Casi nadie espera leer una cosa así, pero lo digo en serio: en España nos hemso gastado fortunas en infraestructuras que nunca, ni en mil años amortizaremos.
Con las infraestructuras nos pasa un poco como con los pisos y con las hipotecas, que pensamos que son bienes en sí mismos, que son fines y no medios, y luego nos echamos las manos en la cabeza cuando vemos que pasan los años y los pisos no se ocupan, ni se venden, ni se pagan.
España ha vivido y vive, ha gastado y gasta por encima de su riqueza real. Disponemos de unos servicios sociales que no nos podemos pagar, nos permitimos libertades como perdonar la deuda a otros países y atendemos a todo el mundo en nuestra sanidad o nuestra educación, aunque el nivel real de ingresos de nuestra sistema no llegue para ello.
Me encantaría que pudiésemos vivir mejor, pero lo cierto es que exigimos unos salarios y nos exigen unos precios por lo que compramos, ya sean pisos u otros bienes, totalmente dispares con nuestro nivel real de producción y productividad. Tenemos las hipotecas que tenemos porque los precios del suelo y la vivienda se fijaron de espaldas a los salarios del español medio, y los salarios de demasiados españoles no guardan relación alguna con lo que en el mercado mundial de la mano de obra se paga por ese trabajo.
Gastamos millonadas en Alta Velocidad para que se mueva en tren, ¿quién?, ¿los ejecutivos que pueden pagar los billetes? ¿Ponemos un aeropuerto en cada pueblo para que vuele, quién?, ¿Nos permitimos una universidad en cada ciudad para que de trabajo a los titulados, quién?
Mucho me temo que gran parte del agujero en el que estamos se debe a que la realidad no nos gusta y le hemos vuelto la espalda. Pero la realidad es lo que tiene: paciencia y una puntería del carajo.