Eduardo Arbizu, responsable de los servicios jurídicos del BBVA, se ha encargado de defender en el Congreso de los Diputados la bondad de las cláusulas suelo, justificando su existencia en la prudencia que debe de guiar la gestión financiera en todo momento y lugar.
Una prudencia, dicho sea de paso, que no siempre se ha aplicado, y basta con echar la vista atrás y recordar los años de burbuja inmobiliaria. Arbizu ha sostenido que esta cláusula suelo sirve para que las entidades financieras puedan tener un soporte ante un escenario en el que casi el 97% de las hipotecas concedidas en nuestro país son a tipo de interés variable.
Además, Arbizu defiende a las entidades financieras al hablar de que la media de las cláusulas suelo se encuentra en el 3,12%, mientras que en el caso del BBVA supera ligeramente el 2,80%, un valor que, en realidad, es muy adecuado para cualquier coyuntura económica.
Pero lo que Arbizu no dice, y la banca nunca quiere reconocer, es que el verdadero problema no es la cláusula suelo en sí misma, que no deja de ser una cláusula adicional del articulado hipotecario, el problema es la cláusula techo, o mejor dicho, el exceso de diferencia que existe entre una y otra.
Ya lo he escrito en numerosas ocasiones en este blog. El problema es que las cláusulas techo fijadas por las entidades financieras son totalmente inalcanzables hoy en día, independientemente del escenario económico en el que nos encontremos, como se ha demostrado con esta crisis con tipos de interés que nunca fueron por encima del 6%.
Entonces nos encontramos con que la banca siempre gana, hay un límite por debajo pero nunca hay un límite por arriba, y ese es el verdadero problema, lo que nadie quiere entender o aceptar, por la cuenta que les trae claro.
Ningún ciudadano se opondría a una cláusula suelo del 3%, por ejemplo, si luego su cláusula techo fuera del 5-6%, porque sería una situación justa en el que en ocasiones ganaría la banca y en ocasiones el ciudadano, no como lo que sucede ahora.
Alguien debería de haberle recordado eso al Sr. Abizu.