El Ministro de Economía, Luis de Guindos ha pronosticado el fin de las hipotecas en Andalucía como consecuencia del decreto de expropiación del Gobierno andaluz en función del cuál el Ejecutivo regional expropiará de manera temporal aquellas viviendas con hipotecas sobre familias en riesgo de exclusión social ante el riesgo de posibles desahucios. Además, este mismo decreto prevé que las personas jurídicas que mantengan en su propiedad viviendas que se encuentren vacías durante un plazo de, al menos, 6 meses, serán multadas.
Con ello, y según el Ministro, las entidades financieras se lo pensarán dos veces antes de conceder una hipoteca en territorio andaluz, ante la flagrante ruptura de las reglas del juego que se ha producido a mitad del juego y con todas las cartas ya repartidas. Algo que parece evidente en cuanto se analiza con cierta distancia la situación.
Nadie duda de la buena voluntad del Gobierno andaluz y, por supuesto, todos estamos de acuerdo en la necesidad de gran parte de las familias que recibirán el apoyo de estas medidas, ahora bien, tal vez ésta no sea la fórmula, ya que al final los grandes perjudicados seremos el conjunto de la población que veremos endurecidas las condiciones de nuestros créditos.
En lugar de esta medida, algunos expertos apuntan más a la posibilidad de exigir a las entidades financieras que han sido rescatadas a hacer fluir el crédito entre las empresas españolas. Con ello se conseguiría dinamizar la economía, generando empleo y logrando reducir drásticamente el número de familias en riesgo de exclusión social, ya que es el desempleo el causante de esta situación.
Se trataría, no hay duda, de una medida menos mediática y con rendimientos políticos menos inmediatos, pero, de la misma forma, sería mucho más rentable para la sociedad en el medio-largo plazo, ya que se generaría el caldo de cultivo necesario para fijar los cimientos necesarios que ayudarían a la reconstrucción de la economía española.
Algo con lo que nos beneficiaríamos todos, incluyendo las familias que están intentando ser protegidas con esta medida del Gobierno andaluz. En definitiva, no estamos para medidas demagógicas y de calado más mediático que real, alguien, aunque no veo a nadie capaz, debería de empezar a agarrar el toro por los cuernos.