Agarraos bien los machos, porque la noticia se las trae: los embargos de viviendas se han multiplicado por cuatro en el último trimestre de 2009, alcanzándose la muy dolorosa cifra de 17.200 viviendas embargadas, lo que suponen otros tantos dramas. Cada cual imagine lo que supondría para él que el banco se quedara con su casa, y con eso será suficiente para darse cuenta de que ya no estamos hablando de distintas opiniones, sino de algo mucho más serio.
Para que os hagáis una idea de la magnitud del desastre, os ofrezco algunos datos más: en todo el año 2006 se embargaron 17.635 viviendas, lo que viebe a ser unas 4100 viviendas por trimestre.
Bien, pues sólo en el segundo trimestre de 2009, de marzo a junio, se embargaron 23.704 viviendas. Más del quíntuple. O sea, que en tres meses del 2009 se superó en un 50 % todo lo que se había embargado en un año entero.
Por si esto fuera poco, las previsiones para 2010 son aún peores. Los bancos, que están sufriendo en sus cuentas un porcentaje de morosos de alrededor del 4,5 % esperan que esta cifra llegue al 7 o al 9 % a lo largo de este año. Dicen que van a hacer cuanto puedan para renegociar las deudas y no llegar al embargo, y esta vez es para creerles, por lo mucho que les perjudica a ellos quedarse con las casas, pero nadie sabe si eso será suficiente, ni hasta dónde podrán llegar si el mercado sigue sin liquidez.
O sea, que no es que hablemos de la crisis: es que será ahora cuando verdaderamente se trasladará a la calle, y verdaderamente nos golpeará donde más nos duele.
El drama se está convirtiendo en tragedia.
La fiesta ha terminado. Toca recoger los cristales rotos y pagar al tabernero. Un tipo que dice llamarse Unión Europea y que espera a la puerta con un garrote.
Veremos que hace ZP ante sus argumentos.
Veremos…