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A falta de hipotecas, bueno es el alquiler

Ya sólo nos queda el alquiler

Ya sólo nos queda el alquiler

La sociedad española se ha tenido que adaptar a las nuevas circunstancias sociales en las que se encuentra, y comprender que la tradicional voluntad de compra ha tenido que pasar a mejor vida ante la falta casi absoluta de concesión de créditos por parte de las entidades financieras españolas, que siguen empeñadas en guardar toda la liquidez posible para afrontar los tests de solvencia que se les vienen encima.

Por ello, el número de viviendas en alquiler sigue creciendo año a año, con familias que tienen que apostar por esta opción al encontrarse con que no pueden obtener la financiación que necesitan para su vivienda, y apostando por el alquiler antes de caer en la red familiar, tan importante en nuestra sociedad.

Esta creciente demanda de viviendas en alquiler provocaría, en una situación normal, un incremento, a su vez, del precio de las rentas mensuales, el cuál no se está produciendo, sí en términos nominativos, pero no en términos reales, que es lo realmente importante.

Este crecimiento de la renta por debajo del valor de la inflación se debe, sin duda a que cada vez más propietarios optan por colocar sus viviendas en el mercado de alquiler ante la imposibilidad de lograr deshacerse de ellas a través de la venta de las mismas.

Por tanto, en el mercado inmobiliario, o más concretamente, en el mercado inmobiliario de alquiler, se está produciendo una doble fuerza que está logrando mantener los precios de manera estable durante estos meses de crisis. Por un lado, la demanda crece y tira del precio hacia arriba, pero, por otro lado, la oferta también crece, tirando del precio hacia abajo, y compensando cualquier subida teórica.

Un escenario con el que hemos cerrado el año 2011 y con el que seguiremos durante todo 2012, a poco que la situación se mantenga como hasta ahora, como parece. Y es que el horizonte temporal de los tests de solvencia exigidos por el Banco Central Europeo, que tendrán lugar a mediados de este año, es demasiado restrictivo e importante como para que las entidades financieras se quieran jugar su presencia en el mercado por la concesión excesiva de hipotecas.

El Euribor baja y las hipotecas suben

Hipotecado descendiendo a los infiernos. La autora es Élodie Durand y le puso otro título...

Hipotecado descendiendo a los infiernos. La autora es Élodie Durand y le puso otro título...

La  noticia de las últimas semanas es que las hipotecas siguen subiendo en coste para quien quiere contratar una, mientras que el Euribor continúa su descenso, como podéis comprobar en el gráfico que aparece en el margen izquierdo de esta web

Aunque parezca una parad0ja, es una reacción bastante lógica para la situación actual. Lo que no es lógico, seguramente, es la situación actual, pero si los bancos disponen de dinero suficiente el Euribor tiene que bajar. Lo que los bancos no tienen tan clara es la evaluación del riesgo que soportan por conceder una hipoteca, y como el diferencial que se aplica por encima del Euribor es el que mide ese riesgo, resulta que la paranoia de los bancos, o su síndrome del gato escaldado, es lo que está presionando al alza las hipotecas.

De todos modos, y aunque esta combinación de datos ha sido muy criticada en distintos medios, a mí me parece que es una buena noticia. Y me explico: que las hipotecas se iban a encarecer ya lo sabíamos todos, y además es un problema menor, puesto que lo realmente complicado no es el precio de las hipotecas sino su acceso a ellas. O sea, no es que se pongan caras, sino que no nos las dan.

Sin embargo, la bajada del Euribor siempre es una buena noticia para la inmensa mayoría de españoles que ya tenemos una hipoteca firmada y que estamos esperando a la revisión anual o semestral. Con la bajada del tipo de referencia, seremos muchos los que veremos bajar unos euros nuestro recibo hipotecario mensual y eso es siempre una alegría.

O sea, que si hacemos balance, la situación para la mayoría es que suben las hipotecas que nunca les darán  y bajan las que ya tienen.

No me parece algo de lo que lamentarse, la verdad.

El Euríbor da un respiro a las familias hipotecadas

Una alegría para empezar el año

Una alegría para empezar el año

El Euríbor ha querido hacer un regalo a las familias hipotecadas y ha cerrado el mes de diciembre en el 2,004%, lo que supone un importante retroceso con respecto al cierre de noviembre, cuando lo hizo en el 2,044%, y lo que es más importante, un aumento relativamente asumible con respecto al cierre de diciembre de 2010, el que sirve para calcular el incremento de cuota de las familias hipotecadas.

Así, si tenemos en cuenta que diciembre de 2010 cerró en el 1,526%, en tasa media mensual, nos encontramos con una diferencia positiva de 0,478 puntos porcentuales, lo que arrojará un incremento de unos 35-40 euros mensuales para una hipoteca media.

Sin duda, se trata de un incremento importante, pero muy inferior a la que habíamos venido observando durante los meses anteriores, lo cuál debería de llenarnos de alegría, y más si tenemos en cuenta que este incremento puede tornar en decremento en los próximos meses.

Y es que si el tipo de interés se mantiene, como parece que va a ser, en el 1%, el Euríbor no puede hacer otra cosa más que cotizar a la baja, lo cuál debería hará que el cierre de diciembre en el 2,004% se vaya viendo rebajado en los próximos meses.

Así, si tenemos en cuenta que en febrero de 2011 el Euríbor cerró en el 1,714%, no sería descabellado pensar en una cuota hipotecaria inalterada para las hipotecas que utilicen el cierre de febrero para realizar la comparativa de sus hipotecas, con posibilidad de, incluso, descenso de cuota en lo que se refiere a las hipotecas que utilicen el Euríbor de marzo, ya que el año pasado cerró en el 1,924%.

Por tanto, si la situación económica sigue como hasta ahora, con el riesgo de recesión congelando la voluntad de lucha contra la inflación del BCE, y por tanto, garantizando el mantenimiento de tipos en el 1% para la zona Euro, en los próximos meses deberíamos de observar cotizaciones a la baja del Euríbor.

Un respiro que todos los que tenemos hipotecas podremos disfrutar, mientras que los que soliciten nuevos préstamos hipotecarios no podrán más que envidiar, ya que los excesivos diferenciales aplicados por las entidades financieras en estos momentos impiden beneficiarse de un buen valor del Euríbor.

Cuando parecía que nada podía ir a peor, el sector de la construcción sigue a la baja

El balancín de la crisis inmobiliaria sigue a la baja

El balancín de la crisis inmobiliaria sigue a la baja

A pesar de que muchos analistas se las prometían muy felices con respecto a los datos con los que nos podríamos encontrar en este año 2011, lo cierto es que la realidad ha echado por tierra cualquier pronóstico y nos ha dejado realmente preocupados ante la situación que nos avecina.

Tras tres años de crisis inmobiliaria, con la burbuja pinchada y repinchada, todos esperábamos que a partir de este año 2011 podríamos comenzar a atisbar ciertos visos de recuperación, pero nada más lejos de la realidad, porque la crisis financiera internacional y el tremendo colapso de la deuda soberana están provocando que el sector de la construcción siga estancado y sin que parezca que nada puede cambiar.

Esta misma semana el Banco de España ha publicado los datos del saldo vivo de crédito hipotecario sostenido por las entidades financieras españolas para el mes de octubre, y éstas reflejan una caída del 5,69% en tasa interanual, lo que hace prever a la Asociación Hipotecaria Española (AHE), que el saldo vivo hipotecario pueda cerrar 2011 un 6% por debajo de 2010.

Pero lo que todavía es más preocupante es que se puede producir un descenso del 30% en el nuevo saldo hipotecario, es decir en el saldo neto de nuevas hipotecas concedidas, con respecto al año 2010. Si tenemos en cuenta que ya 2010 fue un año pésimo en este sentido, nos podemos dar cuenta del estado en el que se encuentra el sector.

La única buena noticia que parece haber recibido el sector de la construcción en nuestro país en los últimos años es la llegada al poder del Partido Popular, ya que durante toda la campaña electoral Rajoy y su equipo han venido anunciando a los cuatro vientos que su política económica pasa, principalmente, por conseguir recuperar al sector inmobiliario, por las sinergias que genera en el resto de sectores.

Por ello, todos apuestan por la recuperación de la universalidad de la desgravación fiscal por compra de vivienda, amén de otros incentivos fiscales por descubrir que apoyen tanto a constructores y promotores, como a los compradores para que se dinamice así la demanda.

Por tanto, 2012 podría ser el año del inicio de la recuperación del sector. Otra cosa es que a España, en su conjunto, le interese esta recuperación.

Cuarenta euros más en la cuota mensual

El Euríbor, el causante de nuestros desvelos

El Euríbor, el causante de nuestros desvelos

El Euríbor, principal índice de referencia hipotecaria para la mayoría de las hipotecas españolas y europeas, al menos de momento, ha cerrado el mes de noviembre en el 2,044%, lo que supone un importante decremento con respecto al cierre del mes inmediatamente anterior, octubre, que lo hizo en el 2,11%.

Sin embargo, todas las hipotecas que tengan que revisar el tipo de interés aplicado en función del cierre del mes de noviembre, que serán, principalmente, aquellas que lo hagan en el mes de enero, se verán encarecidas en unos cuarenta euros mensuales, como consecuencia del incremento interanual del porcentaje del Euríbor.

Así, el índice de referencia hipotecaria cerró en noviembre de 2010 en el 1,541%, lo que supone 0,5 puntos porcentuales menos que el cierre de noviembre de 2011, lo que viene a determinar el incremento monetario de la cuota a pagar mes a mes por los titulares hipotecarios.

Este incremento no hace sino sumarse a todos los que se han venido produciendo durante este año 2011, que ha sido en su totalidad un año de aumentos de cuota, aunque la buena noticia es que parece que la senda alcista se ha detenido y tiene visos de seguir por el camino.

Si analizamos los primeros días de cotización del mes de diciembre nos encontramos con que la tasa media del Euríbor se encuentra en el 2,033%, es decir, a la baja con respecto al cierre de noviembre, y podrían producirse cambios drásticos si el BCE toma alguna decisión importante en su reunión de esta semana.

No hay grandes expectativas de reducción del tipo de interés para la zona Euro, pero lo cierto es que el máximo organismo financiero ya sorprendió a propios y extraños este pasado mes de noviembre reduciendo el tipo de interés para la zona Euro por sorpresa.

Una sorpresa por otra parte necesaria, ya que el crecimiento prácticamente nulo de la zona Euro reclamaba una acción rápida de los organismos financieros para dinamizar en cierto modo el comportamiento económico de la zona, todavía en horas bajas, y con necesidades extremas de financiación externa para iniciar procesos de inversión de medio-largo plazo, algo que parece impensable en estos momentos de incertidumbre.

El banco malo, cada vez más cerca…

Un banco malo, en una playa...

Un banco malo, en una playa...

En cosa de tres semanas tendremos nuevo gobierno y vuelven a sonar rumores de que una de sus primeras medidas será la creación de un banco malo, que absorba todos los activos dudosos que  hasta este momento esconden las entidades financieras.

Igual que en el resto de los temas, de momento el Partido Popular no ha concretado gran cosa, pero parece ser que la idea es que el riesgo de ese banco lo lleven a medias el sector privado y el público, y la idea última, por supuesto, es que de una santa vez deje de haber desconfianza en el mercado interbancario y pueda fluir el crédito.

¿Y qué son esos activos dudosos? Pues fundamentalmente hipotecas. La vuestra, la mía, y muchas otras que por alguna razón se han convertido en un riesgo y nadie quiere reconocer como tal para no tener que aumentar provisiones y reservas.

Ya hemos discutido en alguna otra ocasión la utilidad de un invento de este tipo, y ya sabéis que a mí, en principio me parece bien: la desconfianza puede ser tan cara o más que la insolvencia, y últimamente hemos tenido ocasión de comprobarlo a través de la famosa prima de riesgo que pagamos por lo que pedimos en el exterior. Por tanto, y en principio, parece buena idea hacer cualquier cosa que haga aflorar toda la porquería que hay debajo de las alfombras para que, acto seguido, vuelvan a concederse hipotecas y vuelvan  concederse créditos a las empresas.

Lo que ya no me parece bien, y eso tenemos que vigilar con atención, es que eso salga gratis a los bancos y lo ponga el contribuyente: los bancos tienen que pagar por su porquería escondida debajo de la alfombra, y tienen que pagar con parte de sus acciones o con lo que sea, como sucedió en Estados Unidos.

En todo caso, lo que no me parece de recibo, y eso vamos a ver a mansalva en cuanto se hable del tema, es responder a razonamientos económicos con argumentos éticos, del tipo  “es injusto”, “es insolidario” o cualquier golpe de catecismo semejante. Si es bueno para la gente, hay que hacerlo. Y si es malo, no hay que hacerlo.

¿Cómo lo veis vosotros?, ¿saldríamos ganando o perdiendo?

Las grandes inmobiliarias al borde del precipicio

Las inmobiliarias a puntito de caer

Las inmobiliarias a puntito de caer

La mejor manera de medir el calado de la actual crisis es, sin duda, analizar las consecuencias que están sufriendo las principales inmobiliarias de este país a la hora de vender más o menos inmuebles, y en este sentido los datos son realmente demoledores con un decremento en ventas de grandes dimensiones.

Así, las seis principales empresas inmobiliarias de este país, como son Metrovacesa, Martinsa Fadesa, Colonial, Reyal Urbis, Realia y Quabit, han presentado datos de ventas hasta septiembre de 2011 realmente desoladores con apenas 1.3329 viviendas vendidas durante todos los primeros nueve meses del año.

La que más actividad ha presentado ha sido Martinsa Fadesa con 717 ventas, aunque se trata de una cifra engañosa ya que la gran mayoría de estas ventas se han realizado al mercado internacional, con lo que la influencia de la crisis nacional en este apartado ha sido menor.

Las otras cinco empresas inmobiliarias han reducido sus ventas en porcentajes superiores al 60-70% con respecto a los períodos previos al pinchazo de la burbuja inmobiliaria, en gran parte como consecuencia de la falta de demanda por las familias españolas, pero también como consecuencia del parón generalizado del crédito en nuestro país.

Sin embargo, desde el sector inmobiliario se confía en que la llegada del Partido Popular al Gobierno sirva para dinamizar la compra-venta de viviendas a gran escala y permita que el sector se vaya, poco a poco, recuperando e inicie la senda del crecimiento.

En este sentido, durante la campaña electoral Rajoy ya anunció la recuperación inmediata, y de manera retroactiva, de la desgravación fiscal por compra de vivienda a todos los ciudadanos, y no sólo a aquellos con rentas inferiores a los 24.000 euros, como aprobó el Gobierno socialista.

Durante la campaña se apuntó también a dinamizar el crédito por parte de las entidades financieras, con incentivos fiscales apropiados y exigencias en función de los avales que el Gobierno español ha venido concediendo desde el estallido de la crisis.

En definitiva, nos encontramos en una situación límite, ya que los pagos de los créditos de estas empresas inmobiliarias están a punto de vencer y necesitan urgentemente una solución para conseguir vender sus viviendas, y poder reactivar el sector, lo cuál redundará, necesariamente, en una recuperación del empleo.

El seguro de crédito, el flotador de la crisis

La vía de escape de la crisis de crédito

La vía de escape de la crisis de crédito

Independientemente de nuestras opciones políticas seguro que estamos todos de acuerdo en el hecho de que España necesita un sistema hipotecario de calidad que evite que se vuelva a producir una situación como la que todavía estamos sufriendo y que podamos mirar al futuro con cierto optimismo.

Por ello, las propuestas de mejora del sistema se suceden de manera continuada desde todos los sectores, siendo tres las que han ganado más adeptos, como son la dación en pago, el límite legal al 80% del valor de tasación del inmueble y el seguro de crédito.

En primer lugar, la dación en pago parece desechada por los analistas hipotecarios porque consideran que generaría una restricción mayor al crédito, a la vez que se encarecería el mismo mediante un incremento en los diferenciales aplicados por las entidades financieras. Sería una manera de penalizar a la mayoría para beneficiar a una minoría.

En segundo lugar, el límite legal al 80% del valor de tasación de los inmuebles obligaría a las familias que quisieran comprar una vivienda a tener ahorrado el restante 20%, o bien a contar con un apoyo familiar que se lo pudiera ofrecer. En este sentido, las familias más humildes y, sobre todo, el colectivo inmigrante, se quedaría claramente fuera de la posibilidad de adquirir una vivienda, con lo que podría ser socialmente injusto.

Y, en tercer lugar, el seguro de crédito parece ser la opción más viable porque no restringiría el crédito ni las opciones de las familias españolas, aunque sí encarecería el diferencial aplicado por las entidades financieras, en un porcentaje que rondaría el punto porcentual, según los expertos.

En definitiva, la clave está en comprender que cualquier opción elegida genera unas consecuencias positivas y otras negativas, y que ambas deben de ser colocadas en una balanza a la hora de poder calibrar la mejor opción de cara al futuro y al presente.

En este sentido, parece que la menor distorsión provocaría en el sistema hipotecario sería el seguro de crédito, ya que garantizaría unas condiciones de acceso adecuadas, a la vez que no penalizaría en exceso en cuanto al precio que habría que pagar.

El saldo hipotecario sigue cayendo en picado

El crédito está bien amarrado por las entidades financieras

El crédito está bien amarrado por las entidades financieras

El saldo hipotecario es uno de los parámetros que determinan la buena o mala salud del sistema hipotecario español, ya que en condiciones normales debería de incrementarse, tal vez no en valores como en los previos al estallido de la burbuja inmobiliaria, pero sí de manera estable.

Sin embargo, durante todo este año 2011 se ha venido reduciendo en tasa interanual, y desde abril también en tasa intermensual, lo que pone de manifiesto que lejos de empezar la recuperación nos encontramos de lleno dentro de la crisis, sin que parezca que haya una solución cercana.

Así, según los datos de la Asociación Hipotecaria Española, el saldo hipotecario se redujo durante el pasado mes de septiembre en un 5,12% con respecto a septiembre de 2010, para totalizar algo más de 1,03 billones de euros, con un descenso intermensual del 0,26%.

Ello significa que las nuevas constituciones hipotecarias no son suficientes como para compensar las amortizaciones que se van produciendo por parte de los titulares hipotecarios o para cubrir los embargos realizados por las entidades financieras, que reducen al 50% la deuda mantenida.

En este escenario es muy complicado plantearse una recuperación del sector inmobiliario español, porque a nadie se le escapa que el crédito hipotecario es fundamental para intentar plantearse una recuperación en lo que a compra-venta de viviendas se refiere.

Por tanto, el primer objetivo que debe plantearse Mariano Rajoy en cuanto tome posesión de su cargo será, sin duda, la normalización del flujo crediticio por parte de nuestras entidades financieras, de forma que el crédito llegue definitivamente a los particulares y pequeñas y medianas empresas.

Una vez que el crédito pueda recuperarse nos encontraremos con una mejora en las inversiones y en el consumo, porque a pesar de la incertidumbre generalizada que impera en nuestra sociedad en estos momentos, especialmente en lo que se refiere a temas económicos, la liquidez que genera el crédito sirve para dinamizar estos parámetros.

Sin embargo, de momento Rajoy ha preferido no decir nada y mantener todas las incógnitas abiertas hasta que llegue a tomar posesión de su cargo, lo cuál está siendo recibido con cierto nerviosismo por parte de los mercados financieros que quieren acciones más rápidas.

La CAM no quiere más clientes, por lo que se ve

El juego del despiste financiero

El juego del despiste financiero

La CAM nos ha demostrado una vez más que nunca terminaremos de verlo ni de escucharlo todo, con una medida que ha levantado ampollas en el sector financiero por tratarse de algo que va en contra del sentido común y de cualquier política anterior.

Y es que la caja valenciana ha decidido ofrecer un 10% de descuento en la compra de las viviendas que comercializa su filial inmobiliaria a todas aquellas personas que traigan una hipoteca contratada con otra entidad diferente, o que, en su caso, paguen al contado.

Se trata de una medida desesperada en tiempos desesperados, ya que pretende dejar de ofrecer hipotecas y que, a cambio, la venta de las viviendas que acumula en su cartera por culpa de los embargos y desahucios no se vea afectada de manera negativa. Y es que la CAM no puede apalancarse más, y concediendo más hipotecas caería en esa condena del medio-largo plazo.

La consecuencia negativa, sin embargo, es que la concesión de hipotecas es uno de los negocios fundamentales de las entidades financieras y el decidir no utilizarlo nunca más no es sino una muestra de rendición ante los mercados y ante las circunstancias.

En este escenario no sería descabellado pensar que la CAM acabara saliendo de las reglas del juego en breve, condenada por su mala gestión previa, porque una entidad tendrá muy difícil mantenerse en el mercado si no cuenta con las herramientas de beneficio habituales.

Por otro lado, en el juego de la venta de viviendas también lo tendrá complicado, ya que los compradores que quieren lanzarse, y pueden hacerlo, a la compra de una vivienda lo que necesitan es financiación y no un descuento del 10%, así que esta medida acabará por pasar factura, sin duda.

Además, la actitud de la CAM coincide con las palabras del director de estudios de la Caixa, que ha afirmado que para poder salir de la crisis como país se necesitará que algunas entidades financieras queden en el camino, y me temo que la CAM tiene casi todas las papeletas compradas, en una clara muestra de que la gestión política de una entidad financiera es algo nefasto a todas luces.

Los embargos no se detienen

El temido cartel que aquí no nos ponen...

El temido cartel que aquí no nos ponen...

Supongo que estos informes habrá que tomárselos con la máxima prudencia, porque proceden de parte interesada, pero tras un pormenorizado estudio, la Asociación de Afectados por Embargos y Subastas (AFES) afirma que casi una de cada cinco hipotecas firmadas entre 2004 y 2008 están en peligro de convertirse en embargos y desahucios.

Para que los números gordos nos ayuden a valorar el problema en su verdadera magnitud, más de setecientas mil viviendas de los casi cuatro millones de hipotecas que se firmaron en aquellos años dorados pueden haber sido ejecutadas a finales de 2014 o principios de 2015.

Según este mismo informe, hasta la fecha se han producido ya 171.000 embargos, a los que hay que sumar una cifra muy similar de viviendas en proceso de ejecución hipotecaria. A esta cifra hay que sumar otros trescientos setenta y cinco mil embargos que se prevén para antes de que acabe 29013. Se toma como base para este cálculo la relación entre el coste de las letras mensuales y la renta media de las familias, muy afectada por la incidencia del desempleo.

En total si hacemos cuentas, resulta que las viviendas afectadas por esta clase de procesos rondará una cifra muy similar a todas las hipotecas que se firmaron durante 2004. Y para colmo de males, AFES aclara, curándose en salud, que estas cifras contemplan sólo el escenario más favorable, es decir, que el paro y la crisis se queden como están, porque si llegamos a ver una depresión mayor, como algunos vaticinan por los problemas de la deuda soberana, entonces las cifras podrían ser peores.

Mientras tanto, se estudian fórmulas para que los bancos no tengan que quedarse con los pisos al tiempo que consigan mantener una mínima solvencia en sus balances, ya que de lo contrario la falta de crédito acabaría de estrangular cualquier conato de recuperación económica.

Y que eso es lo que sucede con las grandes borracheras: que tienen grandes resacas.

No hablaré si no es delante de mi abogado

Yo no voy a decir nada, ¿y tú?

Yo no voy a decir nada, ¿y tú?

Que los políticos eran maestros de decir todo sin decir nada haciéndote pensar que habían dicho lo que querías escuchar era algo que ya sabíamos, pero que durante el único, sí, sí, único, debate electoral previo a las elecciones generales del próximo 20 de noviembre ninguno de los dos candidatos con opciones de llegar a ser Presidente del Gobierno hable del problema hipotecario es algo realmente sospechoso.

Porque si aceptamos que el desempleo es el principal problema de este país, el problema hipotecario podría ser perfectamente el segundo, con miles de familias a punto de ser desahuciadas, otras tantas ya en la calle y no menos con el agua al cuello para poder llegar a fin de mes pagando religiosamente su cuota mensual.

Sin embargo, ni Rubalcaba ni Rajoy, ni Rajoy ni Rubalcaba, mencionaron nada, absolutamente nada, al respecto. Parecía como si en este país las hipotecas no existieran y como si los abusos de las entidades financieras durante tantos y tantos años se hubieran evaporado por arte de magia.

La dación en pago, una cuestión que sí ha aparecido en algún mitin político de los candidatos, sobre todo de Rubalcaba, no fue ni tan siquiera mencionada, y no hablemos de una posible ley de transparencia bancaria o de incentivos al crédito. Sólo de habló del sector inmobiliario para echarse a la cara mutuamente la creación de la burbuja inmobiliaria.

Un hecho histórico, sin duda, y que no tiene debate. El PP la creó y el PSOE se aprovechó de ella en su fase de crecimiento y está sufriendo las consecuencias en su pinchazo, todo lo demás son palabrerías. El problema es que la ciudadanía no quería escuchar de donde veníamos sino hacia donde íbamos, y en ello nadie dijo nada.

Este es el tipo de democracia que tenemos y que, probablemente, nos merecemos. Dos políticos de nivel medio optando a ser Presidentes del Gobierno sin enterarse de la misa a la media de lo que van los verdaderos problemas de la ciudadanía española, que sigue sumida en una auténtica depresión crónica por no poder hacer frente al pago de sus hipotecas y el temor de perder su vivienda habitual.