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La hipoteca y el seguro de vida

polizasTodos sabemos que una de las cosas que los bancos ofrecen, casi a punta de pistola, cuando se les va a pedir una hipoteca, es que se contrate con ellos un seguro de vida. A menudo, la cantinela agorera de que tienes que pensar en lo que te va a suceder si te ocurre algo, y que los tuyos necesitan que los dejes bien cubiertos, va acompañada de una bonificación de unas décimas en el tipo de interés de la hipoteca. Unas bonificaciones, por seguro, otras pocas por domiciliar la nómina, y así sucesivamente, para fidelizar al cliente, supuestamente, o para mantenerlo cautivo en caso de que las cosas se pongan feas más tarde y haya que empeorar las condiciones…

El argumento es que esas décimas, mes a mes, en treinta años, van a sumar mucho dinero, y que la póliza de vida te viene bien de todos modos. Y al final, muchos pican.

Lo cierto, amigos, es que la póliza puede venir bien o no, según el carácter de quien la contrata o la suerte que el futuro depare, pero lo que casi nunca sale a cuenta es contratar esa póliza con el banco, porque de media son un 30% más caras en el banco que en la entidad aseguradora.

Y en las mismas condiciones. la misma póliza.

La gráfica con la que hoy empiezo el artículo, y cuya fuente es Global Actuarial, nos muestra la diferencia de tarifas para la misma póliza. Las coberturas a analizar eran fallecimiento e invalidez absoluta, definiendo cuatro perfiles de clientes –con diferentes edades–, y tres niveles de capital asegurado (de 30.000 a 200.000 euros).

Las diferencias, que se han acentuado en los últimos años de hambre bancaria, se producen en todos los tramos de edad y también para otras condiciones, y no sólo para las que se exponen.

O sea que más nos vale tener un poco de ojo, porque la hipoteca es para treinta años, vale, pero la póliza también se paga anualmente y al final, la diferencia multiplicada por treinta es también un montón de dinero, que bien podría estar en nuestros bolsillos.

La banca necesita negocio, porque el suyo de toda la vida no deja un duro en estos momentos, pero nosotros tenemos que mirar lo nuestro…

El precio de la vivienda sigue al alza

Hay cosas que no cuadran...

Hay cosas que no cuadran…

No estoy muy seguro de que se deba a la recuperación, pero como hay que dar a cada cual lo suyo, lo cierto es que el precio de los pisos se está recuperando. Mi idea, la verdad es que este alza de precios se debe ante todo al abaratamiento del precio del dinero y al deseo de los bancos de encontrar, un negocio, el que sea, que revitalice de alguna manera sus márgenes operativos.

Pero sea como sea, y con el combustible, que sea, el caso es que se mueve, los pisos se venden y las hipotecas se siguen firmando. Vamos a ver los datos del ministerio de Fomento.

Según esos datos,el precio de la vivienda libre en España subió en el primer trimestre del año un 2,4%  interanual, hasta situarse en 1.492,4 euros de media por metro cuadrado.  Con este precio, y en euros constantes, la vivienda sigue un 34,3% por debajo del valor máximo que alcanzó en el primer trimestre de 2008.

Con relación al trimestre anterior, el precio aumentó un 0,2%. lo que suma un aumento anual del 3,1%, una buena rentabilidad comparada con otros bienes.

Por Comunidades Autónomas, y hablando siempre de crecimientos interanuales, destacan Baleares (9,6%), Cataluña (4,9%), Madrid (4,2%), Extremadura (3,7%), Galicia (2,6%), Comunidad Valenciana (2,4%) y Canarias (2,4%). Del otro lado, mostraron caídas de precios: La Rioja (-2,2%), País Vasco (-1,9%), Cantabria (- 1,3%), Aragón (-0,1%) y Ceuta y Melilla (-0,3%).

En lo que se refiere a la antigüedad de las viviendas, el valor medio del metro cuadrado de la vivienda  de hasta cinco años de antigüedad se situó en 1.727,8 euros en el primer trimestre de 2016. Esto supone un crecimiento interanual del 0,2%., aunque muy desigual, dependiendo enormemente de los lugares en que las viviendas están ubicadas.
Las viviendas de más de  cinco años de antigüedad alcanzaron un precio de 1.486,4 euros por metro cuadrado, lo que supone una subida del 2,6% en tasa interanual.

Por municipios  los precios más elevados de la vivienda libre se presentaron en San Sebastián, 2.993,9 euros/m2, Ibiza, 2.620,4 euros/m2, Sant Cugat del Vallès, 2.610,2 euros/m2, Barcelona, 2.594,5 euros/m2, Madrid, 2.533,6 euros/m2 y Getxo, 2.507,9 euros/m2.

Los precios más bajos en municipios de más de 25.000 habitantes se registraron en Elda, 508,9 euros/m2, Ontinyent, 547,5 euros/m2, Jumilla, 560,0 euros/m2, Villarrobledo, 567,6 euros/ m2, Villena, 598,3 euros/m2 y Tomelloso, 621,5 euros/m2.
Como veis, el factor geográfico es completamente determinante, pero de eso ya hemos hablado en muchas ocasiones y constituye un problema clave de nuestro país…

Seguiremos en ello.

Y en 2104 también bajaron los pisos

Activo difícil de colocar

Activo difícil de colocar

Pues no. Tampoco fue 2014 el año de la recuperación en el mercado de la vivienda, tanto en precio de los pisos como en importe de las hipotecas concedidas. Quienes creen que el ladrillo saldrá nuevamente al rescate de nuestra economía, deberá esperar un poco más.

Al final, y de media, para vivienda usada, el precio de la vivienda  cerró diciembre  1.559 euros por metro cuadrado, lo que significa una disminución dell 8,54% .

Por comunidades, ninguna autonomía aumenta su precio pmedio en 2014. Lo s mayores descensos se han registrado en Aragón (-12,32%), Murcia (-12,15%), Asturias (-11,04%), Cataluña (-10,68%) y Galicia (-10,38%).

Castilla La Mancha tiene en estos momentos los precios más baratos, con una media de 1.019 euros/m2 y la vivienda más cara se encuentra, por término medio, en el País Vasco, con 2.936 euros/m2.

Por provincias, los mayores descensos interanuales se han producido en Pontevedra (-15,04%), Ávila (-14,50%), Tarragona (-14,04%), Córdoba (-13,75%) y Castellón (-13,57%).

 

En conclusión: si la población sigue envejeciendo, los pisos se mantienen en pie y las rentas de la gente no alcanzan a pagar lo que antes se pedía, la única respuesta lógica del mercado es que los precios continúen a la baja, empujados por una parte por quienes tienen necesidad de vender, mientras los posibles compradores se permiten esperar agazapados a la espera de la oportunidad que mejor les convenga.

No muy alentador, desde luego, pero terriblemente realista.

A ver si es cierto que el BCE nos inunda dinero y repuntan las hipotecas. Porque por otro camino, difícil lo veo.

 

La hipoteca y el cojón de mulo (con perdón)

Celebración por la venta de un piso

Celebración por la venta de un piso

Además del fútbol, que eso se da por descontado, la pasión más furibunda que compartimos los españoles es la de ser más listos que nuestros vecinos y no dar nuestro brazo a torcer en cuanto a aceptar que hemos hecho un mal negocio o nos hemos equivocado gravemente en algo.

En ese sentido, los brujos que manipulan la contabilidad nacional aprovechan el asunto para valorar las carteras inmobiliarias de los bancos por el precio de compra de los inmuebles, y no por su valor actual de mercado.

¿Y qué hacen los particulares? Pues lo mismo. Es el signo del país.

Hablando con varios sufridos agentes inmobiliarios, una de las cosas que más a menudo he escuchado es que los vendedores de una vivienda no se bajan del burro si no es a la fuerza, casi a tiros, y por causas de extrema necesidad. Si no, repiten una y otra vez: yo este piso lo compré por doscientos mil euros y no lo vendo no por un céntimo menos. ¿O me voy a dejar robar yo?

La realidad,. a muchos vendedores, les importa un huevo. Así, sin paliativos.

Lo mismo sucede con el trato a los posibles compradores: ahora no cojo el teléfono, el precio no lo digo más que personalmente, se lo enseño solamente los domingos por la tarde,, o quiero verle a usted personalmente antes de decidir si se lo vendo o no.

Todas estas frases, por extraño que parezca, se siguen repitiendo diariamente por toda España. Esas y otras aún más duras como “el que necesita donde vivir es él, así que le pueden ir dando por, etc., etc.

¿Cuento esto por folclore? En absoluto. Lo cuento, porque la resistencia psicológica a ajustar los precios a la realidad del mercado es lo que ha hecho y hace que el descenso de los precios inmobiliarios en España haya sido menor y más lenta de lo que todos los expertos esperaban. Y también, que se haya prolongado más en el tiempo, sin una verdadera y sana corrección que permita hacer borrón y cuenta nueva.

Los españole se niegan rotundamente a reconocer que fueron el último tonto de la cadena, el que compró caro y no va a poder vender más caro, el que compró mal y tendrá que vender peor. “Antes que venderlo en eso, lo quemo”, dijo esta misma semana un vendedor a la inmobiliaria como respuesta a una oferta.

En ese sentido, y aunque resulte doloroso reconocerlo, son las hipotecas las que ponen un punto de cordura: el que tiene que pagar una hipoteca mes a mes, ya no es tan cabezota, ya no tiene tanto orgullo y es mucho más fácil que se avenga a negociar.

Pero es duro que tenga que ser así…

 

Los pisos no van a subir en 2014. Razones (IV). Batacazo demográfico

Lo que dejaron a medias...

Lo que dejaron a medias...

Cuando hablo de batacazo demográfico soy plenamente consciente de que se trata de un concepto que puede estar muy claro en unos sitios y no tan claro en otros. Siempre habrá más demanda de vivienda en el Paseo de la Castellana que en mis queridas tierras cepedanas o del Bierzo, pero lo cierto es que el c0ncepto demográfico, en conjunto, afecta y mucho a las expectativas que se puedan crear sobre el precio de la vivienda.

La primera pregunta que cabe hacerse es qué pasa con las viviendas que ocupaban los que se dedicaban a la construcción de viviendas. Parece una broma, pero es un hecho que los muchos cientos de miles de obreros, a menudo foráneos, que posibilitaron el boom de la construcción hace una década, vivían en alguna parte. A medida que el sector de la construcción se fue debilitando, no sólo quedaron vacíos los pisos recién construidos, sino también los pisos que ocupaban los albañiles que se tuvieron que marchar. El efecto vacío fue, por tanto, doble. Y no se aplica sólo a la construcción.

Esto, que podría parecer una anécdota, se convierte en un síntoma de algo mucho más grave cuando se echa un vistazo a los datos para ver que que desde 2012 se observa y cito el informa de Catalunya Caixa “un notable colapso en la creación de nuevas familias, con una media escasa de 59.800 hogares anuales entre 2012 y 2017, y con una marcada tendencia decreciente

Esto viene a significa que nuestro aumento de población ( España ha pasado de tener  41 millones de habitantes del año 2002 a más de 46,5 millones en 2013) no se ha convertido en una creación de nuevos hogares, que es lo que realmente necesita el mercado inmobiliario.

¿Razones? Muchas: Brusco descenso de la natalidad, retorno de inmigrantes a sus países de origen, emigración de españoles, o simplemente jóvenes que siguen con sus padres, han regresado con ellos, o viven en pisos compartidos sin emanciparse ni residir en una vivienda independiente.

Con esta debilidad latente de la demanda, y lo que he explicado en capítulos anteriores, es muy difícil que la demanda supere a la oferta empujando hacia arriba los precios en este año que comenzamos. Quizás todo lo contrario.

Y en algunas ciudades del interior, tremendamente dependientes de los flujos migratorios del medio rural, la subida no se producirá ni a medio ni a largo plazo. Mi pronóstico es que no subirán nunca, pero tampoco quiero pasarme.

Los pisos no van a subir en 2014. Razones (II). Su precio actual objetivo

Más expectativas

Más expectativas

Seguimos con las razones por las que los precios no van a subir en el próximo año. Que no se diga, si me equivoco, que no me he querido mojar.

La segunda razón, es que el precio de los pisos sigue siendo caro si objetivamos su precio. ¿Y eso cómo se hace? Pues con estadística, y comparando los resultados a los precios de otros países y de otras épocas.

Desde sus máximos allá por 2007, la vivienda ha caído alrededor de un tercio en su valor. Pero el precio objetivado no se mide en dinero, por raro que parezca, sino en esfuerzo, y como los salarios también han bajado, tenemos que el esfuerzo para comprar una vivienda no ha descendido esa misma tercera parte, sino mucho menos.

En teoría, y tomando esos datos, el precio de la vivienda debería estar cerca de cinco veces la renta disponible. Una persona que gana treinta mil euros al año, suele aspirar a un piso de ciento cincuenta mil, para seguir el ejemplo. Actualmente, los precios de la vivienda, y ya con las bajadas acumuladas, se acercan a seis veces la renta disponible anual, con lo que esa variable, por sí sola, nos indica que la vivienda tiene que bajar aún entre un quince y un veinte por ciento para acercarse a lo que se considera su valor asequible, aun cuando ha disminuidos de momento el coste de financiar una hipoteca

La otra opción sería que se elevara esa renta disponible, ¿pero alguien cree que la actual dinámica de empleo y salarios va a hacer que mejoren los salarios medios en 2014? Yo no, francamente, y mucho me temo que veamos todo lo contrario en esta extraña carrera hacia el objetivo final de producir más barato pero no tener a quién vender lo producido. Por eso, el año entrante, no puede subir la vivienda.

Otra causa que podría abaratarlos sería la introducción de incentivos fiscales para su compra, pero precisamente hemos estado hablando de eso en artículos anteriores: el Gobierno lleva justo el camino contrario, pensando en eliminar la deducción por vivienda en un intento desesperado de elevar la recaudación. Por ese lado, entonces, tampoco hay muchas esperanzas.

Si los precios son objetivamente elevados y la renta disponible no crece, ya que los salarios reales descienden, es difícil que los precios suban.

Pero hay más razones y las iremos abordando.

Entre tanto, ¡feliz año nuevo a todos!

No va a subir la vivienda en 2014. Razones (I). Lo que se amontona…

Expectativas

Expectativas

La pregunta que más a menudo escucho en las conversaciones sobre temas inmobiliarios es si va a comenzar a subir de nuevo la vivienda en 2014, después de que los últimos datos hablen de un gran frenazo en su caída.

No es una pregunta baladí, y es lógico que se preocupe mucha gente por el tema, tanto los que quieren vender la suya, como los que están pensando en adquirir en una vivienda: la vivienda representa el mayor gasto en la vida de una gran mayoría de personas y también la mayor acumulación o reserva de riqueza de otras muchas, con lo que su precio determina el futuro financiero de las familias.

Precisamente por la relevancia del asunto, me he decidido a crear una pequeña serie sobre este tema, absolutamente central en un blog de hipotecas.

La respuesta la tenéis en el título. NO. No va a subir la vivienda.

Y la primera razón para afirmarlo es la primera que esgrimiría cualquier economista clásico. La oferta es altísima, y se trata de una oferta cada vez más desesperada por vender. En esas condiciones, la presión a la baja sobre los precios es tremenda y dificulta enormemente un repunte de precios.

Aunque la cifra no se puede conocer con exactitud,  España cuenta en la actualidad con un stock de viviendas sin vender que oscila entre las 700.000 y las casi 2 millones de unidades , aunque algunos hablan de que se supera largamente esa cifra si entra en el mercado la oferta oculta, es decir, aquellos que venderían una vivienda si el precio mejorase un poco.

Posiblemente, parte de estas viviendas tengan que ser derribadas porque no se venderán nunca, ya que se encuentran en ciudades fantasmas o directamente creadas por algún pelotazo inmobiliario, pero el resto tendrán que venderse muy, pero que muy despacio, y sólo cuando hayan salido al mercado los mejores lotes.

Estamos ante el típico caso del canario en la mina: mientras haya buenas promociones con viviendas sin vender, no se podrá hacer nada por vender las regulares y aún menos por colocar las malas. Nada, por supuesto, salvo bajar sustancialmente los precios, lo que viene a demostrar la premisa: que los precios no subirán en 2014.

Pero hay más razones. Pienso seguir…

Hoy sólo una cosa más: Feliz Nochebuena a todos.

Por qué se esperan nuevas bajadas en el precio de la vivienda

Panorama del asunto...

Panorama del asunto...

El precio de la vivienda no parece encontrar un soporte en el que detener su caída. El dato, que en sí mismo no debería tener mayor relevancia, resulta que es de máxima importancia por ser en vivienda donde se concentra un porcentaje muy alto de la riqueza de los españoles y por afectar directamente a los balances de los bancos, que tienen también una parte sustancial de sus garantías invertidas en ladrillo.

Así las cosas, cada nueva bajada de la vivienda facilita, en teoría, el acceso a este bien de primera necesidad por parte de los que no la tienen, pero supone un clavo más en el ya de por sí siniestro ataúd de nuestra economía. Cada vez que baja la vivienda, las familias se sienten un poco más pobres (el famoso efecto riqueza) y menos predispuestas a gastar, y los bancos se asustan un poco más por las cantidades que deben provisionar y por los agujeros que aparecerán en sus cuentas con cada nuevo impago.

Pero veamos ahora por qué baja la vivienda y por qué algunas firmas de análisis, como la británica Capital Economics, o la consultora española Acuña y asociados, pronostican que las bajadas continuarán hasta un 30% o incluso un 50%, llegando a alcanzar los niveles de 2002.

-Desempleo: mientras no baje el vergonzoso nivel de desempleo de nuestra economía, será imposible reactivar el sector a través de la demanda.

-Deuda pública: si el Estado absorbe el dinero disponible a un tipo de interés superior al que pagan los particulares, la banca no tiene incentivo alguno para abrir el crédito a las familias, y menos aún para conceder hipotecas.

-Exceso de oferta: el exceso de oferta de los años anteriores no ha podido ser compensado todavía, y de hecho se ha visto agravado por la pérdida de población debida a la crisis económica.

-Segunda vivienda: la penalización que sufren las segundas viviendas por la reforma eléctrica  obliga a algunos propietarios a poner a la venta su segunda vivienda, lo que agrava el problema anterior.

-Caída de los salarios: las viviendas se venden, al final, por lo que la gente puede pagar, y la caída de salarios en España, un hecho cierto y poco discutible, hace que la demanda sea más débil y a precios menores.

Lo gracioso del asunto, si me permitís usar semejante palabra, es que el mayor propietario de viviendas en España es el Sareb, el banco malo, y ese es de todos. Así que encima, la pérdida la pagaremos a escote…

La hipoteca dormida

Viejo remedio para la crisis

Viejo remedio para la crisis

El problema del mercado hipotecario no es sólo la falta de liquidez de los bancos,  que de un tiempo a esta parte necesitan el dinero más que sus posibles clientes (y eso es grave) ni que la solvencia de los clientes no llegue a los mínimos exigibles para no tener que incluir una vela a santa Rita en cada contrato.

El problema llega aún más lejos, y es la demanda.

Los españoles con necesidad de vivienda y ganas de tenerla en propiedad nos dividimos en estos momentos en dos grupos principales:

-Por un lado están los que no se la pueden pagar, porque ni tiene ahorros ni trabajo estable, ni posibilidad alguna de que un banco les conceda una hipoteca, casi ni comprando una de las casas que los bancos tienen en su stock desde el comienzo dela crisis.

-Por otro, la expectativa sobre el precio de los pisos parece haber entrado en lo que en el mercado bursátil se llamaría una espiral de pánico, y que consiste en que cualquiera que sea el precio que se solicite pro una vivienda, queda la impresión de que esperando un poco se podrá comprar mucho más barata.

Y lo cierto es que todas las noticias y todos los indicadores llevan a pensar que el precio de la vivienda seguirá bajando, aunque sólo sea por la obligación del banco malo, y de los otros, peores, de vender sus viviendas cuanto antes para cumplir con los planes de eliminación de los activos tóxicos. Bajarán, es cierto, pero no se sabe cuánto ni cuando, y ahí es donde está el problema.

Mientras las expectativas sean bajistas, no se firmarán hipotecas, porque apresurarse equivale en la mente de muchos a precipitarse. Mientras continúen las expectativas bajistas la hipoteca seguirá siendo un producto dormido, pro falta de liquidez, por falta de solvencia, y porque el pozo sin fondo del mercado inmobiliario parece tener aún capacidad para absorber una caída mayor.

¿Los datos? El Indicador de Confianza del Consumidor. Según esta encuesta, el  52,7% pronostica más rebajas de precios; el 37,1%, los mismos precios o unos muy similares y el 4,9%, subidas para 2013.

¿Cómo lo veis vosotros?

Hipoteca y población.

La cosa está realmente mala...

La cosa está realmente mala...

A lo que más nos estamos acostumbrando es a decir que la hipoteca es una especie de losa que aplasta la demanda llevándose una parte importante, demasiado, de la renta disponible de las familias. De este modo, la falta de dinero en el mercado es lo que reduce las compras y por ese camino descienden también la producción y el empleo.

Sin embargo, últimamente parece que nos hemos olvidado de que la vivienda ha sido y es en España el principal indicador de capitalización de las familias, y el bien en el que permanece depositada una buena parte de la riqueza familiar española. En algunos países, o en algunas culturas, la riqueza se acumula en oro, o en joyas que se pasan de generación en generación y aquí lo hacemos en viviendas. Pues vale.

¿Y a dónde voy con todo esto? A que la esperada bajada de la vivienda puede beneficiar a algunos, que la podrán comprar a un precio más asequible, pero va a perjudicar a una inmensa masa de españoles que tenían sus ahorros invertidos en este bien. Y no me refiero al megaespeculador que tiene ocho casas y las alquila, sino a un abuelo cualquiera, que metió en la casa toda su renta durante años y que ahora dejará una herencia menguante a sus descendientes. Ese dinero, que antes era un activo para invertir o consumir, ha desaparecido de pronto, dejando sensación de timo (y de pobreza) a una persona que antes consumía con más alegría o pensaba poner su pequeño negocio.

¿Y cuándo se recuperará el precio de la vivienda para que pueda recuperarse este capital? Posiblemente tarde muchos años,  ya que la población no crece, algunas ciudades se vacían y toda la población se concentra en ciertos polos geográficos, donde el precio se mantiene o sube, haciendo que se devalúe en el resto del territorio.

Quizás este análisis es el que hacen los bancos y por eso son tan reacios a conceder hipotecas: en los próximos años es más probable que la vivienda siga bajando que ver un nuevo impulso alcista, pro lo que conceder hipotecas suponer incurrir en el riesgo de tropezar otra vez con la misma piedra: que las viviendas que aparecen en sus balances valgan menos que el dinero que dieron por ellas.

Por tanto, para evitarlo, quedan unas pocas salidas: que aumente la demanda de viviendas, que aumente la población, o quizás que tengamos una gigantesca plaga de divorcios que duplique las casas necesarias.
Sólo lo último parece probable en la situación actual…

La caída en el precio de los pisos bate todos los records

Se para el reloj de cuerda...

Se para el reloj de cuerda...

Sí, ya sé que es de primero de economía, pero hay que decirlo: como no hay dinero en el mercado, los precios se desploman. De momento, se trata solamente de la vivienda, un bien de alto valor y hoy muy denostado, casi maldito, en el mundo de los inversores.

Y un bien, hay que decirlo, donde los españoles han depositado una buena parte de los ahorros de toda su vida y que es, en buena medida, la mayor expresión de capacidad de inversión y capital en este país.

Según apunta el Banco de España a través de uno de sus informes periódicos, el descenso sufrido por el precio de la vivienda no se había visto ni durante la crisis de 1979, ni durante la de 1991, porque la caída de los precios no sólo no se modera sino que parece acelerarse, en una especie de movimiento de pánico.

A lo mejor, convviene por una vez inserta un gráfico para que veamos cómo ha evolucionado el descenso de los precios:

grafica-viv

Por tanto, aunque parezca una buena noticia, el hecho es que la bajada en los precios de los pisos nos va a suponer un serio compromiso en el futuro, ya que nuestra riqueza es menor y es menor también la riqueza de los bancos que los poseen, con lo que tendrán mayores dificultades para hacer llegar el imprescindible flujo de crédito al mercado de hipotecas y a la economía real en conjunto.

No quiero ser tremendista, pero si el pánico se desata, nuestras entidades financieras lo van a pasar muy mal en el mercado exterior.

Y nosotros, con ellas.

Hipoteca y gasolina. Un extraño parentesco

En medio de ningún lado...

En medio de ningún lado...

Aunque parezca que voy a hablaros de la velocidad y el tocino, os ruego que me deis una oportunidad para explicar un nuevo problema que les ha surgido a los bancos en su intento por deshacerse de su enorme stock inmobiliario, algo totalmente necesario para desintoxicar sus balances y que la economía real vuelva a funcionar movida por el crédito a las empresas y los profesionales.

El caso, como ya hemos hablado en otras ocasiones, es que la mayor parte de los inmuebles que tienen atascados los bancos en sus cuentas son segundas viviendas, y viviendas en urbanizaciones o grandes barrios construidos en las afueras de las grandes ciudades o en zonas costeras y de vacaciones, pensadas como segunda vivienda. Los pisos en el centro de las ciudades siguen vendiéndose bien, o se venderían si le gente tuviera dinero, que es a es otra, y si los bancos concediesen hipotecas.

En las previsiones de los bancos figuraba ya la necesidad de tener que rebajar los precios de esas viviendas para hacerlas más atractivas, pero les ha surgido el problema de los combustibles: a medida que la gasolina sube de precio, y se está acercando ya al salvaje nivel de los 1,5 €, es más caro y menos interesante vivir en las afueras o tener una segunda vivienda.

Por tanto, el precio de lso combustibles está presionan a la baja los precios de cualquier inmueble que esté a cierta distancia de lso centros habituales de trabajo, ya que el compprador echa las cuentas y acaba convencido de que lo que ahorra en hipoteca lo va a pagar en gasolina.

Desplazarse es caro, y va a ser más caro cada día, toda vez que los combustible sno tienen trazas de bajar su precio, pro lo que las viviendas que requieran el uso intensivo del automóvil se verán devaluadas en la misma medida para poder competir con aquellas mejor comunicadas, más cercanas a los centros de trabajo o que dispongan de transporte público.

El precio real de los chalés de las afueras y las macrourbanizaciones tipo “Pocero de Seseña” sufre así un nuevo recorte, agravando la situación de los bancos en primer lugar, y luego, poco después, la nuestra, porque estas cosas las pagamos los de siempre.

Así que, como veis, éramos pocos y la abuela se ha ido de juerga…