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¿Se prepara un nuevo impuesto a la propiedad?

Agujero presupuestario

Agujero presupuestario

Cuando la fiera está hambrienta, no pone muchos reparos a la presa a la que puede echar el diente, ni tiene mucha memoria a la hora de recordar a sus votantes,sus promesas o eso a lo que en su día llamaban principios y se han demostrado simples pretextos.

Por mucho que nos cuenten que van a bajar impuestos, por mucho que nos digan, incluso, que de momento no los van a subir, el caso es que tienen que recortar el déficit y para ello van a intentar incrementar los ingresos, porque de reducir el gasto no hablan siquiera.

¿Y de dónde van a tirar para incrementar los ingresos? Pues de donde se pueda, por supuesto. El IRPF no lo pueden exprimir mucho más, porque los ciudadanos asalariados son cada vez menos y con más dificultades para llegar a fin de mes. El Impuesto de Sociedades no se puede tocar, porque las empresas no tienen mayor problema en largarse a donde les cobren menos. El IBA es una opción, y posiblemente la tocarán, ya sea incrementando el tipo general al 23% o eliminando artículos de la cesta de bienes favorecidos por el IVA reducido o super-reducido.

¿Y qué les queda entonces?  ¿El alcohol, el tabaco y las gasolinas? Esa cuerda ya da para muy poco, con las reducciones de consumo que hemos visto.

Les queda la Propiedad, y el Ministerio de Hacienda repara algún nuevo tipo de tributo que grave la propiedad, muy especialmente de viviendas, que son las que sus dueños no se pueden llevar debajo del brazo. No se conforman ya con cobrar Transimisiones Patrimoniales (un verdadero estacazo), los derechos sobre las hipotecas y el IBI anual: ahora buscan el modo de que el propietario pague un impuesto anual sólo por el hecho de serlo, ya sea considerando la vivienda como un rendimiento computable en el IRPF, eliminando todas las deducciones existentes hasta la fecha o creando un nuevo impuesto totalmente nuevo, que castigue la tenencia de inmuebles.

Lo peor de todo es que de estas cosas noi tenemos que enterar leyendo los documentos que el Gobierno envía a Bruselas, porque aquí no dicen ni mu. Cito textualmente: “El Gobierno estudiará diversas alternativas, entre otras posibles, la imposición sobre la propiedad, la imposición medioambiental con el menor impacto posible en la competitividad, procedimientos de pago por uso de servicios, el incremento de los impuestos por uso frente a los que gravan la transmisión de la propiedad o la imposición sobre el sector financiero en el marco armonizado de la UE”.”

Cuando se ven obligados a hablar claro, se retratan…

 

 

¿Somos más inteligentes?

A estudiar toca

A estudiar toca

Está claro que la necesidad es el mejor incentivo para cualquier circunstancia de la vida y el conocimiento no iba a ser menos. Cada vez hay más estudios que reflejan la mejora de conocimientos financieros que se está produciendo entre la ciudadanía española como consecuencia de la crisis económica, de manera que conceptos complejos y términos hipotecarios que antes todo el mundo desconocía se han convertido en el pan nuestro de cada día.

Y es que uno de los grandes problemas de la burbuja inmobiliaria fue que los ciudadanos contrataron productos que desconocían en toda su dimensión, y lo hacían fiados de la palabra del director de la sucursal que les estaba vendiendo el producto sin pararse a pensar que éste cobraba unos incentivos por volumen de ventas efectuadas.

De esa manera las sorpresas fueron viniendo a medida que las familias ya no podían pagar sus cuotas hipotecarias y comenzaron a recibir exigencias contractuales por parte de las entidades financieras, unas exigencias que desconocían haber firmado pero que, evidentemente, sí que se encontraban en el contrato hipotecario.

Las primeras cláusulas que comenzaron a llamar la atención fueron las cláusulas suelo, ya que muchas familias vieron como los medios de comunicación anunciaban una y otra vez que el Euríbor estaba bajando pero ellos no veían como sus cuotas descendían, cuando apenas unos años antes sí que habían sufrido las consecuencias de los incrementos casi exponenciales.

Pero el gran descubrimiento fue, sin duda, la dación en pago, o la ausencia de ella. La mayoría de los ciudadanos españoles, en su desconocimiento pleno, estaban convencidos de que si no podían pagar sus hipotecas podrían deshacerse de su deuda entregando la vivienda que hipotecaron en un inicio, craso error, porque no solo perdían sus vivienda sino que además mantenían una deuda insalvable con las entidades con las que firmaron.

Este hecho ha llevado a la bancarrota financiera a un gran número de familias españolas y ha hecho que todas las demás comprendan la necesidad de entender firmemente lo que firman en todo momento con el objetivo de salvaguardar la estabilidad financiera de la propia familia.

La trampa de las hipotecas

Baratita, oiga

Baratita, oiga

En esta vida hay dos varas de medir la realidad, las estadísticas o la realidad por sí misma. Las estadísticas no suelen mentir, ya que son capaces de determinar tendencias de una manera más o menos aceptable, o al menos de la forma más pragmática que conocemos, son variantes ideológicas que puedan hacer que oscilen hacia uno u otro lado.

Sin embargo, estas estadísticas son imperfectas y a menudo no reflejan fielmente lo que sucede en un momento dado en la sociedad, en la realidad, en nuestro día a día, y en el tema de las hipotecas se vuelve a demostrar este axioma, más o menos verídico desde un punto de vista teórico, pero claramente acertado desde un punto de vista práctico.

Partamos de la base de que las entidades financieras están en el juego económico para ganar dinero. Se aprovecharon de la coyuntura económica, de la corrupción de los políticos y de la ignorancia de los ciudadanos para hacerse de oro. Después, utilizaron su poder y el hecho de que los políticos bebieran de sus manos como consecuencia de las deudas que habían contraído para vendernos la moto de que había que rescatarlas, y allá se fue nuestro dinero público.

Por tanto, no parece que las entidades financieras, de ningún lugar del mundo, pequen de estulticia, más bien al contrario. Entonces, si hemos empezado a descubrir, algo de lo que ya hemos hablado en estas páginas, que los bancos y cajas han vuelto a comenzar su guerra por las hipotecas, ofreciendo tipos de interés muy atractivos, ¿no será que hay algún índice de recuperación?

En este sentido nos faltaría una estadística que reflejara únicamente el volumen de hipotecas nuevas constituidas en un mes, en comparación con el mes anterior. El problema de la estadística que ofrece el INE, fantástica en todos los aspectos, es que valora la bolsa de hipotecas, es decir, calcula el número neto de hipotecas, las nuevas menos las que se han cancelado, y ello resta veracidad a la misma.

La realidad, la que palpamos en nuestro día a día, es que las hipotecas poco a poco se están recuperando, con ello la venta de inmuebles y con todo ello puede que el conjunto de la economía, si el gobierno no lo acaba estropeando, claro.

¿Cómo se crea una burbuja inmobiliaria?

Vista así, hasta resulta enternecedora...

Vista así, hasta resulta enternecedora…

Y después de hablar de los casos de Gran Bretaña y China, vamos a dar un pequeño repaso a cómo nació el monstruo que nos cargó con una hipoteca.

Lo primero, la definición, en este caso la de Kindleberger: “una burbuja es una brusca subida de los precios de un activo financiero o una clase de activos financieros durante un periodo continuado, donde la subida inicial genera expectativas de nuevas subidas y atrae a nuevos compradores”

¿Pero por qué demonios se crea una burbuja financiera?

Pues como todo en economía, por problemas con la conducta humana, que nunca es lo que dicen los libros en que se basan los economistas. Se supone que los agentes económicos toman decisiones racionales, pero esto no es así.

El principal problema reside en que los inversores detestan el riesgo: lo que buscan es una inversión con la mayor rentabilidad posible y con un riesgo que sea mínimo o nulo. Y a esto hay que añadir una curiosa paradoja: que dada una cantidad de dinero, el dolor por la pérdida es mayor que el placer por esa misma cantidad ganada. A eso le llaman los psicólogos “aversión a la pérdida” y se estudia como un sesgo, es decir, una actitud ilógica que padecemos.

Este mecanismo es el que hace posible que una burbuja se cree y se desarrolle, ya que a los inversores las ganancias cada vez les saben a menos  y, cegados por la codicia, se meten en cada vez mayores inversiones pensando que el riesgo no existe. A medida que la burbuja se va haciendo más grade, hay más dinero metido en ese mercado, con lo que la liquidez es más inmediata, se compra en menos tiempo, se vende antes, y la impresión de que todo va como la seda se acentúa. La idea, por tanto, es que el activo no bajará nunca, y que si ha estado subiendo todo este tiempo lo seguirá haciendo indefinidamente. ¿Os suena esta idea?

Si a esta actitud se le suma además la ayudita de las autoridades con desgravaciones por vivienda, bajada de los tipos de interés y barra libre en la concesión de créditos e hipotecas, es muy difícil sustraerse a la posibilidad de ganar dinero fácil con algo que todo el mundo hace y nunca ha bajado.

En las burbujas, colaboran, por tanto, todas las fuerzas posibles: la psicología humana, la codicia, los Gobiernos, el entorno sociológico y las entidades financieras.

Demasiados enemigos, me parece, para un pobre tipo con unos duros ahorrados…

 

La burbuja inmobiliaria China

vivienda en China

El otro día hablábamos de la burbuja inmobiliaria británica y de cómo no se libran del condenado fenómeno ni esos tipos tan flemáticos y sensatos que son los ingleses. Hoy, para seguir con el recorrido y demostrar que las burbujas inmobiliarias son un fenómeno universal vamos a ver el otro caso, el de China, mucho más preocupante que el anterior por las repercusiones económicas y financieras que podría tener para el resto del mundo.

Como sabéis, suelo ilustrar los artículos con alguna foto alusiva y un pie que la explique desde la ironía, pero en esta ocasión creo que es necesario usar una gráfica como apoyo, sin cachondo alguno, y un poco más grande de lo habitual. Echadle un ojo detenidamente, por favor.

El despegue de la economía China y su papel preponderante como nueva potencia económica ha atraído gran cantidad de capitales del exterior, y no sólo destinados a aumentar la producción industrial y deslocalizar la industria occidental. Muchos de esos capitales aguardan una buena oportunidad de inversión y entre tanto se colocan en el sector inmobiliario, que ha sufrido un enorme auge en el país debido a la enorme migración de personas del campo hacia las ciudades. Hablamos de casi ciento cincuenta millones de personas en veinte años, aunque algunos mencionan cifras mucho más abultadas.

El crecimiento anual de China es de alrededor del 7,7% y la balanza comercial positiva junto al mercado inmobiliario son las grandes bazas del gigante asiático. El Gobierno chino, además, lleva años jugando al cubilete con el valor de su moneda para intentar atraer capitales extranjeros, así que no es de extrañar que al final se haya producido una enorme acumulación de dinero tras sus fronteras.

El problema, por supuesto, es que ese dinero está allí a título de préstamo y que en algún momento los que lo pusieron querrán recuperarlo. La conclusión final es que China es ahora  uno de los países más endeudados del mundo con un 215% de su PIB en deuda (según datos del Banco Popular de China, correspondiente a un 75% en deuda pública y un 140% del PIB en privada).

¿Y qué está sucediendo? Que la larguísima crisis de Occidente está impulsando a algunos de esos inversores a intentar deshacer sus inversiones, lo que unido al debilitamiento de la demanda ha hecho que la bolsa china lleve tres años seguidos de caídas y la vivienda ya haya iniciado la cuesta abajo, como podéis ver en la gráfica.

Si se confirma el estallido de la burbuja china, que es justamente lo que yo preveo, la crisis de las hipotecas subprime va a ser una broma de niños comparada con la crisis de la hipoteca china.

Veremos en unos meses.

Más hipotecas pero más estrictas

Últimamente venimos oyendo cantos de sirena que nos hablan de que la recuperación del crédito se debería de empezar a producir a partir de este año 2014, y aunque todos nos habíamos mostrado muy escépticos al respecto ya que nada hacía presagiar que el optimismo debiera ser el estado de ánimo más plausible, lo cierto es que las acciones de la banca nos están despertando de nuestro propio pesimismo.

A la rica hipoteca, oiga

A la rica hipoteca, oiga

En estos primeros meses del año 2014 estamos asistiendo a una carrera sin solución de continuidad a ofrecer la mejor hipoteca del mercado, la más económica, la más barata, la más atractiva para los consumidores, y ninguna entidad parece dispuesta a quedarse atrás en esta lucha sin retorno por volver a captar a ciudadanos endeudados.

Eso sí, no es oro todo lo que reluce, y lo que tiempo atrás eran facilidades de todo tipo ahora se están convirtiendo en condiciones muy, pero que muy, estrictas a la hora de poder alcanzar un crédito hipotecario, algo que no dejar de ser, en el largo plazo, beneficioso para el conjunto de la sociedad, ya que nos garantizamos que no se empiece a generar una nueva burbuja inmobiliaria.

Porque no nos podemos olvidar, y si lo hacemos ya estarán los agoreros como yo para recordárnoslo, que gran parte de la responsabilidad de la burbuja inmobiliaria recayó, sin duda, en las entidades financieras que concedieron créditos a quien no podían pagarlos sin ningún tipo de garantías y fiados únicamente en la bonanza económica del mercado, algo que atenta claramente contra toda buena ejecución bancaria.

La buena noticia, por otro lado, es que el hecho de que fluya el crédito en las hipotecas, o que al menos las entidades financieras tengan intenciones sanas de lanzarse al mercado hipotecario, hará que el crédito, en general, también fluya y con ello las empresas se podrán beneficiar de una liquidez que creían perdida para siempre y con ello afrontar nuevos proyectos de inversión que les ayuden a generar nuevos puestos de trabajo y plantearse seriamente el ayudarnos a salir de la actual crisis.

En definitiva, alegrémonos de que todo parece empezar a cambiar, ¿o no?, eso solo el tiempo lo dirá.

La hipoteca retrocede ante el dinero del colchón

El mullido colchón que tienen algunos

El mullido colchón que tienen algunos

A principios de este año, concretamente en enero, se firmaron en España 17.464 créditos hipotecarios, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). La cifra en sí un poco ridícula y no se atreve siquiera a comparar con la de un mal mes de los años buenos, pero lo que realmente llama la atención es otra cifra: la del total de compraventas de viviendas: 30.659 casas, según la misma fuente.

¿Y esto qué significa? Pues que los pisos se siguen vendiendo,  pero al contado, sin pasar por el banco ni solicitar una hipoteca, y eso aunque parece que algunos bancos vuelven a ofrecer productos comerciales destinados a la compra de vivienda. De hecho, el 57% de las operaciones inmobiliarias sobre viviendas, no llevaban hipoteca.

Seguro que a todos se os pasado ya por la cabeza más de una idea de por qué pasa esto, y seguramente tenéis razón: el dinero estaba y sigue estando en alguna parte, y quienes dieron el pelotazo en los años buenos lo tienen a buen recaudo esperando las ocasiones que genera la crisis. Así es como funciona el mundo en realidad: el que da un gran estacazo económico y tiene un mínimo de cerebro, poco a poco se hace respetable, o se muda de ciudad, y se convierte, con sus hijos y sus nietos en una persona irreprochable de posibles.

Luego están también los que simplemente trabajan y ahorran, pero cuando se habla de comprar vivienda estos son bastante menos frecuentes, aunque hay mucho que pueden hacerlo con a ayuda de los padres o los abuelos, o incluso de los propios vendedores, que pueden aceptar que el piso se pague a plazos. Hay muchas posibilidades y no todo son dineros escondidos, por supuesto, pero vivimos en un país donde el refrán que dice “piensa mal y acertarás” podría formar parte, sin problemas, de una hipotética letra del himno nacional.

Al final, entre esto y otras cosas, el número de hipotecas constituidas sobre viviendas lleva descendido este año un 32,5%  respecto al mismo periodo de 2013, lo que ya es decir, porque 2013 fue un año espectacularmente malo.

Mientras tanto, los bancos siguen como locos tratando de vender sus carteras inmobiliarias, antes de que a alguien se le ocurra decir que la valoración a la están inscritas a sus balances no se la cree ni Harry Potter.

Veremos en qué para esto.

 

¿Alguien se cree que estemos en fase de recuperación?

De Guindos, bájate del guindo

De Guindos, bájate del guindo

Cada vez que escuchamos a un portavoz del Gobierno contándonos milongas sobre la fase de recuperación que estamos atravesando no puedo por menos que echarme a reír, sobre todo si analizamos la realidad que nos encontramos día sí y día también en nuestras calles, con un incesante aumento de las familias con problemas para llegar a final de mes, muchas de ellas sin ningún ingreso mensual, y con la pobreza imperando en nuestra sociedad.

Y así queda constatado con cada nueva estadística que aparece en los medios de comunicación con las que volvemos a caer a las catacumbas de la economía europea y mundial, y sobre todo si tienen que ver con el mercado inmobiliario, el eterno problema de nuestra economía.

Sin ir más lejos, acabamos de conocer los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) referentes a la firma de nuevas hipotecas en período anual de enero a enero y son realmente para echarse a temblar, con una caída del 32,4% que vuelve a demostrarnos que todavía no hemos tocado fondo.

Porque no podemos olvidar que hasta que no lleguemos al final de la caída no podremos empezar a plantearnos, bajo ningún concepto, alguna posibilidad de empezar a crecer nuevamente, por mucho que nos empeñemos, un fondo que se viene anunciando en repetidas ocasiones pero que nunca parece llegar.

De hecho, los datos de enero suponen un valor negativo durante los últimos 45 meses, de manera consecutiva, y acentúa aún más la caída que se había producido en diciembre, cuando las hipotecas se habían reducido en un 30%.

En valores absolutos nos encontramos con un total de 17.464, lejos de las 25.447 que se firmaron durante el mes de enero del año 2013, con un valor medio de cada hipoteca de 101.628 euros, un insignificante repunte del 0,1% con respecto al mes de diciembre.

En definitiva, cada vez que habla un Ministro sube el pan pero no la economía, a pesar de que en sus palabras siempre auguran esta posibilidad, esta opción, o aseveran que el crecimiento está a la vuelta de la esquina, y ¡amig@!, nada más lejos de la realidad, me temo.

La crisis de Crimea, ¿nueva crisis inmobiliaria?

¿Pero tú sabías donde estaba Crimea?

¿Pero tú sabías donde estaba Crimea?

Basta con echar un vistazo a los últimos datos de compraventa de vivienda para comprender que hay un mercado emergente que estaba revitalizando, por sí solo, el sector inmobiliario español, y éste no es otro que el mercado ruso, gracias al poder adquisitivo de sus ciudadanos este mercado se ha caracterizado por realizar gran parte de las operaciones que se han venido haciendo últimamente.

Y lo que es más importante, operaciones que rara vez se producen sobre los inmuebles más baratos, si no que apuntan principalmente a los más caros, con lo que el volumen total de adquisiciones se ha disparado en los últimos meses, para mayor gloria de los propietarios que han conseguido “colocar” sus viviendas.

Sin embargo, la crisis que se está produciendo en la región ucraniana, al menos hasta ahora, de Crimea está poniendo en jaque a todo el sector inmobiliario que ve como se acerca la posibilidad de que desaparezca la gallina de los huevos de oro que les ha estado alimentando hasta ahora.

Porque todo apunta a que la Unión Europea acabará por aplicar sanciones de diverso tipo a Rusia por su invasión “diplomática” de Crimea, y estas sanciones siempre tienen un cariz económico con lo que es más que probable que los ciudadanos rusos dejen de tener la posibilidad de poder mover su dinero con la misma facilidad.

Un duro golpe para el sector inmobiliario de las regiones costeras, sobre todo, que es donde los ciudadanos rusos estaban centrando sus compras de vivienda, para aprovechar el buen tiempo. No hay que olvidar que estas regiones es donde existe una mayor bolsa de viviendas vacías como consecuencia del exceso de construcción que se produjo durante los años de burbuja inmobiliaria.

Veremos como se resuelve finalmente esta crisis, pero parece que el sector de la vivienda de nuestro país ha cogido el gafe, porque cada vez que se ven visos de ligera recuperación nos encontramos con un nuevo golpe que acaba por tirar por los suelos todas estas esperanzas, esperanzas que hace tiempo que dejaron de ser de color verde para tornarse del negro más absoluto.

La hipoteca y los fondos buitre

Quebrantahuesos es un nombre más expresivo...

Quebrantahuesos es un nombre más expresivo…

Vivimos en unos tiempos de aversión al riesgo, eso está claro. Por eso, quienes se arriesgan pueden obtener unos beneficios tan gigantescos. Y por eso, quien necesita a alguien que asuma el riesgo tiene que pagar unas cantidades tan descomunales por ello, pues la demanda de riesgo es tan sumamente baja que su coste se ha disparado.

El riesgo es una de esas cosas que casi nadie valora a la hora de echar cuentas. Se habla de costes y de beneficios, pero casi nunca se habla de riesgos, como si se reconociera que el concepto es demasiado difícil de evaluar para meterlo en una cuenta seria. Y no es así: los riesgos existen y se pueden evaluar, en cifras con decimales y en euros contantes y sonantes: a eso se dedican las matemáticas actuariales y en eso c0nsiste precisamente el negocio de las compañías de seguros.

Cuando alguien habla de los beneficios que obtiene una empresa y los tacha de excesivos, que se pregunte qué riesgos está dispuesto a asumir y cuales no, y quizás entonces le parezcan (o no) las cuentas más ajustadas.

El caso es que los fondos buitre, que reciben ese nombre por rondar a las empresas que están a punto de quebrar para poder comprarlas por poco (asumiendo el riesgo de perderlo todo) son las que están haciendo su agosto en España con los cadáveres del boom inmobiliario. Según el Wall Street Journal, casi 200 fondos extranjeros rastrean España con 40 mil millones de euros listos para “invertir”, mientras BBC estima la cifra en 58 mil millones de euros. ¿Mucho dinero? Pues imaginad lo que se metió aquí para que esos sean los restos mortales…

Por lo general, Estos fondos de inversión esperan una rentabilidad mínima del 15 por ciento anual y no se detendrán si hay que trocear empresas, pedir desahucios o hacer lo que tengan que hacer para lograr ese rendimiento.

Las hipotecas impagadas o impagables, son objetivo preferente de estos fondos. Por ejemplo, Blackstone compró 2.000 viviendas protegidas al Ayuntamiento de Madrid por 125 millones de euros. La jugada consiste en comprar grandes paquete de viviendas de modo que el precio unitario sea ridículo aunque el monto total, el que recibe el vendedor sea importante.

Después, poco a poco, y con el tiempo que no tenía el vendedor, o sin las cortapisas políticas que el vendedor sufría, trocear esos paquetes y sacarles rendimiento.

Así que imaginaos lo que irá pasando, poco a poco, con el tiempo…

 

 

 

Ya ni las hipotecas aguantan la morosidad

Morosea que algo queda

Morosea que algo queda

Esta crisis que todo lo puede está hundiendo todos los parámetros habituales con los que nos solíamos manejar en términos económicos y financieros. Si cada día nos encontramos con una nueva sorpresa que llevarnos a la boca, ahora nos encontramos con que la tasa de morosidad hipotecaria también se ha empezado a disparar.

Hasta hace bien poquito nos habían vendido la cantinela de que los españoles preferían quedarse sin comer a dejar de pagar la hipoteca, algo que garantizaba los pago a las entidades financieras. Sin embargo, parece que esto ha cambiado a juzgar por los nuevos datos de morosidad hipotecaria que han hecho que las grandes entidades financieras se empiecen a llevar las manos a la cabeza.

Si en 2012 el volumen de créditos hipotecarios que manejaban las principales entidades financieras de este país, concretamente las que cotizan en el Ibex 35, es decir, Banco Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Banco Popular, Banco Sabadell y Bankinter, manejaban un volumen de 17.204 millones de euros en créditos hipotecarios morosos, en 2013, y según los datos del Banco de España, esta cifra se ha disparado hasta los 24.539 millones de euros, o lo que es lo mismo un crecimiento del 42%.

Unos datos que no dejan de ser tramposos, como bien apuntan gran cantidad de expertos económicos, y es que las entidades financieras maquillan sus cuentas con las viviendas que se quedan en propiedad. Es decir, imaginemos que una familia no puede pagar la hipoteca, entonces estaría dentro de estos volúmenes de créditos morosos. Pero al cabo del tiempo, la entidad financiera de turno se apodera de la vivienda con lo que el crédito hipotecario desaparece y así la deuda deja de ser hipotecaria.

Con esta pequeña triquiñuela los bancos y cajas van maquillando sus cuentas para poder satisfacer los intereses de sus accionistas y poder presentar así mejores cuentas ante ellos, lo que garantiza cierto estado de tranquilidad.

En definitiva, tantos años de crisis están haciendo mella en todos los sectores, y en el sector financiero más que en ninguno, como causante original de la crisis y por tanto el que debe de sufrir en mayor grado las consecuencias, aunque hasta ahora no se hayan producido en su justa medida.

¿A qué se debe la guerra de las hipotecas?

Esta es la guerra!!!!

Esta es la guerra!!!!

¿No te has enterado? ¡Qué sí, qué sí! Que se ha iniciado una guerra en toda regla por parte de las entidades financieras por captar a los pocos osados que se atreven a lanzarse a por una hipoteca, una guerra que todavía no tiene vencedores y que promete no dejar enemigos vivos por el camino.

La clave parece estar en ofrecer diferenciales por debajo del 2%, con lo que se pueden manejar hipotecas por debajo del 3%, aunque la mayoría está marcando suelos del 3%, para evitar el desmadre que pueda hundirlas aún más, pero en cualquier caso se trata de hipotecas realmente atractivas, especialmente en los tiempos que corren.

Pero, ¿tienen trampa?

Por supuesto que sí, no te vayas a dejar engañar. Tienes que tener en cuenta que las entidades financieras salieron escaldadas de la burbuja inmobiliaria que ellas mismas generaron y ahora se cuidan muy mucho a la hora de conceder una hipoteca.

Así que no te creas que todos podremos acceder a estas hipotecas baratitas, baratitas, nada de eso, están reservadas para gente con gran poder adquisitivo, o al menos con la capacidad suficiente como para hacer frente a todas las garantías que exige la entidad financiera.

Y, ¿a qué se debe esta guerra?

El mayor negocio de las entidades financieras, no nos engañemos, son las hipotecas, ya que es la mejor forma de tener a un cliente durante largo tiempo, cobrándole unos intereses más que interesantes para ellos a la vez que se le pueden ir vendiendo diferentes productos a través de la venta cruzada.

Con ello se busca la fidelización del cliente con la entidad, algo cada vez más difícil de ver, y de esa manera las entidades pueden obtener beneficios, no ya solo en el corto plazo, sino, sobre todo, en el medio-largo plazo, con todo lo que ello les puede reportar.

En definitiva, la guerra está servida, y nosotros somos la carnaza, es el momento de ser inteligentes y aprovecharse de este nuevo fenómeno sin caer en los mismos errores del pasado. Recuerda que los bancos y cajas solo quieren ganar dinero, y para ello tú lo tienes que perder, no hay otra alternativa.