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El agujero negro de las hipotecas multidivisa

El mundo cambiante de las divisas

El mundo cambiante de las divisas

Durante muchos años las hipotecas multidivisa parecían la panacea, el becerro de oro, la mejor forma de pagar menos por lo que todo el mundo pagaba más, la forma de demostrar a la sociedad que éramos los más inteligentes, los que mejor aprovechábamos las oportunidades que se nos abrían en el mercado financiero.

Sin embargo, ya entonces había voces que hablaban de los peligros de estas hipotecas, basadas, principalmente, en el tipo de cambio de divisas, el cuál es ciertamente cambiante en función de las condiciones económicas del entorno. Según todos los expertos, no era conveniente endeudarse en una moneda diferente a aquella en la que se obtenían los ingresos.

Pero durante muchos años se trató de una decisión eficiente. Con el Euro claramente apreciado con respecto al Yen, y con el Banco Central de Japón manteniendo el tipo de interés a valores mínimos, al disponer de una hipoteca multidivisa referenciada al Yen japonés permitía pagar mucho menos en la cuota hipotecaria mensual.

Una situación que cambió de manera radical con el terremoto, posterior tsunami, y siguiente desatre nuclear acaecido en tierras japonesas hace unos meses. En ese momento todos los japoneses emigrados al extranjero comenzaron a comprar Yenes para mandar remesas a sus familiares atrapados en el archipiélago, con lo que provocaron una apreciación artificial de la moneda y el desastre absoluto de todas las familias con hipotecas multidivisas.

Ahora, para comprar los mismos Yenes hay que utilizar más Euros, y ello hace que el valor de las cuotas hipotecarias se haya disparado, absorbiendo todo el posible beneficio que se pudiera haber obtenido durante los meses anteriores e incrementando las dificultades acumuladas por las familias en estos momentos complejos.

Una vez más se demuestra que los chollos no existen, y que las inversiones o decisiones económicas fuera del cauce habitual sólo son recomendables para aquellas personas que disponen del capital o de los ingresos suficientes como para absorber un cambio en las condiciones generales del mercado que convierten el chollo en pesadilla, y que una familia sujeta a un sueldo o a unos ingresos limitados no puede soportar de manera continuada.

Hipoteca y clientes de dudoso cobro

Hay etiquetas que son premoniciones...

Hay etiquetas que son premoniciones...

El Plan General Contable, que tien las mismas siglas que los coches de la Guardia civil (PGC) se creó para que las cosas estuviesen claras, se pudiesen realizar comparaciones homogéneas de balances y las transacciones económicas se imbuyeran un poco, sólo un poco, de claridad, prudencia y transparencia.

Los que hemos tenido la desgracia de estudiar semejante batiburrillo, podemos asegurar que algunos principios como el de Prudencia, o el de devengo, serían muy útiles si se aplicasen a todo el mundo, pero resulta que, poco a poco, pasa con la contabilidad como con la mayoría de las cosas: que se aplican solamente a algunos.

Llegados a este punto,e stoy por contaros el chiste de los asientos prohibidos en un libro de cuentas y la excepción de las funerarias, pero como espero que no haya muchos contables por aquí, y no se entendería, me limito a centrarme en el asunto de los clientes de dudoso cobro y cómo se provisionan o se contabilizan en pérdidas.

Un cliente de dudoso cobro es aquel que por su situación contable y financiera, o por documentos aportables, tenemos el convencimiento de que es más difícil de cobrar de lo común o, dicho de otro modo, va a termiunar como pufo con más probabilidad.

Hasta ahí, todo muy prudente: si pensamos que no vamos a cobrar, hay que ir apuntando ese negocio como posible pérdida. ¿Pero qué pasa con los ayuntamientos, las comunidades autónomas y las diputaciones, entre otros Perroflautas Públicos: pues que no pueden ser provisionados en clientes de dudoso cobro porque la Ley entiende quye las entidades públicas siempre pagan. Conclusión: que no sólo no cobras, sino que además pagas el Impuesto de Sociedades por lo que no cobras.

¿Y qué pasa con las hipotecas que los bancos saben que nunca cobrarán? Que no se provisionan tampoco, porque en ese caso saldrían como pérdidas en el balance y los pisos, valorados a su precio real de liquidación, crearían tal boquete contable que muchos bancos estarían ya en quiebra.

Mientras a los bancos no se les OBLIGUE a contabilizar como clientes de dudoso cobro a los hipotecados que hayan dejado de pagar un número de recibos, nuestra banca seguirá sin inspirar confianza a nadie. o loq ue e slo mismo, seguirá siendo banca tóxica.

Y nuestra salud financiera no está ya para muchos adelgazamientos…

Por fin cerramos Euríbor a la baja

¡Por fin! El Euríbor a la baja

¡Por fin! El Euríbor a la baja

Por primera vez en muchos meses el Euríbor ha cerrado su cotización de un mes por debajo de la cotización del mes del año anterior, lo que supone una reducción en el tipo de interés a aplicar en las hipotecas de todos aquellos contratos hipotecarios que revisen su tipo en función del Euríbor de febrero.

Así, el febrero de 2011 el Euríbor cerró en el 1,714%, mientras que tras su última jornada de cotización en el día de ayer, 29 de febrero, el principal índice de referencia de las hipotecas españolas fijó su cierre mensual en el 1,678%, es decir, algo más de 0,3 puntos porcentuales a la baja.

Ello supondrá una reducción de unos 20-30 euros en las cuotas hipotecarias de las familias que tengan que revisar en función del Euríbor de febrero, algo que no parece excesivo, pero que sí determina un importante alivio para los muy golpeados bolsillos de las familias españolas en estos momentos de dificultad.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, ya que tenemos que recordar que esta reducción del tipo de interés será ficticia en muchos casos, ya que en la mayoría de los préstamos hipotecarios la cláusula suelo es la que determina el valor mínimo del tipo de interés a aplicar, y en todos los casos está por encima de la cotización actual del Euríbor, más el diferencial correspondiente.

El problema es que los hipotecados no pueden beneficiarse ahora de la reducción del tipo de interés de sus hipotecas en toda su dimensión, cuando sí sufrieron las consecuencias de los incrementos, porque la cláusula techo, la que debería de proteger de los incrementos, queda fijada en todos los contratos en valores artificialmente altos que impiden una justicia meridiana y la igualdad de fuerzas entre hipotecados y entidades financieras.

Por ello, hasta que no se modifique la legislación hipotecaria de forma que la cláusula techo pueda ser alcanzada de la misma forma que la cláusula suelo, seguiremos viviendo una situación de desequilibrio negociador claro en el que los grandes perjudicados son las familias que sufren cuando el Euríbor sube, pero que no se ven beneficiados cuando el Euríbor baja.

Los precios seguirán a la baja, pero no todos

Como los pimientos del padrón, unos bajan y otros no

Como los pimientos del padrón, unos bajan y otros no

Todos los expertos inmobiliarios coinciden en afirmar que los precios de las viviendas seguirán a la baja en los próximos meses en líneas generales, con lo que podría ser conveniente seguir esperando antes de lanzarse a la compra, pero, mucho ojo, porque no todas las viviendas se encuentran en esta tesitura.

Según los analistas más prestigiosos determinadas zonas de las grandes ciudades, principalmente las zonas del centro, se encuentran ya muy cerca de certificar el fin del ajuste y comenzar a recuperar la pujanza de precios, como consecuencia de que son zonas con una alta demanda efectiva.

Sin embargo, la periferia, donde durante los años de burbuja inmobiliaria se construyó de manera indiscriminada se puede seguir produciendo un descenso importante de precios, que puede llegar a superar el 10%, con lo que es conveniente seguir esperando antes de decantarse por la compra.

Las señas más claras de que se está llegando al fin del ajuste en las zonas urbanas más demandadas es que ya se empieza a observar movimiento de construcción en estos lugares. Y es que según los expertos la crisis inmobiliaria ha pasado “de puntillas” por estos lugares, que han soportado mejor la caída de precios.

En definitiva, todo está relacionado con el viejo axioma de la cultura española que siempre habló que comprar un piso en el centro era mejor opción, porque nunca devaluaba su valor, y ahora, con la que está cayendo, lo estamos comprobando a ciencia cierta.

Ahora bien, el problema está, evidentemente, en calibrar cuantas personas pueden realmente permitirse los precios de las viviendas en el centro de las ciudades, realmente prohibitivos, y los que ocasionaron la expansión indiscriminada de construcciones en los alrededores de las mismas.

Unas viviendas, las de la periferia, que ni siquiera se beneficiarán de las políticas incentivadoras del Gobierno, ya que los inversores que no buscan una vivienda habitual y que podían apostar por la compra en estos momentos, preferirán, en todo caso, viviendas que no se devalúen de una manera tan rápida, con lo que se decidirán, siempre que tengan oportunidad, por una vivienda céntrica.

Por mucho que nos empeñemos seguimos en caída libre

Esto no lo arregla ni el Espíritu Santo

Esto no lo arregla ni el Espíritu Santo

A pesar de los pesares y por mucho que nos empeñemos, lo cierto es que ésto no lo arregla ni el PP ni el PSOE, ni el espíritu santo, con perdón de la blasfemia, porque el saldo hipotecario sostenido por las entidades financieras españolas sigue en caída libre y sin que se le pueda encontrar límite.

En 2011 se ha producido una caída del 6% con respecto al año 2010, y con apenas 1,009 billones de euros en créditos hipotecarios nos hemos situado en las cifras de 2006, justo antes de que nos adentráramos en la marabunta de la actual crisis hipotecaria, económica, financiera, social, …, de todo lo que tú quieras.

Un descenso tan brutal del saldo hipotecario viene a significar de una manera clara que no se están concediendo nuevos créditos, ya que se trata de una medición que nos ofrece el saldo neto de los préstamos hipotecarios, es decir, que si se produce un descenso es porque la velocidad de concesión de nuevos préstamos no es suficiente para cubrir las amortizaciones o los embargos que se producen.

Ello no es sino un fiel reflejo de la realidad que todos intuimos, en la que las entidades financieras no están por la labor de conceder préstamos hipotecario a las familias ante el riesgo de morosidad como consecuencia de la alta inestabilidad laboral.

Es cierto, sin embargo, que el elevado endeudamiento privado, en su mayoría como consecuencia de los préstamos hipotecarios, fue una de las causas fundamentales del agravamiento de la crisis de la burbuja inmobiliaria, con lo que no es del todo malo que se vaya reduciendo, aunque, eso sí, no a ritmos del 6%.

Habrá que aguardar a ver si las medidas aprobadas por el Gobierno en su reforma financiera comienzan a surtir efecto, pero los analistas ya se han apresurado a recordarnos que nada empezará a funcionar hasta que, al menos, se cumplan los tests de estrés ante el Banco Central Europeo, que darán una medida exacta de la solvencia de las entidades financieras.

A partir de ese momento se podría empezar a pensar en un inicio de la recuperación económica, en función del crédito, aunque todo dependerá del comportamiento de la economía real.

Se acelera la bajada de los pisos

No, no es un aviso: es una fuente que hay en Nürnberg...

No, no es un aviso: es una fuente que hay en Nürnberg...

A la mala situación económica y el tan comentado embarazo de la abuela, todo ello muy comentado en esta página, viene ahora a unirse una nueva circunstancia que impulsa, casi patea, los precios de los inmuebles a la baja: el miedo pánico que instila en los propietarios el discurso del ministros Guindos.

Porque lo cierto, amigos, es que hemos pasado de tener un Gobierno que no sabía dónde meterse a uno que saca pecho antes de pensar en las posibles consecuencias de sus globos sonda. La prueba más flagrante, y sin globo sonda, ha sido la recién aprobada reforma laboral, con muy buenas intenciones seguramente, pero con grandes pórticos, tipo Puerta de Alcalá o de Brandeburgo, para que se cuelen los defraudadores, los pufistas, los descuideros y toda esa fauna Ibérica tan conocida de la que, sin embargo, nunca habló Rodríguez de la Fuente en sus reportajes de el Hombre y la Tierra.

Vengo barroco, ¿?verdad? No es para menos, porque la cosa va de tirabuzones.

El caso es que el ministro de Economía ha anunciado que exigirá nuevas provisiones a la banca para cubrir las posibles insolvencias o menguas de valor de su cartera inmobiliaria, con lo que al losa de tener pisos en su balance se volverá otro poco más  pesada para los bancos.

En principio, parece buena idea, proque de ese modo los bancos harán lo divino y lo humano para librarse de los pisos, y esa es la razón por la que en pocas semanas se ha visto la carrera bajista de precios de la que hablo en el título.

Según el portal inmobiliario “idealista”, sólo durante la semana siguiente al anuncio de estas medidas para los bancos,  “fueron 10.654 los anunciantes que decidieron bajar el precio de sus viviendas en venta frente a la media de 8.203 propietarios que lo estaban bajando durante las cuatro semanas anteriores”

O sea, que estamos ante un sálvese quien pueda en toda regla, por miedo a que los bancos lancen ofertas que pulvericen los precios.

Y ahora, me tocan insistir: parece buena idea, porque los precios de la vivienda se acomodarán un poco a nuestros bolsillo, pero esto supone en el fondo un desastre pro otras dos vías: porque los bancos, al bajar los precios de los pisos tendrán que hacer nuevas provisiones (y no nos darán un duro para el mundo real), y porque los ahorros de buena parte de los españoles están en ladrillos, con lo que el país se empobrecerá a marchas forzadas, igual que se empobrece Argentina cuando baja el precio de la carne.

Si a los bancos se les piden más garantías porque los precios bajan, y estas garantías hacen que los precios bajen aún más, ¿qué pasará a continuación? que los bancos estarán aún peor… y sus hipotecas ya firmadas valdrán aún menos.

Este era el momento de tener  una idea imaginativa, sin espirales deflacionarias que nos manden a hacer puñetas a todos. Pero parece que eso va a ser demasiado pedirle a este gobierno…

La caída en el precio de los pisos bate todos los records

Se para el reloj de cuerda...

Se para el reloj de cuerda...

Sí, ya sé que es de primero de economía, pero hay que decirlo: como no hay dinero en el mercado, los precios se desploman. De momento, se trata solamente de la vivienda, un bien de alto valor y hoy muy denostado, casi maldito, en el mundo de los inversores.

Y un bien, hay que decirlo, donde los españoles han depositado una buena parte de los ahorros de toda su vida y que es, en buena medida, la mayor expresión de capacidad de inversión y capital en este país.

Según apunta el Banco de España a través de uno de sus informes periódicos, el descenso sufrido por el precio de la vivienda no se había visto ni durante la crisis de 1979, ni durante la de 1991, porque la caída de los precios no sólo no se modera sino que parece acelerarse, en una especie de movimiento de pánico.

A lo mejor, convviene por una vez inserta un gráfico para que veamos cómo ha evolucionado el descenso de los precios:

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Por tanto, aunque parezca una buena noticia, el hecho es que la bajada en los precios de los pisos nos va a suponer un serio compromiso en el futuro, ya que nuestra riqueza es menor y es menor también la riqueza de los bancos que los poseen, con lo que tendrán mayores dificultades para hacer llegar el imprescindible flujo de crédito al mercado de hipotecas y a la economía real en conjunto.

No quiero ser tremendista, pero si el pánico se desata, nuestras entidades financieras lo van a pasar muy mal en el mercado exterior.

Y nosotros, con ellas.

El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra

Las grandes inmobiliarias se ponen nerviosas

Las grandes inmobiliarias se ponen nerviosas

Llegados a este punto no nos queda más que pensar que toda la crisis que hemos padecido, todos los sufrimientos que se nos han acumulado y todas las dificultades que están por venir, no nos han servido de nada, porque seguimos encallados en los mismos errores del pasado y parecemos dispuestos a volver a cometerlos.

Ahora que todos los analistas y expertos económicos coinciden, sin excepción, en culpar a la burbuja inmobiliaria de la actual crisis, poniendo el acento en la política de incentivos a la compraventa de viviendas ejecutada por el Partido Popular de José María Aznar, y que luego no supo atajar Zapatero en sus ocho años de gobierno, resulta que el G-14, el grupo que aúna a las principales inmobiliarias de este país, apuesta por recuperar los errores del pasado.

Angustiados, como están, por el tremendo stock de viviendas vacías que acumulan sin que parezca que pueda haber una solución en el corto-medio plazo, no han dudado en solicitar al gobierno la extensión de las medidas que promueven la compra de primeras viviendas, a las segundas viviendas.

De esta manera, el G-14 ha solicitado que se amplíe el IVA superreducido y la desgravación fiscal por compra de vivienda a las segundas residencias, con lo que podría tener una reducción del stock que acumula, no hay duda, pero, a la vez, provocaría que la especulación inmobiliaria regresara a nuestras vidas.

Y es que si aceptamos que los incentivos fiscales para la compra de vivienda pueden tener un sentido social y económico cuando se trata de una primera vivienda, esta faceta desaparece directamente cuando se trata de la segunda residencia, la cuál se compra, o bien por pura especulación, o bien por disponer de la capacidad económica suficiente como para no necesitar estas ayudas del gobierno.

Por ello, esperamos que el Gobierno de Rajoy haga oídos sordos a esta propuesta del G-14, y que prime la responsabilidad de gobierno antes que los favores debidos o las convicciones económicamente liberales y mal encauzadas, porque lo único que puede provocar es que en 10 años volvamos a tener que hablar de una nueva crisis económica.

Las hipotecas siguen en caída libre

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Durante toda esta crisis que todavía nos sigue asolando sólo hay una cosa de la que podemos estar 100% seguros, y esa no es otra más que cuando pensamos que la cosa no puede ir a peor, los datos vuelven a llevarnos la contraria y demostrarnos que todo puede ser aún peor.

Esta misma semana hemos conocido los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que certifican que el número de hipotecas constituidas durante este pasado mes de noviembre no llegó ni tan siquiera a las 30.000, apenas 28.113, lo que supone un descenso del 35,8% con respecto noviembre de 2010 y pone sobre la mesa la tremenda caída que seguimos sufriendo en la concesión de hipotecas.

Con estos datos del INE para el mes de noviembre tenemos el decimonoveno mes de caídas consecutivas, y aunque se mejoran ligeramente los datos de octubre, cuando se marcó el mínimo histórico de la serie, que se comenzó a analizar en el año 2003, todavía nos encontramos con datos en negativo en tasa interanual que demuestran que la recuperación está todavía muy lejos.

Evidentemente, todavía tendremos que esperar a que las acciones del nuevo gobierno en materia financiera y en materia inmobiliaria comiencen a surtir efecto, pero hasta entonces nos seguiremos encontrando con datos cada vez más desalentadores.

Además, el importe medio de las hipotecas también se redujo de manera drástica, situándose en los 109.662 euros, para un tipo de interés medio situado en el 4,50%, con un decremento del 4,5% para el importe y un crecimiento del 17,8% para el tipo de interés.

En definitiva, nos encontramos con que el importe medio de las hipotecas sigue cayendo, como consecuencia de la caída de precios de los inmuebles, a la vez que el tipo de interés medio aplicado en las pocas hipotecas que se conducen se sigue disparando, a la vez que las comisiones también se amplian de manera continuada.

Por tanto, seguiremos sufriendo la actitud de las entidades financieras en términos de no concesión de hipotecas, como han venido haciendo durante todos estos meses de atrás, lo cuál repercute directamente en el mercado inmobiliario, en particular, y en la economía, en general.

Éramos pocos, y habló La Caixa

La Caixa justifica a las entidades financieras

La Caixa justifica a las entidades financieras

El Servicio de Estudios de La Caixa ha puesto en bandeja de plata una excusa para que las entidades financieras puedan seguir incrementando los diferenciales y las comisiones que cobran a sus clientes, aludiendo a la compleja situación actual de los mercados y las incertidumbres sobre el futuro.

Y es que La Caixa considera que con el desempleo por las nubes y los gobiernos europeos sufriendo para conseguir mantener su independencia de los mercados, lo mejor que pueden hacer las entidades financieras es proteger su liquidez y su solvencia ante lo que se pueda dar en el futuro.

Porque el primer objetivo que deben de perseguir todas las entidades financieras españolas, sostiene La Caixa, es el de evitar la morosidad pase lo que pase, y para ello la mejor forma de conseguirlo es evitando la concesión de nuevos créditos y el filtro ideal para conseguirlo es encarecer el acceso al crédito.

Un crédito que se hará más y más difícil a medida que avancen los meses y nos acerquemos a los exámenes de solvencia a los que el BCE someterá a las entidades financieras europeas a mediados de año, en los que estas entidades tendrán que demostrar su liquidez y su solvencia en situaciones complejas.

Por ello, todos los analistas coinciden en afirmar que los próximos meses supondrán un agravamiento de la sequía creditica al que la economía está siendo sometida por parte de las entidades financieras en estos últimos meses, lo cuál no redundará precisamente en una mejora de la economía real, que seguirá claramente estancada y sin visos de solución.

Por tanto, debemos de prepararnos para lo peor, para unos momentos de tremendas dificultades que afectarán a todos los ámbitos de la sociedad, pero especialmente a aquellos ciudadanos que ya están sufriendo mayores dificultades como consecuencia de la falta de empleo y de la pérdida de sus viviendas.

Porque, a pesar de lo que algunos habían llegado a pensar, la llegada del nuevo Gobierno no ha supuesto ningún cambio sustancial, porque la capacidad ejecutiva de los gobiernos nacionales en este mundo globalizado es realmente escasa, ya que las grandes decisiones vienen dadas desde corporaciones supranacionales.

Las subastas extrajudiciales, la nueva estratagema de los bancos

Los bancos quieren ser el único postor

Los bancos quieren ser el único postor

Está claro que echa la ley echa la trampa, y para trampas “legales” no hay nadie mejor que las entidades financieras que saben adentrarse en las entrañas de los textos jurídicos para obtener su beneficio permanente en cada situación, le pese a quien le pese.

Y así está sucediendo con las subastas extrajudiciales, que es una manera de esquivar las subastas tradicionales que se vienen realizando en los tribunales, para poder conseguir las viviendas a unos precios mucho más económicos, compensando así sus pérdidas patrimoniales.

Una subasta extrajudicial se realiza ante notario, y exige que el primer precio de salida del inmueble sea el 100% del valor de tasación del mismo, pasando, en caso de que no haya ningún comprador, al 75%, en segunda subasta, quedando, entonces, en precio libre para las siguientes pujas.

De esta manera, se puede dar el caso, y de hecho se ha dado, de entidades financieras que se han quedado con una vivienda en propiedad por el módico precio de 1 euro, gracias a que no había otros pujantes y la subasta se resuelve por esa cantidad antes de quedar desierta.

No podemos olvidar que en una subasta judicial el precio por el que la entidad financiera se queda el inmueble es el 50% del valor de tasación del mismo, con lo que la diferencia es notable y explica la voluntad de las entidades financieras de apostar por las subastas extrajudiciales como una manera de resolver sus problemas de balance, a costa de los intereses de sus antiguos clientes.

El problema radica en la laxa moralidad de esta práctica, ya que no está muy claro hasta que punto puede ser ético el quedarse con una vivienda por un euro, por mucho que la ley lo permita, aunque el nulo interés de las entidades financieras por las cuestiones éticas y morales es sobradamente conocido, y respetable, por otra parte, porque no dejan de ser entidades con pleno ánimo de lucro.

Son las administraciones públicas las que deberían de tomar cartas en el asunto y evitar que se produjeran estos abusos a todos los niveles si quieren, como dicen, defender los intereses de los ciudadanos.

Ni un buen dato para empezar el año

Aquí no vende un piso ni el tato

Aquí no vende un piso ni el tato

Aunque en el pasado mes de noviembre se contabilizaron un total de 5.000 operaciones de compraventa más que en el mes anterior, es decir, más que en octubre, en términos interanuales nos encontramos con un descenso del 14,4%, lo que no hace más que seguir con la tendencia que habíamos venido observando en los últimos meses.

De esta manera, el Instituto Nacional de Estadística, certifica que la situación del sector inmobiliario español está todavía muy lejos de iniciar la recuperación y aún se encuentra en proceso de caída libre sin solución de continuidad, y sin que parezca que pueda haber una solución en el corto-medio plazo.

El total de las operaciones de compraventa realizadas ascendió a 27.549, aunque, como siempre, debemos de relativizar los datos, ya que no se refieren a operaciones que se cerraran en el mes de noviembre, sino que son operaciones realizadas, en su plena totalidad, durante el mes de septiembre, y la estadística del INE sólo las recoge una vez que han sido registradas por el Colegio de Registradores de la Propiedad.

En cualquier caso nos encontramos con una serie negativa que ya acumula un total de 9 meses consecutivos de descensos, con el más marcado en agosto, con una caída del 38%, seguida de julio, con el 34,8%, abril, con el 29,7%, septiembre, con un descenso del 28,2%, junio, con una caída del 22,9%, mayo, con el 18,3%, octubre con el 18% y marzo, con un descenso del 11,9%.

En definitiva, que el nuevo gobierno del Partido Popular tendrá que realizar un gran cambio en la política inmobiliaria y de vivienda si quiere relanzar el sector que se encuentra bajo mínimos, y que necesita, de manera urgente, una ayuda global que le permita iniciar la senda del crecimiento económico, para lo que requerirá, sin duda, de la activación del crédito.

Un crédito que seguirá paralizado, al menos, hasta la segunda mitad del año 2012, una vez que las entidades financieras superen, las que puedan, los tests de solvencia y de liquidez impuestos por las autoridades europeas. A partir de ese momento se espera una cierta recuperación al no verse obligadas las entidades financieras a guardar liquidez para protegerse ante los estrictos requisitos financieros.