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¿La luz al final del túnel?

Parece que todo tiene un final

Parece que todo tiene un final

Últimamente nos estamos encontrando con datos macroeconómicos que ofrecen un soplo de aire fresco a nuestra sostenibilidad como Estado dentro de la Unión Europea y dentro de los parámetros generalmente aceptados como correctos en la economía mundial de hoy en día. Gracias a las palabras de Draghi del pasado jueves todo ha empezado a cobrar otro color y empezamos a animarnos poco a poco.

La prima de riesgo se encuentra por debajo de los 400 puntos, por primera vez desde el pasado mes de abril, el rescate parece ya inminente y todo apunta a que no será tan dañino como en un principio se podía haber pensado, con condiciones macroeconómicas estrictas, pero con la ventaja de que será España, y no la Unión Europea, la que podrá tomar sus propias decisiones.

Este hecho no es para nada menor, ya que en cualquier caso el Gobierno español siempre mirará por los intereses de sus ciudadanos, más que nada porque son los que al final deciden quien se queda en el Gobierno y quien se va, mientras que los estamentos de la Unión Europea no son más que burócratas, en el buen sentido de la palabra, si es que lo hay, que hablan sobre la calma y tranquilidad de sus propios asientos.

Por tanto, los analistas económicos han empezado a cambiar el rumbo de sus predicciones y a ver cierta salida a la crisis con opciones evidentes de que podamos empezar a plantearnos un futuro de crecimiento económico en un horizonte de relativo corto plazo. El Gobierno de Rajoy parece que ha conseguido lo que estaba buscando en un principio, que era la estabilidad financiera, con lo que ahora se verá si era cierta su estrategia y a partir de ahora comenzamos la senda de la recuperación.

Una recuperación que se comenzará a visualizar en el flujo del crédito y en el crecimiento empresarial, aunque mucho me temo que, como suele suceder en toda recuperación económica, el empleo será la última variable en estabilizarse, ya que las empresas no suelen optar por contratar a nuevos trabajadores hasta que no tienen totalmente seguras las perspectivas de futuro, para evitar así caer en excesivas cargas laborales.

Hipotecas y bandoleros

Economía sumergida

Economía sumergida

Parece que el Gobierno está decidido a reducir el déficit a fuerza de apretar a los que conoce y tiene bien controlados, pero no parece tan dispuesto a mandar de una vez a la guardia civil a las montañas a obligar a bajar a los bandoleros de sus escondites.

Siempre he sido partidario, y aquí lo sabéis de sobra, de que no se gaste de manera sistemática más allá de lo que se ingresa. El déficit no es caridad, ni preocupación social, ni todas esas mandangas que nos quieren vender algunos grupos. El déficit es simplemente gastar más de lo que se ingresa.

También creo que hay que adelgazar las administraciones públicas, y si adelgazarlas no es bastante, hay que amputar por dónde haga falta, a ser posible por todas esas oficinas autonómicas qué gestionan no se sabe qué o gestionan diecisiete veces lo mismo, destruyendo cualquier coordinación, cualquier sinergia, y el deseable principio de unidad de mercado.

Lo que me preocupa, por tanto, no es que se trate de reducir el déficit recortando gastos, o rebajando el sueldo a los pobres funcionarios, sino que se prefiera esa medida a cualquier iniciativa valiente que corte por lo sano con ciertas prácticas, ciertas costumbres, y ciertos mecanismos corrompidos de raíz.

Lo que me joroba es que prefiera subir el IVA a cruza de una santa vez los datos fiscales con los de consumo eléctrico o de gasóleo para saber dónde se está produciendo en negro, donde hay fábricas no declaradas y dónde hay gente trabajando sin darse de alta. En optros tiempos era complicado, pero la informática es magistral precisamente para esas cosas. ¿Por qué no se hace?

¿Por qué no se buscan, una por una, las sociedades públicas que no producen nada y se cierran de un golpe, en vez de bajarle el sueldo a los maestros y las enfermeras? ¿Por qué no se regulan de un golpe los salarios de los políticos poniendo, por ejemplo, que un presidente autonómico no puede ganar más del 75 % de lo que gana el presidente del Gobierno? Y un alcalde, presidente de diputación, un 75 % de un presidente autonómico, y un alcalde, un 75 % de un presidente de diputación… Es sencillo. Y si hay que subirle el sueldo a Rajoy, se lo subimos (que gana menos que el presidente de Endesa, por ejemplo), pero es unió, y no cincuenta mil que se ponen cada cual el sueldo que les da la gana…

Al final, pasa con todo como con nuestra hipoteca. Que si nosotros no pagamos los 500 euros a final de mes, nos embargan y nos desahucian. Y si no paga un partido político sus cincuenta millones de euros, se lo ríen y se lo perdona.

Y ya está bien, carajo…

Se acabó la crisis, ¿o no?

espana

La mejor noticia que podía tener Mariano Rajoy en estos meses de gobierno no ha venido precisamente desde Bruselas, sino desde Ucrania, y nada que ver con temas políticos o económicos, sino más bien desde una perspectiva deportiva, que todo lo puede, y todo lo tapa, hasta el punto de que las noticias económicas, nefastas habitualmente, han pasado a un segundo plano en los medios de comunicación.

Y nadie niega, y menos yo que soy un apasionado del fútbol, que la gesta del equipo nacional ha sido de aúpa, pero ello no debe distraernos, y espero que no lo haga, del camino en el que nos estamos metiendo, un camino que bajo el prisma de una supuesta recuperación económica nos está llevando hacia un rescate que nos va a generar más problemas que otra cosa.

Porque aunque hace unos días hemos celebrado con todo el ardor patriótico el acuerdo de los gobiernos de la Unión Europea, en función del cuál los rescates bancarios irían directamente a través de las entidades financieras, sin pasar previamente por los Gobiernos, con lo que no se convertirían en deuda, y ayudaría a relajar las tensiones de los mercados, lo cierto es que estos cambios legislativos no entrarán en vigor hasta el año 2013, con lo que el rescate a España sí se convertirá en deuda.

Con ello, a pesar de que en el largo plazo podremos estar en una mejor situación gracias a que los bancos no dependerán tanto de sus activos inmobiliarios, lo cierto es que en el plazo más inmediato nos quedamos como estábamos o incluso peor, con los intereses de nuestra deuda disparándose y con la prima de riesgo que aunque amaga con tender a la baja, siempre vuelve a subir antes de que podamos hacer nada por remediarlo.

En definitiva, alegrémonos todos por la victoria de España, pero no olvidemos que, al fin y al cabo, no es más que fútbol, y con esta victoria no se nos arreglan los problemas que tenemos acumulados en nuestra sociedad, tanto de ámbito económico como de índole político, lo cuál nos repercute en un futuro realmente desolador.

Donde digo digo, digo Diego

Ahora digo blanco, y luego ya diré negro

Ahora digo blanco, y luego ya diré negro

La verdad es que el actual Gobierno se está teniendo que comer todas y cada una de sus palabras durante la campaña electoral, e incluso teniendo que rectificar determinadas medidas que ha ido tomando durante estos escasos 6 meses de gobierno.

La última prueba de capacidad tragadera del Gobierno ha venido por parte de la Unión Europea que parece estar obligando al Ejecutivo español a retirar la desgravación por compra de vivienda, sí, sí, esa por cuya eliminación pusieron el grito en el cielo cuando el PSOE la retiró parcialmente, y que luego repusieron nada más llegar al Gobierno.

Parece que no está teniendo los efectos que pensaban que tendrían y se están encontrando con que les está saliendo demasiado cara, es decir, que están teniendo que pagar por desgravación fiscal mucho más de lo que consiguen obtener por los impuestos de las compras de vivienda.

Los expertos económicos ya habían advertido de que era un error volver a recobrar una figura claramente obsoleta y que no aportaría nada nuevo al sistema económico español, más allá de tratar de recuperar las esencias de la burbuja inmobiliaria, aunque con el problema de que el crédito en estos momentos no fluía con la suficiente fuerza.

Una vez más se demuestra que el Gobierno no ha comprendido la dimensión de la crisis. Pensó que con las mismas artimañas de 1996 podría volver a conseguir los mismos resultados, pero no entendió que el sector inmobiliario ya estaba demasiado sobredimensionado y que las empresas públicas de valor ya estaban vendidas al mejor postor.

Con ello, nos encontramos con un Gobierno que está teniendo que dar marcha atrás en todo lo que pensaba, negando la mayor en cada momento e intentando hacer ver a la ciudadanía que es el único camino posible, cuando basta un mínimo de inteligencia para comprender que siempre hay un camino mejor, y éste parte del plan a medio plazo

Un plan que no está teniendo el Ejecutivo, dedicado a gobernar a base de improvisación, exactamente de la misma forma en la que gobernó el gobierno anterior, porque, por mucho que algunos se empeñen, al final todos son iguales.

No lo llamen rescate, llamémoslo chollo

El tijeretazo que se nos viene encima

El tijeretazo que se nos viene encima

Tras varias semanas de rumores repetidos este pasado sábado al fin se consumó la realidad y España será rescatada, bueno, su sector financiero en realidad, bueno, algunas entidades del sector financiero, para ser más certeros, y ya puestos a ser tiquismiquis con la palabra, una línea de crédito en condiciones favorables, como nos quiere vender el Gobierno.

Pero no nos podemos engañar, se trata de un rescate puro y duro, con la salvedad de que no es un rescate directo al Gobierno, sino al sector financiero, pero a poco que arañamos en las condiciones nos quedamos con que el tipo de interés del rescate repercutirá en las cuentas del Estado en forma de déficit, lo cuál obligará al Gobierno a tomar nuevas medidas de austeridad.

Por tanto en los próximos meses podemos estar seguros de que el IVA se incrementará, tal vez al 20%, y se eliminarán muchos productos de IVA reducido, además el mercado laboral se volverá a tocar, las pensiones a debatir y el sueldo de los funcionarios a congelar.

Y, ¿para qué nos servirán todos estos esfuerzos?

Pues si somos rigurosos hay que aceptar que era la única solución posible, por mucho que los miembros del Gobierno la estuvieran negando hasta hace dos días. España no podía seguir endeudándose por encima del 6-7%, porque ello es insostenible, y las entidades financieras españoles con dificultades no tenían capacidad para obtener una liquidez que pudiera ayudarles a salir adelante.

Ahora, con esta línea de crédito podemos encontrarnos con que los mercados vuelvan a confiar en la estabilidad del sector financiero español gracias a esta capacidad de liquidez que tendrán las entidades financieras, lo cuál repercutirá en una mayor solidez del sistema.

Un sistema que, entonces, podrá volver a plantearse la recuperación del crédito para la economía real, para las familias y las empresas españolas, pero, eso sí, no podemos pensar que será una recuperación a corto plazo, más bien al contrario, no antes de 2013.

Por tanto, no es cuestión de que descorchemos el champán, es la menos mala de las noticias y una solución a un problema enquistado, pero todavía nos queda un tiempo de sufrimiento.

En España no confía ni el Tato

Ni ellos confían en nosotros

Ni ellos confían en nosotros

Ya intuíamos todos que la situación estaba mal, o muy mal, pero cada nuevo indicador económico o sociológico no hace sino darnos la razón y convencernos de que no es que España haya perdido credibilidad, es que ya no creemos en ella ni los propios españoles.

Con un valor de 28,4 puntos, el Índice de Confianza del Consumidor se encuentra por debajo de los valores de finales de 2008, cuando todo se veía negro, negrísimo, ante la caída de Lehman Brothers, así que nos podemos imaginar en que momento nos encontramos.

Y todo ello a pesar del cambio de gobierno, con el que nos las prometíamos muy felices, incluso se produjo un incremento del Índice que llegó a superar los 30 puntos, pero por lo que se ve la alegría dura muy poco en la casa del pobre, y nos hemos vuelto a dar de bruces con la cruda realidad.

Una realidad que nos muestra una economía al borde de la recesión, un desempleo en valores tan elevados que ya nos da miedo pronunciarlos en voz alta y unas expectativas de futuro que no aportan nada nuevo ni ninguna nueva esperanza con la que podamos ser optimistas de cara al futuro.

Un futuro que nos habla de congelación total del crédito a todos los efectos, de un sector inmobiliario que no acaba de recuperarse, porque todavía mantiene un stock de viviendas sin vender excesivo, y lo que es peor, en lugares donde la demanda no se recuperará jamás, y unos dirigentes políticos que lo único que influyen es temor a la sociedad sin aportar soluciones reales.

Ante este panorama no me extraña que los ciudadanos españoles hayan ofrecido datos para que el Índice de Confianza del Consumidor, elaborado periódicamente por el CIS, se quede en estos valores paupérrimos que no hacen sino agravar el problema que tenemos.

Sin embargo no nos queda otra que apostar por nuestra economía y por nuestro país, porque no tenemos otro, y si no salimos de esta situación todos juntos, nos acabaremos por hundir, por lo que estamos en la obligación moral, social y económica de apostar por nuestro país.

Buscando el crédito desesperadamente

La que se me viene encima

La que se me viene encima

Jamás una victoria fue tan exigente como la que consiguió este pasado domingo el Partido Popular en las elecciones generales, con una mayoría absoluta que le da margen de maniobra suficiente para tomar todas las medidas que necesite, sin hipotecarse por la necesidad de la consecución de apoyos, lo cuál, a su vez, le genera una elevada exigencia de responsabilidad.

Y es que hasta ahora el Partido Popular se ha movido en la indefinición como estrategia política, una ambigüedad que le ha llevado al poder, pero de la que no podrá hacer uso ahora que está en el, sino que tendrá que tomar decisiones, dolorosas la mayoría, si quiere ayudar a España a salir de la crisis.

Medidas que deben comenzar por la recuperación inminente del crédito, tanto a particulares como a empresas, de forma que pueda servir de base sobre la que construir una economía sólida y en recuperación, alejando los fantasmas de la recesión.

Un crédito que se ha ido perdiendo a medida que las entidades financieras perdían liquidez por los embargos hipotecarios y se enfrentaban a la sequía de los mercados internacionales, que al no fiarse de España se negaban tajantemente a conceder préstamos a las entidades financieras españolas.

Por ello, el Partido Popular se enfrenta a dos objetivos fundamentales ahora que se encuentra en el poder. Por un lado tendrá que conseguir que los mercados internacionales vuelvan a confiar en España, y, por otro lado, tendrá que propiciar la absorción del stock de viviendas vacías que sigue lastrando al sector financiero.

Porque hasta que no se consiga liberar los balances de las entidades financieras éstas seguirán restringiendo el crédito de manera dura, sabedoras de que tienen que mantener su liquidez y no exponerla ante la elevada tasa de morosidad que sigue golpeando a la economía española.

En definitiva, nos enfrentamos a un comienzo de la legislatura que promete con ser apasionante, con un partido nuevo en el poder que ya no se podrá ocultar nunca más y con todos los agentes económicos a la expectativa por las nuevas medidas que éste pueda llevar a cabo en pos de la recuperación económica.

El Euríbor a la expectativa de la primera decisión de Draghi

La sonrisa que todo lo sabe

La sonrisa que todo lo sabe

Parece que el Euríbor, como espectador de lujo que es, está pendiente de la primera decisión de Mario Draghi al frente del Banco Central Europeo que se producirá en el día de hoy, y para la que sólo quedan dos alternativas, o bien mantiene los tipos en el 1,50% o bien aprueba una rebaja de un cuarto de punto hasta el 1,25% (una subida es absolutamente impensable por la irresponsabilidad que ello supondría).

Todos los expertos coinciden en afirmar que lo que la economía europea necesita en estos momentos es una reducción de tipos que ayude al dinamismo de la economía, pero ya sabemos todos que las preferencias del BCE suelen ir por camino opuesto a las necesidades de la sociedad en todo aquello que no sea la lucha por el control exhaustivo de la inflación.

Una inflación que ahora parece ser la última preocupación de la economía de la zona Euro, más interesada en luchar contra el colapso generalizado que está sufriendo a todos los niveles. Sin embargo, Draghi pasa por ser una continuidad casi clónica de Trichet, por lo que hay pocas esperanzas de que la política del BCE se vea modificada con su mandato.

De momento, durante el mes de octubre hemos experimentado una estabilidad casi absoluta, ya que la primera cotización del mes se situó en el 2,085%, mientras que la cotización media del mes se situó en el 2,11%, es decir, poco más de 0,02 puntos porcentuales de crecimiento en todo el mes.

Un crecimiento que, comparado con el mes de septiembre se situó en los 0,04 puntos porcentuales, y, lo que es más importante, si lo comparamos con el mes de octubre de 2010 se incrementó en 0,6 puntos porcentuales, lo que supone un incremento en cuota mensual de unos 45 euros, para una hipoteca media, es decir, 540 euros extrapolados al conjunto de los 12 meses del año.

Se trata, en definitiva, de un incremento menor del que se ha venido experimentando en los últimos meses y que llena de optimismo a las familias hipotecadas ante una posible estabilidad en los próximos meses, lejos de las opciones del 2,5% que se venían barajando hace unos meses atrás.

El precio de la vivienda sigue en caída libre

Seguimos en caída libre

Seguimos en caída libre

Otro trimestre más, y ya hemos perdido la cuenta de los que van, el precio de la vivienda ha vuelto a arrojar datos negativos, con una caída, esta vez del 5,2%, con respecto al segundo trimestre del año pasado y del 1,4% con respecto al primer trimestre de este mismo año.

Concretamente, el precio medio del metro cuadrado en nuestro país se ha situado en 1.752,10 euros, un valor similar al que teníamos allá por el año 1995, cuando también pintaban bastos en nuestra economía, lo que supone un descenso del 16,6% con respecto al precio medio que teníamos cuando comenzó la crisis, en el año 2008.

Estos datos, ofrecidos por el Ministerio de Fomento, son algo más optimistas de los que manejan consultoras independientes que fijan la caída de precios de la vivienda por encima del 20%, pero en general apuntan a la misma dirección, a un escenario de ajuste del mercado.

Un ajuste que se está haciendo de manera lenta y pausada, ya que los propietarios, ya sean propietarios o promotores profesionales, no están dispuestos a rebajar en exceso el precio para no perder un dinero excesivo. Lo que parece evidente es que el margen de ajuste todavía es grande.

Sin embargo, este ajuste de precios no es igual en todas partes. Por ejemplo, en San Sebastián todavía se mantienen valores desorbitados en el precio por metro cuadrado (3.660,60), al igual que en Sant Cugat del Vallés (3.427,4 euros por metro cuadrado). En el otro extremo, en el ámbito de los municipios más económicos aparece Tomelloso, con poco más de 800 euros por metro cuadrado.

En cuanto al desglose por regiones nos encontramos con que el ajuste más duro se sigue produciendo en Murcia, con una caída del 8,4%, y Madrid, con el 7,9%, y es que la Comunidad Autónoma de Madrid sigue sufriendo el afán constructor que se disparó en la Comunidad con la burbuja inmobiliaria y que llevó a explorar lugares inexplorables en términos de construcción inmobiliaria.

En definitiva, que cuando deberíamos de estar en la fase final del ciclo recesivo estamos todavía en valores de ajuste, lo cuál nos hace pensar que todavía nos queda mucho, muy mucho, antes de que veamos crecer los brotes verdes.

La deriva izquierdista de Rubalcaba

¿Próximo Presidente del Gobierno?

¿Próximo Presidente del Gobierno?

Fíjate tú que ahora resulta que Rubalcaba es un peligroso izquierdista y nosotros no nos habíamos dado cuenta, y mira que habíamos tenido oportunidades, porque años, lo que se dice años, lleva unos cuantos en el poder ocupando diferentes posiciones, pero hasta ahora se había mostrado siempre como un hombre comedido y conciliador.

Sin embargo, ha sido ocupar el puesto de candidato socialista a las próximas elecciones generales e iniciar a desandar el camino andado por Zapatero, tratando de recuperar al votante de izquierda, ése que se ha quedado fuera de la retórica socialista neoliberal del último año.

Rubalcaba, que de esto sabe un rato, quiere paliar la pérdida de votos que su partido sufrió en las últimas elecciones autonómicas y municipales para lo que ya ha comenzado una campaña de reclamo para movilizar a esa parte de su electorado.

Y ha comenzado de la manera más sencilla, con algo que siempre funciona como es el ataque a las entidades financieras, responsabilizándolas de todo lo que ha sucedido en estos años debido a su irresponsabilidad al medir los riesgos de las hipotecas que concedían, tanto por la dificultad de pago de sus clientes como por el exceso de capital prestado sobre el valor de tasación.

No diremos que le falta razón a Rubalcaba, pero se olvida de la cuota de responsabilidad del ciudadano, a la que no hará mención, por supuesto, para no perder ni un solo votante. Porque tanta responsabilidad tiene la entidad que concede una hipoteca con demasiado riesgo como el ciudadano que la toma sin plantearse el futuro.

En cualquier caso, no me extrañaría que en los próximos meses Rubalcaba comenzara a solicitar la dación en pago como la medida que puede resolver todos los problemas de los ciudadanos españoles. De momento, ya ha anunciado que conoce la manera de acabar con el desempleo en nuestro país.

Ahora todo es cuestión de que nos acabemos de creer si las palabras de Rubalcaba son pura retórica, o si en su discurso hay algo de fundamento al que aferrarnos de cara al futuro, desolador tanto si gana uno como si gana otro.

La hipoteca como síntoma y medidor de la reactivación

Reunión de banqueros mundiales.

Reunión de banqueros mundiales.

Para muchos de nosotros la hipoteca es un problema en sí mismo, y basta con eso para que nos interesemos por su evolución, por el Euribor o por las distintas condiciones que nos imponen para concederla, renovarla, o subrogarnos. O sea, que la hipoteca no es síntioma de nada, sino la enfermedad en sí, y bastante tenemos con curarnos de ella como para encima ponernos a mirarla a la lupa.

Pero el mercado hipotecario es también un buen indicador del momento en que se recuperará la economía y nuestro conocimiento de ella, aunque sea a la fuerza, nos ayuda a comprender cómo van a ir otros sectores.

El mercado hipotecario es el más seguro y el que más garantías ofrece a los bancos de recuperar su dinero. Os puede parecer una broma que diga esto, pero como en España no está aceptada la dación en pago, el que se hipoteca responde de su deuda con la casa y con sus bienes presentes y futuros, así que no se puede pedir más garantía.

Mientras el mercado hipotecario esté flojo, podemos entender que la liquidez bancaria está por los suelos, y sin liquidez bancaria no hay modo de crear empleo ni hacer despegar la economomía, más que nada porque no hay quién se anime a crear una empresa sólo con sus ahorros, ni modo de sostenerla con esa sola financiación.

Porque lo cierto es que todos o casi todos pensamos que el principal problema de este país es el paro. ¿Y cómo se va a crear empleo si se deniegan las líneas de crédito a los pequeñas empresas?, ¿cómo se va a crear actividad y empleo si no se puede financiar ninguna nueva actividad ni ninguna ampliación de la ya existente?

El desempleo, amigos, proviene en este caso de la falta de respaldo financiero. Y la falta de respaldo financiero proviene de muchas cosas, demasiadas, pero hay algo que desde nuestra humilde condición de hipotecados o demandantes de hipoteca podemos ver perfectamente, mucho mejor incluso que los políticos: que si la hipoteca se endurece, el paro aumenta. Que si las hipotecas se complican, la economía no se recupera.

Así que, por favor, viendo lo que hay y todos conocemos en el mercado hipotecario, permitidme que no sea aún demasiado optimista sobre las posibilidades de recuperación para los próximos meses.

Aún no. Más adelante, ya veremos. Y que no le dé al BCE por subir los tipos d einterés, que entonces sí que la hemos armado…

Medida sustitutiva de la dación en pago

Cómo para volverse uno loco

Cómo para volverse uno loco

Las asociaciones de hipotecados están iniciando una campaña para promover alternativas sustitutivas de la dación en pago, ante la constante negativa de la clase política a implementar la dación en pago como método resolutorio en casos de embargo hipotecario.

Y la medida que más adeptos está ganando en las últimas semanas es la del alquiler como sustituto del embargo hipotecario, de manera que los titulares hipotecarios incapaces de pagar sus cuotas mensuales se quedarían a vivir en las viviendas de su propiedad, que ahora sería del banco o caja, a cambio de un alquiler.

La ventaja es que el alquiler sería más bajo que la cuota hipotecaria, con lo que sí podrían hacer frente a su pago, y que se evitaría el drama social del desahucio, ya que la familia no tendría que desplazarse a otro domicilio, manteniendo su arraigo y sus pertenencias.

Por otro lado, con esta medida las entidades financieras consiguen obtener un ingreso de un pasivo que tienen paralizado, con lo que el daño que las viviendas embargadas estaban produciendo en sus balances se reduciría de manera drástica, aliviando algo su carga financiera.

Uno de los puntos de mayor polémica estaría en la obligación de compra del contrato de alquiler, es decir, estipularía que los inquilinos estarían en obligación de adquirir la vivienda en la que están viviendo una vez que sus condiciones económicas mejoraran y estuvieran en condiciones de hacerlo, eso sí, con una hipoteca de la propia entidad financiera.

La polémica radica en la determinación del momento en el que la familia pueda estar en situación de recomprar la vivienda de la entidad financiera por la mejoría de su situación económica, ya que habría que determinar con exactitud el momento y las condiciones para ello.

En cualquier caso, esta propuesta es un excelente punto de partida para construir una solución a un problema que se está enquistando en nuestra sociedad, sin que ni políticos ni agentes económicos estén siendo capaces de encontrarle solución, más preocupados, como están por mantener sus puestos de responsabilidad al precio que sea y pasando por encima de quien tengan que pasar en cada momento determinado.