Hoy, en esta serie que nos ayuda a recorrer las medidas que efectivamente tomó el Gobierno para reducir el déficit, vamos a hablar de una partida que no supone mucho dinero pero que puede ayudar a impulsar un cambio de mentalidad: el recorte al gasto farmacéutico.
A partir de la entrada en vigor de estas medidas, y con el tiempo que sea preciso para adaptarse a ellas en la práctica, se adecuará el número de unidades en los envases a la duración de los tratamientos. Esto es, que si lo normal es que un tratamiento de una antibiótico dure seis días a tres tomas diarias, el frasco o la caja deje , de una puñetera vez, de tirar veinticuatro unidades, para que se pierdan, se tiren o se estropeen.
Del mismo modo, también será posible la dispensación de medicamentos en dosis unitarias mediante el fraccionamiento de envases para que el paciente pueda comprar así la cantidad exacta que precise. Esto significa que si necesitas dos pastillas, no tendrás que comprar la caja: en la farmacia te dan las dos pastillas y guardan el resto para vendérselas al siguiente.
A mí la verdad es que todo esto me parece el chocolate del loro, pero no me opongo. No me puedo oponer a lo que está bien pero me pregunto, y os pregunto, si no será un modo de aplazar dignamente para otra ocasión el tema de los medicamentos y su gratuidad para los pensionistas. Porque todos sabemos que a cuenta de los medicamentos de los viejos acaba sin pagar un duro toda la familia y que de ahí, de ahí y no tanto de las cajas demasiado grandes, es de donde viene el desorbitado gasta farmacéutico que padecemos.
¿Creéis que hay fraude con los medicamentos?, ¿conocéis algún caso?, ¿ayudan las recetas de los abuelos a pagar la hipoteca? ¿Creéis que se debería pagar alguna cantidad por receta, aunque fuese simbólica?, ¿ayuda de verdad en algo esto del fraccionamiento de las medicinas?, ¿se os ocurre alguna otra medida a aparte de lo propuesto por el Gobierno?