Cada vez leo más cosas y escucho más comentarios sobre gente que se está planteando usar la hipoteca como arma defensiva, una modalidad que casi nadie conoce y que, aunque arriesgada, podría marcar la diferencia entre quienes la usen y quienes no lo hagan. Diferencia para bien o para mal; ya se verá.
En estas páginas solemos hablaros de hechos consolidados con sus distintas posibilidades y sus mecanismos, pero no está de más que se hable, por una vez, de una posibilidad alternativa, aunque dejando bien claro que no se aconseja a nadie utilizarla (ni tampoco no hacerlo).
La hipoteca defensiva consiste en aprovecharse de dos expectativas: el tipo de interés superior del mercado financiero al hipotecario y la mayor seguridad de los bienes de mercado frente a los nominales.
Tranquilos, que me explico.
Punto primero, rentabilidad superior al coste hipotecario: en los mercados financieros, especialmente en la bolsa, es fácil conseguir rentabilidades superiores al coste de una hipoteca. Tiene sus riesgos, por supuesto, pero hay una serie de valores, incluidos algunos fondos garantizados, que ofrecen una rentabilidad muy superior al tipo de interés hipotecario. Por tanto, si hipotecamos una vivienda y reinvertimos lo que nos den en alguno de esos valores, podremos pagar tranquilamente la cuota de la hipoteca y nos quedaremos con una diferencia que puede ser bastante jugosa. Un ejemplo típico, aunque no el único ni quizás el mejor: obtenemos 300.000 euros de hipotecar un vivienda, y los reinvertimos en Abertis, la compañía de infraestructuras. Pagamos un 2,5 % al año por la hipoteca y obtenemos alrededor de un 7,5 % entre dividendo en metálico y ampliación liberada. Total, ganamos 15.000 euros al año con la jugada. La posibilidad de que esta empresa baje un año y nos haga perder, es relativamente alta, pero la probabilidad de que baje al cabo de treinta años, es mínima. La elección de la empresa ha sido casi alearoria; las hay mucho mejores, pero este no es un foro de bolsa.
Punto segundo, mayor seguridad de los activos frente al nominativo. Si como algunos creen, o creemos, la devaluación monetaria será inevitable para sufragar los déficits públicos de toda la zona Euro, es mejor tener el dinero invertido en algo que reaccione casi automáticamente a la devaluación subiendo de precio, mientras el dinero que se debe es nominal. O sea, que si hipotecamos una viuvienda en 300.000 euros y los invertimos en acciones, estas subirán automáticamente, o casi, ante una devaluación, y el valor de lo que debemos descenderá, porque al deuda la tenemos en términos nominales, es decir, en una cantidad fija de unidades monetarias con independencia de lo que esas unidades monetarias valgan. Todo el mundo sabe que cuando la devaluación Argentina (o la alemana, que es igual pero a lo bestia) muchas familias se arruinaron y casi todo el mundo perdió sus ahorros. Lo que se suele mencionar menos a menudo es que los que tenían deudas las pagaron con nada.
Combinad el punto uno con el dos, y sacad vuestras propias conclusiones. Esa es la hipoteca defensiva, una forma de hipotecarse con una mentalidad distinta.