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¿Cuándo tocaremos fondo?

Más caída, es la guerra

Más caída, es la guerra

Lo malo de las estadísticas es que si quieres que sean fiables tardan en llegar, cosas del rigor, supongo, y ahora nos encontramos con que acabamos de conocer los datos de las hipotecas contratadas durante el pasado mes de julio y no tenemos que otra que llevarnos las manos a la cabeza al encontrarnos con la certificación de que todo lo que pensábamos se había hecho realidad.

Durante el séptimo mes del año se firmaron un total de 13.777 préstamos únicamente, lo que supone un caída del 42,7% con respecto al mismo período de hace un año, es decir, que en apenas 12 meses se han firmado la mitad de hipotecas, en un momento en el que se suponía que se empezaba a vislumbrar la recuperación nos damos cuenta de que no solo estamos muy lejos de ello, sino que seguimos cayendo en picado y sin solución de continuidad.

Para que podamos tener los datos en perspectiva hay que recordar que el máximo durante la burbuja inmobiliaria, allá por enero de 2007, fue de 124.826 hipotecas, una auténtica barbaridad de caída, un desplome que no hay economía que pueda llegar a aguantarlo por muy fuerte y sólida que ésta sea.

Y es que uno de los problemas con los que se está enfrentando la economía española a la hora de replantearse una posible recuperación se centra precisamente en esta falta de crédito, de financiación, que nadie parece estar dispuesto a resolver. Y no solo eso, porque además de haber poca financiación esta es artificialmente cara.

En un escenario en el que nos encontramos con un Euríbor por los suelos, a punto de cerrar el mes de septiembre ligeramente por encima del 0,5% tenemos que el importe medio del tipo de interés de las hipotecas se disparó en el mes de julio al 4,4%, es decir, un diferencial de casi 4 puntos porcentuales, un auténtico robo a mano armada.

En definitiva, hasta que el sector financiero español no empiece a comprender que debe de iniciar la rebaja del coste de la financiación y a conceder préstamos con naturalidad no podremos empezar a plantearnos la recuperación de una manera seria.

La extraña subida de las bolsas y otros mercados

Evolución de la deuda americana hasta 2010. Hoy estamos por 17,62

Evolución de la deuda americana hasta 2010. Hoy estamos por 17,62

En estos momentos asistimos a una subida constante y sostenida de los mercados bursátiles, y algunos creen que se trata de un anuncio, de un pistoletazo de salida para la recuperación del mercado inmobiliario. En esta ocasión, podría estar de acuerdo, pero con algunas salvedades importantes relacionadas con el origen de estas subidas.

Por una parte, hay que tener en cuenta que la subida de los mercados financieros y la recuperación de algunos valores en mercado como el IBEX no se debe tanto a la mejoría de la actividad o de los beneficios de las empresas como a que el mercado financiero está inundado de dinero y hay que meterlo en alguna parte.

¿Que sobra dinero? ¿He dicho eso?

Pues sí. En ciertos estamentos, sí.

Las continuas intenciones de liquidez del Banco Central Europeo y de la Reserva Federal americana van a alguna parte. Y no van a la economía real porque la rentabilidad que ofrece es demasiado baja comparada con el riesgo que representa.  Así que, ¿a dónde va todo ese dinero que se imprime a manos llenas? A los mercados financieros, y esa es la razón pro la que suben las bolsa.

El efecto de estos movimientos especulativos sobre nuestras hipotecas y nuestras casas sin vender puede ser doble:

-Por una parte, se empezarán a vender más pisos, pero aquellos que sean ya verdaderas gangas y en lugares donde la legislación sobre el alquiler y la demanda de alquiler sean lo bastante atractivas para convertir estos pisos en activos rentables. Es decir: mientras los pisos puedan dar dinero en forma de alquileres, se venderán, pero ya no como depósito de valor o lugar donde atesorar unos ahorros.

-El exceso de liquidez se va a cortar en algún momento, y esto puede suponer que al cortarse el grifo aumenten los tipos de interés. Una economía con tipos de interés por debajo de la inflación es una economía que no pasa el control antidoping. ¿Hasta cuándo puede estar el EURIBOR por los suelos? Ya veremos, pero cuando suba veremos lo que verdaderamente nos ha quedado en los bolsillos después de la crisis.

Leyendo la letra pequeña

¿Puedes leer la letra pequeña? Pues deberías

¿Puedes leer la letra pequeña? Pues deberías

Las hipotecas tienen grandes cifras, grandes letras, grandes cuestiones que todos entendemos, más o menos, y que son las que acabamos por usar a la hora de comparar hipotecas entre sí, pero mucho me temo que pocos se preocupan por leer realmente la letra pequeña, esa que al fin y al cabo es la que termina por encadenarnos a condiciones que desconocíamos.

Unas condiciones que en época de vacas gordas nadie echa en cuenta porque cuando el dinero fluye pocos se paran a mirar por que vías se les está escapando, pero que aparecen como una permanente espada de Damocles cuando las vacas empiezan a adelgazar y todos nos tenemos que agarrar a cualquier clavo ardiendo.

Esta letra pequeña es la que nos habla de la cláusula suelo, de la cláusula techo, de las comisiones escondidas, de la imposibilidad de permuta, etc., toda una serie de disposiciones que nos afectan, y mucho, cuando nos tenemos que enfrentar a la realidad de nuestra hipoteca.

Pues bien, ahora algunas asociaciones de consumidores están empezando a realizar algo realmente positivo por la ciudadanía, más allá del derecho al pataleo que en ocasiones funciona, como es el ayudarles a comprender el significado de la letra pequeña de las hipotecas que firman de manera que dejarán de estar indefensos ante los posibles abusos de las entidades financieras.

Esta iniciativa es realmente positiva ya que se trata de una acción proactiva para ayudar a los ciudadanos de verdad, de manera preventiva, para que no vuelvan a cometer el mismo error que tantos y tantos cometieron, ese error de no leer, o al menos no leer bien, la letra pequeña y quedar, por tanto, encadenados a un contrato hipotecario que no se esperaban.

De hecho, es evidente que a medida que la complejidad en los contratos financieros aumenta y la economía se ha convertido en el pan nuestro de cada día parece claro que se debería de reforzar esta asignatura en la educación obligatoria, convirtiéndola en una asignatura troncal, como pueden ser las matemáticas o la lengua.

Otro gallo nos cantaría si así fuera.

Nuevo curso, mismas expectativas

Nuevo curso, pero nada cambia

Nuevo curso, pero nada cambia

Empezamos el mes de septiembre en lo que pareciera ser como un nuevo curso, pero en el fondo nos encontramos con los mismos problemas que ya arrastrábamos el año pasado, problemas que tienen relación con la falta casi absoluta de crédito a todos los niveles que sigue arrastrando a la economía por el fango de la recesión.

Es cierto que se empiezan a observar ciertos brotes verdes, por utilizar el término de nuestros políticos, pero son todavía muy débiles y sin una repercusión directa en la economía real, en la de los ciudadanos, que siguen sufriendo las consecuencias de un desempleo demasiado elevado, y de una falta de crédito alarmante.

El problema es que esta falta de crédito es la pescadilla que se muerde la cola, ya que afecta directamente al desempleo. Las pequeñas empresas no realizan nuevas inversiones porque no tienen el dinero suficiente para hacerlas ni cuentan con el soporte crediticio necesario para ello, lo cuál repercute en que no se cree nuevos empleos.

Pero lo más grave es como afecta a la recuperación de la construcción, que pasa por ser la verdadera vía de escape para la economía española, al menos siempre lo ha sido, aunque ahora esté sufriendo un atasco de dimensiones siderales. Un atasco que hace que los precios sigan bajando su precio a la espera de que las entidades financieras apuesten definitivamente por crédito barato que ayude a la recuperación.

Un crédito barato que ellas sí están recibiendo desde el Banco Central Europeo, con lo que están haciendo el negocio del siglo. Consiguen dinero barato y lo prestan caro, sin que nadie esté haciendo nada al respecto, con todo lo que ello supone de perjudicial para los ciudadanos de a pie que son los que al final sufren las consecuencias.

En definitiva, más de lo mismo para el curso que ahora comienza, con los políticos lanzándose piedras entre ellos, con el Banco Central Europeo manteniendo un tipo de interés bajo, bajísimo, y con las entidades financieras dispuestas a seguir ganando dinero a costa de lo que sea, y a pesar de haber sido rescatadas con el dinero de todos.

La levitación existe. Deuda, hipotecas y bancos.

¡¡¡Arriba las manos!!!

¡¡¡Arriba las manos!!!

La prima de riesgo española se está relajando, lo que hace que los intereses que pagamos por la deuda emitida sean muy inferiores a los que tuvimos que sufrir el año pasado, cuando el rescate se daba por cosa hecha. Esto, a primera vista, parece una buena noticia, pero como soy de esa clase de gente (rara, muy rara) a la que le gusta hurgar en los datos en vez de lanzar maldiciones, resulta que la buena noticia no es para tanto, o al menos deja un poso de preocupación si se mira con detenimiento. ¿Y por qué?

Porque estamos demostrando que la levitación existe. Por estamos demostrando que el pintor que se cae de la escalera mientras pinta un techo podría haberse agarrado de la brocha para no golpearse con el suelo. ¿Estoy de coña? Ojalá. Atentos a la jugada:

Según las estadísticas de deuda del Estado, publicadas por el Banco de España,  las entidades financieras españolas habían suscrito nada menos  que 224.378 millones de euros, que supone un 33,7% del total de la deuda viva y bate todas las plusmarcas hasta la fecha. Por si esto fuera poco, esta cifra representa un incremento de más de un 8,2% respecto a los 207.300 millones del mes anterior.  O sea, que los bancos sí que tienen dinero, y lo prestan, 17.000 millones de euros en un mes, pero no para nuestras hipotecas, sino todo y hasta el último céntimo para deuda pública.

Por tanto, levitamos. El Gobierno rescata a los bancos, y los bancos a su vez rescatan al Gobierno, de modo y manera que si un día se nos pasa por la imaginación dejar de pagar la deuda. lo primero que saltará por los aires será nuestro sistema financiero, llevándose por delante los ahorros de los españoles, sin fondo de garantía ni remisión posible.

Y es que el mecanismo sería de chiste si no estuviese detrás nuestra tragedia. Lo describo en pocas palabras:

– Los bancos piden dinero prestado al BCE a un tipo de interés del 0’5%, y ofrecen como garantía ante elkl BCE la deuda pública del Estado.

– Con ese dinero que obtienen del BCE a un 0,5%, los bancos compran deuda pública de España al 4% de interés. Ese 4% l0 pagamos todos.

-Los bancos, sin mover un dedo, sin dar una sola hipoteca y sin correr riesgos, se embolsan un 3’5% por su cara bonita.de lo comprado.

– Y como han comprado deuda pública, que el BCE acepta como garantía, vuelven al BCE y piden más dinero para comprar más deuda.

¿Lo veis? Perfecto.

Un negocio glorioso y sin riesgo. Paga el Estado, y encima, para más recochineo, cuando los bancos tienen problemas son rescatados por ese mismo Estado, que para eso está y para eso debe el favor de no haber tenido que aceptar las condiciones de Bruselas.

Se trata, amigos, del mayor atraco de todos los tiempos.

Por eso me cabreo tanto cuando la gente gasta sus energías en hablar de pufos de cuatro perras, que en el fondo son el cebo con que nos mantienen entretenidos, mientras el dinero de verdad se lo llevan a la vista, por la cara, y por la puerta grande…

Ya está bien de chorradas y vayamos de una vez a lo grande, a los sustancioso. Como hacen ellos…

Se acabaron las hipotecas multidivisas

Nulidad o seguir cayendo, he ahí la cuestión

Nulidad o seguir cayendo, he ahí la cuestión

En los años más importantes de la burbuja inmobiliaria, los que fueron de 2005 a 2007 se popularizaron las hipotecas multidivisas porque ofrecían unas condiciones más que interesantes, en el sentido en el que la cuota se pagaba en una moneda distinta al Euro, y siempre con un tipo de cambio muy favorable a éste.

Lo cierto es que en aquellos años todos los que contrataron una hipoteca multidivisas parecían las personas más inteligentes y avispadas. Sin embargo, con elpaso de los años y el estallido de la burbuja inmobiliaria parece que la cosa fue cambiando de manera drástica.

Los mismos que unos años antes se beneficiaban del juego del tipo de cambio y del tipo de interés, ahora se veían abocados a cuotas inasumibles porque el Euro salía perdiendo contra las monedas de referencia de estas hipotecas, generalmente el Yen.

Sin embargo, ahora vuelven a estar de enhorabuena ya que la jurisprudencia española permite anular los contratos de las hipotecas multidivisas por vicio en el consentimiento, es decir, porque se trata de un producto financiero complejo que no debería de estar dirigido al conjunto de la sociedad, sino solo a expertos financieros que conocen perfectamente los riesgos.

El problema es que los bancos y las entidades financieras se han cuidado muy mucho de dar publicidad a este hecho y nadie se ha enterado de que ya ha habido varias sentencias al respecto garantizando el derecho de las personas que firmaron estas hipotecas.

Pero ahora que ya se ha hecho público a través de el periódico El Mundo llega el momento en el que todos los afectados puedan ir a su banco y reclamar la nulidad de su hipoteca multidivisa, aunque con una salvedad, ya que para poder solicitarla se debe de estar dentro de los cuatro años posteriores a la firma del contrato.

Las personas que firmaron sus hipotecas en 2005, por ejemplo, ya estarían fuera de esta posibilidad y tendrán que seguir sufriendo las consecuencias de un mal asesoramiento y de un querer ver la gallina de los huevos de oro antes que nadie. Unos huevos que ahora han explotado dejando un verdadero estropicio en su economía doméstica.

Por qué se esperan nuevas bajadas en el precio de la vivienda

Panorama del asunto...

Panorama del asunto...

El precio de la vivienda no parece encontrar un soporte en el que detener su caída. El dato, que en sí mismo no debería tener mayor relevancia, resulta que es de máxima importancia por ser en vivienda donde se concentra un porcentaje muy alto de la riqueza de los españoles y por afectar directamente a los balances de los bancos, que tienen también una parte sustancial de sus garantías invertidas en ladrillo.

Así las cosas, cada nueva bajada de la vivienda facilita, en teoría, el acceso a este bien de primera necesidad por parte de los que no la tienen, pero supone un clavo más en el ya de por sí siniestro ataúd de nuestra economía. Cada vez que baja la vivienda, las familias se sienten un poco más pobres (el famoso efecto riqueza) y menos predispuestas a gastar, y los bancos se asustan un poco más por las cantidades que deben provisionar y por los agujeros que aparecerán en sus cuentas con cada nuevo impago.

Pero veamos ahora por qué baja la vivienda y por qué algunas firmas de análisis, como la británica Capital Economics, o la consultora española Acuña y asociados, pronostican que las bajadas continuarán hasta un 30% o incluso un 50%, llegando a alcanzar los niveles de 2002.

-Desempleo: mientras no baje el vergonzoso nivel de desempleo de nuestra economía, será imposible reactivar el sector a través de la demanda.

-Deuda pública: si el Estado absorbe el dinero disponible a un tipo de interés superior al que pagan los particulares, la banca no tiene incentivo alguno para abrir el crédito a las familias, y menos aún para conceder hipotecas.

-Exceso de oferta: el exceso de oferta de los años anteriores no ha podido ser compensado todavía, y de hecho se ha visto agravado por la pérdida de población debida a la crisis económica.

-Segunda vivienda: la penalización que sufren las segundas viviendas por la reforma eléctrica  obliga a algunos propietarios a poner a la venta su segunda vivienda, lo que agrava el problema anterior.

-Caída de los salarios: las viviendas se venden, al final, por lo que la gente puede pagar, y la caída de salarios en España, un hecho cierto y poco discutible, hace que la demanda sea más débil y a precios menores.

Lo gracioso del asunto, si me permitís usar semejante palabra, es que el mayor propietario de viviendas en España es el Sareb, el banco malo, y ese es de todos. Así que encima, la pérdida la pagaremos a escote…

¿Dinero al 0,25%?

La vaca que no da leche, sino dinero

La vaca que no da leche, sino dinero

¿Te imaginas el dinero al 0,25%? Pues puede que estemos más cerca de ese escenario de lo que nos pensamos a juzgar por las palabras de Mario Draghi tras la reunión del mes de julio del Banco Central Europeo, y el análisis que acaba de publicar la sección de estudios de Bankinter, en función del cuál prevén que el tipo de interés quedará fijado en un cuarto de punto antes de final de año.

¿Qué repercusión tendrá ello en los ciudadanos?

La más evidente es que el dinero seguirá estando barato y, por tanto, el Euríbor por los suelos. Bankinter considera que el indicador no superará el 1% ni este año 2013 ni el próximo año 2014, y presenta dudas de que lo vaya a hacer durante el año 2015, lo que supone un auténtico alivio para las familias hipotecadas.

El problema es que los nuevos créditos hipotecarios no se están beneficiando de esta opción porque las entidades financieras están inflando los intereses que cobran con los diferenciales que aplican, con lo que ellos siguen ganando las mismas cantidades.

¿Cuál es el problema de estos diferenciales?

De lo que nadie, o poca gente, se está dando cuenta es de que nos estamos acercando a una nueva catástrofe sin solución de continuidad. Tan pronto como la economía empiece a mejorar y el tipo de interés de la zona Euro crezca, nos encontraremos con un Euríbor más elevado.

¿Qué pasará cuando se apliquen los diferenciales de 4-5 puntos sobre un Euríbor normal de 2,5-3%?

El desastre más absoluto, ya que la inmensa mayoría de las familias españolas no podrán pagar sus créditos y estaremos abocados de nuevo a una crisis financiera, a un rescate,…, ¿te suena de algo?

En definitiva, parece que no aprendemos de nuestros errores y que seguimos cayendo en ellos como si no nos importara. Estamos intentando salir de una crisis financiera poniendo los cimientos para otra nueva, al igual que salimos de la crisis de los 90 poniendo los cimientos de la burbuja inmobiliaria, es decir, fabricando la crisis que ahora nos asola.

Pero uno se pregunta, ¿entonces para qué están los que nos gobiernan? ¿No te has preguntado eso alguna vez?

Todo nuestro gozo en un pozo

Que poco dura la alegría en la casa del pobre

Que poco dura la alegría en la casa del pobre

Si hace unas semanas nos las prometíamos muy felices con la ley antidesahucios andaluza en función de la cuál la Junta podía expropiar las viviendas a las entidades financieras en determinadas circunstancias con el objetivo de salvaguardar a las familias con menos recursos.

Esta ley fue muy bien acogida por los colectivos de izquierdas y aquellas asociaciones que llevan años luchando para paralizar los desahucios en general porque significaba una victoria en su lucha y les abría el camino a una posible recuperación de la esperanza.

Sin embargo, el Gobierno central, aludiendo a un conflicto de competencias, aunque más bien parece un problema de lealtad a las entidades financieras que les pagan las campañas electorales, recurrió esta ley ante el Tribunal Constitucional, órgano que ahora ha decidido suspender temporalmente la aplicación de esta norma hasta que pueda decidir al respecto.

Con ello muchas familias en serias dificultades económicas que se aferraban a esta norma como su única tabla de salvación posible quedan ahora en un limbo legal en manos de las entidades financieras a las que adeudan su hipoteca que estará en disposición de poder iniciar el proceso de desahucio.

El Tribunal Constitucional ha tomado esta decisión sobre la base de la posible vulneración del derecho a la propiedad privada, ya que la expropiación lo que hacía era usurpar la propiedad de la vivienda a las entidades financieras de manera temporal.

Era evidente que las entidades financieras de este país no se iban a quedar de brazos cruzados y que iban a mover todos sus hilos para conseguir que esta ley no les impidiera gozar del pleno poder sobre sus propiedad.

Se trata por tanto de una situación muy esclarecedora, ya que nos encontramos con un gobierno autonómico que está intentando ayudar a las familias más desfavorecidas, sin pensar en las consecuencias que ello pueda producir sobre los poderes económicos, y un gobierno central que prefiere defender los intereses de los más poderosos antes de intentar ayudar a las familias con menos recursos.

Que cada cual saque sus propias conclusiones pero creo que están bastante claras a juzgar por las acciones de unos y otros.

Draghi vuelve a descolocar a todo el mundo

Mario, el poderoso

Mario, el poderoso

Está claro que si algo se le puede reconocer al presidente del BCE, Mario Draghi, es que nunca deja a nadie indiferente y que siempre ofrece una sorpresa en sus comparecencias, porque cuando nadie lo esperaba se ha despachado con una noticia de alcance que ha conseguido tranquilizar, dentro de lo posible, a los mercados.

En su comparecencia tras la reunión del Consejo de este primer jueves de julio anunció que el dinero en la zona Euro iba a seguir en valores bajos, al menos hasta que la recuperación comenzara a notar de una manera real y verdadera, hasta que ésta comenzara a llegar a la economía real, a la de verdad, a tu bolsillo y al mío.

Sin embargo, tampoco podemos empezar a celebrarlo, porque este dinero barato, que en principio nos debería de alegrar en realidad sólo sirve de manera retórica porque las entidades financieras se están preocupando de evitar que un dinero por los suelos les pueda perjudicar a su margen de beneficios.

Así, las nuevas hipotecas, que podrían beneficiarse de un Euríbor bajo y de la eliminación paulatina de la cláusula suelo, se encuentran con unos diferenciales realmente abusivos que hacen que al final las hipotecas sigan siendo caras. Unos diferenciales que ahora, con el Euríbor tan bajo, pueden ser asumibles pero que dejarán de serlo en cuanto el indicador empiece a dispararse de nuevo.

Los únicos beneficiados de esta medida serán las familias que ya cuenten con una hipoteca, porque se garantizarán que, al menos de momento, sus cuotas no subirán o incluso bajarán, en función de la cláusula suelo que puedan tener firmada en sus hipotecas. Con ello se consigue cierta estabilidad en el medio-largo plazo.

Pero volvemos a darnos de bruces con la misma realidad de siempre, y es que hasta que no se produzca una liberalización real del crédito para familias y pequeñas empresas la economía real no se podrá recuperar y seguiremos condenados a vagar por la recesión como almas en pena, recibiendo discursos de todo tipo que no hacen sino irritar más a la población que percibe que nadie mira por sus intereses.

Y seguimos cayendo, y cayendo, y volviendo a caer

Y las hipotecas siguen cayendo

Y las hipotecas siguen cayendo

El Instituto Nacional de Estadística ha vuelto a certificar la paupérrima situación en la que nos encontramos con una concesión de hipotecas que pone de manifiesto donde tenemos el verdadero problema de nuestra economía, que pasa por la falta casi absoluta de crédito.

Así, según los datos que publica periódicamente el INE nos encontramos con que durante el mes de mayo se constituyeron un total de 17.508 hipotecas, lo que supone una caída de un 18,1% en tasa interanual, es decir, comparando la cifra con el mismo mes de un año antes.

Con esta caída, el indicador ya acumula un total de 36 meses de caídas consecutivas, lo que es un auténtico récord y debería de poner la voz de alarma en todas las administraciones a la hora de exigir de las entidades financieras cierto rigor a la hora de conceder hipotecas o, al menos, de financiar a las pequeñas y medianas empresas.

Como único dato positivo, cabe mencionar que la caída interanual es algo inferior a la que se sufrió durante el mes de marzo, cuando la caída fue del 34,1%.

Por otro lado, en cuanto al importe medio de las hipotecas nos encontramos con un valor de 94.023 euros, realmente bajo si lo comparamos con los años de bonanza económica cuando la hipoteca media superaba ampliamente los 150.000 euros, lo que demuestra la situación en la que nos encontramos.

Y otro de los indicadores que deja bien a las claras la situación en la que nos encontramos es la del diferencial aplicado por las entidades financieras sobre el Euríbor, que en abril, y según los datos del INE, llegaron hasta el 4,75%.

En definitiva, nos encontramos con una situación a la deriva, en la que las entidades financieras no conceden ningún tipo de crédito y cuando lo hacen aplican unos diferenciales realmente abusivos que no hacen sino condenar a las pequeñas familias ahorradoras que quieren plantearse la compra de una vivienda.

Esta situación está acabando por condenar al sector inmobiliario que no es capaz de vender sus inmuebles vacíos, en parte porque no hay compradores, pero en gran parte porque no hay crédito para los compradores que pueda haber.

El crédito sigue cayendo sin parar

No hay quien llegue a conseguir crédito

No hay quien llegue a conseguir crédito

Está claro que de esta no saldremos pronto a juzgar por los datos macroeconómicos que escuchamos un día sí y otro también, y por supuesto, por la gran lacra de nuestra crisis como es el crédito hipotecario y el sector inmobiliario en general.

Nos encontramos con que cada nuevo dato publicado es peor que el anterior, y así ya llevamos cuatro años, con lo que uno la verdad es que ya no puede esperar nada bueno, sólo ir a peor, lo cuál es bastante triste se mire por donde se mire.

Lo último ha sido el saldo vivo del crédito hipotecario que publica periódicamente la Asociación Hipotecaria Española (AHE) y que ha vuelto a demostrar que las entidades financieras tienen el crédito totalmente congelado y sin solución de continuidad hacia una mejora inminente.

Concretamente, y en lo que se refiere a los datos del mes de abril, nos encontramos con una descenso del 13,95% en el saldo vivo mantenido por las entidades financieras, es decir, el crédito que mantienen los clientes con estas entidades, una caída similar a la del mes de marzo, cuando el descenso fue del 13,99%.

El problema es que parece que la caída no tiene fondo ya que por mucho que caemos un mes, al siguiente volvemos a caer lo mismo o incluso más, lo cuál nos demuestra que todavía hay camino para la caída sin que podamos hacer nada al respecto, al menos eso es lo que parece.

Si hablamos en cifras absolutas, en dinero, tenemos que el descenso en el mes de abril, en comparación con abril de 2012, la caída fue de 134.868 millones de euros, mientras que en términos intermensuales, es decir comparando los datos de abril con los de marzo, el descenso fue de 7.132 millones de euros.

En definitiva, que lejos de iniciar la recuperación seguimos ahondando en la depresión, en la recesión, en la caída libre o como lo quieras llamar, sin que ningún gobernante de la zona Euro parezca tener la varia mágica para conseguir solucionar el problema, y mientras tanto los grandes perjudicados, los que seguimos pagando el pato, somos los ciudadanos de a pie.