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Hipoteca a la europea

Por fin hacemos algo!!!

Por fin hacemos algo!!!

Parece que por fin somos europeos, pero de verdad, al menos en lo que se refiere a las hipotecas porque el Parlamente Europeo ha aprobado una nueva directiva referente a este producto financiero en virtud del cuál se intentan proteger los derechos e intereses de los consumidores ante los abusos habituales de las entidades financieras.

En este sentido, lo que más destaca de esta nueva directiva es el hecho de que se exige una información transparente y comparable, de manera que los consumidores puedan comparar en todo momento las ofertas de dos o más entidades financieras en lo que se refiere a la concesión de su hipoteca.

Con esto se pretende fomentar la competencia sana entre las entidades y garantizar así que los consumidores puedan disfrutar de las mejores condiciones en todo momento. Además, se añade que no se podrán vincular otros productos financieros, con lo que los hipotecados dejaremos de estar extorsionados por las entidades financieras al respecto.

Por otro lado, también se intentará potenciar la figura de la dación en pago en los contratos hipotecarios y garantizar que los bancos y entidades financieras denieguen las hipotecas en el caso en el que la capacidad de reembolso de la familia en cuestión no sea la adecuada.

Con esto último se intenta luchar contra la formación de una nueva burbuja inmobiliaria como la que nos ha traído al lugar donde nos encontramos y que tuvo su gran fundamento en la concesión indiscriminada de hipotecas durante años y años, que provocó un incremento artificial de los precios de la vivienda y que miles de familias se encuentren ahora en una situación desesperada.

En definitiva, es un intento de las autoridades políticas por conseguir dotar de sentido común a un mercado totalmente caótico, como es el hipotecario, un caos en el que nos hemos movido durante estos años sin que nadie haya querido hacer nada al respecto, por favores debidos o por intereses sobrevenidos.

Es evidente que con esta directiva no se resuelven todos los problemas, pero también está claro que al menos es un paso en la buena dirección, y como tal lo debemos de recibir, con moderado optimismo.

El vaso medio lleno o medio vacío

Hipotecas sí o no

Hipotecas sí o no

Todo en la vida depende del color del cristal con el que se mire, y claro, el mundo económico, en general, e hipotecario, en particular, no iba a ser menos, y estadística tras estadística nos damos de bruces con esta realidad que no hace sino demostrarnos que nada es ni blanco ni negro, ni podemos apostarnos la vida a que el vaso esté lleno o vacío.

Y es que el INE acaba de publicar los datos referentes al nuevo número de hipotecas constituidas durante el pasado mes de septiembre y el dato es realmente desalentador. Se ha producido una caída interanual del 30,9% para sumar un total de 41 meses consecutivos de caídas, algo que evita cualquier tipo de esperanza en cuanto a la recuperación del sector inmobiliario.

Sin embargo, y ahí la pequeña luz al final del túnel, para el que quiera soñar con ella, nos encontramos con que esta caída es menor que la que se produjo en el mes de agosto, cuando la caída fue del 41,7%, por lo que algunos agoreros de la buena fortuna, si se me permite la expresión, ya se han lanzado a calificar esta estadística de rotundo éxito general.

Sí que es cierto, sin embargo, que se pueden advertir algunos síntomas de mejoras, no muchos, no te vayas a pensar. El principal es que el importe medio de las hipotecas concedidas ha crecido ligeramente, lo cuál es una gran noticia porque supone que se empiezan a vender pisos de mayor valor, dado que las entidades financieras se cuidan muy mucho de conceder hipotecas por encima de un determinado porcentaje.

En concreto, nos encontramos con que tras los 95.702 euros, de importe medio para las hipotecas durante el pasado mes de agosto, en septiembre el sector cerró con 97.298 euros, aunque todavía estamos en datos negativos si nos fijamos en la comparación interanual, con una caída del 5,5%.

En definitiva, estamos mal, pero menos, o estamos bien, pero no tanto, tú eliges. Mi opinión es que el enfermo inmobiliario español no está, ni mucho menos, curado sino que todavía se encuentra en un claro estado de coma inducido, inducido por nuestro dinero canalizado a través de nuestros gobiernos.

Las peores previsiones pueden haberse quedado cortas

Escenarios y previsiones

Escenarios y previsiones

Pues sí, hemos salido del rescate bancario y lo han anunciado a bombo y platillo, con desfiles de gigantes y cabezudos. Los gigantes eran de cartón y los cabezudos prefiero no mencionarlos por su nombre, pero así ha sido.

Sin embargo, cuando la troika ha comparado la situaación de la economía española con las previsiones que se hicieron en su momento, resulta que estamos entre el escenario central (ni bueno ni malo) y el más adverso de todos, con algunas cifras aún peor de lo que se estimó para lo que se pintaba como un armagedón económico.

Le echamos un vistazo a los datos reales, o a los que tenemos, vaya, porque no sé ya si hay alguien que conozca los datos reales:

– El crédito concedido a empresas ha caído por encima de la peor de las previsiones. Según los datos del FMI, 2013 se saldará con una caída del crédito a las empresas del 9,4%, cuando en el peor de los escenarios posibles se pensaba en un descenso del crédito del 5,3%. Tenemos, por tanto, que las empresas han visto menguado su crédito en casi el doble de lo previsto en el caso más horrible. He insistido mucho en eso y se confirma: hay dinero, hay saneamiento de cuentas, pero no llega a la economía real, en gran parte porque el Estado lo absorbe todo a través de la deuda pública.

-El crédito a las familias parece un poco mejor, pero sólo un poco, y también se acerca a la peor de las previsiones. En 2013, los préstamos a los hogares bajan 4,2%, y el peor escenario posible fijaba un 6,8% de descenso. Las causas, pro supuesto, son las mismas que las citadas en el punto anterior, unidas al hecho de que los bancos encuentran cada vez menos familias que cumplan los criterios de solvencia para poder considerarlos préstamos seguros.

-El precio de la vivienda no parece encontrar suelo. Esto, que puede parecernos positivo es realmente malo, porque si los bancos y las familias tienen en viviendas sus principales activos, la devaluación de estos conduce a la quiebra técnica tanto a entidades como familias. La comparación entre la realidad, con descensos del 9,4% y el peor de los escenarios previstos, que hablaba de un 4,5% es desalentadora. Caen los precios y caen las hipotecas concedidas: un cóctel peligroso. Si a esto le añadimos que un buen pellizco del dinero de todos los españoles está sepultado en el Sareb, el banco malo, y que este banco tiene sobre todo inmuebles, las pérdidas no son sólo privadas, sino que vamos a pagarlas todos a escote, tengamos o no una hipoteca pendiente.

Y esto, sólo con la evolución actual, mientras nos cuentan que la economía está repuntando hacia mejor.

No sé si será cierto o no, pero con estos datos, lo que me parece claro es que cualquier mejora será sólo temporal, porque es imposible de con solidar una mejora en la actividad y la inversión mientras no fluya el crédito y mientras las familias no puedan ayudar a que se recupere la demanda.

Sin dinero y con devaluación de activos, no hay recuperación. Es de libro.

El Supremo insiste en negar la validez de las cláusula suelo

Luchando contra lo imposible

Luchando contra lo imposible

Está claro que las cláusulas suelo, esas grandes desconocidas años atrás, se han tornado en protagonistas principales durante los años de la crisis como consecuencia de la caída del Euríbor y la desagradable sorpresa que muchas familias se han llevado cuando han comprobado como su cuota mensual no bajaba tanto como debería.

Las entidades financieras se han venido escudando en el hecho de que estas cláusulas suelo estaban debidamente informadas en los contratos hipotecarios, además de ser contrarrestadas por las cláusulas techo, sin detallar que las primeras eran accesibles y alcanzables en un mercado normalizado, mientras que las segundas eran totalmente inalcanzables.

De esta manera, las entidades financieras se aseguraban que las cuotas mensuales de las familias hipotecadas se incrementaran sin solución de continuidad con los aumentos del Euríbor, mientras que se garantizaban que cuando se producían caídas del Euríbor la bajada de la cuota no fuera tan importante, y siempre con un límite.

Pues bien, ahora el Tribunal Supremo, tras varias sentencias de Tribunales provinciales al respecto, ha sentado claramente las bases al fallar en contra de estas cláusulas suelo siempre y cuando no fueran lo suficientemente claras y no hubieran sido explicadas en detalle a los clientes.

En definitiva, el Tribunal Supremo no va contra la cláusula en sí, faltaría más que un tribunal impidiera una cláusula contractual de cualquier tipo, sino que contra el hecho de la falta de transparencia y de información, de manera que la entidad financiera hacía uso de su posición de poder ante sus clientes.

Con ello se demuestra una vez más que durante años y años las entidades financieras han campado a sus anchas por los terrenos pantanosos de sus propias trampas legales, aprovechándose de que la liquidez imperante y los bajos tipos de interés permitían a las familias no preocuparse en exceso por unos pocos euros arriba o abajo.

Sin embargo, las tornas cambiaron y de repente nos encontramos con la situación totalmente contraria, con la crisis todos miramos hasta el último céntimo y hemos empezado a darnos cuenta de determinadas actitudes abusivas de las entidades financieras que no hacían sino dañar nuestra economía familiar.

De hecho, si los bancos no hubieran producido tal sangría la crisis no hubiera sido tan dañina como ha terminado siendo.

Se acercan los exámenes para los bancos

Algunos tendrían que gritar...

Algunos tendrían que gritar...

Mario Dreaghi prepara el examen de solvencia de 128 entidades financieras europeas, y tras la salida española del rescate parece que esta vez los bancos españoles no están en el punto de mira de los más críticos.

Por lo que parece, será dieciséis los bancos españoles que se someterán a estas nuevas pruebas. BBVA, Santander, Banco de Sabadell, Banco Financiero y de Ahorros (BFA), Banco Mare Nostrum, Ibercaja, La Caixa, Caja España, Cajas Rurales Unidas, Catalunya Banc, Kutxabank, Liberbank, Unicaja, y NCG Banco,  Banco Popular Español y Bankinter.

El optimismo con el que se abordan estas pruebas, creo que tiene dos orígenes:

-Por un lado, las entidades españolas han destapado más porquería oculta que las de muchos otros países, con lo que en el caso de España no es que la cosa está como para tirar fuegos artificiales, pero al menos se tiene una idea aproximada de lo que se va a encontrar.

-Por otro, los bancos españoles se han saneado más y mejor que los de otros países, pero a fuerza de guardar cada euro en la hucha para reforzar su capital, lo que ha asfixiado el crédito y llevado a las hipotecas a su mínima expresión. Por no mencionar que todo es estupendo cuando los demás, o sea nosotros, ponen el dinero. Ya pueden estar saneados los bancos cuando se han saneado de nuestro bolsillo…

Por el lado de las dudas, os planteo yo dos:

-1- ¿Qué valor se dará a los montones de deuda pública española que tienen los bancos en su balance? parece ser que este dato es clave y que de eso dependen en buena parte los resultados de los test de solvencia. Como ya he explicado en algún otro artículo, en España estamos asistiendo a uno de esos inventos que dan miedo: el Gobierno rescata a los bancos, y los bancos compran deuda pública, con lo que están rescatando al gobierno. Por supuesto, semejante situación es como la del pintor que, pintando un techo, no tiene mido a que se rompa la escalera porque siempre podrá garrarse a la brocha.

-2- ¿No asistiremos a una nueva ronda de “patada a seguir”? Muchos tenemos la sospecha de que, pase lo que pase y vean lo que ven, dirán que todo va bien, aunque sólo sea para ganar tiempo y evitar que una nueva caída de la confianza agrave el batacazo. No sé si sucederá tal cosa, y de hecho la gracia está en que nadie lo sepa, pero me temo que la tentación será muy fuerte.

Entre tanto, nuestras hipotecas, las que hay, se vuelven más asequibles, y las que no se han firmado,  se detectan más lejanas.

El año próximo será clave.

¡Zas! En toda la boca

Draghi va por libre

Draghi va por libre

Si hay algo que no podemos negarle a Draghi es, sin duda, su enorme capacidad para sorprendernos con sus decisiones, unas decisiones que no dejan a nadie indiferente porque siempre van cargadas de un fuerte peso político y que no siempre coinciden con las previsiones de los analistas.

Antes de la última reunión del BCE la inmensa mayoría de los analistas, entro los que me incluyo, considerábamos que supervisor financiero de la zona Euro no se atrevería a hacer un mayor recorte en el precio oficial del dinero, ¡pobres ilusos!

En contra de lo que había sido tradición en las decisiones del organismo, el BCE decidió de manera sorprendente realizar un nuevo recorte en el tipo de interés, haciendo caso omiso de los malos augurios sobre el posible incremento de la inflación, algo que sí está subyacente a la incipiente recuperación económica.

La cuestión es que Draghi y su equipo han decidido apostar por el crecimiento y por el riesgo controlado que permita que la recuperación se empiece a sentir de alguna manera en la población, antes que por el miedo absoluto al abismo de la inflación y a la sempiterna obsesión por las cifras macroeconómicas.

Porque no podemos olvidar que lo que verdaderamente importa a la población es lo que nos llega, la microeconomía, nuestras transacciones del día a día más que las grandes cifras que, en el fondo acaban por no servir de nada cuando se trata de sobrevivir.

En cualquier caso, la consecuencia directa de la bajada del tipo de interés en la zona Euro es, evidentemente, la caída del Euríbor, ahora que todos pensábamos que ya no bajaría más, y con ello la reducción de las cuotas hipotecarias mensuales que pagan aquellos ciudadanos con hipotecas sin cláusula suelo.

Por ello, en los próximos meses empezaremos a ver nuevas bajadas del Euríbor, llegando incluso a caer por debajo del 0,5%, algo impensable hace apenas unos meses.

En definitiva, nos encontramos con un escenario propicio a pesar de que los bancos se siguen empeñando en destrozarlo a base de diferenciales abusivos que no hacen sino condenarnos a la pobreza permanente.

Se dispara la morosidad hipotecaria

Una gráfica...

Una gráfica...

Dicen por mi tierra que a perro flaco todo son pulgas, y con el tema de los bancos va a resultar que tienen razón: con una morosidad elevada y buena parte de sus activos invertidos en esa bomba de relojería a la que llaman deuda pública, los bancos están en estos momentos pendientes del contante aumento de la morosidad hipotecaria.

El famoso 3% del que habló hace tiempo el Banco de España como límite racional para los impagos hipotecarios ha quedado ya ampliamente pulverizado. No sé si recordáis aquellas declaraciones, así que las copio:

“Las hipotecas nunca van a pasar del 3% de mora en España por una cuestión cultural, el ciudadano español deja de comer antes que dejar de pagar la hipoteca”

Pues vale: ahora estamos cerca del 6% de morosidad hipotecaria, o sea el doble de esa famosa línea roja, y no sabemos si los españoles han dejado de comer, que también, o se ha perdido el miedo al desahucio, o simplemente nos enfrentamos a la segunda ley de la termodinámica, aquella que afirma que la materia ni se crea ni se destruye y que, coloquialmente, enunciamos por aquí como que “de donde no hay no se puede sacar”

Curiosamente, la morosidad también va por barrios, sufriendo un mayor número de créditos morosos los bancos con más dificultades, los que nos inclina a pensar que concedieron hipotecas sin ton ni son y están como están precisamente por este motivo.

Lo peor, no obstante, de este alarmante dato, es lo que denota en otros sectores: si la morosidad hipotecaria es siempre la más baja de todo el sector de los préstamos, y tenemos el dato de que se ha disparado, podemos creernos a pies juntillas, nos digan lo que nos digan, que la morosidad se ha disparado en el campo de los negocios y los créditos personales.

Los efectos de esta nueva vuelta de tuerca están por ver, pero hay dos cosas que veo indiscutibles:

-Si los préstamos a los consumidores privados y las Pymes se vuelven más arriesgados, veremos crecer los diferenciales y veremos una nueva restricción de crédito, pues los bancos preferirán, aún más, prestar sus escasos recursos a los Gobiernos invirtiendo en deuda pública, un producto que en teoría es completamente seguro y que pueden canjear por más dinero en el Banco Central Europeo. Un mecanismo perverso, por supuesto, pero es lo que hay.

-Si la morosidad aumenta, la solvencia de los bancos disminuye, con lo que podemos estar en puertas de un nuevo rescate bancario, aunque no se me ocurra, ni por asomo, cómo le van a llamar esta vez y con qué nombre nos lo van a vender.

Mi hipoteca ya no baja más

A cuesta con la hipoteca

A cuesta con la hipoteca

Era algo que se veía venir pero ninguno queríamos verlo porque nos afanábamos por apurar nuestras esperanzas con la idea de que nuestras cuotas hipotecarias siguieran bajando y bajando sin límite, pero, amig@o, nada es eterno, y las rebajas de nuestras hipotecas menos aún.

Si hasta hace unos meses veíamos como todos los que disfrutábamos de hipotecas sin cláusula suelo pagábamos menos cada año, en una caída libre de las que te hacen disfrutar, ahora la cosa ha cambiado, y aunque en este mes de octubre sí que se ha apreciado una muy ligera caída, lo cierto es que esta tendencia tiende claramente a desaparecer.

Con el Euríbor en valores del 0,5% ya es imposible que caiga más salvo que el Banco Central Europeo decida seguir rebajando el tipo de interés para la zona Euro, algo que parece más que improbable, y más si empezamos a hacer caso a los primeros indicadores macroeconómicos que se nos presentan con valores positivos.

Ello nos hace pensar que en breve asistiremos a un incremento del tipo de interés de la zona Euro para evitar que la recuperación se traduzca, de una manera casi inmediata, en un efecto inflacionario que acabaría por arruinar la mejora, a la vez que haría que los alemanes sufrieran un permanente ataque al corazón.

Y es que no hay nada que de más miedo a un alemán que la inflación, como consecuencia de las reminiscencias del pasado que tanto daño ocasionaron a su economía y, como son un pueblo que sí aprende de sus errores, que no quieren volver a repetir bajo ninguna circunstancia.

Por tanto, es previsible que a principios del año 2014, seguramente antes del verano, asistamos a un incremento del tipo de interés con lo que el Euríbor comenzará a subir ligeramente y así disipar todas las esperanzas de nuevas bajadas en el futuro. No es probable, sin embargo, que la subida del tipo de interés para la zona Euro se produzca antes porque podría lastrar la incipiente recuperación.

En definitiva, despídete amig@ de las reducciones de tu cuota hipotecaria y aguanta como puedas el chaparrón, de momento llovizna, que se nos viene encima.

La hipoteca sigue huyendo

Arnhem, imagen del exceso de confianza...

Arnhem, imagen del exceso de confianza...

Las buenas noticias sobre compras masivas de viviendas por parte de fondos de inversión, también conocidos como fondos buitre por su afición a comprar a precios de cadáver, no consigue desatascar el mercado hipotecario, que continúa su larga, interminable, trayectoria a la baja.

El número total de hipotecas constituidas sobre viviendas alcanzó la cifra de 12.147 durante agosto, lo que representa una disminución  del 41,7% con respecto a agosto de 2012. Este dato hace que se acumulen cuarenta meses a la baja en el número de hipotecas concedidas. Cuarenta meses, como los cuarenta años que según la Biblia pasaron los judíos en el desierto, guiados por Moisés.

Pero nosotros parece que no tenemos ningún Moisés y seguimos errantes por un mercado cada vez más dual, dividido entre las grandes gangas, en paquetes al por mayor, y un mercado minorista que agoniza sin remedio.

El importe medio de los préstamos hipotecarios para la compra de una vivienda se cifró en agosto en  95.702 euros, un 8,2% menos que en agosto del año pasado. Prestan a menos gente y prestan menos dinero.  Con la disminución de agosto, las hipotecas sobre viviendas acumulan un descenso del 27,8%  respecto al año anterior, y sólo hablamos de datos hasta agosto, con lo que esta tendencia podría profundizarse en el resto del año, que es lo que parecen indicar todos los síntomas.

¿Las causas? Yo lo tengo claro: debilidad de la demanda porque sigue habiendo poco empleo, el que hay es precario (nadie compra una vivienda con un contrato de seis meses) y los salarios continúan bajando en ese proceso al que llaman deflación interna pero que en realidad debería llamarse empobrecimiento generalizado.

Eso, y que si los bancos pueden emplear sus dineros en comprar deuda pública, no hay manera de convencerlos de que lo presten a los ciudadanos, con más riesgos y menos rentabilidad. Mientra sel Estado pague un 5% por la deuda, sin riesgos, y con la posibilidad de intercambiar esos papelitos por más financiación, las empresas, las familias y las Pymes no tendrán ninguna opción real de competir en el mercado financiero.

La salida al agujero del sector de la construcción parece aún un puente lejano…

No podemos pagar, ¿cómo no vamos a deber?

Por más vueltas que le demos...

Por más vueltas que le demos...

La deuda privada, principal causante de la crisis, parecía comportarse bien cuando se trataba de familias y particulares que debían sus hipotecas y préstamos personales, pero últimamente parece que esta tendencia se está empezando a romper con un crecimiento inequívoco de la tasa de morosidad de los préstamos de estos particulares.

Concretamente, la tasa de morosidad hipotecaria se encuentra ya en un 5,1% y todo apunta a que no hará otra cosa sino incrementarse como consecuencia de que la situación límite se sigue extendiendo en el tiempo, con cada vez más familias en situación cercana a la pobreza y a tener que elegir entre comer o pagar la cuota hipotecaria.

Así, la Asociación de Afectados por Embargos y Subastas calcula que para el año 2014 esta cifra de morosidad podría situarse en el 6%, como consecuencia de que cada vez hay menos hipotecas, y por tanto el porcentaje de deudores aumenta, a la vez que los ingresos de las familias siguen cayendo sin solución de continuidad.

El problema es que a medida que aumenta la mora el diferencial aplicado por las entidades financieras se incrementa de manera proporcional, ya que las entidades financieras buscan su seguridad, sus garantías, para asegurarse el cobro o, al menos, ganar el suficiente dinero antes como para que le compense la pérdida final.

Pero el verdadero trauma de toda esta situación es una vez más el estado de las familias que están abocadas a seguir debiendo dinero a las entidades financieras hasta el fin de los tiempos, sin que parezca que pueda haber alguna solución en el corto-medio plazo. Todo ello provoca el estancamiento general del mercado inmobiliario y del consumo de las familias que sin renta disponible no tienen otra alternativa más que no gastar.

Y en este círculo vicioso nos encontramos anclados sin que parezca que ninguna autoridad o gobierno pueda hacer algo por remediarlo. Ya que al no haber consumo, no se genera crecimiento, y al no haber crecimiento no hay liquidez en la sociedad y al no haber liquidez no hay consumo.

Cavando nuestra propia fosa común

Nuestra fosa común

Nuestra fosa común

Son tiempos inciertos y confusos, de eso no hay duda, y basta con echar un vistazo a lo que está sucediendo con las hipotecas que se están concediendo para darnos cuenta de que la situación se nos está yendo claramente de las manos, convirtiéndose en nuestra propia fosa común.

El Euríbor se encuentra en mínimos históricos, y lo que podía ser una buena noticia se está convirtiendo en pésima como consecuencia de la actitud de las entidades financieras que están intentando proteger sus beneficios con diferenciales muy elevados.

El problema es que estos diferenciales a día de hoy no son un problema, pero lo serán en el futuro. Hoy, con unos diferenciales altos las familias están pagando intereses que rondan el 2,5-3%, perfectamente asumible y entendible como un buen tipo de interés.

Pero, ¿qué sucederá cuando el Euríbor recupere unos valores normales?

Imaginemos que nos encontramos en un escenario con un Euríbor sobre el 2,5%. Entonces estaríamos hablando de tipos de interés en las hipotecas, una vez añadido el diferencial, que oscilaría entre el 4-5%, sino más. En esa situación las familias que podían permitirse un interés del 3% es probable que no puedan con el 5%.

Por tanto, sin saberlo, y ante la connivencia de los poderes políticos que están permitiendo que las entidades financieras, otra vez, vuelvan a hacer lo mismo que ya hicieron con la ciudadanía antes de la crisis, y están sentando las bases de una nueva crisis financiera.

La solución sería relativamente sencilla ya que bastaría que el Gobierno limitara por ley los diferenciales a aplicar sobre el Euríbor en las hipotecas, al menos en aquellas entidades que han recibido dinero público para poder sanear sus cuentas, porque si no los ciudadanos nos quedamos con la sensación de que nos están tomando el pelo.

Básicamente, hemos desembolsado nuestro dinero en forma de impuestos para que las entidades financieras fueran salvadas y saneadas, y ahora nos encontramos con que éstas, lejos de intentar devolver parte de la ayuda que recibieron se están enrocando en una posición difícilmente asumible por una economía que se encuentra en el camino de la salida de su letargo.

Polémica con la herencia del IRPH

¡Alto, peligro!

¡Alto, peligro!

Probablemente si te hablo del IRPH me mirarás sorprendido y no sabrás muy bien lo que te estoy contando, o bien al contrario, mostrarás toda tu indignación contra todo lo que se mueva porque llevarás años y años sufriendo las consecuencias de los incrementos de este índica que no hace sino dañar las economías domésticas de una parte de los españoles, concretamente un 13% de las familias hipotecadas cuyos préstamos están referenciados a este índice.

Pero, ¿cómo se calcula exactamente el IRPH?

Se trata de una especie de media de los tipos de interés ofrecidos por los bancos o cajas, es decir de una cesta de entidades financieras con un tipo de préstamo similar se realiza la media y ese resultado es lo que arroja el IRPH.

¿Cuál era el problema con este índice?

A diferencia del Euríbor que viene marcado por el mercado y, por tanto, no es manipulable, o al menos no de manera sencilla, el IRPH puede sufrir variaciones en función de los intereses de las propias entidades financieras que son, al fin y al cabo, las que facilitan la información al organismo que se encarga de publicar este índice.

De esta manera se puede conseguir que durante todos estos años de crisis, en los que el Euríbor ha estado bajando de manera sistemática, el IRPH, por su parte, no ha sufrido más que aumentos. Por ejemplo, mientras que el pasado mes de agosto el Euríbor estaba situado en un más que apetecible 0,542 nos encontrábamos con un IRPH en el 3,911, para las Cajas y en el 3,298 para los bancos, una media de tres puntos porcentuales de diferencia.

Ante estas diferencias claramente abusivas, la Unión Europea determinó la supresión de este índice y su sustitución por otro más transparente. El problema es que lejos de atender esta transparencia ahora el Gobierno español ha actualizado el índice de manera que sólo las hipotecas que llevaran una cláusula al respecto podrán recalcularse en base al Euríbor. El resto se mantendrán como hasta ahora añadiéndole, por si fuera poco, un diferencial discrecional del propio banco.

En definitiva, el Gobierno ha dejado una nueva oportunidad de demostrarnos que los políticos no se deben a las entidades financieras que, según sigue pareciendo, son las que de verdad gobiernan este país.