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El Euríbor cierra marzo en el 1,499%

Parece que el Euríbor nos da un respiro

Parece que el Euríbor nos da un respiro

A pesar de que se veía venir, lo cierto es que el cierre de cotización del Euríbor en el 1,499%, en tasa media mensual, ha supuesto un soplo de aire fresco para las familias hipotecadas que ven como, por fin, podrán beneficiarse de un descenso significativo de su cuota hipotecaria mensual.

Si tenemos en cuenta que el Euríbor cerró marzo de 2010 en el 1,924%, nos encontramos con un descenso de 0,425 puntos porcentuales que, trasladados a cuota, significarán un descenso de 30-40 euros para una hipoteca media de unos 150.000 euros y un plazo de amortización de 25 años.

De hecho, con la primera jornada de cotización de abril ya se ha experimentado un nuevo descenso hasta el 1,410%, por lo que muchos empiezan a valorar la posibilidad de que se pudiera alcanzar el mínimo histórico del indicador, que se situó en el 1,211% en el mes de marzo de 2010, hace ahora exactamente un par de años.

El problema, como siempre, es que el efecto real de este descenso del Euríbor es limitado ya que nos encontramos de frente con el efecto de la cláusula suelo que impide que el tipo de interés que se aplica a una hipoteca caiga por debajo de un determinado valor.

Una cláusula suelo contra la que vienen luchando de manera sistemática todas las asociaciones de hipotecados y de consumidores del país, por considerarla notoriamente injusta, especialmente si la comparamos con la cláusula techo que se aplica sobre las hipotecas y que debería de compensar a los hipotecados en caso de incrementos del tipo de interés.

De cualquier forma, aún cuando nos encontremos con la cláusula suelo la buena noticia es que, al menos, las cuotas mensuales no se están viendo incrementadas, algo que es realmente importante en estos momentos de elevadas tasas de desempleo y dificultades generales para conseguir obtener un volumen de ingresos adecuado y duradero en el tiempo.

Una estabilidad que debería de seguir manteniéndose durante varios meses, al menos tanto y cuanto el BCE siga manteniendo el tipo de interés del dinero para la zona Euro en el 1%, lo cuál es probable que se alargue en el tiempo si tenemos en cuenta las dificultades económicas en las que nos encontramos.

Seguimos sin hipotecas, ¡oiga!

A ver quien resuelve la ecuación

A ver quien resuelve la ecuación

Según publicó ayer mismo el Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de hipotecas constituidas durante el pasado mes de enero volvió a caer en tasa interanual, sumando así el vigésimo primer mes consecutivo con caídas en este tipo de comparación. Concretamente, el descenso acumulado durante estos pasados 12 meses ascendió al 41,3%.

El volumen total de nuevos préstamos hipotecarios concedidos se situó en las 29.167 hipotecas, algo por encima, eso sí, de las que se concedieron durante el mes de diciembre cuando se firmaron 24.610 hipotecas, con lo que en tasa interanual nos encontramos con una ligera mejoría del 18,5%.

En estas poco menos de 30.000 hipotecas se han prestado un total de 3.127 millones de euros, lo que supone casi la mitad, un 46,9%, menos que hace un año, cerrando con un importe medio para las hipotecas concedidas de 107.217 euros, un descenso del 9,5% con respecto a enero de 2011, y del 3,2% si comparamos con diciembre de 2011.

Descensos del importe medio hipotecario que tienen que ver, sin duda, con la caída de precios de la vivienda que se sigue experimentando en el conjunto del sector inmobiliario, con alguna excepción centrada, en su mayoría, en las grandes ciudades que son las que mejor están soportando la caída de precios.

Por otro lado, los bancos se destacan como las entidades financieras que más préstamos conceden, un 64,7% del total, seguidas de las cajas de ahorros, que han experimentado un más que notable retroceso, con sólo el 18,9% del volumen total, y el resto de entidades financieras que sólo han prestado el 16,4% de las hipotecas. En lo que se refiere a la cantidad prestada, los bancos dieron hipotecas por el 67,6% del total, las cajas por el 18,2% y el resto de entidades por el 14,2%.

Y, por último, el tipo de interés medio aplicado en las hipotecas concedidas durante el mes de enero fue del 4,42%, es decir, un 19,1% más que hace un año, y un 1,6% por encima del tipo de interés de hace un mes, con los bancos ofreciendo un tipo de interés medio del 4,55%, con un plazo medio de 21 años, y las cajas de ahorros un tipo del 4,37%, con un plazo de 23 años.

Sigue bajando el Euribor

cosas raras

Cosas raras

Las buenas noticias hay que darlas, aunque sólo sean buenas noticias para los que ya están hipotecados (iba a escribir afortunados, pero me he cortado…) y no vayan a arreglar gran cosa a los que desean comprar una vivienda. Si es que queda algún héroe de esos, por supuesto, porque entre los que no tienen un duro y los que creen que los pisos seguirán bajando, cada día hay menos demanda inmediata.

Estamos ante la paradoja de un dinero que sigue bajando de precio pero no aparece por ninguna parte, oculto en extrañas y remotas madrigueras, y esto me recuerda, disculpadme, a las cartillas de racionamiento de otros tiempos, cuando los bienes tenían un precio muy asequible pero no era posible encontrarlos en ninguna parte, porque de puro baratos nadie los quería vender. La proyección histórica nos llevaría a pensar que el mercado negro está al caer, y que el estraperlo de euros es el próximo paso, peor no me atrevo a afirmar tanto.

El dato en sí mismo parece alentador:  El Euríbor a doce meses cerrará marzo en torno al 1,51%, casi cuatro décimas más bajo de lo que marcaba hace un año, lo que supondrá una interesante mejora para los hipotecados que revisen ahora sus pólizas hipotecarias. Pasando la información  datos concretos, tenemos que una hipoteca de 150.000 euros, con un plazo de amortización de 25 años se abaratará en aproximadamente 30 euros mensuales, lo que supone 360 euros al año. Y todo ayuda.

Según afirma Invertia, los expertos estiman que el Euríbor mantendrá este año la tendencia bajista aunque algunos ven muy improbable una nueva rebaja de tipos por parte del BCE. Otros analistas apuestan por una rebaja de los tipos oficiales de interés en un cuarto de punto para tratar de revitalizar la zona Euro, ya que la lucha contra la inflación parece un objetivo secundario en estos momentos..

La pregunta, por supuesto, es qué incentivos pueden tener los bancos para prestarnos el dinero a nosotros en vez de meterlo en deuda pública, con la que está cayendo. Estos diferenciales muestran la paradoja del mercado: el interés es bajo, y el miedo alto. ¿Qué demonios está pasando?

Me temo que alguien tendrá que revisar los manuales de economía básica para explicar estas cosas. Lo de ponerle remedio, ya ni lo sueño.

Comienza la semana reivindicativa del derecho a la vivienda

¿El regreso del 15-M?

¿El regreso del 15-M?

El Movimiento 15-M está por la labor de evitar que la fuerza social que representa se quede en nada y lleva un tiempo apostando por nuevas medidas reivindicativas que ayuden tanto a sus miembros y simpatizantes, como al conjunto de la sociedad española, centrando sus esfuerzos, como no podía ser de otra manera, en el derecho de la ciudadanía a una vivienda justa.

Precisamente este es el centro de las asambleas que se van a plantear a lo largo y ancho de toda la Comunidad de Madrid durante esta semana, en las que se debatirá sobre las nuevas reformas llevadas a cabo por el Partido Popular en el Gobierno, sobre las posibles modificaciones alternativas que se pueden plantear, así como sobre las acciones que hay que empezar a exigir a las entidades financieras en general, y a las administraciones públicas en particular.

La culminación de esta semana tendrá lugar el próximo domingo, día 25 de marzo, con una manifestación a las 12:00 entre las estaciones de Atocha y Sol, en la que se espera reunir a una multitud suficiente como para demostrar a los escépticos que el movimiento sigue muy vivo y con gran fuerza.

Uno de los principales aspectos sobre los que se fundamentarán las asambleas será el del alquiler social, intentando que en España se incrementen los porcentajes de ciudadanos que se pueden beneficiar de esta alternativa al alquiler y conseguir así salir adelante sin hipotecar toda su vida.

Con la generalización del alquiler social y la limitación de la especulación inmobiliaria, se intentará que no se vuelva a producir una nueva burbuja inmobiliaria que pueda volver a colocarnos en la misma situación en la que estamos en estos momentos en unos años.

Sin embargo, no parece que las medidas que ha empezado a tomar el Partido Popular vayan por este camino, y sí, al contrario, en favorecer la formación de una nueva burbuja, bajo la esperanza de que al amparo de la especulación inmobiliaria se pueda volver a recuperar la economía española, aunque sea a base de repetir los mismos errores que se vinieron cometiendo en el pasado más inmediato.

La trampa del avalista

Buena trampa nos han hecho

Buena trampa nos han hecho

Esta misma semana hablábamos de la nueva reforma hipotecaria planteada por el Gobierno y aprobada por el Parlamento, y aunque las asociaciones de consumidores pedían más, nos parecía que podía tener algún aspecto positivo que debía de ser valorado en su justa medida, pero una vez que nos adentramos en el texto descubrimos algún aspecto ciertamente sospechoso, sobre todo el referente a los avalistas.

Y es que si una familia se encuentra en riesgo de exclusión social, pero el avalista que firmó en el momento de constitución de la hipoteca no lo está, será éste el que tenga que hacer frente al pago de las cuotas y el que se responsabilice del resto de la deuda pendiente.

La única posibilidad para que el avalista no tenga que hacer frente al pago de la deuda es que él mismo se encuentre en la zona de la exclusión social, con los mismos requisitos que el titular hipotecario, pero si tiene la solvencia mínima exigida por ley tendrá que hacer frente al pago de la deuda.

Esta cláusula resta importancia a la reforma hipotecaria, ya que aunque es cierto que se libera a los titulares hipotecarios de su responsabilidad para con la deuda, ésta recae de lleno en los avalistas que, generalmente, se encontrarán en situaciones problemáticas desde un punto de vista económico, no para entrar dentro de la exclusión social pero sí para no poder hacer frente al pago de sus deudas más la hipoteca sobrevenida.

Las asociaciones de consumidores y de hipotecados han criticado esta cláusula, y con razón, porque no se puede intentar ayudar a una familia en situación de exclusión social provocando que otra entre en esa zona o se quede muy cerca de alcanzarla.

Por el contrario, cuando los titulares hipotecarios se encontraran en estado de exclusión social deberían de poder acogerse a la dación en pago directamente, sin la posibilidad de que los avalistas se tengan que hacer cargo de la deuda, a no ser, claro está, que éstos mostrarán su interés en hacerlo.

En definitiva, nos encontramos con un claro impedimento a la aplicación de la reforma hipotecaria del gobierno que permitirá que los bancos puedan salvar la situación con cierta holgura.

Reforma hipotecaria del Gobierno: Menos da una piedra

Menos da una piedra, aunque sea tan grande

Menos da una piedra, aunque sea tan grande

Esta semana se ha confirmado la aprobación de las medidas hipotecarias que han venido avanzando los diferentes miembros del Gobierno en las pasadas semanas, con el objetivo principal de conseguir que las familias con mayores riesgos de exclusión social no caigan en el drama social que el embargo genera.

De esta manera todas las familias con todos sus miembros en situación de desempleo y cuya cuota hipotecaria supere el 60% de sus ingresos, incluyendo las prestaciones por desempleo, podrán acogerse a las ventajas que ofrece esta nueva modificación legislativa, siempre y cuando se trate de la vivienda habitual y el valor de la hipoteca no supere los 200.000 euros, en las grandes ciudades, y 120.000 en las ciudades más pequeñas.

Para estos casos las entidades financieras estarán en la obligación de aceptar la refinanciación de la deuda hipotecaria de las familias, de manera que se pueda reducir, de manera importante, la cuota hipotecaria mensual a pagar, y se consiga así que puedan salir adelante.

En primer lugar, las familias se podrán acoger a un período de 4 años de carencia durante el cuál sólo pagarán intereses, con lo que su cuota se reducirá, aunque al final tendrán que pagar el capital que han dejado de pagar en estos momentos iniciales.

En segundo lugar, también se permite la ampliación del plazo de amortización de la hipoteca hasta 40 años, lo cuál facilitará, igualmente, la reducción de la cuota mensual, así como se prevé una reducción del tipo de interés a aplicar a Euríbor + 0.25, independientemente de lo que se tenga firmado en el contrato hipotecario.

Con ello se conseguirá reducir el esfuerzo que tienen que realizar las familias para pagar sus cuotas mensuales, confiando en que en un futuro puedan recuperar sus empleos y con ello se encuentren en disposición de poder pagar sus hipotecas en situación más normalizada.

Sin embargo, las asociaciones de consumidores y de hipotecados creen que estas medidas no resuelven el problema en términos generales, sino que tan sólo son parches del sistema, pero que la verdadera solución se encontraría en la aplicación de la dación en pago en términos generales para todas las familias.

El agujero negro de las hipotecas multidivisa

El mundo cambiante de las divisas

El mundo cambiante de las divisas

Durante muchos años las hipotecas multidivisa parecían la panacea, el becerro de oro, la mejor forma de pagar menos por lo que todo el mundo pagaba más, la forma de demostrar a la sociedad que éramos los más inteligentes, los que mejor aprovechábamos las oportunidades que se nos abrían en el mercado financiero.

Sin embargo, ya entonces había voces que hablaban de los peligros de estas hipotecas, basadas, principalmente, en el tipo de cambio de divisas, el cuál es ciertamente cambiante en función de las condiciones económicas del entorno. Según todos los expertos, no era conveniente endeudarse en una moneda diferente a aquella en la que se obtenían los ingresos.

Pero durante muchos años se trató de una decisión eficiente. Con el Euro claramente apreciado con respecto al Yen, y con el Banco Central de Japón manteniendo el tipo de interés a valores mínimos, al disponer de una hipoteca multidivisa referenciada al Yen japonés permitía pagar mucho menos en la cuota hipotecaria mensual.

Una situación que cambió de manera radical con el terremoto, posterior tsunami, y siguiente desatre nuclear acaecido en tierras japonesas hace unos meses. En ese momento todos los japoneses emigrados al extranjero comenzaron a comprar Yenes para mandar remesas a sus familiares atrapados en el archipiélago, con lo que provocaron una apreciación artificial de la moneda y el desastre absoluto de todas las familias con hipotecas multidivisas.

Ahora, para comprar los mismos Yenes hay que utilizar más Euros, y ello hace que el valor de las cuotas hipotecarias se haya disparado, absorbiendo todo el posible beneficio que se pudiera haber obtenido durante los meses anteriores e incrementando las dificultades acumuladas por las familias en estos momentos complejos.

Una vez más se demuestra que los chollos no existen, y que las inversiones o decisiones económicas fuera del cauce habitual sólo son recomendables para aquellas personas que disponen del capital o de los ingresos suficientes como para absorber un cambio en las condiciones generales del mercado que convierten el chollo en pesadilla, y que una familia sujeta a un sueldo o a unos ingresos limitados no puede soportar de manera continuada.

Hipoteca y clientes de dudoso cobro

Hay etiquetas que son premoniciones...

Hay etiquetas que son premoniciones...

El Plan General Contable, que tien las mismas siglas que los coches de la Guardia civil (PGC) se creó para que las cosas estuviesen claras, se pudiesen realizar comparaciones homogéneas de balances y las transacciones económicas se imbuyeran un poco, sólo un poco, de claridad, prudencia y transparencia.

Los que hemos tenido la desgracia de estudiar semejante batiburrillo, podemos asegurar que algunos principios como el de Prudencia, o el de devengo, serían muy útiles si se aplicasen a todo el mundo, pero resulta que, poco a poco, pasa con la contabilidad como con la mayoría de las cosas: que se aplican solamente a algunos.

Llegados a este punto,e stoy por contaros el chiste de los asientos prohibidos en un libro de cuentas y la excepción de las funerarias, pero como espero que no haya muchos contables por aquí, y no se entendería, me limito a centrarme en el asunto de los clientes de dudoso cobro y cómo se provisionan o se contabilizan en pérdidas.

Un cliente de dudoso cobro es aquel que por su situación contable y financiera, o por documentos aportables, tenemos el convencimiento de que es más difícil de cobrar de lo común o, dicho de otro modo, va a termiunar como pufo con más probabilidad.

Hasta ahí, todo muy prudente: si pensamos que no vamos a cobrar, hay que ir apuntando ese negocio como posible pérdida. ¿Pero qué pasa con los ayuntamientos, las comunidades autónomas y las diputaciones, entre otros Perroflautas Públicos: pues que no pueden ser provisionados en clientes de dudoso cobro porque la Ley entiende quye las entidades públicas siempre pagan. Conclusión: que no sólo no cobras, sino que además pagas el Impuesto de Sociedades por lo que no cobras.

¿Y qué pasa con las hipotecas que los bancos saben que nunca cobrarán? Que no se provisionan tampoco, porque en ese caso saldrían como pérdidas en el balance y los pisos, valorados a su precio real de liquidación, crearían tal boquete contable que muchos bancos estarían ya en quiebra.

Mientras a los bancos no se les OBLIGUE a contabilizar como clientes de dudoso cobro a los hipotecados que hayan dejado de pagar un número de recibos, nuestra banca seguirá sin inspirar confianza a nadie. o loq ue e slo mismo, seguirá siendo banca tóxica.

Y nuestra salud financiera no está ya para muchos adelgazamientos…

Por fin cerramos Euríbor a la baja

¡Por fin! El Euríbor a la baja

¡Por fin! El Euríbor a la baja

Por primera vez en muchos meses el Euríbor ha cerrado su cotización de un mes por debajo de la cotización del mes del año anterior, lo que supone una reducción en el tipo de interés a aplicar en las hipotecas de todos aquellos contratos hipotecarios que revisen su tipo en función del Euríbor de febrero.

Así, el febrero de 2011 el Euríbor cerró en el 1,714%, mientras que tras su última jornada de cotización en el día de ayer, 29 de febrero, el principal índice de referencia de las hipotecas españolas fijó su cierre mensual en el 1,678%, es decir, algo más de 0,3 puntos porcentuales a la baja.

Ello supondrá una reducción de unos 20-30 euros en las cuotas hipotecarias de las familias que tengan que revisar en función del Euríbor de febrero, algo que no parece excesivo, pero que sí determina un importante alivio para los muy golpeados bolsillos de las familias españolas en estos momentos de dificultad.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, ya que tenemos que recordar que esta reducción del tipo de interés será ficticia en muchos casos, ya que en la mayoría de los préstamos hipotecarios la cláusula suelo es la que determina el valor mínimo del tipo de interés a aplicar, y en todos los casos está por encima de la cotización actual del Euríbor, más el diferencial correspondiente.

El problema es que los hipotecados no pueden beneficiarse ahora de la reducción del tipo de interés de sus hipotecas en toda su dimensión, cuando sí sufrieron las consecuencias de los incrementos, porque la cláusula techo, la que debería de proteger de los incrementos, queda fijada en todos los contratos en valores artificialmente altos que impiden una justicia meridiana y la igualdad de fuerzas entre hipotecados y entidades financieras.

Por ello, hasta que no se modifique la legislación hipotecaria de forma que la cláusula techo pueda ser alcanzada de la misma forma que la cláusula suelo, seguiremos viviendo una situación de desequilibrio negociador claro en el que los grandes perjudicados son las familias que sufren cuando el Euríbor sube, pero que no se ven beneficiados cuando el Euríbor baja.

Los precios seguirán a la baja, pero no todos

Como los pimientos del padrón, unos bajan y otros no

Como los pimientos del padrón, unos bajan y otros no

Todos los expertos inmobiliarios coinciden en afirmar que los precios de las viviendas seguirán a la baja en los próximos meses en líneas generales, con lo que podría ser conveniente seguir esperando antes de lanzarse a la compra, pero, mucho ojo, porque no todas las viviendas se encuentran en esta tesitura.

Según los analistas más prestigiosos determinadas zonas de las grandes ciudades, principalmente las zonas del centro, se encuentran ya muy cerca de certificar el fin del ajuste y comenzar a recuperar la pujanza de precios, como consecuencia de que son zonas con una alta demanda efectiva.

Sin embargo, la periferia, donde durante los años de burbuja inmobiliaria se construyó de manera indiscriminada se puede seguir produciendo un descenso importante de precios, que puede llegar a superar el 10%, con lo que es conveniente seguir esperando antes de decantarse por la compra.

Las señas más claras de que se está llegando al fin del ajuste en las zonas urbanas más demandadas es que ya se empieza a observar movimiento de construcción en estos lugares. Y es que según los expertos la crisis inmobiliaria ha pasado “de puntillas” por estos lugares, que han soportado mejor la caída de precios.

En definitiva, todo está relacionado con el viejo axioma de la cultura española que siempre habló que comprar un piso en el centro era mejor opción, porque nunca devaluaba su valor, y ahora, con la que está cayendo, lo estamos comprobando a ciencia cierta.

Ahora bien, el problema está, evidentemente, en calibrar cuantas personas pueden realmente permitirse los precios de las viviendas en el centro de las ciudades, realmente prohibitivos, y los que ocasionaron la expansión indiscriminada de construcciones en los alrededores de las mismas.

Unas viviendas, las de la periferia, que ni siquiera se beneficiarán de las políticas incentivadoras del Gobierno, ya que los inversores que no buscan una vivienda habitual y que podían apostar por la compra en estos momentos, preferirán, en todo caso, viviendas que no se devalúen de una manera tan rápida, con lo que se decidirán, siempre que tengan oportunidad, por una vivienda céntrica.

Por mucho que nos empeñemos seguimos en caída libre

Esto no lo arregla ni el Espíritu Santo

Esto no lo arregla ni el Espíritu Santo

A pesar de los pesares y por mucho que nos empeñemos, lo cierto es que ésto no lo arregla ni el PP ni el PSOE, ni el espíritu santo, con perdón de la blasfemia, porque el saldo hipotecario sostenido por las entidades financieras españolas sigue en caída libre y sin que se le pueda encontrar límite.

En 2011 se ha producido una caída del 6% con respecto al año 2010, y con apenas 1,009 billones de euros en créditos hipotecarios nos hemos situado en las cifras de 2006, justo antes de que nos adentráramos en la marabunta de la actual crisis hipotecaria, económica, financiera, social, …, de todo lo que tú quieras.

Un descenso tan brutal del saldo hipotecario viene a significar de una manera clara que no se están concediendo nuevos créditos, ya que se trata de una medición que nos ofrece el saldo neto de los préstamos hipotecarios, es decir, que si se produce un descenso es porque la velocidad de concesión de nuevos préstamos no es suficiente para cubrir las amortizaciones o los embargos que se producen.

Ello no es sino un fiel reflejo de la realidad que todos intuimos, en la que las entidades financieras no están por la labor de conceder préstamos hipotecario a las familias ante el riesgo de morosidad como consecuencia de la alta inestabilidad laboral.

Es cierto, sin embargo, que el elevado endeudamiento privado, en su mayoría como consecuencia de los préstamos hipotecarios, fue una de las causas fundamentales del agravamiento de la crisis de la burbuja inmobiliaria, con lo que no es del todo malo que se vaya reduciendo, aunque, eso sí, no a ritmos del 6%.

Habrá que aguardar a ver si las medidas aprobadas por el Gobierno en su reforma financiera comienzan a surtir efecto, pero los analistas ya se han apresurado a recordarnos que nada empezará a funcionar hasta que, al menos, se cumplan los tests de estrés ante el Banco Central Europeo, que darán una medida exacta de la solvencia de las entidades financieras.

A partir de ese momento se podría empezar a pensar en un inicio de la recuperación económica, en función del crédito, aunque todo dependerá del comportamiento de la economía real.

Se acelera la bajada de los pisos

No, no es un aviso: es una fuente que hay en Nürnberg...

No, no es un aviso: es una fuente que hay en Nürnberg...

A la mala situación económica y el tan comentado embarazo de la abuela, todo ello muy comentado en esta página, viene ahora a unirse una nueva circunstancia que impulsa, casi patea, los precios de los inmuebles a la baja: el miedo pánico que instila en los propietarios el discurso del ministros Guindos.

Porque lo cierto, amigos, es que hemos pasado de tener un Gobierno que no sabía dónde meterse a uno que saca pecho antes de pensar en las posibles consecuencias de sus globos sonda. La prueba más flagrante, y sin globo sonda, ha sido la recién aprobada reforma laboral, con muy buenas intenciones seguramente, pero con grandes pórticos, tipo Puerta de Alcalá o de Brandeburgo, para que se cuelen los defraudadores, los pufistas, los descuideros y toda esa fauna Ibérica tan conocida de la que, sin embargo, nunca habló Rodríguez de la Fuente en sus reportajes de el Hombre y la Tierra.

Vengo barroco, ¿?verdad? No es para menos, porque la cosa va de tirabuzones.

El caso es que el ministro de Economía ha anunciado que exigirá nuevas provisiones a la banca para cubrir las posibles insolvencias o menguas de valor de su cartera inmobiliaria, con lo que al losa de tener pisos en su balance se volverá otro poco más  pesada para los bancos.

En principio, parece buena idea, proque de ese modo los bancos harán lo divino y lo humano para librarse de los pisos, y esa es la razón por la que en pocas semanas se ha visto la carrera bajista de precios de la que hablo en el título.

Según el portal inmobiliario “idealista”, sólo durante la semana siguiente al anuncio de estas medidas para los bancos,  “fueron 10.654 los anunciantes que decidieron bajar el precio de sus viviendas en venta frente a la media de 8.203 propietarios que lo estaban bajando durante las cuatro semanas anteriores”

O sea, que estamos ante un sálvese quien pueda en toda regla, por miedo a que los bancos lancen ofertas que pulvericen los precios.

Y ahora, me tocan insistir: parece buena idea, porque los precios de la vivienda se acomodarán un poco a nuestros bolsillo, pero esto supone en el fondo un desastre pro otras dos vías: porque los bancos, al bajar los precios de los pisos tendrán que hacer nuevas provisiones (y no nos darán un duro para el mundo real), y porque los ahorros de buena parte de los españoles están en ladrillos, con lo que el país se empobrecerá a marchas forzadas, igual que se empobrece Argentina cuando baja el precio de la carne.

Si a los bancos se les piden más garantías porque los precios bajan, y estas garantías hacen que los precios bajen aún más, ¿qué pasará a continuación? que los bancos estarán aún peor… y sus hipotecas ya firmadas valdrán aún menos.

Este era el momento de tener  una idea imaginativa, sin espirales deflacionarias que nos manden a hacer puñetas a todos. Pero parece que eso va a ser demasiado pedirle a este gobierno…