En algunas esquinas de la geografía española ya no saben qué hacer para que no se hable de la situación real de las arcas públicas. O eso es lo que prefiero pensar, porque si tengo que creer que se trata de asuntos serios, sin cortina de humor por el medio, todavía es peor.
Según informa el diario barcelonés La Vanguardia, el Ayuntamiento de Barcelona ha realizado el pasado viernes día 31 de enero una declaración institucional en el Pleno municipal apoyando las reivindicaciones que la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, de modo que se tomen medias inmediatas para intentar acabar con las viviendas vacías en la ciudad.
La declaración también recoge el compromiso del Ayuntamiento de iniciar procesos sancionadores que pueden acabar con tres multas “de hasta 100.000 euros” si las viviendas se mantienen vacías. Este ha sido el último punto del orden del día del antes citado Pleno .
Suena muy progre, muy guay y muy chupilerendi, pero digo yo que lo mismo que no se puede despedir a un trabajador con una ley retroactiva no se podrá multar con una ley retroactiva a un tío que compró el piso cuando estaba permitido tenerlo vacío, convertirlo en churrería o usarlo para picadero.
Y más nos vale que la cosa siga así, porque si empiezan los despidos con la legislación actual a contratos con legislación antigua, no se libran ni los funcionarios.
Lo que yo quiero decir con esto, sobre todo, es que en España la chirigota está llegando a límites impensables en un país serio. Ahora, no sólo te cobran impuestos, te chulean con robos de dinero público y te oprimen con toda clase de de normativas y reglamentos, sino que además pretenden decirte qué es lo que puedes hacer con lo tuyo y lo que no, incluso a sabiendas de que es ilegal, de que un ayuntamiento no tiene competencias para ello y de que se trata sólo de un brindis político para asustar a alguna pobre vieja y satisfacer a un par de pirados.
Pero claro, si la Generalitat puede cambiar fronteras, ¿por qué no va a poder meterse a censor de la propiedad el Ayuntamiento?
Es la lógica de los majaderos, la misma que me permite preguntar a mí, con su misma razón y su misma mecánica, cuanto cobrarán a quien tenga una moto con menos de 10.000 Kilómetros y una pareja con menos de cien revolcones.
Por decir algo, vaya…