Y fíjate tú que con un título como este hasta yo mismo me habría puesto a temblar, teniendo en cuenta el lío financiero que tenían montado me temería lo peor, pero no, amigo, el hecho de que nos vengan las hipotecas a la americana es algo bueno.
¿Por qué?
La actual ley hipotecaria española establece que el individuo que subscribe una hipoteca lo hace con una garantía personal, es decir, tiene que hacer frente a la deuda que contrae con todos sus bienes, presentes y futuros.
Esto provoca que si te embargan el piso no saldes la deuda con el piso en sí, sino que además de perder el piso mantienes una deuda con el banco.
Imagínate que te concedieron una hipoteca de 100.000 euros basada en la tasación de tu piso en el momento de la concesión, e imagínate que el banco te embarga la vivienda por falta de pago. Pues bien, esta vivienda va a subasta y el precio que suele pagarse por ella es mucho menor que el valor real. Imagínate que se pagan 70.000 euros.
Entonces, aparte de haber perdido tu vivienda le seguirás debiendo al banco 30.000 euros que tendrás que devolver en cuanto tengas oportunidad de ellos.
Pero, ¿cómo funciona en Estados Unidos?
Allí la garantía es el objeto sobre el que se fundamenta el préstamo. Es decir, sólo tienes que responder ante el banco con la vivienda que hipotecas, de forma que si te la embarga tu deuda con el banco queda saldada.
Como te puedes imaginar la situación americana es mucho más ventajosa para el usuario, más ventajosa y más justa, claro está, y parece mentira que hasta ahora nadie se haya puesto manos a la obra para modificarlo.
La proposición de ley ha sido presentada por todos los grupos parlamentarios, salvo el PSOE, que ha votado en contra. Supongo que los socialistas tendrán muchos favores que devolver a las entidades financieras, porque si no es así no comprendo su voto negativo.
De todas formas, no debemos echar las campanas al vuelo todavía, porque de momento sólo es una proposición de ley, y ahora es el Gobierno el que debe redactar la ley correspondiente para que luego la apruebe el Congreso definitivamente (con el paso necesario por el Senado, claro está).
Así que, paciencia, que puede que para la próxima crisis ya lo tengamos resuelto.