Parece que no es oro todo lo que reluce, y a pesar de que las fusiones de Cajas se nos ha presentado como una verdadera joya de la arquitectura financiera, lo cierto es que ahora la agencia de calificación Standard & Poor´s pone el acento en algunas cuestiones que se nos habían escapado y que ahora debemos de prestar atención.
En un informe que ha hecho público esta semana, esta agencia de calificación critica la situación de que las entidades más fuertes hayan decidido quedarse aparte de las fusiones, y que todo el proceso de consolidación se haya realizado entre entidades con problemas previos, los cuáles pueden ser arrastrados a las nuevas entidades consolidadas.
Como siempre, las agencias de calificación dicen las verdades a medias, y aunque tienen parte de razón, también es cierto que les falta la otra parte. Es cierto que algunas Cajas de Ahorros fuertes, como Ibercaja o la Kutxa, se han quedado fuera de todo el proceso, pero otras sí que han participado en diferente grado.
Por otro lado, poco nos tienen que enseñar las agencias de calificación si tenemos en cuenta que durante los años previos a la crisis siguieron ofreciendo un elevado porcentaje a entidades financieras que luego quebraron, o a países que cayeron inmersos en la bancarrota, sin solución de continuidad.
Está bien, sin embargo, tener voces críticas en cualquier sector, porque de la crítica se aprende, pero tampoco podemos seguir al pie de la letra los consejos de estas entidades, ni creernos a pie juntillas todo lo que nos cuentan, más alarmista que otra cosa, si nos atenemos a los hechos pasados.
Es cierto que las Cajas de Ahorros tenían problemas, heredados de gestiones nefastas, pero también es cierto que con la nueva reordenación se está yendo en el buen camino y que con el paso del tiempo las nuevas entidades resultantes acabarán por consolidarse al 100%, evitando así cualquier problema futuro que pueda llegar a aparecer.
Por tanto, escuchar a las agencias de calificación, sí, pero hacerlas caso, no, habida cuenta de los errores que tuvieron en el pasado, y de los que todavía no se han arrepentido.