Como estamos empezando la semana santa, aunque para muchos la santidad y las vacaciones no empiezan hasta el miércoles, me parece momento de escribir un artículo lleno de coronas de espinas.
De un tiempo a esta parte vemos en esta web y en todos los demás medios de comunicación españoles una serie de campañas contra las condiciones hipotecarias, contra las cláusulas suelo o a favor de la dación en pago para liquidar nuestras deudas hipotecarias.
A mí me parece todo muy bien, y haría el pino puente si consiguiera librarme de la mía, pero tengo que decir que no me parece serio, y que esta clase de campañas nos retratan aún mejor que las hipotecas que firmamos.
Nos retratan como una sociedad infantil que cree que el Estado debe gestionar los negocios de los particulares pues estos no son capaces de leer o entender la letra pequeña de lo que firman, aunque lo que firmen les vaya a vincular para toda la vida.
Nos retratan como una sociedad inmadura y analfabeta que prefiere arriesgar el trasero a informarse, que prefiere colgarse a leer, que prefiere firmar cualquier cosa a preguntar a quien sepa.
Nos retratan como una sociedad que en el fondo no cree en el compromiso, en las reglas del juego ni en la responsabilidad de lo hecho. Si compré un piso y gano el doble, genial. Y si compré un piso y no lo puedo pagar, me jodo. Y lo mismo vale para los bancos. Pero aquí no hay nada de eso: aquí el particular que la cagó quiere entregar el piso para saldar la deuda y el banco que se metió en el riesgo que no debía quiere que lo rescatemos.
Mi respuesta es no: desahucio para los particulares y quiebra para los bancos, a ver si de una vez espabila el que la hace. A ver si de una vez podemos convencernos de que no hay acción sin consecuencia. A ver si de una vez, en suma, nos convencemos de que democracia es soberanía, y soberanía es responsabilidad.
Y si la gente no sabe, no entiende, no se atreve, no pregunta y no se informa, por lo mnos que no vote, y así al menos no estaremos en manos de zopencos que no saben gobernarse a sí mismos con lo que firman y nos gobiernan a todos con lo que votan.