En los últimos comentarios en esta misma web, y en otras muchas, leo con creciente asombro que hay que recordar en todo momento que tras la crisis griega, o tras las hipotecas y sus laberintos, hay personas.
Aturdido por la novedad, me pregunto si esta clase de ideas, por repetidas, perrtenecerán a algún tipo de religión actual que los mayores de cuarenta no estudiamos en el colegio o se trata de una maniobra para que perdamos de vista la realidad.
Detrás de las hipotecas, hay personas. Y detrás de los bancos, resulta que también. Detrás de las deudas griegas, hay personas. Y personas es lo que hay detrás de lso Gobiernos acreedores, de los organismos internacionales que prestaron el dinero y quieren recuperarlo, y de las negociaciones para ver cómo se evita la pérdida.
Porque amigos, los banqueros no ponen de su bolsillo la pasta que prestan en las hipotecas, ni los ejecutivos del FMI están luchando por sus propios cuartos: luchan porque es su trabajo, y luchan por las aportaciones de otros países. El dinero del FMI no lo ponen los ricachones del mundo, ni siquiera los ciudadanos de los países ricos: lo ponen todos los países del mundo salvo cuatro o cinco (creo recordar que Corea del Norrte, Cuba, Irán y Buthan, pero no estoy seguro) de manera proporcional a su PIB. O sea que cuando los griegos no devuelven el dinero al FMI no s elo están quitando a Rockefeller, sino a los españoles, los bolivianos, los ruandeses y los vietnamitas. A cada cual en su proporcional medida, pero a todos ellos.
Personas son las que están detrás de todos los negocios. personas son los enfermos y los enfermeros, los criminales son personas, los pederastas son personas y son personas también pescadores de atún rojo en alta mar.
Decir que detrás de esto o de lo otro o lo de más allá hay personas es una de estas dos cosas: o una chorrada, o un intento de quitar la cualidad de persona a quien no esté en tu bando, dando a entender que personas son los míos pero no los tuyos.
En cualquiera de los dos casos, ¡al carajo!