tu nuevo mejor amigo

Al principio, todo es alegría. El banco te mira con esos ojos tiernos de ‘te quiero ayudar’, y tú, ingenuo, te dejas envolver por su encanto. Te ofrecen un préstamo que parece un regalo del cielo, una hipoteca que te permitirá vivir en la casa de tus sueños. Pero, como en toda buena historia de terror, eso es solo el comienzo.

El euríbor: ese amigo que siempre llega a la fiesta

Pero, espera un momento. ¿Qué es esa pequeña letra pequeña que apenas leíste? Ah, sí, el euríbor. Ese término que suena como un extraterrestre, pero que se convierte en tu nuevo compañero de vida. El euríbor es como ese amigo que siempre llega a la fiesta sin ser invitado. A medida que pasa el tiempo, se hace más grande y pesado, y tú te preguntas cómo te metiste en esta situación.

Una montaña rusa de emociones

Cada mes, el banco te recuerda que te ama, pero solo cuando le envías tu cuota mensual. Y ahí es cuando la montaña rusa de emociones comienza. Un mes te sientes rico, porque el euríbor ha bajado. El siguiente, estás en la ruina, porque ha subido más rápido que tu ánimo en una fiesta aburrida. ¿Te suena familiar?

Amor a primera hipoteca

Y, por supuesto, no olvidemos el romance. La hipoteca es un matrimonio a la antigua, donde el amor se basa exclusivamente en la cantidad de dinero que le debes al banco. Cada mes, celebras un aniversario, pero en lugar de flores y regalos, solo hay facturas y una creciente ansiedad. ¿Quién necesita un cuento de hadas cuando tienes una hipoteca?

Una relación tóxica

La hipoteca se convierte en esa relación tóxica que todos conocemos. Te prometen el mundo, pero al final solo te ofrecen un callejón oscuro lleno de deudas y el miedo constante de perderlo todo. ¡Qué romántico!

La casa: un activo que se convierte en un pasivo

Ah, la casa. Ese lugar que al principio parecía tan acogedor. Pero, a medida que pasa el tiempo, te das cuenta de que es solo un pasivo disfrazado. Las reparaciones, los impuestos y el mantenimiento se convierten en un agujero negro que devora tus finanzas. ¿Dónde quedó el sueño de tener tu propio hogar?

El banco: el verdadero dueño de tu hogar

A medida que el tiempo avanza, te das cuenta de que el banco es el verdadero dueño de tu hogar. Tú solo eres un inquilino con un contrato de arrendamiento muy, muy largo. Y cuando finalmente pagues la última cuota, el banco te mirará con desdén, como si dijera: “¿Te creías que esto era tuyo?”.

La ilusión de la propiedad

La ilusión de ser propietario se desvanece cuando te das cuenta de que, en realidad, eres un prisionero de tu propio hogar. La hipoteca es la cadena que te ata a un lugar donde ni siquiera puedes pintar las paredes sin pedir permiso. ¡Qué libertador!

¿Y qué pasa si quiero vender?

Vender tu casa se convierte en una odisea. Primero, tienes que convencer a un comprador de que tu casa es un castillo y no una ruina. Segundo, tienes que lidiar con el banco para que te permita salir de ese matrimonio financiero. Y, por último, tienes que aceptar que probablemente perderás dinero en el proceso. ¿Qué tal si en lugar de eso, simplemente te quedas a vivir en una caja de cartón?

Reflexiones finales: ¿Vale la pena?

Así que, antes de lanzarte a la aventura de comprar una casa con una hipoteca, piénsalo dos veces. Pregúntate si realmente estás listo para una relación a largo plazo con el banco, el euríbor y las facturas. Si la respuesta es sí, ¡felicidades! Te espera una emocionante montaña rusa financiera. Si no, siempre puedes optar por vivir en un bonito apartamento de alquiler, donde solo tienes que lidiar con un casero, y no con un banco que parece más un monstruo que un amigo.

Hipotecas: El Viaje de la Vida que Te Lleva Directo al Infierno Financiero

Hipotecas: El Viaje de la Vida que Te Lleva Directo al Infierno Financiero

Ah, la hipoteca. Esa palabra mágica que transforma a un soñador en un esclavo del banco. Pero no te preocupes, querido lector, porque hoy te llevaré de la mano en este viaje alocado por el mundo de las hipotecas, los préstamos y el euríbor. Prepárate para reír, llorar y, sobre todo, reflexionar sobre cómo te has convertido en un inquilino de tu propia casa.

El Sueño de Ser Propietario: La Ficción que Nos Vendieron

Desde pequeños, nos han vendido la idea de que tener una casa es el pináculo del éxito. “¡Compra tu casa y serás feliz!”, dicen. Pero, ¿acaso alguien se detuvo a pensar en el pequeño detalle de la hipoteca? Esa cadena invisible que nos ata a un banco durante décadas. Es como ese amor tóxico que todos conocemos: sabes que no es bueno para ti, pero no puedes evitarlo.

El Banco: Tu Nuevo Mejor Amigo

Una vez que decides dar el gran paso y solicitar una hipoteca, el banco se convierte en tu mejor amigo. O eso creen ellos. Con una sonrisa que podría iluminar una habitación oscura, el banquero te ofrece un préstamo que parece sacado de un cuento de hadas. Pero, ¡oh sorpresa!, ese cuento tiene un final trágico. ¿Quién iba a imaginar que la letra pequeña de esos contratos es más larga que la novela de un autor perdido en el tiempo?

La Magia del Euríbor

Y así llegamos al euríbor, ese término que parece salido de una película de ciencia ficción. “Tu hipoteca será de tipo variable, y estará vinculada al euríbor”, te dicen. Lo que no te dicen es que el euríbor es como una montaña rusa: sube, baja, y lo único que puedes hacer es aferrarte a tu asiento y esperar no caer al abismo. ¿Qué tal si, en lugar de eso, te pusieran en una sala de espera con un contador regresivo? Al menos así sabrías cuándo va a llegar tu desastre financiero.

El Placer de los Pagos Mensuales

Y aquí viene el delicioso momento de los pagos mensuales. Cada mes, con una mezcla de ansiedad y resignación, haces tu transferencia al banco. Es como un ritual: rezas a todos los dioses que conoces para que el euríbor no suba y te deje en la ruina. Pero, claro, en el fondo sabes que el banco nunca te dejará en paz. Siempre habrá un incremento, una nueva cláusula, algo que hará que tu vida financiera se parezca más a una montaña rusa que a un paseo tranquilo por el parque.

El Final de la Historia: ¿Eres Realmente Propietario?

Después de años de pagos, de sacrificios y de vivir con el miedo constante de que el euríbor decida hacer una de sus travesuras, finalmente te das cuenta de una cruda verdad: ¿realmente eres propietario de tu casa? O simplemente eres un inquilino a largo plazo de un banco que nunca duerme. La hipoteca se convierte en un recordatorio de que el sueño de ser propietario es, en realidad, una pesadilla disfrazada de posibilidad.

Así que, querido lector, cuando pienses en la hipoteca, recuerda que no es más que una ficción, un juego de ilusiones que nos atrapa en una red de pagos interminables. Y si alguna vez te sientes tentado a entrar en este mundo, pregúntate: ¿estás listo para ser el protagonista de esta tragicomedia financiera? Porque, créeme, el espectáculo apenas comienza.

Hipotecas: El Tiro al Blanco de los Sueños Rotos

Hipotecas: El Tiro al Blanco de los Sueños Rotos

Ah, la hipoteca, ese hermoso contrato que nos hace sentir como verdaderos adultos. Firmamos un puñado de papeles y, de repente, somos propietarios de una casa. ¡Qué emocionante! Pero, ¿quién iba a pensar que lo que realmente adquirimos es una eternidad de pagos y un amor no correspondido con el banco?

La Casa: Un Castillo de Cartón

Cuando pensamos en comprar una casa, nos imaginamos un hogar lleno de risas, amor y, por supuesto, una hipoteca que nos permitirá disfrutar de todo eso. Pero, espérate un momento, ¿qué es eso del euríbor? Ah, sí, esa palabra mágica que parece sacada de una película de terror. ¿No sabías que es el índice que define tus pesadillas mensuales? ¡Bienvenido al club!

El Banco: Nuestro Mejor Amigo

Los bancos son como esos amigos que siempre están ahí para ti… cuando tienes dinero. Pero, oh sorpresa, cuando te hacen falta, se convierten en los villanos de la historia. Te ofrecen préstamos a tasas que parecen razonables, pero cuando el euríbor se dispara, el único que sonríe es el banquero. Y tú, querido lector, terminas preguntándote por qué aceptaste esa oferta con un 0% de interés fijo que, en realidad, es el mismo que un helado de agua: no tiene sustancia.

El Euríbor: El Monstruo Bajo la Cama

¿Quién necesita un monstruo en el armario cuando tienes al euríbor acechando cada vez que revisas tu estado de cuenta? Este índice, que parece un amigo más, es en realidad un ladrón disfrazado. Se cuela en tus sueños y los convierte en pesadillas. La próxima vez que pienses en ese fabuloso interés, recuerda que el euríbor puede volverse más volátil que la carrera de un gato persiguiendo un láser. ¡Sorpresa! Tu hipoteca se ha duplicado.

Los Sueños de Propietario

La idea de ser propietario de una casa es tan seductora como un anuncio de perfume. Te pintan un cuadro ideal: una familia feliz, un jardín bien cuidado y, por supuesto, un perro que sabe hacer trucos. Pero, de repente, llega la realidad: la hipoteca. Esa carga que llevas como una mochila llena de piedras. La casa, que debería ser un hogar, se convierte en un recordatorio constante de que ahora debes rendir cuentas al banco cada mes. ¡Felicidades, ahora eres un esclavo moderno!

Pagando en Plazos: La Vida en Cuotas

Y hablemos de los plazos. Ah, esos gloriosos plazos que te prometen que, algún día, serás libre de ataduras. Pero la verdad es que esos años se sienten más como un castigo que como una recompensa. Cada vez que haces un pago, es como si le estuvieras entregando un pedazo de tu alma al banco. Y, cuando finalmente terminas de pagar, te das cuenta de que pasaste la mitad de tu vida en la rueda de hámster del crédito. ¡Bravo!

La Relación Tóxica con el Banco

Si alguna vez has estado en una relación tóxica, sabes exactamente de qué hablo. Al principio, todo es genial. El banco te hace sentir especial, como si fueras su único cliente. Pero después de un tiempo, comienzas a darte cuenta de que solo eres un número en su balance. La hipoteca se convierte en un ciclo de promesas vacías y pagos que nunca terminan. ¿Acaso no es romántico?

La Búsqueda de Alternativas

Entonces, ¿qué hacer? ¿Vender un riñón para poder pagar la hipoteca? Siempre hay alternativas, como alquilar, mudarse a una casa diminuta o, mejor aún, vivir en la casa de tu madre. Pero, claro, eso no tiene la misma emoción que firmar tu propia hipoteca. Después de todo, ¿quién necesita estabilidad financiera cuando puedes tener una hipoteca que te haga sentir vivo?

Conclusión: Amor y Desamor en el Mundo de las Hipotecas

Así que, querido lector, la próxima vez que pienses en comprar una casa y firmar una hipoteca, recuerda que estás a punto de entrar en una relación complicada. El banco será tu amante, el euríbor será tu enemigo y la casa… bueno, eso será solo un lugar donde almacenar tus sueños rotos y las facturas que nunca cesan. ¡Bienvenido al juego de la vida! Ahora, ¿dónde firmo?

Hipotecas: El Juego de la Vida donde Siempre Pierdes

Hipotecas: El Juego de la Vida donde Siempre Pierdes

Ah, la hipoteca, ese hermoso contrato que firmamos con una sonrisa nerviosa y un bolígrafo tembloroso. ¿Quién no ha soñado con tener su propio palacio? Pero, amigos míos, lo que nos ofrecen los bancos es más parecido a un castillo de naipes que a un hogar dulce hogar. La realidad es que, con una hipoteca, te conviertes en el orgulloso inquilino de un banco, y no en el rey de tu propio castillo.

El Banco: Tu Nuevo Mejor Amigo

Cuando decides dar el gran salto y comprar una casa, el banco se convierte en tu nuevo mejor amigo. Te da la mano, te mira a los ojos y te promete que todo irá bien. Pero, ¡oh sorpresa! Detrás de esa sonrisa se esconde un monstruo con tentáculos que se alimenta de tus sueños y ahorros.

El Euríbor: El Villano de la Película

Y aquí entra en escena el euríbor, el villano que parece tener un pacto con el banco. Cada vez que crees que has encontrado la estabilidad, el euríbor se ríe a carcajadas y eleva las tasas de interés. Es como esa broma pesada que nunca termina y que, en lugar de hacerte reír, te deja con una sensación de desasosiego. ¿Acaso no hay un límite para la crueldad?

Las Promesas del Banco: Más Vacías que el Saco de un Mago

Los bancos son expertos en hacer promesas. Te dicen que las tasas son fijas, que no hay sorpresas, que podrás dormir tranquilo. Pero, en el fondo, sabes que esas promesas son tan sólidas como un castillo de arena en la marea alta. Cuando menos lo esperas, el banco te llama y te dice que tu hipoteca ha subido. ¡Felicidades! Ahora eres el orgulloso propietario de una deuda más alta que tu casa.

Las Cláusulas Aburridas: La Lectura Más Aburrida de Tu Vida

Si alguna vez has tenido la mala suerte de leer las cláusulas del contrato de la hipoteca, sabrás que es una experiencia más tediosa que ver crecer la hierba. Te prometen que leerás todo, pero cuando llegas a la parte de las cláusulas abusivas, tu mente se apaga y tu alma se desvanece. Es como un ritual de iniciación en el que, al final, solo te queda la sensación de haber sido estafado.

La Casa: El Amor que Duele

Y, por supuesto, no podemos olvidar el objeto de nuestro amor: la casa. Ese lugar que debería ser nuestro refugio se convierte rápidamente en una trampa. Cada grieta en la pared, cada gotera en el techo, son recordatorios constantes de que, aunque hayas hecho un esfuerzo colosal por comprarla, en realidad, la casa es más de los bancos que de ti.

¿La Solución? ¡Un Nuevo Préstamo!

¿Y qué haces cuando la hipoteca se vuelve insoportable? ¡Pedir otro préstamo, por supuesto! Es como intentar apagar un incendio con gasolina. Pero, hey, el banco está ahí para ayudarte. Te ofrecen un nuevo préstamo, con un interés aún más alto, y tú, como un corderito, decides que es una gran idea. Al final, terminas atrapado en un ciclo del que no puedes escapar. ¡Felicidades, has sido ascendido a la clase de deudores eternos!

La Realidad: La Hipoteca Como un Juego de Ruleta

Así es, amigos, tener una hipoteca es como jugar a la ruleta rusa. Cada mes, pones tus esperanzas en la mesa, esperando que el euríbor no se vuelva loco y decida disparar las tasas de interés. Pero, en la mayoría de los casos, la balanza no está a tu favor. Te conviertes en un jugador que nunca puede ganar, un espectador de la tragedia de tu propia vida financiera.

Conclusión: La Hipoteca es Amor, Pero un Amor Tóxico

En resumen, la hipoteca es un amor tóxico que nos atrapa en un ciclo sin fin de deudas y promesas vacías. Nos venden la idea de que somos propietarios, pero en realidad, somos prisioneros de un contrato que nos ata de por vida. Así que la próxima vez que escuches la palabra ‘hipoteca’, recuerda que es un juego donde siempre pierdes. ¡Buena suerte!

¡La hipoteca: el matrimonio eterno con el banco y el euríbor!

La hipoteca: ese pacto con el diablo conocido como banco

¿Estás pensando en comprar una casa? ¡Felicidades! Ahora comienza la emocionante aventura de lidiar con tu nueva mejor amiga, la hipoteca. Esa amiga que te acompañará por décadas, recordándote la generosidad del banco y el encanto cambiante del euríbor.

El banco, ese novio que nunca se va

El banco te sonríe con sus intereses tentadores y sus cláusulas escondidas. Te promete estabilidad, pero a la mínima desviación del euríbor, ¡zas! Ahí tienes la letra de tu hipoteca subiendo como la espuma, como si de repente hubieras adoptado un hijo con necesidades infinitas.

El euríbor, el invitado inoportuno

Y hablando del euríbor, ese invitado que nadie quiere en su fiesta. Un día está de buen humor y al siguiente decide subir sin avisar, como un caprichoso que arruina tus planes financieros. ¡Gracias, euríbor, por hacer de nuestra relación con el banco un juego de azar constante!

El préstamo, el tercero en discordia

Y entre el banco y el euríbor, está el préstamo, ese intermediario que te recuerda que la felicidad de tener una casa no es gratis. Te endeudas hasta las cejas y te conviertes en esclavo de tu propio sueño de propiedad.

Conclusión

Así que, querido lector, si estás pensando en hipotecarte, recuerda que estás firmando un contrato de por vida con el banco y el euríbor. ¡Que la fuerza te acompañe en este matrimonio eterno!

Los bancos y sus hipotecas: una relación de amor-odio con los euríbor

¡Hipotecas, casas y préstamos: el trío amoroso del euríbor y los bancos! En la actualidad, las hipotecas se han convertido en una especie de pacto con el diablo en el que los bancos son los grandes beneficiados. Te prometen la casa de tus sueños a cambio de una deuda que te acompañará hasta la jubilación. Pero no te preocupes, ¡siempre puedes confiar en la fluctuación del euríbor para mantenerte en vilo! Este índice mágico que parece tener vida propia y que los bancos utilizan a su antojo para subirte la cuota cuando menos te lo esperas. ¿Y qué decir de los préstamos? Esa maravillosa herramienta que te permite endeudarte aún más con el banco para salir de un apuro temporal. ¡Qué genios! En resumen, el mundo de las hipotecas, las casas, los préstamos, los bancos y el euríbor es un circo donde tú eres el payaso principal. ¡Bravo por los artistas financieros que nos roban a plena luz del día!

¡Hipotecas, casas y préstamos: el trío amoroso del euríbor y los bancos!

¡Bienvenidos, queridos lectores, a este divertido y sarcástico artículo sobre el apasionante mundo de las hipotecas, casas, préstamos, euríbor y bancos! ¿Alguna vez has sentido que estás atrapado en un triángulo amoroso con tu hipoteca, tu casa y el banco? ¡No estás solo! La mayoría de las personas se sienten así cuando se embarcan en la aventura de adquirir una vivienda. El euríbor, ese misterioso índice que parece tener vida propia, también juega un papel crucial en esta historia. ¿Será tu mejor amigo o tu peor enemigo? Los bancos, por supuesto, son los villanos de la película, siempre buscando la manera de sacar más dinero de tus bolsillos. Pero no te preocupes, aquí encontrarás consejos ingeniosos para navegar por este complicado mundo y salir victorioso. Desde cómo negociar una mejor tasa de interés hasta cómo evitar caer en la trampa de los préstamos abusivos, te revelaré todos los secretos que los bancos no quieren que sepas. Así que prepárate para reír, llorar y aprender en esta emocionante montaña rusa financiera. ¡Tu hipoteca nunca volverá a ser la misma después de leer este artículo!

La hipoteca tras la morosidad. Hipoteca y ASNEF

Pozo para morosos

Pozo para morosos

Ahora que el mercado hipotecario repunta en algunos sitios, una de las preguntas más habituales es qué hacer para comprar una vivienda cuando quedan todavía secuelas de los malos tiempos, es decir, cuando por alguna deuda nos han incluido en alguna lista de morosos como  ASNEF.

De todos modos, y como hay muchas preguntas al respecto y quedó pendiente de algún artículo anterior, vamos a echar un ojo a lo que son estos registros de morosos.

1. ¿Cómo saber si nos han metido  en ASNEF?
Si una empresa con la que tienes una deuda te ha inscrito en ASNEF, tiene que informarte por correo certificado con un plazo mínimo de 30 días desde que te dio de alta en la lista. Es una obligación que a veces se salta, pero aún así conviene saber que existe, para ayudar en la posible reclamación.
Además, siempre es posible contactar con ASNEF-Equifax por correo electrónico (sac@equifax.es), correo postal (c/ Albasanz, 16, 28037 Madrid), fax (917 687 753) o teléfono (917 687 600 o 915 562 011) y preguntar qué ha sucedido.
2. ¿Cuánto cuesta saberlo?
Nada. Consultar la propia situación es gratis, aunque hay que acreditar la identidad del que consulta, aportando los datos que te vayan pidiendo. Todo bastante normal.
3. ¿Y quien puede consultar esa lista?

En general solo empresas, y sólo las que pagan una cuota para ello y cumplen algunas reglas. Los particulares no pueden consultar el estado de otras personas, al menos en teoría…
4. ¿Cual es la deuda mínima para que aparezcas?
No existe una deuda mínima. Puedes estar por diez mil euros, o pro quince euros, si el que te incluyó tuvo la voluntad de hacerlo pro ese importe.

5. ¿En qué puede perjudicarme estar en una lista de morosos?

Tendrás muchos más problemas para obtener un crédito, ya que el departamento de riesgo de las entidades prestamistas asumirá que concederte el préstamo conlleva un gran riesgo de impago. Además, ciertos bancos no permitirán, ni siquiera, el que abras una cuenta en ninguna de sus sucursales.

6. ¿Entonces ya nadie me concederá otro préstamo?
Ningún banco te concederá un préstamo hasta que tu nombre no sea borrado de ASNEF, pero todavía puedes pedir dinero a prestamistas privados. Lo primero, por supuesto, es tratar de salir del esas listas, y si no, buscar alguna de esas empresas que conceden préstamos con asnef, pero tendiendo en cuenta que va a salir más caro y va a suponer muchos límites y dificultades que de otro modo podríamos evitar. O sea, que lo más barato suele ser pagar.

7. Una vez pague, ¿cuánto tardarán en borrarme?

Deberían hacerlo el mismo día que pagues, pero con la cosa de los trámites y demás pueden tardar hasta un mes.. No obstante, recibirás una respuesta obligatoriamente en menos de 10 días.

8. ¿Y puedo seguir en la lista después de pagar?

Pues sí: a veces se mantiene una lista de antiguos morosos, y pueden tenerte en ella hasta seis años, pero no tiene los mismos efectos que la otra y no es normal.
pero tenlo claro: si estás en la lista de morosos, no hay hipoteca que valga…

 

Lo que cuesta el tiempo.

Poltergeist de la lógica

Poltergeist de la lógica

Todos los que tenemos una hipoteca lo sabemos: el tiempo cuesta dinero, y cuanto más tiempo pedimos, más dinero nos cuesta, y mayores son los avales que nos piden, y más estricitas las condiciones impuestas por el que da el préstamo.

Y si lo sabemos todos, ¡oh cielos!, ¿cómo es posible que nuestro Gobierno no se haya enterado y siga jugando aún al escondite con el rescate?

En Junio se aprobó el rescate de la banca española, luego la cosa se pospuso un poco por aquello de que había que hacer una auditoría externa, ya que los datos presentados por el Tribunal de Cuentas, el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores no se lo creía ni la esposa de Jonás. ¿Y luego?

Luego vino Rajoy a decir que había sido un gran triunfo de España, que no había condiciones que cumplir y que era mejor esperar. Esperar a las elecciones gallegas. Esperar a las elecciones vascas. Esperar ahora posiblemente a las catalanas mientras el que presta el dinero, Alemania sobre todo, empieza a convencerse de que a gente así es mejor no prestarle ni el patinete, así que mucho menos la archimillonada de euros que vamos a necesitar.

La prudencia es siempre buena consejera, pero el diletantismo no es prudencia, sino desidia, pro más que todos conozcamos a gente que lo deja todo para mañana con la excusa de que lo va a pensar mejor.

Quizás sea bueno dejar las cosas claras: tenemos que pedir prestado, porque no tenemos dinero. El que presta, pone sus condiciones, que se toman o se dejan. Tratar de imponer los plazos nos va acostar un pico, como nación, igual que nos costaría como particulares si hiciésemos esta chorrada al pedir una hipoteca.

Lo entiendo todo el mundo, pero el Gobierno, no.  ¡Hay que jorobarse!

¿Alquiler social o una tía soltera?

Según cómo lo mires...

Según cómo lo mires...

La mayor parte de las reivindicaciones sociales que escuchamos en los últimos tiempos son totalmente justas, pero me parece que nacen viciadas de una absoluta falta de capacidad para explicarlas, lo que las descalifica desde el punto de salida, con el consiguiente perjuicio para quienes realmente necesitan la ayuda de todos.

En los ilusionantes comienzos del movimiento 15M participé en alguna asamblea y aún recuerdo que algunas de las principales reivindicaciones que se planteaban eran la creación de una banca pública y la implantación de alquileres sociales que sustituyesen a las draconianas hipotecas. Se trataba, en suma, de crear una especie de mutualidad en la que todos nos hiciésemos un poco responsables de la suerte del vecino y no hubiese sonado mal del todo de no ser por un detalle contradictorio: por una parte se pedía que se restase poder a los políticos y por otra se querían poner aún más entidades dinero y poder en manos de los políticos, que son los que gestionan lo público.

Al final, como el tiempo tiene estas cosas, la banca pública, amigos, resultó ser Bankia, que es lo obtenido por la fusión de varias cajas de ahorros, públicas todas, con la fabulosa idea desde que varias cajas en quiebra sumarían un banco sano. La banca pública resultó un agujero de miles de millones impulsado por Zapatero, no fiscalizado por Fernández Ordóñez y dirigido por Rodrigo Rato. O dicho de otro modo: que el problema no estaba en el color de quién moviese el invento, sino en la propia naturaleza del invento en sí.

Luego hemos tenido que seguir escuchando que eso no es una banca pública, porque la banca pública, como los alquileres sociales, deben ser un mecanismo de solidaridad que da dinero al que lo necesita, ayuda a las familias a llegar a fin de mes y no promueve desahucios. ¿Un banco que presta dinero pero no lo exige? ¿Un casero que se espera tranquilamente a que tengas dinero, o ganas, para pagar el alquiler?

Esos tíos, por supuesto, ni quieren alquileres sociales ni banca pública. Lo que quieren es una tía soltera y multimillonaria a al que baste llorarle un poco para que afloje la cartera.

Pero resulta que la cartera es la mía, y me opongo.