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Las infraestructuras inútiles

Lo pidió un funcionario del servicio de aguas y costó 500.000 €

Lo pidió un funcionario del servicio de aguas y costó 500.000 €

Casi nadie espera leer una cosa así, pero lo digo en serio: en España nos hemso gastado fortunas en infraestructuras que nunca, ni en mil años amortizaremos.

Con las infraestructuras nos pasa un poco como con los pisos y con las hipotecas, que pensamos que son bienes en sí mismos, que son fines y no medios, y luego nos echamos las manos en la cabeza cuando vemos que pasan los años y los pisos no se ocupan, ni se venden, ni se pagan.

España ha vivido y vive, ha gastado y gasta por encima de su riqueza real. Disponemos de unos servicios sociales que no nos podemos pagar, nos permitimos libertades como perdonar la deuda a otros países y atendemos a todo el mundo en nuestra sanidad o nuestra educación, aunque el nivel real de ingresos de nuestra sistema no llegue para ello.

Me encantaría que pudiésemos vivir mejor, pero lo cierto es que exigimos unos salarios y nos exigen unos precios por lo que compramos, ya sean pisos u otros bienes, totalmente dispares con nuestro nivel real de producción y productividad. Tenemos las hipotecas que tenemos porque los precios del suelo y la vivienda se fijaron de espaldas a los salarios del español medio, y los salarios de demasiados españoles no guardan relación alguna con lo que en el mercado mundial de la mano de obra se paga por ese trabajo.

Gastamos millonadas en Alta Velocidad para que se mueva en tren, ¿quién?, ¿los ejecutivos que pueden pagar los billetes? ¿Ponemos un aeropuerto en cada pueblo para que vuele, quién?, ¿Nos permitimos una universidad en cada ciudad para que de trabajo a los titulados, quién?

Mucho me temo que gran parte del agujero en el que estamos se debe a que la realidad no nos gusta y le hemos vuelto la espalda. Pero la realidad es lo que tiene: paciencia y una puntería del carajo.

Hipoteca, diferencial y grifo cerrado

Vista aérea de nuestra economía financiera

Vista aérea de nuestra economía financiera

Yo es que ya no sé en que mundo vivimos: se supone que los bancos son entidades que recogen el dinero de los ahorradores y se lo prestan a aquellos que pretenden hacer una inversión, pero ahora resulta que el grifo se ha cerrado y los bancos no prestan. Vale. Y si no prestan, ¿a qué se dedican?

La respuesta, creo, es que se dedican a cobrarnos comisiones por servicios que han convertido en casi imprescindibles a fuerza de burocracia y a otra cosa: a prestar, pero no a nosotros.

Los diferenciales de las hipotecas no han hecho más que crecer en los últimos meses. Antes era posible encontrar fácilmente una hipoteca con un tipo de interés, del Euribor más medio punto. Luego ese medio punto subió a seis décimas, siete, ocho, y ayer mismo, en una operación que conozco por razones familiares, le pidieron a una persona Euribor más dos puntos.

Me diréis lo mismo que yo le dije a esa persona: que se puede encontrar más barato. Y es verdad. Pero en los sitios en los que te lo dan un poco más barato te lo encarecen con comisiones diversas, obligaciones de seguros y tres abanicos de hojas de palmera para abanicar al sursum corda. Si no lo pagas por un lado lo pagas por otro: el encarecimiento de las hipotecas que se conceden está siendo descomunal y no tiene visos de detenerse.

La razón, quizás, está en que ya no interesamos al banco como clientes. Y no exagero. Pensadlo: ¿por qué nos va a prestar a nosotros el banco a un tipo del 2 % si puede prestarle al Estado al 3 o al 4% y con la garantía absoluta de que se lo devolverán?

¿Por qué nos van a dar a nosotros una hipoteca cuando ese dinero se puede meter en Bonos del Estado, en Bonos, Obligaciones y Letras del Tesoro que pagan mayor interés y tienen menos riesgo?

Para mí, está claro. No nos prestan porque mientras haya entidades públicas dispuestas a seguir endeudándose, somos clientes de segunda que creamos riesgos, pagamos mal, podemos aumentar su parque de pisos invendibles y además dejamos menos a ganar.

El ciudadano de a pie, para conseguir un duro, ya no está compitiendo sólo con otro ciudadano un poco más solvente que él, sino con el propio Estado que es, a través de su deuda, el que marca el interés que nos acabarán cobrando.

Por eso se cierran los grifos. Por eso estamos tan secos

Subrogación y tasación

Sociedad tasadora

Sociedad tasadora

Mi banco ya no me quiere. No me mira como antes. O a lo mejor soy yo el que he perdido la química, la física, la poética y la lírica y me quiero ir a otro banco. La crisis de los cuarenta años de hipoteca, no sé…

En todos estos casos, me acojo a una subrogación de mi hipoteca con otra entidad, pero entonces es cuando aparecen los gastos de cancelación, las zancadillas y demás agresiones propias de cualquier divorcio. La más habitual es la tasación para la subrogación y esa, qué sorpresa, me la ponen en el nuevo banco, donde yo esperaba queme diesen todas las facilidades.

Lo primero que hay que saber es que esta tasación no siempre es obligatoria, que podemos elegir nosotros a la sociedad tasadora siempre que se cumplan unas pocas condiciones, y que vale la pena el intento, porque aunque no hablamos de miles de euros si podemos ahorranos una cantidad en el entorno de los doscientos cincuenta o trescientos euros.

En general, es obligatoria volver a tasar el piso, en estos supuestos:

-Cuando la deuda pendiente sea superior a 300.000 euros.

-Cuando es menor de esos 300.000 euros, pero supera el 80% del valor del informe de tasación.

-Si la hipoteca se firmó hace más de dos años. Esto es de chiste, porque lo que significa es que hay que volver a tasar siempre.

-Cuando se ha incumplido alguna cuota o nos hemos retrasado en algún pago.

-Cuando además de irnos a otro banco pedimos que nos amplíen el plazo.

Por lo demás, insisto: podemos elegir entre las homologadas, así que mejor echar un vistazo para que no nos arreen la más cara.

 

La hipoteca china y el gran Yuyu

Qué tiempos aquellos en que nos comparaban con los ricos...

Qué tiempos aquellos en que nos comparaban con los ricos...

Dicen que China está revuelta porque un trabajador de ese país tiene que ahorrar el salario de catorce años para poder comprarse una vivienda, mientras que en otros países la media es de seis o siete.

Dejando aparte la malsana envidia que producen esos países donde la vivienda se compra con el sueldo de seis años, uno no puede dejar de preguntarse, ante semejantes datos, a qué altura empezamos a quedar aquí, cuando un piso medio cuesta alrededor de 180.000 euros y una salario medios ronda los 1400 euros. La cuenta, a ojo, y para los términos medios, son diez años y medio. Y las hipotecas, cada vez más largas, como sabéis, pero esa es otra.

Ahora, si me lo permitís, os diré por qué estamos peor que ellos y luego, si queréis, lo debatimos en los comentarios.

Catorce años es más que diez y medio, de acuerdo, ¿pero no os dais cuenta de que aquello es una dictadura y aún así este tema supone una amenaza para la paz social? El hecho, al menos el que yo deduzco, es que ellos están peor que nosotros, pero nosotros somos mucho más mansos y conformistas que ellos, o vivimos en una dictadura mucho más férrea que la china aunque no queramos darnos cuenta.

A veces este tipo de comparaciones ayuda a abrir los ojos. El otro día, pro ejemplo, me enteré de que una gran empresa quería poner un call center para llamadas a larga distancia en mi ciudad. Todo el mundo lo celebraba, pero yo me pregunté: si pueden elegir Marruecos, Colombia, Ecuador o tu pueblo, y eligen tu pueblo, ¿de veras crees que es como para celebrarlo?

Algo va aún peor de lo que pensábamos, me temo.

 

El gran agujero de los alquileres de pisos

Mejor no tocar....

Mejor no tocar....

Todos lo sabíamos ya, o al menos lo intuíamos, pero ahora tenemos alguna razón más para creerlo: según la asociación de técnicos de Hacienda, aproximadamente el 55% de los alquileres de pisos en España no se declaran, lo que supone unos 3000 millones de euros.

El dato lo han obtenido cruzando los datos de Hacienda con los del Ministerio de la Vivienda, así que lo que menos se explica uno es por qué lo publican y no le acaban de meter mano.

La respuesta, quizás, esté en que saben que aflorar toda esa economía sumergida tendría seguramente consecuencias muy graves y prefieren hacer la vista gorda, como en casi todo, ya que estamos en el país donde las leyes se publican con mero carácter folclórico.

El peligro de destapar este fraude, tan sencillo de detectar desde que la ley obliga, por ejemplo, a que las compañías eléctricas declaren los consumos de cada vivienda, tiene básicamente dos frentes:

El miedo a que una mayor presión fiscal sobre los alquileres redundara en un encarecimiento automático de estos, en un momento en el que las economías familiares no están para muchas alegrías y la popularidad del gobierno menos aún. En ese sentido, me parece que llevan razón: si los propietarios tienen que pagar ochocientos euros al año, por poner una cantidad, no dudan ni un segundo en subir el alquiler lo que haga falta para trasladar ese coste al inquilino, como pasó con la subvención.

-La consciencia de que muchos propietarios de viviendas alquiladas no son especuladores o terratenientes, sino gente que ha cambiado de vivienda por razones de trabajo y que pagan la hipoteca con el alquiler, o pensionistas que complementan su pensión alquilando la vivienda antigua, después de mudarse a una más pequeña. En cualquiera de los dos casos, apretar el pistón podría suponer un problema político, económico y social demasiado grave.

¿Vosotros cómo lo veis?, ¿pedimos que cada cual pague lo suyo o miramos para otro lado?

 

 

¿Te animas a vender pisos?

Calzoncillos promocionales para inducir a la compra de...

Calzoncillos promocionales para inducir a la compra de...

La cosa debe de estar muy mala cuando antes le llamaban intrusismo profesional y ahora se dice que es una idea original.

Me refiero a la venta de pisos por parte de particulares: hasta hace muy poco, los profesionales del sector, los famosos agentes de la propiedad inmobiliaria, solicitaban al gobierno que protegiese su actividad y ahora resulta que una gran inmobiliaria, Quabit, ofrece dos mil euros a cualquier ciudadano que le ayude a vender uno de sus pisos para irse librando del lastre.

La campaña de la antigua Afirma incluye también un vale de regalo para el comprador por una parte del importe del piso y estará en vigor todo lo que queda de año, o sea, el tiempo que durará la vieja y querida desgravación por compra de vivienda habitual.

Si tenemos en cuenta, además, que los bancos van a tener que cerrar un poco más el frifo por la nueva normativa de reservas, la recompensa parece pequeña para el trabajo que puede dar la cosa.

Por eso yo me pregunto, y al mismo tiempo a vosotros, es: ¿valdrá la pena meterse en estos momentos a convencer a nadie de que es el momento ideal para comprar un piso?, ¿valdrá la pena hipotecarse ahora para veinte o treinta años porque te regalen las cortinas?, ¿somos responsdables de  los consejos que damos?

Filosofías aprte, a veces tengo la impresión de que la publicidad empieza a pasarse. Esto viene a ser como ofrecer el traje de novia gratis al que se case este año. Si tenías novio y te ibas a casar de todos modos, pues bienvenido sea, pero no crea que hubiese mucha gente que se casase con desconocido por ahorrarse el traje.

Pues esto de los pisos va por el mismo camino. Más o menos.

¿Cómo lo veis?, ¿os haríais comerciales para ganar los 2.000 euros?, ¿vale la pena o es demasiado arriesgado?

 

El pico del petróleo (y la pala que lo acompaña)

Tendremos que adoptar extrañas formas económicas, me temo.

Tendremos que adoptar extrañas formas económicas, me temo.

Para que no digáis que no regresamos con ideas nuevas, voy a hablar hoy de un tema que aparentemente se aleja de la temática de este blog pero que, en realidad, tiene mucho que ver con la futura evolución del precio de la vivienda y las hipotecas.

Se trata de la posibilidad, cada vez más cierta, de que hayamos llegado a lo que se llama el pico de la producción de petróleo.

No voy a ser uno más de los que, cada cierto tiempo y desde los años del rey Sigifredo, dicen que el petróleo se va a acabar en breve. El petróleo se acabará, cierto, pero no será esta semana ni tampoco de repente.

Lo que sí ha sucedido, y vamos a analizar juntos su impacto, es que la producción mundial de petróleo ha dejado de crecer desde 2005. Los datos son de la Organización Internacional de la Energía y vienen a significar que, aunque la demanda ha seguido creciendo a buen ritmo, sobre todo por la incorporación de las economías emergentes, la producción no ha crecido al mismo ritmo, lo que explica el encarecimiento del barril, que se ha estabilizado alrededor de los 80 $, un precio que antes considerábamos insostenible.

Por tanto, si no se produce una reducción de la demanda, el precio seguirá aumentando, y de manera mucho más rápida que hasta el momento, porque lo cierto es que existe un problema añadido: el petróleo hay que sacarlo cada vez de capas más profundas o extraerlo de yacimientos más pobres, y aunque todos pensemos que el petróleo se mide en barriles, no es cierto: se mide en la energía que produce, una energía que ha descendido en casi un 20 % desde los años setenta pro la menor calidad del crudo.

¿Os parece raro? No lo es. La alcoholemia no se mide en vinos, cubatas y cañas, sino en tasa de alcohol en sangre. Con el petróleo pasa igual: si antes se extraían 100 litros de gasolina de un barril, por ejemplo, hoy sólo se extraen 75.

Ese es el camino por el que nos movemos hacia una terrible crisis energética que encarecerá todo el desplazamiento.

Las consecuencias son variadas y las iremos analizando poco a poco, pero pensad en dos: intenresa menos deslocalizar la producción e interesa menos residir lejos del puesto de trabajo. Las implicaciones de ambos temas son enormes.

Os dejo incluso un enlace a un artículo en el que se habla de la modificación teórica del radio de la Tierra: http://www.quintopino.org/economia/el-radio-de-la-tierra-es-variable/

¿Cómo lo veis?

 

 

 

 

Lo que sufren los niños (y los hipotecados)

 

Cuidado con los efectos secundarios

Cuidado con los efectos secundarios

Hoy os quiero hablar de ingeniería social, y de la clase de idiotas que somos cuando jaleamos ciertas campañas. Puedo contarlo con la criminalización de los constructores, con la campaña en que se llamó especulador a todo el que moviese un ladrillo, pero en lugar de eso, me apetece hacerlo con otro tema más morboso, ya que es el último artículo de este verano.

 

 

             Me parece muy bien que se lancen campañas en los medios contra ciertos delitos particularmente asquerosos como la violencia de género o la pederastia, porque son delitos alevosos en los que el culpable trata de explotar la indefensión de la víctima.

 

           Con el tema de los niños, está sucediendo algo muy grave: como la condena social es anterior y muy superior a la condena penal, el acusado está completamente indefenso. No existe presunción de inocencia alguna y basta con que alguien, quien sea, presente una denuncia para que al denunciado le caiga encima el peso del estigma social. Es una condena sin juicio. Un procedimiento totalitario o inquisitorial en el que el denunciante permanece anónimo y el denunciado no tiene posibilidad de defensa. En esto influye también mucho la cobardía de los jueces, que no se atreven a ser tan rigurosos con las pruebas como en otros casos, pero los jueces son intocables y es mejor no hablar de ellos, ¿verdad?

          Además, curiosamente, los denunciados son casi siempre personas con mucho dinero o pertenecientes a colectivos que pueden pagar abultadas indemnizaciones. Eso, por sí solo, bastaría para desconfiar, pero es que creo que hay algo peor:

            Desde que está en marcha esta especie de campaña, nadie se arriesga a tratar con niños. Conozco centro de acogida infantiles, conozco campamentos de verano, y hasta simples abueletes que ya no se tratan con ellos como antes.

            La realidad más puñetera nos enseña que hay muchos niños, muchísimos, que no cuentan con el afecto y la atención necesarias. En ocasiones se trata de niños con problemas económicos o de integración, otras veces son niños sin familia y otras, las más, niños con padres que trabajan demasiadas horas. Antes estos niños se quedaban con los vecinos, o estaban al cargo de los viejos.

            Ahora, a nivel particular, nadie quiere arriesgarse a ser afectuoso con un niño por miedo a meterse en problemas. Y nivel institucional, menos aún. Hablen con asistentes sociales, o con parroquias, o con encargados de campamentos y se lo confirmarán: por la presión que se ejerce, y por el modo en que esta se ejerce, creo que de manera interesada, los niños están afectivamente abandonados, y lo sufren sobre todo los que no tienen un entorno familiar. Lo sufren los más débiles. Otra vez la alevosía.

            Un párroco de cada mil puede ser pederasta, pero los otros 999 no se atreven ya a tratar con afecto a los menores. Un monitor de campamento de cada mil, puede ser pederasta, pero los otros 999 prefieren mostrarse fríos y distantes con los chavales. Un abuelo de cada mil, puede tener malas intenciones con los niños, pero los otros 999 tienen miedo de que los señalen si juegan con los hijos del vecino.

            Y el caso es que creo que se trata todo de una campaña política, bien orquestada, para perjudicar a ciertos colectivos y personas, sobre todo a la Iglesia. Pero la pagan los niños, que las pasan negras, más abandonados, más trtistes, más solos que nunca.

            Así es la mierda de la ingeniería social, y si cambiáis pederastas por constructores, caéis en la cuenta de que lso abusos de unos pocos se han cconvertido en desempleo para muchos y en un recorte brutal de la oferta, que la pagamos todos.

Pero el caso es aplaudir sin pensar. ¿no?

 

 

Los precios de la vivienda aún podrían bajar hasta el 40 %

Quiero y no puedo

Quiero y no puedo

Y no lo dice un agorero cualquiera, sino las industrias cementeras, que algo sabrán de eso.

Según la Asociación de Empresas Fabricantes de Cemento de España (Oficemen) el ajuste podría variar mucho según las zonas, pues mientras en los lugares con más demanda, como las grandes ciudades, el descenso de precios sería sólo del cinco o el seis por ciento, en otras zonas como la costa, donde la mayoría de lo construido son viviendas de recreo, el descenso llegaría casi hasta dejar los precios en la mitad o incluso más en los casos en los que se sobrediomensionó más gravemente la oferta.

Así las cosas, no puedo menos que incidir, una vez más, en mi vieja idea de que el abusivo precio de la vivienda procede en buena parte de esa manía nuestra de convertirnos en masa y dar pro bueno aquello que hacen los demás. Si pensamos que el libro más leído es el mejor, que el disco más escuchado es el de mayor calidad y que la opinión mayoritaria es la correcta, lo lógico es que al final nos acaben sangrando como a gorrinos generando bolsas de lo que se suele llamar sobredemanda.

Por lo visto, antes era un peligro tener opiniones propias, pero ahora, con la crisis, empieza a ser una necesidad. Ir a donde todos van, querer lo que todos quieren y hacer lo que hacen todos, es muy caro.

Lo sabemos, pero no lo aplicamos. Ni los particulares, ni las empresas. Y esa es parte de la raíz de nuestra baja competitividad. Lo hablamos otro día en más profundidad, si os parece.

Mundiales y PIB

Defensa central holandés tratando de estorbar el regreso de la seleccción...

Defensa central holandés tratando de estorbar el regreso de la seleccción...

Me ha gustado la encuesta que propone el administrador de la web sobre la relación entre el PIB y el hecho de que España haya ganado el Mundial de fútbol.

Como siempre, me he unido al voto minoritario y en esta ocasión he votado afirmativamente a la pregunta, proque creo que SI, que la victoria española en Suráfrica va a mejorar el PIB y puede que hasta os ayude a pagar la hipoteca.

Semejante afirmación requiere una explicación y la introducción de un matiz. El matiz es que el efecto será a corto plazo, y no muy grande, pero creo que existirá.

La explicación tiene dos vertientes:

-Por un lado, tenemos que esta crisis tiene una buena componente de expectativas, o percepción del mercado. La economía española va mal sobre todo porque encuentra graves dificultades en el mundo real, pero también porque nuestra visión sobre ella es muy pesimista, lo que contrae la inversión y el consumo. Un subidón de adrenalina como el mundial de fútbol puede limar algunos puntos de pesimismo en nuestra mente colectiva y eso puede ayudar a que se animen a comprar o a invertir los que estaban al filo de la duda.

-Por otra parte, hay un detalle sociológico que muy pocos miran: la sensación de unidad nacional que en el interior y en el exterior se ha dado tras la victoria de España. Si uno de nuestros males es que los inversores exteriores nos ven como un país tribal donde unas regiones se enfrentan con otras, más de uno se lo habrá pensado otra vez al ver por televisión, o en directo, los mares de banderas españolas que han inundado todo el país.

También hay consecuencias sociológicas y políticas, pero de esas no es momento de hablar.

El caso es que dure el buen humor y que, de veras, ayude la cosa un poco.

 

Democracia y trabajo

votante de la empresa en plena reflexión

votante de la empresa en plena reflexión

Hoy quiero que el echemos un poco de imaginación al asunto, por aquello de que el mundo real, del que estoy tratando de hablar últimamente, está formado fundamentalmente por personas.

La dialéctica marxista, que para bien y para mal se ha introducido en nuestras mentes, nos ha acostumbrado a pensar que los patronos pertenecen a la clase patronos y nunca dejan de serlo. Los trabajadores, pro su parte, pertenecen a la clase obrera y nunca dejan de serlo tampoco, a menos que la revolución les dé el poder conduciendo a la sociedad a la dictadura del proletariado.

El proceso intermedio se llama lucha de clases y se expresa en una constante pelea por salarios, derechos y medios de producción.

Sin embargo, en el mundo real, la cosa es diferente. Un trabajador puede tener una idea, ahorrar, pedir un préstamo y convertirse en patrono. Y lo que aún es más grave: a un patrono se le pueden hinchar las narices de tanto sufrir trabas, echar el cierre a la empresa y convertirse en asalariado de otro, o simplemente en clase pasiva, o en turista en las Bahamas.

Las clases, por tanto, no son cuestión genética ni inamovible. Y la solidaridad de clase, menos.

Y ahí es donde yo voy con la pregunta de hoy, que espero no me toméis muy a mal:

Una empresa con 500 trabajadores atraviesa por un mal momento. La patronal propone un referéndum a los trabajadores, con estas dos opciones: O se rebaja el salario un 20 % a todo el mundo, o se despide a 100 trabajadores. De otro modo la empresa no será viable. En la propuesta se incluye también el compromiso de subir el sueldo esa misma cantifdad o recontratar a los 100 despedidos cuando las cosas vayan mejor.

Decidme, por favor, qué opción creéis que ganaría el referéndum y por qué.

Y si alguno se atreve, que diga lo que él o ella votarían.

La cosa va a dar de sí….

 

 

Llegan las hipotecas a la americana (Cara B)

La cosa tiene su truco.

La cosa tiene su truco.

Aprovechando que Edmart Rusan y yo jugamos en el mismo equipo, me permito ofrecer la cara B del mismo tema, por aquello de profundizar en el debate que se planteaba en los comentarios. Su artículo de la semana pasada está perfectamente argumentado, así que no pienso contradecirle, sino solamente ofrecer otra visión, también real, o eso creo.

El sistema americano de hipotecas consiste, como bien explica Edmart, en que el bien y sólo el bien hipotecado, ejerce de garantía para el pago. Eso implica que el banco asume mayores riegos y que si te sale mal la operación podrás respirar en vez de verte ahogado de por vida por el pago de la deuda pendiente.

A mí, como a Edmart y a la mayoría de los lectores y comentaristas, me parece más justo el sistema americano, pues al disminuir el riesgo para el que compra una vivienda y firma una hipoteca, aumentaría la circulación y serían más los que se arriesgasen a salir de casa de sus padres, por ejemplo.

Dicho esto, hay que tener en cuenta que los bancos son los que tienen nuestro dinero, pues manejan el dinero de los ahorradores. Por tanto, os pido que os pongáis en el lugar del banco, y me digáis qué es lo que haríais si alguien, un familiar, un amigo, o quien fuera, os pidiera dinero prestado para comprar una casa y os dijera que en un momento dado, en vez de devolveros el dinero, podía entregaros la casa y dejar la deuda saldada con eso.

Venga, seamos sinceros: ¿qué le diríais? Aunque fuese vuestro hermano: ¿qué le contestaríais?

Lo más probable es que la mayoría de nosotros pidiésemos al que compra el piso que pusiera una importante suma de su parte, de modo que tuviera interés en conservar el piso. Conclusión: con el sistema americano, los bancos, en vez de prestar el 80 % del valor de tasación, prestarían el 50% o el 60 % como mucho.

Además, al aumentar el riesgo de perdidas para el banco, aumentaría el riesgo total de la operación, y como bien sabe todo el que haya echado un ojo a las matemáticas actuariales (las que rigen las compañías de seguros, por ejemplo), un aumento del riesgo implica un aumento automático de la tarifa. Conclusión: con la hipoteca americana, la hipoteca costaría Euribor +5 puntos, por ejemplo.

Resumiendo y para no ser pesado: las cosas no siempre son lo que parecen, y si en Europa se utiliza un modelo hipotecario diferente es precisamente para defender a las clases humildes y darles posibilidades de financiación, pues no hay nada más duro que pertenecer a una clase baja y que nadie te preste un duro, lo que te clava en la clase baja para siempre, sin posibilidad de mejorar. Por eso, se exigen unas garantías tan altas: para que chaya más gente que pueda acceder al dinero, pues de otra manera sólo podría comprar un piso quien tuviese un montón de dinero ahorrado y quien pudiera pagar un tipo de interés escandaloso.

Por lo demás, insisto en que os pongáis en el lugar del banco y que no le pidáis que ofrezca a sus clientes condiciones que nosotros, ninguno de nosotros, ofrecería ni a su propia madre.

Como norma general, no hay mejor método que preguntarse: “esto que pido, ¿estaría dispuesto a darlo yo si me lo pidiesen?”

Cristianismo, creo que le llaman, pero a veces somos tan modernos y tan light que preferimos el budismo.  EM-budismo.

Perdonad la broma y viva España, coño, que somos campeones.