No por demandadas y esperadas han sido menos sorpresivas las declaraciones de Mario Draghi, Presidente del Banco Central Europeo, que hoy en Londres ha anunciado que el organismo que preside estaría dispuesto a tomar cualquier medida necesaria para conseguir proteger la subsistencia del Euro, lo cuál ha significado un balón de oxígeno para las economías en dificultades, en particular la española y la italiana.
En concreto, Draghi ha venido a decir que el BCE tiene el mandato principal de conseguir que el Euro se mantenga estable y sin sobresaltos, dotando de certidumbre al mercado europeo, para lo cuál estaría dispuesto a protegerlo a través de la compra masiva de deuda en los mercado secundarios, algo de lo que hasta ahora no se había hablado, aunque sí había sido realizado por parte del BCE.
Una vez que Draghi pronunció estas palabras la prima de riesgo se desplomó en más de 50 puntos básicos, la rentabilidad del bono a diez años cayó de golpe y la bolsa empezó a subir como la espuma, demostrando que los inversores se mueven a impulsos y sobre los fundamentos de los rumores.
Habrá que ver hasta que punto está dispuesto de llegar Draghi, y su Consejo de Gobierno en la salvaguarda del Euro, o si no se trata más que de una estrategia de marketing para ir ganando tiempo ante los mercados, aunque la ortodoxia de Draghi hace pensar que si lo ha dicho es porque tiene pensado realmente optar por esta opción.
Con ello la economía real puede comenzar a respirar, y los ciudadanos podemos empezar a tomar aire, bajo el prisma de que, por fin, hay una buena noticia tras decenas y decenas de malas noticias que hemos venido recibiendo en los últimos meses, justamente desde que comenzara la crisis.
Una prima de riesgo a la baja y cierta confianza en la economía europea debería de significar, en el medio-largo plazo, una recuperación del crédito, aunque ya los principales bancos europeos se apresuraron a recordarnos que en el tercer trimestre del año no se puede esperar más que un endurecimiento de las condiciones del crédito.