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La hipoteca y el alquiler vistos desde el lado del casero

Plantación de lentejas

Plantación de lentejas

En este blog hemos discutido unas cuantas veces si es mejor meterse en una hipoteca o alquilar la vivienda habitual.

Cada cual tiene su propia opinión, por supuesto, pero la solución objetiva depende enormemente del etilo de vida que se pretenda llevar, de si el puesto de trabajo al que se acude es fijo o no y de las expectativas que se tengan de permanecer mucho tiempo o poco en la misma ciudad.

Las generaciones anteriores, como todos sabemos de un modo u otro, consideraban la hipoteca un magnífico depósito de valor por aquello de que las casas nunca bajan y porque entendían que lo pagado por el alquiler dejaba al menos un patrimonio para los años de la vejez, mientras que la mentalidad actual, más dada a cambios de aires (ya sea trabajo o pareja) ven con recelo un contrato que te obliga a permanecer veinticinco o treinta años en el mismo lugar y con unas condiciones similares.

Pero, ¿qué sucede si tratamos de mirar este problema desde el otro lado? Sí, me refiero a ver el negocio del alquiler desde el punto de vista del casero. Echemos un ojo al asunto y quizás eso nos ayude a comprender por qué la vivienda sigue bajando (un 3,2% en 2014, según el último dato de los notarios)

Con la calculadora de hipotecas que nos ofrece esta misma web, comprobamos que una hipoteca a 25 años para un piso de diento cincuenta mil euros y un tipo de interés medio del cuatro por ciento para toda la vida del préstamo, supone una cuota mensual de setecientos noventa euros.

Resumo en números.

150.000 € de precio.

4% de interés.

25 años.

Cuota: 791,75 €

Bueno, pues teniendo en cuenta que el casero paga el IBI y paga las derramas de la comunidad, y absorbe la depreciación del inmueble, ¿cual os parece a vosotros que es el alquiler mínimo que tiene que cobrar para obtener una rentabilidad a su dinero mayor que la que le daría invertir en una plantación de lentejas en Senegal?

Añadid a esto que el riesgo lo absorbe él y que el riesgo tiene un precio (preguntad si no a las compañías de seguros) y calculemos cual debe ser esa cuota.

A mí me salen 675 € y rezando para que  la depreciación no sea mucha.

Un negocio que, claramente, no interesa.

 

La hipoteca y el rendimiento de la inversión inmobiliaria

·= ciudades donde invertir en inmuebles

·= ciudades donde invertir en inmuebles

 

Abrimos hoy con un gráfico procedente de Foro Económico Mundial en el que se estudia cuales son y han sido las mejores ciudades del Mundo para invertir en inmuebles.

La gracia de este documento no reside tanto en ver dónde se puede ganar dinero, porque los niveles de precios son prohibitivos para la mayoría de los mortales, sino por la información que contiene respecto a otros aspectos económicos, como la rentabilidad de la actividad económica y la evolución de las hipotecas.

En  primer lugar, podemos ver que la máxima rentabilidad inmobiliaria se da en las grandes megaciudades de los países desarrollados ¿Nos dice algo eso? Pues lo que ya sabíamos: que la escasez de suelo genera aumento de precios y que el desarrollo de un país es clave a la hora de determinar si vale la pena invertir en ladrillo.

Pero ojo, que aquí está la trama: ambas condiciones tiene que ir juntas, porque si van por separado, resulta que el negocio hipotecario y ladrillero ya no es tan  bueno como parecía en un principio

la prueba de esto puede verse en el lugar que ocupan ciudades como Berlín en la gráfica: ¿Por qué Berlín se encuentra siempre en el último puesto o en el penúltimo? Porque a pesar de que Alemania es un país rico y desarrollado, la escasez inmobiliaria no es un problema que allí preocupe a los ciudadanos, y mucho menos en la vieja capital imperial, donde sobran inmuebles por todos lados.

La clave, por tanto, de una buena inversión, está en la escasez.

la clave, por tanto, de una buena inversión, está en que las leyes defiendan a los propietarios en contra de los usuarios, o dicho de otro modo, a la economía financiera que pretende obtener una rentabilidad, frente a la economía real que aspira a conseguir un uso.

Quizás este nuevo enfoque os dé una pista de por dónde van a ir los tiros ahora que el dinero anda desesperado buscando una rentabilidad mínima que devolver a los inversores: subidas de precios donde la escasez se pueda hacer valer, y profundización en las depreciaciones donde la demanda no consiga cubrir las existencias inmobiliarias.

Un paso  más hacia la desigualdad, también en le mundo del ladrillo.

Economía dual, me temo.

 

La hipoteca y el divorcio en bromas

Encontrar una foto de un divorcio no es tan fácil...

Encontrar una foto de un divorcio no es tan fácil…

Esta crisis tiene tanta mano izquierda y tiene tantas manos que parece que lo que con una lo da, con otra lo quita.

Hasta ahora nos habíamos acostumbrado a leer que las dificultades económicas, el desempleo y la inseguridad estaba reduciendo el número de divorcios en España por el simple procedimiento de añadir paciencia al que no tiene claro a dónde irá si se separa.

Pues bien: también parece que lo contrario es cierto.

Según cuentan algunos asesores, se están empezando a extender los divorcios preventivos, esos en los que los dos cónyuges siguen llevándose estupendamente, comparten vida diaria y no discuten más de lo común, pero con la salvedad de que han pasado por el juzgado a disolver su matrimonio y simulan, ante sede judicial, batallar por sus bienes.

¿Y cual es la razón? Pues que cuando hay una hipoteca y no se paga en tiempo y forma, el banco te puede quitar la casa. Pero cuando hay una hipoteca y un divorcio, la ley entiende que el cónyuge que se queda con la casa está especialmente desprotegido, y la casa pasa a ser inembargable al menos hasta que los hijos cumplan la mayoría de edad.

Si resulta, por ejemplo, que el marido es el titular de la vivienda y cierra su empresa, es más que probable que la vivienda se le asigne a su esposa y a los niños. En este caso, la esposa y los hijos no podrán ser desahuciados por el banco, ya que ni son titulares de la vivienda ni responsables  de la deuda, con lo que la deuda del marido no puede perjudicar a los derechos de la esposa y menos aún a los de los menores.

En todo caso, y si el banco se empeña en mantener el embargo, podrá ejecutarlo, pero nunca podrá poner en la calle a sus ocupantes, con lo que los bancos, repentinamente, sienten unas enormes ganas de negociar cualquier cosa que se les proponga.

¿Y qué pasa mientras tanto con el esposo? Pues simple: que pasa, de una tacada, de ser marido a ser amante de la ocupante. Novio, rollete, o compañero sentimental.

¿Quién le va a prohibir a esa señora verse con quien quiera?

Qué país, oigan…

 

Una opción para no pagar la hipoteca

El padre de la idea

El padre de la idea

En este mundo litigante y litigioso, conde los políticos dejan a los jueces la función de gobernar, donde los empresarios dejan a los jueces la función de dirigir sus empresas y los trabajadores dejan a los jueces la obligación de defender sus derechos, era extraño que no se hubiese producido aún el trasvase hacia los jueces de la opción de no pagar las hipotecas.

Pero ya ha sucedido.

El antiguo juez Elpidio Silva, expulsado de la carrera judicial por un conflicto con Blesa (ya sabéis que en este país se echa a los jueces cuando atacan a según quién, ya sea el grupo PRISA o ya sea un banco, porque en eso no hay partidos diferentes) ha fundado un gabinete jurídico y ha lanzado su primera andanada contra la banca.

Es un poco complejo, pero trato de explicarlo.

La idea fundamental es que los bancos han titulizado sus hipotecas. Esto,  en forma de hipotecas subprime, es lo  que está en la base de la crisis de Lehman, que aún padecemos, consiste en empaquetar los créditos hipotecarios en otros productos financieros y venderlos como derivados. La jugada consiste en que los bancos sacan las hipotecas de su balance y las emplean como colateral para otras operaciones financiera.,

La gran pregunta jurídica es: una vez que los bancos han empaquetado las hipotecas en otros productos, y han vendido esos productos a tercero como colateral, ¿están los bancos legitimados parta pedir  el embargo de una vivienda tras el impago de la hipoteca?

O dicho en cristiano: Si los bancos han vendido a terceros la hipoteca, ¿les corresponde a ellos embargar la vivienda en caso de impago o será el propietario de esos títulos el único que pueda solicitar el desahucio?

La pregunta no es baladí, porque si los bancos no pueden solicitar la ejecución hipotecaria y deben hacerlo los tenedores del producto derivado, estamos ante el caso de que la propiedad de la hipoteca se ha fragmentado y no es tan fácil ejecutar la vivienda, ya que deberán ser los propietarios de este producto, todos y a la vez, los que soliciten la ejecución.

Como los bancos ya no son acreedores directos de esta deuda, deberían ser los acreedores de la deuda los que ostentasen los derechos de cobro. n¿Cómo es posible, jurídicamente, que el banco reclame una deuda de la que ya no es acreedor?

Esa es la pregunta que plantea Elpidio Silva y que os trasladamos hoy desde aquí.

Por mi parte, sin estar seguro de la respuesta, me parece que a algunos se les ha ido la mano con lo de los derivados financieros y que algo le ha salido mal, al menos en apariencia, al aprendiz de brujo…

El mercado inmobiliario y la flojera de la rentabilidad

Lo que va quedando...

Lo que va quedando…

Es un hecho: el capital anda errante por el mundo en busca de rentabilidad. La aversión al riesgo, que tantas veces hemos comentado, deja lugar poco a poco a la búsqueda de ese riesgo que convierta a cualquier inversión en un poco, un poquito más rentable que el viejo sistema del calcetín, los bajos del colchón o la teja del cobertizo.

El tipo de interés de los depósitos anda aproximadamente por el nada por ciento, y hay casos en los que hay que pagar incluso para dejar el dinero al banco, si se tienen en cuenta las comisiones, sisas, alcabalas y distintas limaduras. La bolsa parece que va subiendo, pero los dividendos no son lo que eran, la fiscalidad aprieta esas rentas y cualquier día puede venir el gran, enorme, glorioso batacazo que devuelva los valores de los mercados a una proporción razonable con los beneficios de las empresas.

¿Qué hacer, entonces, sobre todo si eres un fondo  de pensiones que tienes que pagar a tus viejos hoy y no en diez años?

La idea brillante que se les ha ocurrido a muchos es regresare al ladrillo y la hipoteca. Grandes males, viejos remedios.

Y con los particulares, sucede algo muy similar. ¿Dónde metes los cuatro duros que van quedando? Comprar un piso y tratar de rentabilizarlo vuelve a ser una opción, ahora que la bajada de precios ha metido un importante mordisco a los inmuebles de muchas ciudades.

Según las estadísticas de los notarios, el comprador típico de una vivienda es hoy un trabajador indefinido o autónomo de más de 45 años, que compra una vivienda de alrededor de cien mil euros y paga al contado, sin hipoteca, un 85% del importe de la vivienda. 

Su intención no es tanto especular con ella a la espera de que los precios vuelvan a subir como trata de sacarle un 5% anual, algo que en otros tiempos hubiese parecido poco y hoy se antoja una rentabilidad casi astronómica.

La hipoteca, por tanto, sigue en horas bajas: el comprador típico no es el que necesita la casa y se endeuda para ello, sino el que tiene el dinero y busca un lugar donde meterlo.

Por eso quizás, no acaban de bajar los alquileres tanto como se esperaba después del desplome de los precios de la vivienda en propiedad. Pero de eso ya hablaremos otro día.

La hipoteca, el alquiler y la jubilación

Proyecciones-Sistema-Pensiones-España

Hay un tema del que nadie quiere hablar, porque la solución es siempre mala. Se trata de la evolución demográfica y de empleo que determina la viabilidad del sistema de pensiones. Por eso hoy la gráfica ocupa toda la parte superior, con la pretensión de que se observe lo bastante bien para que nos demos cuenta de cómo pinta la cosa.

Como nuestro sistema no es de capitalización (cobras lo que pagaste) sino de reparto (cobras lo que otros pagan), el desfase temporal entre los derechos que se generan y el dinero que hay en la caja no se puede corregir fácilmente. Para ello se contaba siempre con la inflación, pero como la inflación ha desaparecido y los salarios son cada vez menores, el desajuste está servido.

La cuestión es que cada nuevo Expediente de Regulación de Empleo, cada nueva automatización de la producción, reducen el número de trabajadores que cotizan, pero no reducen el número de personas que se jubilan y esperan cobrar una pensión. De igual modo, cada vez que baja un salario para competir con los asiáticos o simplemente para mantener una actividad en marcha, se reduce también la cotización del trabajador, peor no la pensión del que trabajó hace unos años.

Así estamos ante la terrible paradoja de que a día de hoy las pensiones son a veces superiores a los salarios, y no es extraño ver que un jubilado cobra mil o mil cien euros mientras el trabajador en activo no encuentra empleo con un salario mayor de ochocientos o novecientos euros.

¿Es normal que las pensiones sean superiores a los salarios? En absoluto, y menos con una ratio como la actual, que no llega a dos trabajadores en activo por cada jubilado.

Además, el trabajador en activo, por razones de edad, tiene que mantener una familia y pagar una hipoteca, mientras que le jubilado no tiene ya hijos a su cargo (aunque a veces sea el sostén de la familia, nadie lo niega) y acabó de pagar la vivienda hace muchísimos años.

De este modo, nos encontramos con que el trabajador pagar por un lado la pensión al jubilado y por otro a menudo le paga también el alquiler de su vivienda, pues son los mayores los principales caseros de este país, trasladando toda la renta disponible desde los jóvenes, que no pueden consumir, a los viejos, que no desean en absoluto consumir. Esta es una de las claves de que no circule un duro: que no hay dinero, y el poco que hay lo tienen los viejos.

¿Qué se puede hacer ante una situación así? Pues no hay buena solución. A menudo escucho la tontería de que hay que pagar mejores salarios y mejores pensiones. Por supuesto que sí: y tener todos mejor salud, dormir con la que nos gusta, y vivir hasta los cien años. ¿Pero qué es lo que cabe dentro de lo posible?

A mi juicio, y arriesgándome a que me llaméis insensible, creo que hay que corregir poco a poco el desequilibrio por ambos lados: subir poco a poco los salarios y bajar poco a poco las pensiones, aunque sólo sea para que el edificio entero no se hunda a medida que avancemos en la gráfica de arriba hacia situaciones en que por cada pensionista haya sólo un trabajador.

Una gráfica, por cierto, que es tremendamente optimista, porque da por hecho que el número de afiliados crecerá en los próximos años, corrigiendo el desempleo, y eso es algo que nadie tiene del todo claro.

Miradla bien.

 

El montante total hipotecario continúa cuesta abajo

Hasta un gato muerto rebota. Este no parece muy muerto, peor no quería herir sensibilidades....

Hasta un gato muerto rebota. Este no parece muy muerto, pero no quería herir sensibilidades….

En el mundo de la bolsa y las finanzas se dice que rebotar, lo que es rebotar, rebota hasta un gato muerto.

Eso es lo que le ha sucedido a las hipotecas en España, que este año han rebotado en agosto más de un 23%. La cifra, en principio, parece espectacular, pero mirándola más de cerca vemos que este incremento se produce sobre agosto del año anterior, el mes con menos hipotecas firmadas desde tiempos del rey Suintila.

Por otro lado, y si vamos al dato monetario, vemos que el total de la inversión hipotecaria en España se sigue reduciendo, porque se cancelan más hipotecas de las que abren nuevas, y las que se conceden son por un importe sustancialmente menor a las que amortizan.

Seguimos, por tanto, con el problema de la demanda solvente, que es lo que busca la banca. ¿Y qué es demanda solvente para la banca? Pues esta vez tenemos una valoración: unos dos mil euros al mes por unidad familiar, según la media de los bancos consultados por www.valoracion.es

Dos mil euros mensuales no parece mucho dinero, o no lo parecía en otro tiempo, pero habida cuenta de la reducción salarial que ha padecido España (y que no tiene visos de detenerse digan lo que digan de no sé qué recuperación) dos mil euros empieza a ser una cantidad bastante respetable,  que generalmente exige que trabajen dos miembros de la familia.

Y luego está el otro problema: que paga ganar dos mil euros hay que vivir, generalmente, en un lugar donde la vivienda es mucho más cara, con lo que a menudo no son suficientes.

Nos encontramos por tanto, una vez más, ante ese extraño fenómeno español: que los salarios bajan más que la vivienda, con lo que la breca de lo que es asequible y lo que no, continúa ampliándose.

¿Hasta cuando? No se sabe muy bien, peor mucho me temo que se igualen cuando ambas variables, precios y salarios, caigan de nuevo a la vez. Un pronóstico agorero, seguramente, peor no tengo otro.

 

Cómo se calcula realmente una hipoteca

Letra pequeña

Letra pequeña

En este blog, además de una calculadora de las mensualidades y un montón de herramientas más para calcular hipotecas, hemos hablado hasta la saciedad de la letra pequeña, la minúsucula, y la que desaparece completamente bajo una cagada de mosca.

La hipoteca, por supuesto, depende del Euribor, del Libor, del diferencial que se pague sobre esos índices, y de las condiciones añadidas que lleve, como seguros de vida, obligación de llevar al banco una nómina y todas los demás pequeñas triquiñuelas que los bancos usan para sacar dinero sin que lo parezca.

Sin embargo, el verdadero cálculo de la hipoteca hay que hacerlo en casa, manejando hipótesis, y las preguntas que realmente importa responder no están, a menudo, entre las que puede responder una calculadora o una hoja de amortizaciones.

Voy a recorrer brevemente algunas de estas preguntas que es forzoso realizarse.

-¿Qué parte de mis actuales ingresos se llevaría la hipoteca? Esta parece fácil, porque en teoría todo el mundo sabe cuánto entra en su casa.

-¿Qué renta disponible me dejaría la hipoteca? Esta parece más fácil, pero no lo es, porque ya son menos los que conocen su verdadera renta disponible. La renta disponible es el dinero que queda para gasto discrecional una vez cubiertas las obligaciones básicas de cada mes. Así que hay que sumar la media de los recibos de la luz, del agua, basura, teléfono, internet, comunidad, garaje, lo que se gaste habitualmente para comer, y entonces sumar la hipoteca y ver qué queda. Si lo que queda es muy ajustado, lo mejores pensárselo de nuevo.

¿Hasta qué tipo de interés puedo soportar?

Con los cálculos anteriores hay que ver hasta qué subida de los tipos de interés podemos soportar. Ahora el dinero está muy bajo, pero si firmamos una hipoteca a treinta años por el EURIBOR más un diferencial, hay que tener en cuenta que en treinta años el EURIBOR puede subir mucho más de lo que esperamos.

-¿Qué ocurriría si uno de los miembros de mi familia, o los dos, perdiesen su trabajo?

A veces la gente firma un contrato a 30 años y no se da cuenta de que en treinta años pueden pasar muchas cosas. Una hipoteca es una buena idea si en un caso moderadamente pesimista no nos vemos en la calle, con una mano delante y otra detrás. Si no es así, el riesgo es demasiado elevado.

-¿Qué pasaría con la hipoteca en caso de divorcio?

Esto puede sonar fatal cuando se piensa en comprar un pico poco después de una boda, pero los hechos indican que el 50% de los matrimonios acaban en divorcio, y hay que tener en cuenta esta variable.  Si en caso de ruptura del matrimonio la hipoteca no se puede pagar, mejor pensárselo detenidamente.

-Si en una emergencia necesito vender el piso, por un traslado o lo que sea, ¿cuánto tiempo me llevaría venderlo?

Cada mes que pagas de hipoteca mientras las circunstancias de obligan a vivir en otro sitio (y pagar un alquiler) es un daño que hay que calcular. Si se trata de la casa de tus sueños, pero no se la vas a a vender ni a Gandalf,  piénsatelo bien.

Repasaremos estas preguntas. Y quizás la última: ¿dónde está el puente más cercano, si todo falla?

Toda prudencia es poca.

¿A qué huele una hipoteca?

El perfume. Historia de un asesino.

El perfume. Historia de un asesino.

Como diría el inolvidable personaje de Apocalypse Now, me encanta el olor de las hipotecas por la mañana. Huelen… a Victoria.

El chiflado aquel, de todos modos, hablaba de napalm.

Las hipotecas, con llegar a ser un arma de destrucción masiva no van tan lejos, pero parece que el olor de la hipoteca, o el olor de la vivienda que se vende, es también muy importante a la hora de promocionar lo que estás vendiendo.

¿Por qué nos íbamos a fijar sólo en la vista? Cuando intentamos persuadir a alguien, o incluso cuando salimos de ligue, sabemos de sobra que no basta con tener un buen aspecto exterior (vista) y no decir tonterías (oído), sino que también es muy importante oler bien. Sin embargo, a la hora de vender una vivienda, se suele cometer el error de fiar todo su atractivo a su tamaño, luminosidad, y a la zona en la que se encuentra.

Una casa que se vende es una casa que hace pensar a  su futuro habitante que será un lugar donde esté a gusto, un lugar cómodo y sobre todo un lugar agradable para vivir. El olor a cerrado, a humedad o a cañerías no ayude, aunque todo el mundo sepa que eso es lo que ocurre cuando una casa está cerrada. Todo el mundo sabe también que ese chico o esa chica despampanante que acaba de conocer va al baño, tiene legañas y mal aliente por las mañanas, pero eso no impide que se trate de mitigar la idea. ¿Por qué no se hace con las casas?

Una hipoteca es una casa vendida, y una hipoteca tiene que oler a fresco, a limpio pero sin recordar un hospital, a posibilidades, en suma.

¿Hay que evitar los malos olores? Por supuesto, pero no sólo esos: también todos los que sean raros o infrecuentes y lleven al visitante a tratar de adivinar a qué huele, distrayendo su atención de lo que ha venido a ver. Una barrita de incienso exótico, por ejemplo, puede hacer que el posible comprador pase el tiempo intentando adivinar a qué huele y luego no sea capaz de saber siquiera cuántas habitaciones tenía el piso.

O sea que vis a, sí, pero también olfato. Que una casa no se vende así como así y no s epuede dejar de lado ningún detalle.

 

Vuelven las hipotecas por el 100% de la tasación

Ya está el flautista afinando otra vez el instrumento...

Ya está el flautista afinando otra vez el instrumento…

No hay piedra con la que no seamos capaces de dar dos veces, y en esto del mercado hipotecario, el mejor ejemplo es el regreso de las hipotecas por el 100% del valor de tasación.

En principio se conceden solamente a cambio de intereses muy altos, condiciones de permanencia draconianas, o clientes muy solventes y con muchos avales, pero el caso es que la prohibición absoluta ya ha desaparecido y sólo es cuestión de tiempo que la cosa vaya a mayores.

¿Y a que no sabéis quién lleva la delantera en semejante carrera de retorno a la imprudencia? Pues sí: dos cajas. Nada de bancos. Como vieron que si te pegabas el morrazo no pasaba nada porque pagábamos todos a escote, parece que se animan a correr el riesgo.

Pongamos nombres y apellidos a la cosa:

Ibercaja vende ya la Superhipoteca 2014 con la que se puede obtener el 100% del valor de la tasación y un plazo de 40 años para amortizar la hipoteca. El tipo de interés es del 3% el primer año y el resto del periodo se aplica un diferencial Euribor más dos puntos. Luyego hay un montón de requisitos, pero de eso ya pasamos.

La otra es  Caja Ingenieros, que ofrece también hasta el 100% del valor del inmueble, con un tipo departida del 4,50% y un diferencial posterior de euribor más 3,5 puntos.

En otras entidades, como lo del 100% suena muy feo, se habla de conceder el 95% o el 97% del valor de tasación, siempre que se trate de viviendas de la propia cartera del banco o promociones difíciles de colocar.

Resumiendo: que como los bancos no saben qué hacer con el dinero, porque negocios rentables ya van quedando pocos (por eso no piden dinero al BCE aunque se lo dé gratis) la vieja hipoteca se está convirtiendo una vez más en salida de emergencia para banqueros in imaginación en un país sin expectativas.

¿Y de veras necesitamos pisos? ¿Y de veras necesitamos hipotecas? Preguntas equivocadas. La buena es: ¿Y a quién carajo le importa?

El hachazo de Draghi y la hipoteca saludable

El tío que siempre llega tarde

El tío que siempre llega tarde

A estas alturas ya lo sabéis todos: el Banco Centra Europeo ha reducido el tipo oficial de interés a un simbólico 0,05% y ha colocado el tipo del préstamo interbancario al -0,2%, o sea, en negativo.

Un tipo de interés negativo quiere decir que quien presta dinero tiene que pagar por hacerlo, en vez de recibir una retribución a cambio, y eso es lo que sucede ahora con los bancos que prefieren dejar su capital depositado en la entidad emisora: que deberán pagar por hacerlo. ¿Y cual es la intención de esto? Que los bancos se decidan de una buena vez a poner el dinero en circulación, puesto que  no sacarle rendimiento alguno es mejor que tenerlo parado.

¿Conseguirá esto revitalizar las hipotecas? Yo creo que no. Y tengo varios motivos para ser de esta opinión, por mucho que otros medios digan que las hipotecas solicitadas aumentaron un 19% en junio

-Ausencia de demanda solvente. Con los salarios reales cayendo, no es previsible que la banca encuentre buenos candidatos para préstamos a plazos tan largos como requiere un préstamo hipotecario. La tan cacareada recuperación del empleo pasa sólo por la contabilidad de cabezas, pero no pro la contabilidad de horas trabajadas. En España trabajan hoy algunos cientos de miles más de personas que hace un año, pero el factor trabajo, en su conjunto, se sigue reduciendo, ya que se han sustituido contratos a tiempo completo por contratos basura a tiempo parcial. Tres personas que trabajaban cuarenta horas semanales parecen menos que cinco que trabajan a media jornada, pero no es cierto. El gobierno dirá que el paro ha disminuido en dos trabajadores, pero en lugar de 120 horas semanales ahora se están trabajando 100. Multiplicar es fácil, pero casi siempre nos escamotean este dato. Ojo al asunto, por favor.

¿De dónde van a salir los clientes cualificados para las hipotecas en estas condiciones?

Exposición al ladrillo. La banca sigue intentando quitarse los activos inmobiliarios de su balance, tan sospechosos desde hace años. Pueden contarnos cualquier milonga, pero lo cierto es que invertirán antes en plantaciones de aguacates que en nuevas bolsas de inmuebles. Aunque sólo sea para que sus accionistas puedan hacer como que se creen que todo es diferente a lo que era.

Expectativas de deflación. La economía parece irse hacia el hoyo de la deflación, con lo que cada deudor puede ser una fuente de sorpresas. Esa cosa maldita que nadie tiene en cuenta al hablar de los empresarios, esa cosa que se llama riesgo, tiene un coste muy determinado y las compañías de seguros se dedican a pasarlo a cifras. Si las circunstancias macroeconómicas señalan la posibilidad de que los deudores puedan irse volviendo cada vez más frágiles con el tiempo, los bancos sólo podrán prestar a largo plazo con diferenciales muy altos y garantías muy concretas.

O sea que no, que no veo que esto vaya a reflotar el mercado hipotecario. Y tampoco veo la buena noticia por ninguna parte.

Las bolsas la celebran porque les concede tiempo, no porque les conceda salud.

De momento, existen diferentes portales para encontrar la mejor hipoteca, pero nosotros seguiremos dedicándonos a su análisis y al calculo de las cuotas, a las cláusulas y a toda esa letra pequeña que hay que vigilar.

Mucho ojo.

 

La deuda y la paella con mosca. Parábola de la situación actual

¿Aparecerá el valiente que la sepulte en su plato?

¿Aparecerá el valiente que la sepulte en su plato?

Me he cansado ya, al menos de momento, del lenguaje engolado con que se suelen abordar los temas económicos, y quiero analizar hoy la situación actual con una parábola.

¿En qué situación económica nos encontramos en realidad?

Pues imaginad que diez o doce comensales postín se reúnen en una casa de campo. Ya está puesta la mesa y todo el mundo ha olvidado que se trata de un evento informal y luce sus mejores galas.

En ese momento, el anfitrión viene con una enorme paellera y la coloca sobre la mesa, ante las felicitaciones y aplausos de la concurrencia. Anuncia que acto seguido regresará con el vino y se va directo a la bodega.

De pronto, las miradas comienzan a ir de la paellera a la cara de los vecinos, y de la cara de los vecinos a la paellera: una enorme mosca aún mueve lentamente sus patas en el centro de la paella. Es una mosca enorme, o quizás un abejorro, y parece dispuesta a discutir una cabeza de langosta al primero que quiera hacerse con ella. Antes de que haya regresado el anfitrión todo el mundo ha visto la mosca, pero nadie habla de ella.

¿Qué se debe hacer en semejante situación? Los manuales de etiqueta y protocolo, señalan dos opciones: la buena, y la óptima.

La buena sería no inmutarse. La mosca es invisible, la mosca no existe. La mosca jamás ha llegado a la paella, y señalarla sería echar a perder la comida de tgodos, convirtiendo en culpable del fracaso de la reunión al que se atreviese a señalarla.

La óptima es que alguien avezado y con iniciativa pida permiso para servirse en primer lugar, porque no puede tener delante de él una paella tan buena sin probarla, y que se sirva la mosca a su propio plato, para hacerla desaparecer a la primera ocasión.

¿Y a qué viene esto? Pues a que así, exactamente, estamos con la deuda pública. España ha alcanzado el 100% de su PIB (teórico) y otros países andan también ya por cifras astronómicas. Mientras nadie mencione la imposibilidad de pagar esa deuda, todo irá bien. En cuanto alguien señale que esa deuda es impagable, todo se irá al carajo. Pero el caso es que, mientras tanto, nos anuncian la recuperación y todos sonreímos.

Falta saber si aparecerá el valiente que se eche el problema a los hombros para, de un plumazo, hacerla desaparecer.

Pero no creo…