¿Quién dijo que la financiación en nuestra economía estaba congelada? Debe de ser que todas las familias y todas las empresas que acuden a pedir un préstamo a las entidades financieras están haciendo algo mal, porque si a ellos se les niega de manera sistemática, ahora resulta que se ha iniciado una campaña desde el BBVA para ofrecer prétamos de garantía personal a sus clientes más solventes, de hasta 25.000 euros.
Pero no te creas que los conceden cuando los clientes acuden a la sucursal a solicitarlo, nada de eso, porque lo que hacen es ponerse en contacto con los propios clientes de manera directa y ofrecerles esta posibilidad sin que ni tan siquiera se hayan interesado por ello.
Entonces basta el mero consentimiento telefónico del cliente para que el BBVA ingrese la nada desdeñable cifra de 25.000 euros en sus cuentas que quedan a la libre disposición de los clientes sin que tengan que dar mayores explicaciones al banco, más allá de devolver el capital y el importante tipo de interés del 14,92% (ajustable en función de la vinculación).
Además, a pesar de su consentimiento no existe ninguna obligación para utilizarlo. Se establece un período en el que el cliente puede “tirar” de este dinero o dejarlo sin más en la cuenta. Concretamente, la fecha límite es el 30 de noviembre. Si llegado ese día, el cliente no ha utilizado el dinero ingresado, el BBVA recuperaría el capital sin que se genere ninguna deuda.
Como ves se trata de una oferta que es muy difícil de rechazar ya que es una inyección de liquidez importante, de 25.000 euros, que el cliente puede mantener como colchón por si en algún momento se encuentra con dificultades económicas reales que tiene que afrontar.
Ante las insistentes preguntas de las asociaciones de consumidores sobre la incoherencia que supone la congelación general del crédito con este tipo de políticas expansivas de crédito, las entidades financieras se defienden sobre la base de que se trata de cantidades relativamente pequeñas y que son ofrecidas a clientes que ya han demostrado su solvencia con la propia entidad.
En definitiva, los bancos siguen concediendo créditos, pero de manera mucho más selectiva.