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La dación en pago temporal, la propuesta de moda

Una ventana de esperanza a los hipotecados

Una ventana de esperanza a los hipotecados

Como todo en la vida, los debates sociales también se mueven por modas y ahora estamos de lleno en la moda de la dación en pago temporal que ha sido propuesta desde diferentes puntos como una solución que podría evitar el drama social de las ejecuciones hipotecarias.

Esta dación en pago temporal no sería más que abrir un espacio de tiempo en el que los hipotecados pudieran acogerse a la dación en pago, de manera que pudieran entregar su vivienda a cambio de cancelar la deuda hipotecaria mantenida con la entidad financiera.

Pero la dación en pago temporal no sería barra libre para todos, sino que sería selectiva, de manera que los hipotecados que quisieran acogerse a ella tendrían que cumplir una serie de requisitos económicos, por lo que estaríamos hablando de una dación en pago temporal y selectiva.

Con esta figura se pretendería resolver los casos más extremos y problemáticos, de forma que las familias con mayores problemas financieros estuvieran en disposición de entregar su vivienda, cancelar su deuda y poder empezar de cero.

Sin embargo, no han faltado voces en contra de esta propuesta, ya que consideran que podría incentivar la morosidad. En un momento en el que el valor real de mercado de muchos inmuebles está por debajo de la deuda hipotecaria mantenida a muchos hipotecados les compensaría entregar la vivienda a cambio de cancelar la deuda, aunque su situación económica no fuera extrema.

Esta sería, por otro lado, la única manera que las entidades financieras podrían llegar a aceptar, aunque a regañadientes, una dación en pago retroactiva, es decir, aplicable a hipotecas ya formalizadas.

Incurrirían en pérdidas, no hay duda, pero podrían ser compensables con el hecho de evitar el desprestigio en el que están incurriendo por las imágenes dramáticas que vemos en televisión un día sí y otro también sobre desahucios de familias sin recursos.

En cualquier caso es un buen punto de partida para iniciar un debate social de altura sobre las modificaciones que se pueden aplicar a la legislación hipotecaria, un debate que habrá que ver hasta donde llega, si es que acaba llegando a algún lado.

No se puede ganar siempre

Unas veces se gana y otras se pierde

Unas veces se gana y otras se pierde

Está claro que no se puede ganar siempre y aunque llevaban una racha formidable, esta semana la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y los ‘indignados’ del 15-M han fracasado en su intento de paralizar un nuevo desahucio en la calle Virgen del Lluc.

De hecho más que de un nuevo desahucio se trataba de un desahucio por partes, ya que el pasado día 6 de julio ya se intentó paralizarlo, aquella vez con éxito. Los residentes en la vivienda son una madre con sus dos hijos, uno de los cuáles cuenta con el 77% de discapacidad, y los portavoces de las plataformas han criticado el hecho de que las mismas entidades que reciben dinero del FROB, es decir, dinero público, luego ejecuten sus hipotecas (el desahucio atendía a una hipoteca de Caja del Mediterráneo).

Pero lo sorprendente de este desahucio no paralizado no es tanto el éxito o no éxito de la reivindicación, sino el hecho de que la policía haya actuado por primera vez en contra de los agrupados para la paralización del desahucio, lo que puede marcar un cambio de tendencia en la manera de actuar de la policía.

Sin duda, el debate está planteado en la calle y cada cuál puede obtener sus propias conclusiones. Nadie duda de que echar de su casa a una madre y a sus dos hijos es un drama social con el que todos nos solidarizamos, pero también debemos de entender que existen unas leyes que deben de ser cumplidas por todos, sin excepción, tanto a la hora de la formalización de los contratos como en el momento de atender a las consecuencias de los mismos.

En cualquier caso, lo que está claro es que las plataformas de Afectados por la Hipoteca y del 15-M seguirán luchando por defender sus reivindicaciones que pasan por la dación en pago a la hora de ejecutar la hipoteca y por una moratoria temporal que permita aligerar la carga que se está sufriendo en la economía familiar de los ciudadanos españoles como consecuencia de la crisis y de las excesivas tasas de desempleo que siguen apareciendo mes a mes, más allá de la posible estacionalidad veraniega.

Bankinter aprovecha que el Pisuerga pasa por Valladolid

Ahora que el Pisuerga pasa por Valladolid

Ahora que el Pisuerga pasa por Valladolid

La entidad financiera Bankinter quiere aprovechar que el Pisuerga pasa por Valladolid para quedar a bien con los indignados del 15M a los que ha lanzado su Hipoteca Sin Más, un producto hipotecario que incluye la dación en pago en su articulado, de forma que en caso de embargo la deuda queda zanjada con la entrega de la vivienda.

Así dicho, la verdad es que suena bien, y lo primero que nos viene a la cabeza son las amenazas de la patronal bancaria sobre el encarecimiento que se produciría para los clientes, tanto en términos de diferencial sobre el Euríbor, como en endurecimiento de los requisitos y comisiones cobradas.

Ante ello, Bankinter sostiene que no será así, que la Hipoteca Sin Más tendrá unas condiciones similares a las del resto de sus productos hipotecarios y unos requisitos que se moverán en la misma línea de riesgo que éstas, sin que se incurra en ningún exceso adicional por el hecho de llevar la dación en pago en el articulado.

Ahora bien, cuando se le pregunta a Bankinter por una mayor concreción en las condiciones de esta Hipoteca Sin Más, la entidad financiera no quiere saber nada y se remite a lo anunciado sin querer dar cifras exactas de lo que nos acabará costando esta hipoteca a los ciudadanos.

Y ahí es donde está la trampa, o al menos eso pensamos muchos. Bankinter quiere atraer a sus sucursales a los potenciales hipotecados para negarles la Hipoteca Sin Más, basándose en cualquier estudio de riesgos que se quieran inventar, con el objetivo de derivarles a sus productos hipotecarios tradicionales.

Se trata, por tanto, de un ejercicio de marketing burdo y bastante barato, aunque sin duda, efectivo, porque ha conseguido que todos estemos hablando de Bankinter en estos días. Y es que, si fueran en serio habrían puesto sobre la mesa todos los datos concretos, sin andarse por las ramas.

El hecho de que hayan lanzado la campaña antes de tener el producto preparado no hace sino convencernos de que es puro continente, pero nada de contenidos, un ejercicio de prestidigitación que no se cree nadie.

Tú también, Senado (le dijo la dación en pago a los políticos)

El Senado también falla a los que apuestan por la dación en pago

El Senado también falla a los que apuestan por la dación en pago

Imitando a su hermano mayor, o menor, o lo que sea, el Senado también ha rechazado la propuesta del BNG para implantar la dación en pago en el ordenamiento jurídico español, y lo ha hecho de la misma forma que sucedió en el Congreso de los Diputados, es decir, con el voto en contra del PSOE y las abstenciones de PP y CiU.

Supongo que a partir de ahora el BNG dejará de pedir la dación en pago por activa y por pasiva, y se conformará con dejar las cosas como está, o a lo mejor no, a lo mejor sigue haciendo retórica política. Los que han votado en contra, por su parte, se conforman con poner sobre la mesa el incentivo fiscal para las hipotecas de responsabilidad limitada que se aprobó la semana pasada en el Parlamento.

En cualquier caso, y vista la situación de permanente reivindicación en favor de la dación en pago, creo que todos, como ciudadanos deberíamos de plantearnos si realmente queremos esta figura en nuestro ordenamiento, o si se trata sólo de una solución que vemos en una situación de emergencia nacional.

Porque todos debemos de tener claro que la dación en pago provocará hipotecas más caras y menor porcentaje sobre el valor de tasación. Eso es un hecho que debemos de aceptar, porque se da en países que, como Estados Unidos por ejemplo, tienen implantada la dación en pago.

Los diferenciales aplicados son mucho más elevados, y mientras que en España estamos pagando un 3%, aproximado, en nuestras hipotecas hoy, en Estados Unidos están por encima del 6%, ¿estaríamos dispuestos a pagar un 6% de interés en nuestras hipotecas?

Yo, particularmente no.

De la misma forma, si ahora nos parece poco que nos ofrezcan el 80% del valor de tasación como cantidad máxima (salvo excepciones que puedan llegar al 100%), con la dación en pago será muy difícil que la entidad bancaria se arriesgue a superar el 70%. ¿Estaríamos dispuestos a obtener sólo un 70% de financiación sobre el valor de tasación?

Yo, particularmente no.

Entiendo el drama social que están suponiendo los embargos y los desahucios, pero no creo que la dación en pago sea la solución. Prefiero hipotecas baratas sobre la responsabilidad de los ciudadanos, que hipotecas caras para penalizar la irresponsabilidad de los mismos.

Medida sustitutiva de la dación en pago

Cómo para volverse uno loco

Cómo para volverse uno loco

Las asociaciones de hipotecados están iniciando una campaña para promover alternativas sustitutivas de la dación en pago, ante la constante negativa de la clase política a implementar la dación en pago como método resolutorio en casos de embargo hipotecario.

Y la medida que más adeptos está ganando en las últimas semanas es la del alquiler como sustituto del embargo hipotecario, de manera que los titulares hipotecarios incapaces de pagar sus cuotas mensuales se quedarían a vivir en las viviendas de su propiedad, que ahora sería del banco o caja, a cambio de un alquiler.

La ventaja es que el alquiler sería más bajo que la cuota hipotecaria, con lo que sí podrían hacer frente a su pago, y que se evitaría el drama social del desahucio, ya que la familia no tendría que desplazarse a otro domicilio, manteniendo su arraigo y sus pertenencias.

Por otro lado, con esta medida las entidades financieras consiguen obtener un ingreso de un pasivo que tienen paralizado, con lo que el daño que las viviendas embargadas estaban produciendo en sus balances se reduciría de manera drástica, aliviando algo su carga financiera.

Uno de los puntos de mayor polémica estaría en la obligación de compra del contrato de alquiler, es decir, estipularía que los inquilinos estarían en obligación de adquirir la vivienda en la que están viviendo una vez que sus condiciones económicas mejoraran y estuvieran en condiciones de hacerlo, eso sí, con una hipoteca de la propia entidad financiera.

La polémica radica en la determinación del momento en el que la familia pueda estar en situación de recomprar la vivienda de la entidad financiera por la mejoría de su situación económica, ya que habría que determinar con exactitud el momento y las condiciones para ello.

En cualquier caso, esta propuesta es un excelente punto de partida para construir una solución a un problema que se está enquistando en nuestra sociedad, sin que ni políticos ni agentes económicos estén siendo capaces de encontrarle solución, más preocupados, como están por mantener sus puestos de responsabilidad al precio que sea y pasando por encima de quien tengan que pasar en cada momento determinado.

Saber lo que se pide o pedir lo que se sabe

Vamos por partes

Vamos por partes

Como diría Jack el destripador, vamos por partes. Por un lado, es evidente que la dación en pago es una opción más que plausible, y que garantiza que cualquier titular hipotecario salga bien parado de una situación de embargo, ya que con la entrega de la vivienda daría por finalizada la deuda con la entidad financiera.

Por tanto, es evidente, y el que no lo quiera ver es porque los intereses creados le ciegan la vista, que la dación en pago es una ventaja para los hipotecados y una desventaja para las entidades financieras, lo que explica que unos la pidan y los otros la nieguen.

Sin embargo, como todo en esta vida, las decisiones no son neutras, siempre acarrean una consecuencias en forma de contradecisiones por la parte que se ve perjudicada por la decisión que se tomó. Y, como no podía ser de otra forma, la implantación de la dación en pago en nuestro ordenamiento jurídico hipotecaria traería consigo una serie de reacciones por parte de las entidades financieras.

En primer lugar, dejarían de financiar las viviendas al 80% del valor de tasación. Sabedores de que dependerán del valor del inmueble en el momento del embargo para poder saldar la deuda de su cliente, se cubrirán las espaldas reduciendo ese porcentaje, seguramente al 60%, pudiendo llegar al 70% en momentos de bonanza. Así que, como primera consecuencia tenemos menos dinero financiado y, por consiguiente, menos ciudadanos con posibilidades de comprarse una vivienda.

Pero, por otro lado, las entidades financieras tendrán un mayor riesgo de pérdida real de dinero. Por ejemplo, en una situación como la actual, con depreciación de los inmuebles, y falta de mercado para la venta de los mismos, las pérdidas serían terribles. Por ello, se cubrirían las espaldas subiendo sus márgenes de ganancia, ¿qué significaría esto?, mayores diferenciales.

Con mayores diferenciales aplicados sobre el valor del Euríbor, los hipotecados se encontrarían con un tipo de interés más elevado para sus hipotecas, lo que dificultaría aún más el pago de la cuota mensual y las posibilidad de llegar a fin de mes de manera desahogada.

Por tanto, con la dación en pago habría menos hipotecas y más caras, ¿estamos dispuestos a admitirlo? O mejor dicho, ¿los que claman por la dación en pago están dispuestos a aceptar estas condiciones de juego?

Yo, por mi parte, apuesto por mantener las cosas como están, con hipotecas baratas y al alcance de todos, unido, eso sí, a la responsabilidad tanto individual como corporativa, por parte de las entidades financieras.

Zapatero y la dación en pago, ¿insinuación electoral o promesa velada?

Tú me das el piso y yo te cancelo la hipoteca

Tú me das el piso y yo te cancelo la hipoteca

Todos sabemos que los mítines electorales son muy dados al exceso, al histrionismo y al prometer todo lo que se pueda prometer, que de cumplirlo ya veremos. Pues bien, en uno de sus últimos mítines electorales, Zapatero insinuó la posibilidad de incluir la dación en pago en la legislación hipotecaria actual.

No pronunció el concepto maldito, a ello no se atrevió, pero sí dijo que el Gobierno estaba trabajando para solucionar el problema de los embargos hipotecarios, y descartadas las opciones de nuevas modalidades de moratorias, habida cuenta del nefasto resultado de la ya planteada por el gobierno, y sin margen por parte de las entidades financieras para incluir nuevos períodos de carencia, todo apunta a la aparición de la dación en pago en nuestra legislación hipotecaria.

Ahora bien, si lo había pensado antes de las elecciones, está claro que después de la debacle que ha sufrido el partido socialista, puede que Zapatero haya decidido guardar esta opción en el cajón ya que ante la debilidad con la que se presenta ante el año de legislatura que le queda, no creo que se atreva a echarse encima a todo el sector financiero, contrario a la dación en pago.

Otra opción es que el PSOE, no ya Zapatero, se guarde la bala de la dación en pago en la recámara para la campaña electoral de las elecciones generales, ante las que tendrá que presentar, sin duda, un programa revolucionario y claramente progresista, al menos si quiere amortiguar la caída.

En cualquier caso, esta insinuación de Zapatero ha hecho saltar las alarmas del sector financiero, que ha vuelto a poner de manifiesto las consecuencias negativas que, en principio, tendría la implementación de la dación en pago en el articulado de los contratos hipotecarios.

Estas consecuencias negativas se centran en la reducción del porcentaje sobre el valor de tasación de la vivienda que concedería el banco, reduciéndose al 60-70%, y al incremento del diferencial sobre el Euríbor que tendría que pagar el cliente mes a mes.

Ello reduciría el número de familias con posibilidad de adquirir una vivienda, aunque, a su vez, serviría de filtro para evitar las situaciones dramáticas que hemos vivido durante la crisis.

El engañabobos de Esperanza Aguirre

Yo te engaño, tú me votas, y todos contentos

Yo te engaño, tú me votas, y todos contentos

Dónde dije digo, digo diego, pero como dije digo, gano votos, y al decir diego, ya no los pierdo, así de sencillo es el silogismo argumental de Esperanza Aguirre durante su campaña electoral. Si el martes en los desayunos informativos de Europa Press dijo que aplicaría la dación en pago cuando fuera reelegida, luego el miércoles, en Telecinco, reconoce que no tiene competencias para ello.

Pero a nadie le importa, y menos a ella, la única realidad es que ha conseguido que en el electorado cale la idea de que ella quiere defender a los más desfavorecidos y como prueba su apoyo a la dación en pago, una figura jurídica ante la que ella misma votó en contra en el Parlamento, ¡qué venga Dios y lo vea!

El problema es que este engañabobos que practican todos los políticos, no sólo Esperanza Aguirre, dura toda la campaña electoral, durante la cuál tenemos que escuchar barbaridades carente de todo rigor, y este año, como no podía ser de otra manera, ha tocado el tema hipotecario de lleno.

Aprovechando el sufrimiento de las familias hipotecadas de este país, los políticos se han lanzado al barro y han comenzado a prometer el oro y el loro, para sensibilizar a los ya hipersensibilizados potenciales votantes con una hipoteca a cuestas que no pueden pagar.

Unos dicen que pagarán las cuotas a los parados, otros que conceden una moratoria hipotecaria, los de más allá que déjate de hipotecas y os pongo un alquiler a precio coste, y los otros que te quieren crear un banco público para que de hipotecas a todo el mundo, vamos como las Cajas que los otros quieren cargarse, en definitiva, un galimatías que durará lo que dure la campaña.

Lo peor es que entre tanto ruido nadie se esfuerza en proponer algo coherente, algo con un poco de rigor que pueda sacarnos las castañas del fuego a nosotros, los pobres ciudadanos que cada mes tenemos que seguir pagando nuestras cuotas hipotecarias sin solución de continuidad, para los políticos no somos nadie, sólo un voto que conseguir y una reivindicación que olvidar tan pronto como consigan el poder.

No es oro todo lo que reluce con la dación en pago

Dación en pago sí, pero mucho ojito a las consecuencias

Dación en pago sí, pero mucho ojito a las consecuencias

Visto por encima, parece que la dación en pago es una gran alternativa a la situación de embargo hipotecario, ya que permite saldar la deuda con la simple entrega de la vivienda, sin quedarse con una deuda por tiempo indefinido con la entidad bancaria. Sin embargo, ¿cuáles son los inconvenientes que traería la dación en pago?

Tanto la clase política como las entidades financieras se están afanando en mostrarnos todos los inconvenientes que la dación en pago traería consigo, y razón no les falta, así que es conveniente conocerlos para poder hacerse una composición de lugar apropiada y que, entre todos, construyamos una legislación hipotecaria acorde con lo que deseamos y necesitamos.

Aparecen dos principales inconvenientes:

1. Hipotecas más caras: Para compensar el posible embargo hipotecario en el que la entidad financiera podría perder dinero (siempre que la vivienda se hubiera depreciado por debajo del valor de la deuda en el momento del embargo), o las gestiones necesarias para deshacerse de la vivienda embargada y recibida tras la dación en pago, las entidades financieras cobrarán más dinero por sus préstamos hipotecarios.

Para ello cargarán el tipo de interés con un diferencial más elevado y cobrarán más comisiones por todos sus servicios, con lo que los clientes tendrán que pagar hipotecas más caras, saliendo claramente perjudicados.

2. Menor financiación: Si en estos momentos los bancos están ofreciendo el 80% del valor de tasación no es por capricho, sino para cubrirse ante una posible depreciación de la vivienda. Pues bien, con la vigencia de la dación en pago, esta financiación máxima se reduciría al 60-70%, ya que la protección que necesitaría la entidad financiera sería mayor.

Es decir, con la dación en pago nos encontraríamos con hipotecas más caras y con menor financiación. Ahora es cuando, como sociedad, debemos de reflexionar si preferimos este tipo de hipotecas, a las que podrán acceder menos personas, o si preferimos olvidarnos de la dación en pago y conseguir hipotecas más baratas y por más dinero.

Es una reflexión que se debe de realizar entre todos, comprendiendo, como no podía ser de otra manera, que ningún cambio legislativo es inocuo, sino que genera unas consecuencias.

La dación en pago llega al Parlamento Vasco

El debate sobre la dación en pago es para volverse locos

El debate sobre la dación en pago es para volverse locos

A pesar de que se puede debatir largo y tendido sobre las ventajas y los inconvenientes de la dación en pago, lo que está claro es que gran parte de la sociedad está dispuesta a luchar por su aplicación a todos los niveles, y de manera retroactiva, como método fundamental para combatir la crisis y, sobre todo, sus efectos en forma de ejecuciones presupuestarias.

Esta vez ha sido una iniciativa legislativa popular la que ha conseguido llegar al Parlamento Vasco, donde se debatirá sobre su posible aplicación a todas las hipotecas concedidas dentro del límite geográfico de la Comunidad, en una iniciativa promovida por Los Verdes vascos.

Las ventajas que proporciona la dación en pago son evidentes, y nadie las puede discutir. Gracias a ella se conseguiría que las familias pudieran responder en caso de embargo hipotecario con la entrega de la vivienda que sirvió como garantía a la hora de formalizar el contrato hipotecario, sin que quedara, como actualmente queda la deuda para el cliente por la diferencia entre el precio de venta en subasta pública y el capital pendiente por amortizar.

Pero de lo que poca gente habla con seriedad, y desde el rigor, es de las desventajas que conlleva la dación en pago. En plena vorágine del debate habría que pararse a pensar que la aplicación de la dación en pago nos llevaría a tener que pagar unos diferenciales mucho más elevados y a recibir una financiación menor. Es decir, si en estos momentos estamos hablando de unos diferenciales medios cercanos al punto, y de una financiación sobre el 80%, nos estaríamos yendo a diferenciales cercanos a dos puntos porcentuales y financiaciones que rara vez superarían el 60%.

Nos encontramos, por tanto, ante una dicotomía clara, entre lo que quiere la sociedad. Poder resolver los embargos hipotecarios con la entrega de la vivienda, o hipotecas asequibles y más baratas. El problema es que esta reflexión no se ha hecho de verdad.

En lugar de ello, todos nos hemos dedicado a luchar por la dación en pago para que la gente que se está quedando sin vivienda al menos no mantenga la deuda, pero una reforma legislativa de este nivel exige cierta reflexión más profunda.

De la dación en pago a la cláusula suelo, y tiro porque me toca

¡A romper la cláusula suelo!

¡A romper la cláusula suelo!

Bien, bien, bien, parece que las entidades financieras de este país no ganan para sustos, si durante estas últimas semanas se han tenido que bajar al fango para defender las maldades de la dación en pago, ante la demanda popular para su aplicación, ahora tendrán que hacer lo propio ante la cláusula suelo.

Y es que los tribunales han aceptado a trámite una demanda colectiva sobre el abuso que supone la aplicación de la cláusula suelo en el articulado de los contratos hipotecarios, en comparación, claro está, con la irrealidad que fija la cláusula techo que le sirve de contrapartida.

Porque una cláusula suelo no es necesariamente abusiva, siempre y cuando la cláusula techo que le sirva de contrapeso sea real. En estos últimos meses la cláusula suelo era real, muy real, especialmente para las entidades financieras, mientras que la cláusula techo estaba situada a niveles inalcanzables en cualquier circunstancia.

Así, estaríamos hablando de un cláusula suelo de 2.5-3, aproximadamente, y una cláusula techo cercana al 10%, con lo cuál el abuso era claro y evidente, y ha perjudicado, de manera notoria, a las familias hipotecadas que no se han podido beneficiar del drástico descenso del Euribor en estos últimos meses de atrás, mientras que sí tuvieron que sufrir las consecuencias del incremento brutal de hace un par de años.

La demanda colectiva va, precisamente, en ese sentido, en la falta de concordancia entre una cláusula y otra, con lo que se cercenaban los derechos de los clientes en favor de los intereses de las entidades financieras, que, como no podía ser de otra manera, siempre salían ganando.

El problema es que la incultura financiera general de este país haya provocado que estas prácticas abusivas se hayan venido repitiendo durante años y años sin que nadie las pusiera freno. Ha tenido que venir la crisis económica para hacer de la necesidad virtud y fomentar una lectura pormenorizada de los contratos hipotecarios que se firmaban o que se habían firmado.

Una vez más se demuestra que cuando las cosas van bien nadie mira nada, pero que en cuanto las cosas comienzan a ir no tan bien, todo el mundo mira hasta el último céntimo.

Dónde dije digo, digo Diego

Lo que hace una semana valía, ahora ya no

Lo que hace una semana valía, ahora ya no


Hasta ahora sabíamos que la justicia española era un cachondeo y que cuando uno acudía a un juzgado no dependía de la ley a la que estuviera sujeto, sino de la interpretación que de ella realizara el juez de turno, pero ahora ya tenemos la confirmación de ese hecho.

Si hace una semana se nos llenaba la boca al anunciar que la Audiencia Provincial de Navarra había dado la razón a un cliente, y aceptado la dación en pago como método de finalización de una deuda hipotecaria, es decir, que ésta se cancelaba con la entrega de la vivienda, ahora, la misma Audiencia Provincial de Navarra, aunque otro juez, se supone, no lo acepta.

Y es que a pesar de que el nuevo caso era totalmente similar al anterior y las condiciones que concurrían idénticas, resulta que el nuevo juez ha estimado que el cliente debe de abonar a la entidad financiera la diferencia entre la deuda hipotecaria en el momento del embargo y el precio de subasta, en este caso estaríamos hablando de poco más de 40.000 euros.

Es evidente que ambos jueces pueden tener razón, y seguro que la tienen, pero entonces algo falla en la legislación española si se pueden realizar dos interpretaciones contrarias de la misma ley, por lo que el debate de la dación en pago y su plasmación, o no, en Ley, ya no es deseable sino necesario.

Y es que visto lo visto, no es descabellado pensar que dentro de unos meses, un juez de esta misma Audiencia, o de otra, pueda volver a aceptar la dación en pago, y entonces sí que ya nos volveríamos completamente locos y acabaríamos sin saber con exactitud en que lugar nos encontramos.

Porque una sociedad necesita estabilidad judicial, el saber a que atenerse, para poder llamarse sociedad desarrollada y poder avanzar de manera adecuada hacia el futuro. ¿Cómo vamos a conseguir inversión extranjera si los mercados internacionales saben que las leyes se aplican al libre arbitrio de los jueces?

Es evidente que la ley tiene que ser interpretada, y que para ello están los jueces, pero creo que no cabe dos sentencias opuestas sobre un caso similar.