A pesar de que todos nos podríamos estar frotando las manos con la caída en picado del Euríbor, principal índice de referencia de las hipotecas europeas, lo cierto es que todas aquellas familias que se están planteando la contratación de un producto hipotecario se están encontrando de lleno con unos diferenciales claramente inasumibles, no ya solo para sus presupuestos, sino para cualquier presupuesto medianamente restringido.
Y es que según denuncian varias organizaciones de consumidores nos estamos encontrando con diferenciales de hasta el 5%, lo cuál está disparando el tipo de interés para muchas hipotecas contratadas en estos momentos de hasta el 6%, o incluso más, con lo que lejos de poder estar contentos con un Euríbor las nuevas hipotecas no pueden otra cosa más que maldecirlo.
Por otro lado, las familias que ya tienen una hipoteca contratada tampoco se están pudiendo beneficiar de la caída del Euríbor, al menos no todas y no en toda su extensión, por culpa de la cláusula suelo que se sigue aplicando en muchas hipotecas, a pesar de que ya hay numerosas sentencias condenatorias contra esta práctica abusiva.
Así que, en general, podemos decir que las familias que se están beneficiando de la caída del Euríbor son una minoría, por lo que las buenas noticias con las que nos bombardean los medios de comunicación al respecto no son más que ruido mediático que no va a ningún lado más allá del propio ruido que generan, sin ningún eco en la realidad del día a día de la sociedad.
Eso sí, las familias que tienen contratada una hipoteca y la enorme fortuna de no sufrir el martirio de la cláusula suelo, pueden disfrutar de una reducción importante en su cuota mensual, con un ahorro anual que, dependiendo del importe de la hipoteca, puede situarse en el entorno de los 1.000 euros, cifra nada desdeñable para los tiempos que corren.
En definitiva, no todos los titulares de prensa ofrecen la rigurosidad que podríamos exigir y lanzan las campanas al vuelo antes de analizar en detalle la realidad del propio titular, la situación que realmente genera una u otra circunstancia.