La situación a la que hemos asistido como espectadores de lujo en estos últimos meses con Bankia no viene sino a reflejar la utilización política a la que se ha sometido a las Cajas de Ahorros durante tantos y tantos años y que ha acabado por dejarlas a los pies de los caballos.
Rodrigo Rato, un excelente político económico, fue designado para llevar las riendas de Caja Madrid, una entidad financiera a la deriva, sin que poseyera el bagaje financiero necesario como para rescatar a una entidad que se estaba difuminando ante el crecimiento y el buen hacer de su gran competidor, la Caixa.
En una huida hacia adelante, forzado, a su vez, por los intereses políticos de otra Comunidad gobernada por el Partido Popular, Valencia, Caja Madrid aceptó una fusión catastrófica con la caja valenciana, Bancaja, lo que llevó a la entidad madrileña a acumular en su balance tal nivel de productos tóxicos que su viabilidad se convirtió en una situación insostenible.
Como bien han demostrado los tiempos, el experimento más político que económico se ha venido abajo como un castillo de naipes, y ahora Bankia, la antigua Caja Madrid, tendrá que recibir una inyección de 7.000 millones de liquidez para poder seguir saliendo a flote.
Por ello se hace necesaria una reestructuración financiera inminente, un cambio en el modelo de gestión de las Cajas, pero de verdad, no de cara a la galería, para que los criterios políticos dejen de tener peso en los Consejos de Administración, y sean los criterios económicos y financieros los que primen a la hora de tomar decisiones.
Porque esta es la única fórmula adecuada para que el crédito llegue a los ciudadanos y a las empresas y para que no sean al final los contribuyentes los que tengan que sufragar los excesos y los derroches de unos políticos incompetentes situados a dedo al frente de entidades financieras, sin los conocimientos financieros adecuados ni la voluntad de buena gestión exigible.
Bankia es la última metáfora del desastre financiero de este país, un desastre que nos ha traído hasta donde estamos y está aletargando nuestra recuperación de una manera inefable.
Hola.-
En este mismo foro, cuando se inicio la conversión de las cajas en bancos, se mantuvo un debate interesante sobre el “como” y “porque” de las cajas de ahorro en España.
Las cajas de ahorro, perdieron su sentido, cuando las CCAA, llenaron sus consejos de administración de políticos afines, con sueldos astronómicos y proyectos inútiles. Perdiendo así, su sentido original.
Ahora estamos pagando aquellas decisiones. Pero en este país seguimos sin exigir responsabilidades a toda esta chusma política que sin oficio, pero con mucho beneficio, se encuentran en sus casas disfrutando de todo lo acumulado.
¿ Quien los juzgara?….. Acaso un presidente del Tribunal Supremo, que para el 6.000€ con cargo al erario son un a cantidad despreciable?…….. ¿ de verdad crees, que no es para echarse a la calle y empezar a gorrazos con toda esta chusma?
Que tengas un buen día
Gerardo
Es lo que tiene este país, mientras no nos quiten la retransmisión de la Champions y de la Eurocopa todo va bien.
Por cierto, varias faltas de ortografía en tu comentario…. aunque se entiende perfectamente.
“Rodrigo Rato, un excelente político económico” jua jua jua que cachondo!!!
Ahí se están viendo los excelentes resultados de este gran político económico… por no hablar de su “gran bagaje profesional” (metido en política desde finales de los 70).
Rodrigo Rato es un ejemplo más de esos políticos profesionales que han demostrado bien poco en el sector privado antes de obtener un cargo político.
En cuanto el viento no ha soplado a su favor se ha visto claro que los que tienen el cartel de “ilustrísimos” en nuestro reino no dejan de ser unos auténtico chapuceros.
Se habla mucho de la falta de competitividad y productividad de nuestra economía, me imagino que lo dirán en primer lugar por estos dirigentes que se han ventilado la herencia de la abuela hipotecando hasta los tataranietos.