Basta con darse un paseo por la red para encontrar miles de ofertas de hipotecas online de todo tipo y con unas condiciones realmente competitivas, condiciones imposibles de encontrar en las hipotecas que se ofrecen en las propias sucursales de las mismas entidades, y es que las hipotecas online se han convertido en las hipotecas más competitivas del mercado.
Ofrecen unos diferenciales más atractivos que los habituales, unas comisiones más laxas y una vinculación mucho menor, con lo que los clientes pueden beneficiarse de unas condiciones más que interesantes a la hora de acceder a un préstamo hipotecario.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, y en el aspecto negativo cabe decir que las restricciones de acceso son mayores, con lo que sólo clientes de solvencia demostrada y demostrable pueden acceder a este tipo de hipotecas, y además, limitan la capacidad de negociación del cliente con la entidad, ya que se tratan de paquetes ya hechos, sin modificación posible.
Aún así, en general las hipotecas online ganan en cualquier comparación con las hipotecas offline, por llamarlas de alguna forma, ya que, en el fondo, la capacidad de negociación del cliente con las entidades financieras es más que limitada, más allá de las grandes fortunas.
Además, las hipotecas online ofrecen una transparencia que no se puede encontrar en ninguna oferta de cualquier sucursal que se visite, ya que a golpe de click se pueden comprobar las diferentes condiciones de cada hipoteca y valorar la que mejor se adecua a las necesidades particulares en cada momento específico.
Por tanto, si nos planteamos la cuestión de si las hipotecas online son realidad o milonga, no nos cabe otra más que apostar porque se trata de una realidad cada vez más contrastada y ante la que debemos de confiar porque la seguridad online es, a su vez, cada vez más importante.
Por otro lado, las entidades siguen queriendo promocionar sus hipotecas online por encima de todo, ya que su gran objetivo es centrar el negocio en Internet y ahorrarse así cuantas más sucursales mejor, el principal coste de las entidades financieras.