Parece que por fin somos europeos, pero de verdad, al menos en lo que se refiere a las hipotecas porque el Parlamente Europeo ha aprobado una nueva directiva referente a este producto financiero en virtud del cuál se intentan proteger los derechos e intereses de los consumidores ante los abusos habituales de las entidades financieras.
En este sentido, lo que más destaca de esta nueva directiva es el hecho de que se exige una información transparente y comparable, de manera que los consumidores puedan comparar en todo momento las ofertas de dos o más entidades financieras en lo que se refiere a la concesión de su hipoteca.
Con esto se pretende fomentar la competencia sana entre las entidades y garantizar así que los consumidores puedan disfrutar de las mejores condiciones en todo momento. Además, se añade que no se podrán vincular otros productos financieros, con lo que los hipotecados dejaremos de estar extorsionados por las entidades financieras al respecto.
Por otro lado, también se intentará potenciar la figura de la dación en pago en los contratos hipotecarios y garantizar que los bancos y entidades financieras denieguen las hipotecas en el caso en el que la capacidad de reembolso de la familia en cuestión no sea la adecuada.
Con esto último se intenta luchar contra la formación de una nueva burbuja inmobiliaria como la que nos ha traído al lugar donde nos encontramos y que tuvo su gran fundamento en la concesión indiscriminada de hipotecas durante años y años, que provocó un incremento artificial de los precios de la vivienda y que miles de familias se encuentren ahora en una situación desesperada.
En definitiva, es un intento de las autoridades políticas por conseguir dotar de sentido común a un mercado totalmente caótico, como es el hipotecario, un caos en el que nos hemos movido durante estos años sin que nadie haya querido hacer nada al respecto, por favores debidos o por intereses sobrevenidos.
Es evidente que con esta directiva no se resuelven todos los problemas, pero también está claro que al menos es un paso en la buena dirección, y como tal lo debemos de recibir, con moderado optimismo.