Hasta los miembros de su Gobierno lo dicen por los pasillos: Zapatero se levantó ocurrente y decidió, de pronto, sin encomendarse a Dios ni al diablo, subir la edad de jubilación a los 67 años.
Por lo visto, muchos de sus ministros se enteraron por la prensa de esta medida, que ha pillado por sorpresa a propios y a extraños. Como supongo que ya habéis leído algo al respecto, me permito explicar muy por encima, si la risa me deja, en qué consiste la idea:
A partir de 2013 la gente se empezará a jubilar con 65 años y dos meses, y la edad de jubilación se aumentará en dos meses al año hasta que en 2025 tengamos la cifra propuesta: 67.
Lo cierto es que el la Seguridad Social iba de cabeza a la quiebra y había que hacer algo, y enseguida, para evitar su colapso en los próximos años, cuando el número de activos fuese más o menos igual al de inactivos. Las cifras indican, más o menos, que en 2040 está previsto que haya un 32 % de jubilados, lo que sumado a los menores de edad hace que tengamos a un trabajador por cada español pasivo. Y eso contando con que no haya paro, por supuesto.
Con esto, como veis, no hago más que sumarme a la broma: había que hacer algo enseguida, y hasta 2013 (año posterior al de las elecciones, ojo al dato) no se empieza a subir el tope de la jubilación, y sólo dos meses. Había que hacer algo urgente y resulta que lo posponen quince años, lo que, sabiendo como sabemos el modo en que se rige este país, significa que aún veremos otras diez o doce ocurrencias, ocho reformas, treinta y tres enmiendas y setenta y ocho borradores. O sea, nada.
Pero no voy a decir que esta medida es un brindis al sol, porque contiene su significado, y muy importante: que la cobardía política del gobierno no conoce límites ni pudor.
Pero ya de la que estamos, analizamos las consecuencias muy brevemente, de este retraso en la edad de jubilación:
–Los que cobran más y son más difícil de despedir (y por tanto hacen menos, porque echarán a otros) se incrustan aún más en la empresa o la función pública.
-El paro juvenil, que ya es bestial (40 %), aumentará aún más si se llega a aprobar una barbaridad así.
–El aumento de la vida laboral no compensa, ni de lejos, el aumento de la esperanza de vida. Es un puñetero y mierdoso parche para no abordar medidas de verdadero calado (por ejemplo, decir no a la prejubilaciones que tanto gustan a las grandes multinacionales).
Hay muchos otros efectos, pero cuento con que los vayáis citando vosotros.