Según van avanzando los meses y los ciudadanos empiezan a conocer sus derechos y sus posibilidades para acudir a los tribunales, las sentencias a favor de los hipotecados y en contra del sistema financiero se van acumulando en la hemeroteca de noticias reseñables, con lo que se demuestran los años de tiranía y abusos que hemos venido sufriendo en este país.
La última se ha producido en Navarra, donde la Audiencia Provincial de Pamplona ha dado la razón a un hipotecado que defendía que con la entrega de su vivienda la deuda que mantenía con el banco debería quedar saldada, ya que el precio que debería de tenerse en cuenta era el de tasación en el momento de concesión de la vivienda, y no el precio actual, depreciado por la crisis, como defendía la entidad bancaria.
Se trata, por tanto, de una dación en pago en toda regla, aunque con una doble connotación, ya que genera un peligroso precedente, al menos para las entidades financieras. Si la sentencia sienta jurisprudencia, no legal pero sí racional, de que el valor de la vivienda será siempre el de la tasación y no el actual en cada momento, las pérdidas de los bancos y cajas se van a disparar porque muchos serán los hipotecados que utilizarán esta sentencia en su beneficio.
Lo que es evidente es que las entidades financieras están abusando de la sociedad ya que, como bien dice la sentencia, fueron ellos mismos los que provocaron la crisis que ha generado la depreciación de los inmuebles, por lo que es inmoral que ahora utilicen esta reducción de precio en su beneficio, sin asumir parte de la pérdida.
Y es que el concepto de que “los bancos no se casan con nadie” y que “los bancos nunca pierden” parece haber llegado a su fin. Ya es hora de que los ciudadanos tomen cartas en el asunto y hagan valer sus derechos, al igual que tienen que cumplir con sus obligaciones.
Esta sentencia, al igual que todas las anteriores, muestra un camino a seguir por todos para salir de la crisis con una relación entre las entidades financieras y los ciudadanos de igual a igual.