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La frontera de la hipoteca

Bicefalia

Bicefalia

Ya lo hemos dicho muchas veces en este mismo espacio: el problema para la resurrección del mercado hipotecario no es que no exista liquidez, que de eso ha de sobra, sino la falta de demanda solvente. ¿Y qué es demanda solvente? es el comprador que tiene ingresos suficientes para garantizar que la hipoteca se podrá pagar o es muy probable que se pague, teniendo en cuanta que hablamos de un producto a muy largo plazo.

Ahí es donde está el problema.

La frontera, según los últimos análisis, parece haberse colocado por consenso en el entorno de los 2500 € mensuales. Quien pueda demostrar que gana más de esa cantidad tendrá acceso al mercado hipotecario, y quien no, se verá excluido. Las condiciones, eso sí, parece que mejorarán. Losa bancos, inundados de dinero, pelearán a la baja en los diferenciales y una vez más volverán a concederse hipotecas eternas, a treinta y cinco años. Al fin y al cabo, recordad que el BCE está prestándoles el dinero gratis, así que cualquier cosa que les garantice, más o menos, que lo van a recuperar, será buen negocio.

Con esto se espera que las hipotecas repunten este año, tanto en número de contratos firmados como en el monto de su saldo vivo total. Si esto sew confirma, será la primera subida de este tipo en los últimos siete años.

De todas maneras, para mí hay algo que no encaja: mientras por una parte se flexibilizan las relaciones laborales y se insiste desde múltiples instancias en la necesidad de acabar con la mentalidad de que el trabajo es  parea toda la vida, la banca sigue desconfiando del trabajo en precario. Cómo es posible que se exija al trabajador disponibilidad para cambiarse de ciudad y hasta de sector y al mismo tiempo se el exija absoluta estabilidad para conseguir una vivienda en propiedad?

¿Cómo es que desde el mundo financiero se pide con una boca una cosa y con la de al lado la contraria? Cosas de engendros bicéfalos, amigos.

 

El riesgo de la hipoteca en moneda extranjera

No es un paquete de tiritas, pero buena falta harían...

No es un paquete de tiritas, pero buena falta harían…

La semana pasada lo vimos claro: de repente, y sin previ0 aviso, el Gobernador del Banco Central de Suiza liberó al franco suizo de sus ataduras, y la moneda helvética llegó a revalorizarse hasta un 30 % a lo largo de una sola sesión.

¿Pero por qué pasó esto? En primer lugar, y permitidme la obviedad, porque antes se le habìa ocurrido a alguien la fabulosa idea de determinar, por decreto y a golpe de Boletín, el valor de una divisa. Los suizos no quería que su moneda cobrase valor, porque esto perjudicaba a sus exportaciones, y fijaron su cotización a un máximo de 1,20 €.

Al liberarse la moneda, el franco suizo, que estaba siendo fuertemente demandado como moneda refugio, sufrió un ascenso brusco que se llevó por delante a varios fondos de cobertura y a algunas casas de especulación con divisas, que no pudieron cubrir un incremento tan repentino de la cotización.

¿Y qué pasa con las hipotecas? Pues que aquellos que tuviesen su hipoteca denominada en francos suizos, lo que en su momento seguramente les pareció buena idea para cubrirse del euro fuerte, tendrán, de golpe y porrazo, que pagar a mayores una cuota mensual de unos 250 € de media. Un buen palo, sin duda.

Por contra, los que hicieran en su momento su hipoteca en yenes japoneses estarán de enhorabuena, hasta que no pase algo raro, por supuesto, que siempre puede suceder.

En general, y sin tratar de ser exahustivo, siempre he desconfiado de las hipotecas en divisas, más que nada porque si ya es bastante difícil cubrirse de los riesgos propios de un país y una moneda que conoces, imaginad lo que pueden ser los riesgos y los vaivenes de la moneda de un país sobre el que no estás informado a diario.

En este caso, de todas maneras, muy pocos de los perjudicados podrán llamarse a engaño: la gente no va por ahí haciendo hipotecas en francos suizos por buena fe o ingenuidad. Cuando se hace eso, se hace por obtener un beneficio.

Y si sale bien, genial. Y si no, a jorobarse tocan…

Y en 2104 también bajaron los pisos

Activo difícil de colocar

Activo difícil de colocar

Pues no. Tampoco fue 2014 el año de la recuperación en el mercado de la vivienda, tanto en precio de los pisos como en importe de las hipotecas concedidas. Quienes creen que el ladrillo saldrá nuevamente al rescate de nuestra economía, deberá esperar un poco más.

Al final, y de media, para vivienda usada, el precio de la vivienda  cerró diciembre  1.559 euros por metro cuadrado, lo que significa una disminución dell 8,54% .

Por comunidades, ninguna autonomía aumenta su precio pmedio en 2014. Lo s mayores descensos se han registrado en Aragón (-12,32%), Murcia (-12,15%), Asturias (-11,04%), Cataluña (-10,68%) y Galicia (-10,38%).

Castilla La Mancha tiene en estos momentos los precios más baratos, con una media de 1.019 euros/m2 y la vivienda más cara se encuentra, por término medio, en el País Vasco, con 2.936 euros/m2.

Por provincias, los mayores descensos interanuales se han producido en Pontevedra (-15,04%), Ávila (-14,50%), Tarragona (-14,04%), Córdoba (-13,75%) y Castellón (-13,57%).

 

En conclusión: si la población sigue envejeciendo, los pisos se mantienen en pie y las rentas de la gente no alcanzan a pagar lo que antes se pedía, la única respuesta lógica del mercado es que los precios continúen a la baja, empujados por una parte por quienes tienen necesidad de vender, mientras los posibles compradores se permiten esperar agazapados a la espera de la oportunidad que mejor les convenga.

No muy alentador, desde luego, pero terriblemente realista.

A ver si es cierto que el BCE nos inunda dinero y repuntan las hipotecas. Porque por otro camino, difícil lo veo.

 

Año de recuperación, ¿también para las hipotecas?

No es un naufragio, es un cambio de punto de vista.

No es un naufragio, es un cambio de punto de vista.

Empezamos nuevo año y lo empezamos con el triunfalismo del Gobierno respecto a los datos del paro, con un descenso de casi medio millón de personas.

En mi opinión, si los asesores del Gobierno piensan que a los españoles les interesa solamente la economía y eso salvará a al PP de pasar por la guillotina a la hora de las elecciones es que están aún más aislados de la calle de lo que parecía, pero vete a saber.

La cuestión, creo yo, no es que haya o deje de haber medio millón más de personas trabajando, sino explicar por qué con esas cifras el número total de horas trabajadas sigue cayendo, el total de los salarios percibidos por el factor trabajo sigue cuesta abajo y por qué las cotizaciones de la Seguridad Social se siguen reduciendo. Hay dos opciones: o nos ha atacado un bicho muy malo, con siete cabezas y once colas que hace que todo parezca más feo, o estamos entrando en situación de subempleo, es decir, cambiar un buen trabajo, a tiempo completo, con un bien sueldo, por varios trabajos de mierda, a tiempo parcial, y con salarios de miseria.

Como bien dijo Schacht en su momento, un país tiene problemas cuando la gente carece de trabajo y es pobre, pero los problemas realmente graves empiezan cuando la gente sigue siendo pobre después de haber encontrado un empleo. Y en esas estamos.

En cuanto a las hipotecas, veo difícil que se incremente sustancialmente el número de las que se conceden y precisamente pro lo que acabo de explicar más arriba: más personas trabajando con peores salarios no crea demanda solvente. Si a eso unimos la deflación, con sus dos efectos principales, que son el aplazamiento de las compras y el hecho de que el dinero que se debe cada vez vale más, no me parece que el panorama hipotecario se esté comenzando a despejar, sino todo lo contrario.

Habrá, por tanto, más insolvencias, aunque aún no sé cómo las disfrazarán. Seguirán bajando los pisos, salvo en ciertas zonas con mucha demanda, como quizás Madrid y algunas otras grandes ciudades, y la desigualdad, que tanto afecta a la economía, afectará también , y en cada vez mayor medida, al territorio.

Por cierto: otro día hablamos de lo que pasa cuando el petróleo baja de golpe. No, no es una buena noticia, aunque a muchos se lo parezca.

De momento, Feliz Año Nuevo.

 

 

Las hipotecas se recuperan

hipotecas

Dicen por estas tierras del norte que no hay mal que cien años dure, y a eso suele responderse que tampoco hay cuerpo que lo resista. Ambos tienen razón, por supuesto, pero cabe preguntarse si el repunte de las hipotecas tiene más que ver con una auténtica recuperación de la economía o con una superación del miedo.

Como podéis ver en la gráfica, procedente del Instituto Nacional de Estadística, el repunte no es como para tirar cohetes, pero es cierto, objetivamente cierto, que las hipotecas firmadas han dejado de caer y llevan unos cuantos meses en la senda de la mejoría.

Entre los posibles motivos, podemos citar tres opciones:

-Que las cosas vayan efectivamente mejor, haya más gente con trabajo y haya más gente que puede llegar a embarcarse en un proyecto a treinta años porque la solidez de sus puestos y sus ingresos haga que esto sea prudente.

Perdonadme, pero yo esta opción no la veo. El trabajo que se está creando es mayormente trabajo a tiempo parcial o con una disminución salarial. El número de trabajadores ha crecido, y de ahí el maquillaje de las cifras del paro, pero el número total de horas trabajadas sigue disminuyendo, lo mismo que los ingresos totales por el factor trabajo (que ocho cobran menos en total de lo que antes cobraban siete, para resumir)

-Que el factor pánico se haya reducido.

Cuando llega una crisis, parte de los efectos proceden de la propia crisis y otra parte procede del efecto pánico, lo mismo que en la bolsa. En esas situaciones, no sólo dejan de consumir los que se quedan sin ingresos, sino también los que mantienen intactas, o casi, sus posibilidades económicas y prefieren posponer sus decisiones por prudencia. En el caso de las hipotecas, la gente que todavía tiene dinero lleva mucho tiempo posponiendo la compra de la casa y las reducciones de precios parecen haberse desacelerado, con lo que puede haber llegado el momento de dar el paso adelante.

Me parece bastante plausible.

-La tercera opción es que los bancos están ahogados en dinero y tiene que sacarlo fuera de alguna manera, relajando sus exigencias.

Con el Banco Central Europeo prestando cerca del 0%, los bancos tienen que buscar de algún modo la rentabilidad en sus negocios y están haciendo de nuevo la vista gorda ante según qué clientes. Si te prestan el dinero al 0% y puedes prestarlo a una media del 3% o del 4% el negocio es muy bueno de nuevo, incluso con un porcentaje de impagados. Como la rentabilidad se reduce en todos los sectores, la banca anda como loca por buscare los mejores clientes y ofrece de nuevo condiciones que pueden ser muy atractivas para quien pueda pagar una buena entrada u ofrecer ciertas garantías.

Veremos lo que depara 2015. Desde aquí os deseo lo mejor para este año entrante, que no sé si será bueno o malo, pero lo auguro movidito.

 

Hipoteca, cajas y dolor

Historias de las puñeteras cajas

Historias de las puñeteras cajas

Hoy voy a hablar de una experiencia personal que a lo mejor nos sirve a todos para saber qué diablos está pasando aquí. Un día sí y otro también nos despertamos con distintos escándalos de corrupción y parece que la cosa no tiene fin.

Tanto es así que ya hay quien se pregunta si no habrá algo interesado en toda esta cascada de noticias escatológicas (o mierderas, si detestáis el griego) y si habrá algún plan preconcebido en el modo y ritmo en que toda esta porquería está saliendo a la luz.

Yo no me voy a poner paranoico y no me voy a meter en teorías de la conspiración, en primer lugar porque creo que es todo muy simple (hay porquería a espuertas y no hace falta tanto para que salga) y en segundo lugar porque no me parece serio emplear un medio como este para difundir teorías de bar ni filosofía de café copa y puro.

Lo que sí sé, porque asistí a ello hace poco, es que la desaparición de las Cajas de Ahorros ha puesto a los partidos políticos al borde de la muerte. Lo que sí sé es que las cajas de ahorros no se ocupaban solamente de nuestras hipotecas, y de pagar guiñoles para los niños, sino que eran la piedra angular de todo un sistema clientelar que mantenía en pie la obediencia y la disciplina dentro de los partidos.

Mientras existieron las cajas de ahorros, los dirigentes políticos podían pagar a sus subalternos con un puestecillo para la hija, un préstamo para el sobrino o incluso, en los casos más clamorosos, con un error administrativo que conducía al olvido de determinada deuda. Lo de las tarjetas con barra libre ya es conocido de todos, así que no meteré más el dedo en esa llaga por no cabrear más la personal.

Tras la desaparición de las cajas de ahorros, un dirigente provincial conocido mío llamó al alcalde de un pueblo para pedirle apoyo político para un determinado proyecto (una carretera, concretamente ) y el alcalde local le espetó que si no llamaba para lo que él sabía que no se molestase ni en descolgar el teléfono.

-¿Y qué es eso para lo que le tienes que llamar? -pregunté yo, que había oído la airada respuesta.

-Nada. Que su hija sigue en el paro.

Y así es la vida: mientras la hija del alcalde del quinto pino esté en el paro, no hay otro tema del que hablar ni otro tema que le importe tres puñetas a su padre. Y lo mismo pasaría si la niña las pasara negras para pagar la hipoteca, o la letra de la nevera.

Cuando existían las cajas de ahorros, esas cosas se arreglaban en días, semanas o meses, con un par de llamadas. Hoy no se arreglan de ningún modo y cada día son más los que ni obedecen ni callan.

Y eso hay.

Propietarios, no proletarios

Para hacer lo que te da la gana, lo primero es ganar.

Para hacer lo que te da la gana, lo primero es ganar.

Para analizar con seriedad lo que es el mercado español de la vivienda hay que saber de dónde surge esta costumbre nuestra, casi manía, de ser propietarios del piso en el que vivimos.

Un 86% de los españoles vive en viviendas compradas en propiedad, respecto a porcentajes de menos del 20%, como el caso de Alemania, que es lo que suele verse en los países de nuestro entorno inmediato.

Bueno, ¿y por qué? ¿Porque somos así de chulos? ¿Porque nos excita la hipoteca?

Pues puede que también por todo eso, pero fundamentalmente porque ser propietario se inscribió sociológica y psicológicamente en la mente colectiva como el único modo válido de ahorrar y, a la postre, como el único modo válido de llegar a ser alguien en la vida.

¿Y cuándo sucedió tal cosa? En tiempos de Franco, por supuesto, un tipo que aguantó cuarenta años en el poder y que en ese tiempo construyó millones de Viviendas de Protección Oficial. Un tipo que odiaba alquilar esas viviendas, con lo que prefirió darlas en propiedad. ¿Y por qué?

La idea era doble, y muy clara:

-Que el Estado no se metiese en jaleos convirtiéndose en casero, y por tanto en cobrador de los alquileres y reparador de los desperfectos de las viviendas. Tener que desahuciar a la gente o hacerse cargo de las goteras acabaría por acarrear impopularidad, algo que no convenía al régimen.

-Que la gente fuese propietaria de algo de verdadero valor y tuviese algo que perder si apoyaba una revolución o un simple Gobierno de izquierda (de aquella izquierda de entonces) amiga de expropiaciones y colectivizaciones. Los que son propietarios nunca son proletarios, y así, de un golpe verbal, la dictadura del proletariado se convirtió en dictadura del “propietariado”. Un buen golpe….

Así se hizo la hipoteca un hueco en el corazón de los españoles, un hueco que permanece aún caliente por mucho que los sinsabores de los últimos años hayan generado algo de desamor. Un hueco y un recuerdo que llevará generaciones borrar.

 

Hipoteca, miedo y sensatez

Ratio entre hipoteca e ingresos

Ratio entre hipoteca e ingresos

Comenzamos el artículo con un gráfico de la Web Idealista.com en el que se nos muestra la evolución de la carga que supone la hipoteca para las personas que la pagan y la evolución de este esfuerzo económico.

Según la Universidad Pompeu Fabra, Tecnocasa y la asesoría de gestión www.gesdocument.com  la cuota media que pagan los hipotecados ha pasado desde los 976 Euros de media en 2007 a los 378 € que se pagan en la actualidad.

Pero ojo, que semejante dato es engañoso: no se trata de que se haya reducido el EURIBOR, que también, sino que se refieren fundamentalmente a las hipotecas nuevas concedidas.

Mientras que antes de la crisis se financiaba el 110% o el 120 % del inmueble, ahora la media gira entorno al 75% con algunos casos puntuales en que se puede llegar a un porcentaje superior, sobre todo cuando el inmueble adquirido forma parte del inmenso almacén de invendibles de la propia banca. Cosas de tener que sanear el balance como sea,  no os quepa duda.

Pero en esta gráfica podemos ver algo más que el simple desplome del crédito: vemos también cómo, por arte de magia, llegó la prudencia al mundo de la banca. Antes del estallido de la burbuja a nadie le parecía extraño comprometer el 60% de sus ingresos futuros, ¡y para treinta años!, mientras que ahora estamos hablando de alrededor del 25% de los ingresos medios, cuando en otros países la cifra es del 35%.

Sucede por tanto como siempre, que vamos dando bandazos, unas veces por exceso y otras por defecto, pero sin ser capaces de hacer que las cosas funcionen razonablemente.

Lo mismo sucede con el plazo de las hipotecas. Antes de la crisis, las hipotecas ultralargas, esas que llamaba yo “hipoteca biznieto”, y que se concedían a 40 años, eran casi la mitad. Hoy son solamente un 8%.

Y todo esto, no lo olvidéis, en un escenario e el que el BCE Europeo no sólo regala el dinero a la banca, sino que le cobra por depositarlo allí en vez de prestarlo al mundo real.

O sea que vosotros veréis si es creíble o no esa cantinela de que nos estamos recuperando…

Y veremos lo que pasa a nivel fiscal con las desgravaciones a la vivienda cuando el Estado tenga que dar una nueva vuelta de tuerca a los recortes porque el endeudamiento, cada día en nuevos records, no puede dar más de sí…

El diferencial que baja con la subida del Euríbor

EVO rompe el mercado

EVO rompe el mercado

Y seguimos a vueltas con el diferencial, y mira que le estamos dando rodeos a la cosa, pero claro, es que no se trata de algo de poca importancia, más bien al contrario, ya que el diferencial es una de las partes más determinantes a la hora de calcular la cuota mensual a abonar, con lo que más nos vale prestarle atención y atarle bien en corto.

Pues bien, ante la sensación generalizada, claramente justificada y justificable, de que los diferenciales se están elevando a valores excesivos, EVO, la marca comercial de Novagalicia fuera de su ámbito de influencia, ha decidido lanzar un órdago a la grande con este aspecto ofreciendo el diferencial flexible en sentido contrario al Euríbor.

Es decir, si el Euríbor sube, el diferencial baja, y viceversa. De esa manera intentan que la cuota de los hipotecados se mantenga lo más constante posible, garantizando así cierta estabilidad y asegurándose de que los hipotecados sigan pagando sus cuotas religiosamente, sin sobresaltos de última hora, que tanto daño hacen a los balances de las propias entidades financieras, por no decir a las propias familias, claro está.

El punto de partida de esta hipoteca sería el 2,85% fijo durante el primer año, y luego se empezaría a aplicar el diferencial de la manera que han anunciado a bombo y platillo, por lo que sinceramente parece una hipoteca más que interesante, ya que ofrece a los hipotecados ciertas garantías que hasta ahora no tenían.

Ahora es probable que otras entidades financieras apuesten igualmente por esta opción, con el objetivo de poder competir con la hipoteca EVO, ya que sí que está claro que la opción elegida por las entidades financieras en estos momentos es sedimentar su negocio sobre la base hipotecaria, sabedores de que de esa manera conseguirán estabilidad para el futuro.

Porque los bancos han comprendido, y mira que han tardado, que los españoles pagamos las hipotecas, es lo último que dejamos de pagar, y claro, ahí hay un filón para ellas, ya que tienen garantías de cobro casi al máximo, con una morosidad mínima y con clientes de muy larga duración a los que se les puede endosar otro tipo de productos. Sin duda, el mejor negocio del mundo.

¡Qué llega lo bueno!

diferencial hipotecario

Ya llevamos unas semanas hablando de la guerra de hipotecas que venimos observando entre las entidades financieras, una guerra que tiene como objetivo captar a las familias solventes, cada vez menos, pero una tabla de salvación para los bancos ya que las hipotecas son la mejor forma de obtener clientes a medio-largo plazo.

Pues bien, esta guerra por fin está teniendo consecuencias positivas para los bolsillos de las familias españolas, y es que los diferenciales, aunque siguen siendo claramente abusivos a todas luces, por lo menos han comenzado a descender y ya se empiezan a observar diferenciales por debajo del 3%.

Esto marca claramente una tendencia que puede llevar a que estos diferenciales sigan bajando, ya que los clientes con cierto grado de solvencia son los que, en definitiva, tienen la sartén por el mango, son pocos y los bancos se los rifan.

Y es importante obtener un diferencial bajo porque ahora mismo nos encontramos en una situación en la que el Euríbor está por los suelos, con lo que puede que no se note tanto, pero poco a poco el indicador se irá incrementando de manera paulatina y empezaremos a sufrir los diferenciales que se han venido firmando durante estos meses.

Porque basta con hacer una pequeña cuenta para darse cuenta de hasta donde podemos llegar. Si nos planteamos un Euríbor normalizado sobre el 2%, que viene a ser lo que determina la estabilidad, según la mayoría de los expertos, si le añadimos un diferencial por encima del 3%, nos estaríamos yendo a un tipo de interés superior al 5%, claramente insostenible con los precios de hoy en día.

Por lo que si no queremos caer de nuevo en el estallido de una nueva burbuja inmobiliaria que nos lleve a hundirnos aún más en el fango en el que nos encontramos ya recluidos es conveniente apostar por esta caída de diferenciales que nos lleve a una situación aceptable en el futuro.

En definitiva, todos los indicadores parecen marcar una tendencia de mejora de la situación y la ligera caída de los diferenciales no hace sino ahondar en esta tendencia observada por la que debemos alegrarnos sin duda alguna.

Hipoteca no, y ahora, alquiler tampoco

San Pedro se está pensando entregar las llaves...

San Pedro se está pensando entregar las llaves…

Desde hace ya algunos años la hipoteca es una aspiración casi ilusoria para muchos españoles, en primer lugar porque el trabajo se ha convertido en algo precario y en segundo, y no menos importante, porque el grifo del crédito no es que esté cerrado, sino que parece llevar a una cañería atascada por mil bichos, porquerías y podredumbres diversas.

La ausencia de eso que los bancos llaman demanda solvente, y que no es otra cosa que gente con capacidad para devolver el dinero que se le presta, ha acabado de anquilosar a un mercado inmobiliario ya medio defenestrado por el exceso de oferta.

¿Cual era la salida? El alquiler. Hasta hace poco se ha hablado del alquiler de la vivienda habitual como la opción más razonable y que más aleja a un bien básico del mercado especulativo.

Pero ahora resulta que el Gobierno, loco por meter mano en alguna parte sin que se note mucho, ha anunciado que terminará con la deducción por alquiler de vivienda para los inquilinos, lo que desincentiva también el alquiler de vivienda y deja una nueva puerta abierta para el fraude fiscal.

Desde el momento en que los inquilinos no pueden desgravarse de algún modo el importe pagado pro su vivienda están en franca desventaja frente a quienes consiguieron comprarla en propiedad, lo que dificulta la emancipación de los más jóvenes. Además, hasta la fecha, al declarar los inquilinos el contrato de alquiler para poder desgravarse una parta de lo pagados, los caseros se veían obligados a declarar, por su parte, estos ingresos, generando de este modo un control de los contratos. ¿Qué impide ahora al casero volver a los viejos tiempos en que se alquilaba en negro?

¿Por qué va ahora el inquilino a declarar su contrato, si no recibe nada a cambio? Con la nueva situación, el casero puede negociar mucho más fácilmente, y con menos coste, la posibilidad de mantener ocultar la vivienda alquilada, pues nadie tiene un verdadero interés personal en dar a conocer a Hacienda el verdadero importe de lo cobrado.

Así, lo que se ahorra con el importe de las deducciones desaparecidas, se esfumará por el camino de los ingresos no declarados. O sea que el mismo dinero, o menos, para las arcas del Estado, y un ladrillo más de injusticia en este muro que parece no tener techo.

 

Hipotecas sí, pero ¿para quién?

Pisos, sí, pero no para todos

Ya llevamos varias semanas resaltando este hecho que no hace sino proteger a las propias entidades financieras ante otro posible fiasco económico en el futuro y, no nos engañemos, acaba por protegernos también a los ciudadanos que, en demasiadas ocasiones, nos dejamos cegar por el becerro de oro y caemos en las redes de los bancos y cajas con su crédito fácil.

Con esta selección más eficaz y pertinente de todo lo relacionado con el perfil financiero de los posibles candidatos a obtener hipotecas se conseguirá que en el futuro las crisis no sean tan duras con este sector, ya que los ciudadanos que sí están accediendo al crédito hipotecario lo hacen con las espaldas bien cubiertas.

Ello supone, no hay duda, que una gran parte de la ciudadanía se queda fuera de las reglas del juego y se tienen que decantar por el alquiler en lugar de por la compra, una opción claramente mayoritaria en el resto de Europa pero que aquí, por un cariz puramente cultural, no ha calado hondo entre nosotros que seguimos prefiriendo comprar a alquiler.

Por tanto, el futuro que nos espera es bastante claro en el corto-medio plazo. Poco a poco los ciudadanos iremos comprendiendo que solo podemos aspirar a alquilar en lugar de a comprar, las hipotecas quedarán para unos pocos que sí se lo pueden permitir y el conjunto de la economía española estará más protegida ante nuevos ciclos adversos.

¿Es bueno o malo que no todo el mundo pueda comprar?

Sin duda, es bueno, porque no es lógico mantener el elevado porcentaje de ciudadanos que compraban una vivienda años atrás, incluso en sus primeros años laborales. Es decir, antes de lograr la estabilidad laboral ya habían conseguido ser propietarios de una vivienda, algo totalmente impensable en el resto de Europa y del mundo en general.

En definitiva, algo que podría entenderse como negativo, al evitarse que todo el mundo pueda llegar a obtener préstamos hipotecarios podría convertirse en algo positivo desde el momento que pueda proteger el sistema ante futuras crisis venideras.