Parece que hemos descubierto América con la estadística que ayer hiciera pública Europa Press, aludiendo a un informe realizado por el Fichero de Inquilinos Morosos, que sí, que existe, aunque no lo supieras, parece ser que hay un fichero de morosos.
Y digo esto porque ya todos sabíamos que la crisis provocaba que más y más gente no pudiera hacer frente al pago de sus obligaciones, y una de ellas, una de las más importantes es, sin duda, el pago del alquiler, en sustitución del pago de la hipoteca, de la que ya ni hablamos.
Sólo hay que pensar en el número de personas que hoy en día malvive sin un sólo ingreso, sin un trabajo que llevarse a la boca y con la prestación agotada, este tipo de personas sobrevive como puede, por lo que ni siquiera pueden soñar en pagar la hipoteca, se refugiaban en el alquiler, pero ya ni tan siquiera ésta es la vía de salvación.
Los datos hablan de Andalucía como la peor comunidad en cuanto a la morosidad, con un incremento del 21.10%, quedando por detrás Castilla La Manca con 20.9%, y Valencia con 17.8%.
Sin duda, lo más alarmante es lo de Andalucía y lo de Castilla La Mancha, porque estamos hablando de que 2 de cada 10 inquilinos son morosos, lo cuál es una cifra demasiado alta.
Sin embargo, es una situación que tiene muy compleja solución, ya que todo parte del hecho de que estos morosos, o al menos la mayoría, no tienen un ingreso fijo que poder destinar al pago de una renta o una cuota hipotecaria, por lo que no podrán hacer frente a sus deudas hasta que encuentren un trabajo.
Y todos sabemos como está el tema del trabajo, para echarse a llorar, así que mucho me temo que la cosa va a ir de mal en peor, con cada vez más gente que no puede pagar sus deudas y cada vez más morosidad en los alquileres de nuestro país.
Una solución sería intentar solventar vía prestación el problema de generación de empleo que sufre la economía española, pero ello incrementaría el déficit público, ya excesivamente elevado sin esta nueva partida.
Por tanto, sólo queda aguantar hasta que escampe, hasta que se vuelva a generar empleo y la gente vuelva a tener ingresos habituales que poder dedicar al pago de sus obligaciones.
Hasta entonces, ¡qué Dios, o quién sea, nos pille confesados!